viernes, diciembre 17, 2010

javier noriega


javier noriega ,record de españa 22seg 4 dec. en 50 m libres





Todo el día en el agua

Con nueve años le dijo a su padre que quería ir a unas Olimpiadas. Un mes antes de cumplir su sueño este nadador nos revela algunas de las claves de su éxito.

MARÍA SAINZ/
JAVIER NORIEGA
Natación
Toledo, 1980
71 kg; 1,81m
Cinco horas de entrenamiento diarias

50 metros en 22 segundos y 16 centésimas. El nadador Javier Noriega es uno de los mejores velocistas de nuestro país. Su objetivo es la velocidad y la organización su método. Una dieta equilibrada, un físico cuidado, un buen entrenamiento y una férrea psicología son algunas de las claves de un perfil ganador.

A excepción de los domingos, Javier se ejercita cinco horas al día, generalmente entre las 10 de la mañana y las tres de la tarde. Un entrenamiento que, en su mayoría, lo realiza en la piscina aunque también dedica tiempo, por ejemplo, a la musculación.

Diez horas de sueño al día, entrenamiento por la mañana, clases de fisioterapia por la tarde y un poco de tele por la noche. Es su modo de vida y no se queja. "No noto contraste, no me esfuerzo porque estoy muy a gusto, tengo todo lo que quiero en el círculo en el que me muevo, no me hace falta salir de fiesta hasta las seis de la mañana para sentirme bien".

Las sesiones de preparación física difieren bastante a medida que se acercan las competiciones. Los ejercicios van aumentando su intensidad hasta las dos semanas anteriores a la gran cita, momento en el que se nada de forma más decansada porque "ya está todo hecho".

En las series en las que tienes que "ir a tope" -series cortas de 50-75 metros- se trata de "acumular el máximo lactato posible, acostumbrarte a tenerlo y a poder nadar con ello. Si a ti te sacan sangre ahora darás uno de ácido láctico pero cuando yo nado puedo llegar a tener 22, que es muchísimo", comenta Noriega.

Es un camino alternativo para generar energía rápidamente sin necesitar oxígeno y que resulta de gran ayuda en los deportes basados en la velocidad. Pero, para poder emplearlo es necesario entrenar al organismo ya que éste tiene que aprender a convivir con los altos niveles de ácido láctico generados durante el proceso. En las personas no entrenadas el lactato es el responsable de las agujetas.

Entrenamiento silencioso

A sus veintipocos años, Javier conoce muy bien las reglas del juego. Según él mismo señala, uno se tiene que cuidar las 24 horas del día. "Es el entrenamiento silencioso".

"Tienes que alimentarte y dormir bien. Es como un círculo vicioso. Puedes entrenar 15 horas pero si en las nueve restantes no descansas o no comes de forma adecuada no sirve para nada", incide este deportista toledano.

La alimentación es también una pieza clave a la hora de conseguir el rendimiento deseado. "Yo como soy velocista y tengo que estar fuerte necesito comer muchas proteínas, mucho pavo, pollo, atún, piña..., y también hidratos de carbono y vitaminas" comenta. "La dieta que sigo me la recomendó hace algunos años un monitor de culturismo que había sido campeón de España", declara.

El agua es imprescindible. Todos los días de entrenamiento bebe un litro ya que, como él apunta, "dentro del agua parece que no sudas porque no lo notas, pero sí que pasa". Complejos vitamínicos y antioxidantes son otros elementos que complementan su dieta.

Piscina del Centro de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes (Madrid).

A pesar de cuidarse las 24 horas del día, las temidas lesiones pueden aparecer. "Yo soy muy laxo", explica Noriega, "por eso sólo me he lesionado una vez y fue porque trabajé con unas pesas de muchos kilos y me descoloqué la cadena anterior del brazo". Ésta fue la causa que le impidió obtener buenos resultados en el Europeo.

Además del aspecto físico, la psicología de este tipo de deportistas es un ámbito que no se puede abandonar. La desmoralización tras haber perdido una prueba o la desconcentración fruto de la presión de las competiciones a menudo acaban por pasar factura.

El papel de psicólogos como el del Consejo Superior de Deportes es fundamental en este sentido. En el caso de Javier, los dos años que estuvo acudiendo al psicólogo le ayudaron a reafirmar sus ideas y a mejorar su autoestima.

Sinergia entre cuerpo y mente

A pesar de esto, Noriega no duda en confesar que la presión existe y también la posibilidad de desconcentrarse. "La cabeza te puede jugar una mala pasada", asegura. Por esta razón, ha decidido no viajar a Atenas hasta que queden dos o tres días para su competición y, de este modo, evitar cualquier tipo de distracción causada por la novedad.

"Allí va a haber mucha gente, es una situación en la que no he estado nunca y me puede llenar. Eso no es bueno porque tienes que ir muy concentrado. Todo son emociones, desde que te levantas hasta que te acuestas", afirma con rotundidad. "A la hora de competir hay que fijarse en uno mismo y dar lo mejor sin mirar a los demás", aclara.

"A veces hay detalles que no puedes controlar y una buena marca depende de un cúmulo de circunstancias. Aunque lo tienes todo mecanizado, si un nadador mete el brazo mejor puede ganarte en una brazada", asevera Noriega.

La fuerza y la seguridad de Javier seguramente se deban en parte al amor que profesa por un deporte que le inculcó su abuelo Matías. De él se comenta en el pueblo que en varias ocasiones salvó a algún nadador atrapado por los remolinos del río Tajo.

Desde que, con nueve años, le dijese a su padre que su sueño era competir en unas olimpiadas, Javier no ha dejado de intentarlo hasta que por fin lo ha conseguido. Atenas no es más que el siguiente paso.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/documentos/2004/07/atenas/texto1.html

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