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viernes, junio 17, 2011
gobierno contra valle de los caìdos
GOBERNANTES SIN ESCRÚPULOS. POBRE ESPAÑA
El actual Gobierno de Zapatero que seguimos padeciendo los españoles, vuelve a las andadas con su vergonzoso y patético acoso al Valle de los Caídos y a su Comunidad Benedictina, mostrando de nuevo el fanatismo y el sectarismo totalitario que le caracteriza, en esta ocasión de la mano de los Sres Rubalcaba y Jáuregui.
A la vista del fracaso y el ridículo que hicieron en sus diversos y espúreos intentos del pasado por cerrar un lugar de culto y religioso, tal cual son las instalaciones y todo el recinto del Valle de los Caídos, -como claramente está establecido en la propia Ley de la memoria histórica-, vuelven otra vez a la carga sacándose de la manga la creación de una Comisión con la pretensión de que decida qué hacer con el Valle de los Caídos, como si la tal comisión tuviera potestad jurídica alguna sobre recinto religioso ninguno.
El manifiesto abuso de autoridad contra todo sentido común y, fundamentalmente, contra la legalidad vigente, se ha venido llevando a cabo sin ningún apego, ni en la forma ni en el fondo, a las leyes y acuerdos internacionales, por parte de las máximas autoridades del Gobierno del Reino de España, alegando para justificar el esperpento una mentira detrás de otra.
En una primera fase, se trató de justificar el cierre unilateral de la Basílica de la Santa Cruz, -para el que las autoridades civiles carecen de legitimidad alguna-, argumentando nada menos que la peligrosidad de un posible riesgo de colapso de la estructura en el interior de la Basílica. El Subsecretario de la Presidencia dejo por escrito tan falaz argumento.
La Comunidad Benedictina solicitó al Ministerio de la Presidencia y a Patrimonio Nacional los informes técnicos justificativos de tan alarmante como inaudita afirmación, sin que hasta la fecha hayan recibido informe técnico alguno que lo justificara.
A la vista de ello, la misma Comunidad Benedictina solicitó entonces a diversos profesionales cualificados al efecto un pormenorizado informe técnico de la supuesta inseguridad en el interior de la Basílica, concluyendo dicho informe que la seguridad en el interior de la misma era sencillamente de riesgo nulo, informe que fue entregado a Patrimonio Nacional y otras instancias estatales, autonómicas y municipales.
Pero la cosa no quedó ahí. Desde el Ministerio de la Presidencia y Patrimonio Nacional, a la vista del descarado y falaz argumento que habían utilizado para mantener cerrado al culto la Basílica y el conjunto del Valle de los Caídos, y habida cuenta lo concluyente del pormenorizado mencionado informe técnico realizado a petición de la Comunidad Benedictina, alegaron ahora que se corría el peligro de un posible acto terrorista y, con tanto descaro como desvergüenza, con ese nuevo y ridículo supuesto riesgo trataron de convencer a la Comunidad Benedicitina para que asintieran con que debía mantenerse el cierre y la imposibilidad de una pronta vuelta a la normalidad en el Valle de los Caídos.
Ante las quejas e indignación de algunos, alguien en Patrimonio Nacional se percató de lo delirante que resultaba continuar esgrimiendo el argumento terrorista para tratar de convencer a la Comunidad Benedictina con el fin de que asintiera con el cierre al culto del Valle de los Caídos, y entonces surgió y se tuvo la nueva ocurrencia de trasladar ahora el asunto de una supuesta inseguridad derivada de la hermosa y poderosa imagen de “La Piedad", situada en el frontispicio de la entrada a la Basílica.
Y mire por donde, ese nuevo y sorpresivo supuesto riesgo exigía una restauración que debía llevarse ahora a cabo manteniendo por supuesto cerrados, al culto de los fieles y a las visitas turísticas, tanto la Basílica, como la capilla en la hospedería externa y el conjunto del Valle de los Caídos, porque la supuesta restauración había de realizarse despiezando, embalando y trasladando “La Piedad” a una vieja cafetería, para que algunas universidades y la Fundación Juan de Ávalos estudiaran posteriormente qué hacer con la escultura.
Y se requería mucho tiempo para esa operación de supuesta restauración de la escultura monumental de trascendental significado religioso, como de la mayor importancia para el patrimonio histórico artístico de la nación, supuesta restauración que fue calificada de literal destrucción en el informe técnico elaborado por la misma Fundación Juan de Ávalos -propietarios intelectuales de la obra- y la Academia de Bellas Artes de Sevilla, así como otros informes técnicos solicitados al efecto.
A toda esta vergonzosa y delirante historia, se añade el paralelo trato vejatorio y humillante que desde entonces ha venido sufriendo la Comunidad Benedictina en silencio, -una auténtica y delirante persecución religiosa-, con el vil propósito de amedrentar su ánimo y que terminen cediendo a los deleznables propósitos de quienes, -adalides del desgobierno de España y de borrar impunemente una parte consustancial de su historia-, se lanzaban entonces a degüello contra uno de los símbolos más queridos por los cristianos de todo el mundo y de todas las personas de buena voluntad, cual es la hermosa y significativa imagen de “La Piedad", además de su extraordinario e inigualable valor como bien histórico, artístico y cultural.
Y con mayor ensañamiento si cabe, mentira tras mentira, vulnerando la inviolabilidad de los lugares de culto y violando la libertad religiosa y de culto de todos los españoles y ciudadanos del mundo que por millares se acercan a lo largo del año a visitar el Valle de los Caídos.
La Comunidad Benedictina y diversos importantes empresarios, ofrecieron en reiteradas ocasiones costear y realizar con profesionales y técnicos del más alto prestigio nacional e internacional, la restauración “in situ” que en su caso precisase llevarse a cabo en “La Piedad", tal como de forma privada se había hecho pocos meses antes con la eficaz operación de mantenimiento y limpieza de la cúpula en el interior de la Basílica, a plena satisfacción de todas las partes como pueden hacer constar los mismos técnicos de Patrimonio Nacional que colaboraron y supervisaron tan importante como exitosa operación técnica.
La negativa fue rotunda por parte del Ministerio de la Presidencia y de Patrimonio Nacional, porque sus propósitos no eran otros que mantener a cal y canto cerrados al culto el conjunto del Valle de los Caídos y sus diversas instalaciones religiosas, con el exclusivo objetivo de terminar por hacerse con el dominio total sobre dicho lugar y llevar a cabo allí lo que en el Congreso de los Diputados hace unos años y en la propia Bruselas se había sugerido con la mayor claridad.
Como vieran que nos prosperaban sus mentiras, dieron entonces la orden de demoler "La Piedad" de cualquier forma y sin previo aviso, lo cual pudo ser evitado in extremis por el mismo Padre Abad, que se vió obligado a interponerse físicamente entre los operarios de Patrimonio Nacional y la mencionada escultura, impidiendo su destrucción a costa de su propia seguridad personal, lamentables hechos de los que se dispone de una grabación completa.
¿Cómo se supo, unos escasos minutos antes, que se iba a proceder a la literal destrucción de "La Piedad"?. Muy sencillo: en todas partes y en todos los partidos hay gente buena, honorable y sensata.
Después vinieron el nuevo sorpresivo cierre del Valle de los Caídos -el mismo día que aterrizaba en España el Santo Padre- y las posteriores Santas Misas de campaña a la intemperie, así como la ejemplar asistencia pacífica, silenciosa y masiva, de los miles de españoles que, creyentes y no creyentes, soportaron el frío, la lluvia y la nieve, Domingo tras Domingo, en defensa de la libertad y del respeto a la Ley.
El apoyo de la Santa Sede, del Nuncio de su Santidad en España, y la protesta y el comunicado oficial de la Conferencia Episcopal Española, así como el escándalo que se generó en los medios de comunicación, obligó al Gobierno a renunciar temporalmente a conculcar la legalidad vigente y los acuerdos internacionales, abriéndose de nuevo el Valle de los Caídos, si bien han continuado hasta la fecha las molestias y las arbitrariedades de diverso tipo que, con toneladas de cristiana paciencia, han venido soportando la Comunidad Benedictina y los fieles, además del turismo de la zona.
Ahora abren un nuevo frente creando esa Comisión, de cuyos miembros y como botón de muestra les invito a que naveguen por internet para saber quién es uno de esos señores, Hilari Raguer - Wikipedia, la enciclopedia libre, que se prestan al estéril esperpento que de nuevo pretenden "fabricar" los Sres Rubalcaba y Jaúregui.
http://es.wikipedia.org/wiki/Hilari_Raguer
España ni los españoles se merecen gobernantes como los nombrados, a quienes el Estado de Derecho importa un comino y de quienes lo menos malo que se puede decir de ellos es que carecen de escrúpulo alguno.
Pero somos muchos los españoles hartos de las falacias que llevan años propalando éstas personas y del desastre a que han conducido a nuestro país. Ojalá y cuanto antes sean democráticamente expulsados del gobierno de la nación española, a la que tanto daño han hecho y que tanto dolor y sacrificio va a tener que desplegar para recuperarse en todos los ámbitos en que, desgraciadamente, se ha visto tan gravemente afectada por gobernantes como los Sres Rubalcaba y Jaúregui.
No conscientes del hartazgo que han terminado por provocar a los españoles, buscan en el Valle de los Caídos una fórmula para hacerse con los votos de los que, desde la radicalidad ideológica y el sectarismo ignorante, son incapaces de comprender en qué consiste el Estado de Derecho, el respeto a las leyes y a los acuerdos internacionales y, por supuesto, a las creencias religiosas de millones de españoles.
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P. Miguel Ángel de la Madre de Dios ocd
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