martes, mayo 15, 2012

15 M Efectos y defectos

Primer aniversario del movimiento indignado

Efectos y defectos del 15-M

'El principal defecto del 15-M es que se situó fuera de la ley'

'El 15-M ha permitido extender la idea de que participar es útil'

Javier Redondo * | Madrid.Actualizado martes 15/05/2012 10:07 horas

Se cumple un año desde que millares de jóvenes tomaran la Puerta del Sol ante el desconcierto general para reclamar otra forma de hacer política. Idealizado por los analistas de izquierda y observado con desconfianza por sectores liberales y conservadores, un año después y en el momento de su reválida, ha perdido gran parte de su vigor, se han producido fisuras en su seno y su plataforma matriz parece haber sido fagocitada por organizaciones con mayor trayectoria contestataria.El principal defecto del 15-M es que se situó fuera de la ley. Independientemente de su origen y de sus intenciones, el movimiento surgió con un déficit democrático: sus protestas no estaban autorizadas. O dicho de otra manera, quiso generar y articular mecanismos de participación política al margen o paralelos a los institucionales, pero se sirvió del proceso electoral para su activación pues comenzaron en plena campaña.

Participación y movilización. El 15-M ha promocionado fórmulas alternativas a la democracia representativa basadas en otras formas de participación política. Sin embargo, para generar participación, el 15-M necesita la visibilidad que otorga la movilización. En ausencia de movilización, el movimiento genera procesos de participación limitados, propuestas homogéneas, unidireccionales y que se retroalimentan, con debates poco ventilados.

Democracia deliberativa vs. democracia representativa. El 15-M pretendió desarrollar procesos de democracia deliberativa –y, en cierto modo, lo consiguió-. No obstante, la deliberación exige compromiso, conocimiento y racionalidad. El compromiso exige tiempo y dedicación. No todos los que de manera entusiasta se adhirieron a las movilizaciones han mantenido el grado de compromiso inicial. En segundo lugar, las movilizaciones se nutren de consignas y lemas, que constituyen la antítesis de la política ilustrada pues desembocan en el reduccionismo, aunque ciertamente se han visto elogiables ejercicios imaginativos. Por último, las asambleas desarrollaron mecanismos propios de la democracia representativa. Muchos jóvenes aprendieron que la democracia representativa es el resultado de un proceso de evolución que impide mantener el elevado nivel de exigencia que requiere la deliberación. Volvemos a lo mismo: en las asambleas de barrio han quedado pocos, de modo que las discusiones han perdido riqueza, versatilidad y pluralidad.

Indignados vs. Infiltrados. El 15-M reunió a miles de jóvenes y no tan jóvenes hastiados de la política. Pese al déficit de legitimidad de origen que supuso el hecho de que la protesta fuera en sí misma un acto de campaña, lo cierto es que en la Puerta del Sol se reunió una multitud heterogénea y en muchos casos desideologizada. No obstante, todas las plataformas tenían una cosa en común: su antiliberalismo. Todas las propuestas tienen un carácter antiliberal. La transversalidad inicial propició una de las mejores noticias para el movimiento: no se dejó instrumentalizar por ninguna opción política, y mucho menos mayoritaria. Sin embargo, el movimiento sí cayó en manos de organizaciones especializadas en la contrademocracia. Los indignados, representados por la plataforma Democracia Real Ya, convivieron en Sol junto con organizaciones antisistema perfectamente estructuradas. Este hecho no ha sido suficientemente analizado, pero las técnicas de infiltración de los movimientos antisistema han sido parecidas, salvando las distancias temporales y espaciales, a las que utilizaba el estalinismo para penetrar en todo tipo de organizaciones y hacerse con los mandos. Mientras Democracia Real Ya tenía un carácter anónimo y ciudadano, Juventud sin Futuro es una organización política en toda regla. Por no hablar de Atacc y otros grupos vinculados a los movimientos antiglobalización.

Razón vs. Emoción. Como dijo el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales Zygmunt Bauman, al 15-M le falta razón y le sobra emoción. Es cierto que en pocas horas emitió un manifiesto de demandas, aunque demasiado generalistas y superficiales (en la generalidad está el consenso); y que desarrolló procesos de participación política que duraron varias semanas (hoy las asambleas tienen un carácter marginal y su influencia es limitada). Pero esa dinámica se basó en el entusiasmo. Cuando decayó el entusiasmo, se diluyó el movimiento. Por decirlo de otra manera: cuando empezaron los exámenes los chicos volvieron a casa.

La muchedumbre solitaria. El 15-M debe ser analizado también desde una perspectiva sociológica ajena al análisis formal de los nuevos movimientos sociales. Tiene un componente psicosocial que se desprecia para no mermar su contenido político. Jóvenes, parados y desahuciados buscaron vínculos de solidaridad y cohesión social. Dicho de otro modo: en una sociedad en la que se han debilitado los vínculos interhumanos, el 15-M propició una oportunidad de generar una identidad colectiva, aunque fuera efímera, como mandan los tiempos. Además, muchos jóvenes tuvieron la sensación de que había que estar allí porque estaban formando parte de algo y de la Historia.

Política, agenda y resultados. El 15-M ha permitido reactivar el interés por la política y extender la idea de que participar es útil y de que la acción colectiva puede cambiar las cosas. De modo que fue un movimiento contra la apatía y de reacción contra la decepción. Si en algo ha sido un éxito el 15-M es en que la clase política ha tomado conciencia de que carece de impunidad; de que no puede distanciarse de la sociedad porque sólo deba rendir cuentas en las elecciones. En este sentido, el 15-M ha introducido en la agenda política algunas cuestiones como la reforma del sistema electoral (reclamo recurrente y con contradicciones), la dación en pago, la limitación de privilegios de la clase política y de beneficios de los directivos de la banca; ha reclamado transparencia y abierto un debate sobre la regeneración política. Por lo demás, muchas otras demandas tienen una profunda raigambre ideológica, son brindis al sol y poseen un carácter romántico, idealista, naif y sesentayochista. El 15-M ofrece una lectura de la crisis, pero unidireccional; la realidad que muestra no es poliédrica. Algunas de sus propuestas se basan en politizar a la sociedad y a algunos organismos económicos. En el primer caso, se daría pie a mayor intromisión del Estado en la vida de los individuos; en el segundo, se desprecian algunas de las causas de esta crisis.

La mayor influencia del 15-M ha sido, sin duda, la capacidad que han adquirido varias plataformas que forman parte del movimiento para parar los desahucios, además de generar una corriente de solidaridad respecto de los damnificados. En el 15-M ha ingresado una parte de la sociedad más comprometida con las desigualdades y se han generado mecanismos de cooperación. Su mayor riesgo radica en que algunos de sus grupos manifiestan cierta querencia por la palabra popular, que aplicada al universo político tiene unas implicaciones nada recomendables para la integridad de la libertad individual. En algunas de sus plataformas se ha sugerido la idea de establecer una serie de tribunales populares que se pronuncien sobre injusticias sociales.

Por último, no se puede olvidar la influencia que la #spanishrevolution ha ejercido sobre otros movimientos en distintos países. El fenómeno del contagio no representa ni una bondad ni siquiera un logro, pero sus repercusiones muestran que más allá de la anécdota y de su limitada influencia real, habrá de analizarse con detenimiento y, sobre todo, separadamente de los disturbios de Tonttenham, por ejemplo. El 15-M desafío la ley, pero su esencia fue pacífica, si bien se infiltraron elementos violentos que pretendían granjearse una legitimidad de la que carecen al amparo de una rúbrica que provoca simpatía en la sociedad.

* Javier Redondo es profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/14/espana/1337009605.html

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Aniversario del 15-M.Ricardo Galli: 'Aún me pregunto cómo es que me meto en esos fregados'

No Les Votes. 'No LES Votes'. Y después #noLESvotes. Fue una de las muchas semillas del 15M. Y el germen de esta idea está en la oposición de unos cuantos ciudadanos con cierto peso en Internet contra los partidos políticos que aprobaron que la 'Ley Sinde' (que prevé eliminar rápidamente contenidos supuestamente 'piratas') dentro de la Ley de Economía Sostenible (LES). Ricardo Galli fue uno de ellos.Este emprendedor hispanoargentino (es cofundador de Menéame), doctor en informática de la Universidad de las Islas Baleares y conocido activista a favor del 'software' libre, impulsó un manifiesto en febrero del año junto al empresario Julio Alonso, el profesor Enrique Dans, y los abogados Carlos Sánchez Almeida, Javier Maestre, David Bravo y Javier de la Cueva.Con el tiempo la protesta se fue ampliando. Sin líderes, sin representantes ni cabezas visibles. "No te pedimos el voto por ningún partido o ideología en concreto, sino que te informes para comprobar si existen alternativas políticas que quizás representan mejor tus ideas", afirmaban. Esto era 'No LES Votes'. El propio Galli se encargó en su momento de contar personalmente los orígenes del movimiento. Ahora hablamos con él para que nos cuente qué es lo que recuerda de aquellos momentos iniciales.

El principio de todo

"Veníamos desde hace tiempo pensando qué podíamos hacer que tuviese un efecto real más allá del sólo mediático de los diversos 'manifiestos'", comenta. "Pensábamos que la única solución era que afectase al resultado de las elecciones para que los partidos se tomaran en serio el tema de libertades, acceso a la cultura y los recortes de derechos que se hacían en nombre de una minoría 'cultural', y fue Carlos Almeida el que nos dio la sorpresa con la idea del 'hashtag' #noLESvotes (el LES por Ley de Economía Sostenible, un leísmo sarcástico)".

"A partir de ese momento", recuerda Galli, "pensamos y discutimos cómo podríamos llamar al voto responsable, de forma que tuviese efecto en las urnas". Buscaban, en definitiva, un voto crítico "contra los partidos que votaron a favor de la 'Ley Sinde Wert' sólo para defender los intereses una ínfima minoría".

De la acción surge el lema 'no propongas, haz'. Esos meses fueron "muy acelerados, de mucho activismo, y también de peleas y discusiones innecesarias", recuerda el profesor, quien reconoce que al principio tuvo miedo. "No es fácil hacer un manifiesto que sea asumido por todos sin que busquen líderes o intereses ocultos", asegura, y añade: "No quisimos convertirnos en los protagonistas o cabecillas". Y esa es una de las claves de los movimentos unidos bajo el paraguas genérico del 15M: no hay 'representantes' ni jerarquías, se trata de grupos descentralizados, que trabajan en red.

"Los medios, salvo unos pocos -como EL MUNDO-, no comentaron absolutamente nada, ni en la TV pública, aunque también lo esperábamos; es más 'noticia' el trending topic de alguna tontería de famosos", añade Galli. Como contraste, la repercusión en la Red fue "sorprendente". "La vorágine me arrastró, personalmente fue muy estresante, y diría que hasta perjudicial", confiesa. Hacia DRY y el 15M

De repente, 'No LES Votes' pasó de ser un movimiento contra los partidos que apoyaron la 'Ley Sinde' a algo más. "Apenas se conoció el 'hashtag', otra gente montó el wiki y empezaron a colaborar, con material gráfico, audio, vídeos, y una lista de casos de corrupción de los tres partidos a los que queríamos castigar (PSOE, PP y CiU)", comenta Galli. Después vendrían iniciativas como el 'Corruptódromo'. El éxito convirtió la protesta en algo más genérico.

Galli afirma que conoció la iniciativa 'Democracia Real Ya' (DRY) a mediados de marzo del pasado año ("Me gustó mucho el eslógan", dice), así como el movimiento 'El estado del malestar' (malestar.org) . "Incluso tuve charlas personales con gente de ambos y, de hecho, algunos fundadores de DRY antes colaboraron con #nolesvotes". "En abril tenía claro que la convocatoria sería un éxito, todos empezamos a apoyar a la llamada del #15M, y en las redes cercanas a mis círculos no se hablaba de otra cosa", asegura Galli, aunque ya entonces empieza a mostrarse escéptico.

El papel de los medios

De repente estalla el 15M, y los medios no reaccionan de forma inmediata. Galli es muy crítico con este asunto. "Todavía sigo sin entender el silencio mediático, muchos periodistas decís que os 'lo habéis tragado' pero creo que fue resultado del 'lavado de cerebro' de que sólo los sindicatos u organizaciones formales son capaces de hacer este tipo de convocatorias", comenta, y añade: "Si es cierto este esquema de ver la sociedad, tenéis -y tenemos- un problema serio".

"No entiendo cómo ignoró completamente el fenómeno hasta que se encontraron llenas las plazas de decenas de ciudades"

"No entiendo cómo es que en general se ignoró completamente el fenómeno hasta que se encontraron llenas las plazas de decenas de ciudades", concluye. "Quizás tenga que aceptar que hay 'sociedades paralelas' que tienen poca intersección, pero tiendo más a pensar que no erais capaces de comprender que la opinión pública ya no está definida sólo por los medios, políticos, o sindicalistas", deduce.

Para él, la repercusión internacional que tuvo el 15-M no fue sorprendente, ya que "dado que no hubo información previa, pareció que surgió y se llenaron las plazas de la nada". "Es normal que haya captado el interés inmediato, sobre todo porque es casi paralelo a la 'primavera árabe'", añade.

Éxito o fracaso

La simbólica acampada de la Puerta del Sol en Madrid se desmanteló de forma oficial un mes después de su nacimiento. "Un movimiento de acampadas y manifestaciones no se sostiene durante mucho tiempo, la gente necesita hacer su vida normal, cuidar de su familia y pocas personas pueden hacer de activistas el 100% de su tiempo, algo que además considero que es perjudicial en lo personal, familiar y psicológico", reconoce Galli. Y fue eso lo que pasó.

La ausencia de líderes, algo que ha definido el movimiento, ha sido también uno de sus talones de Aquiles. "Cada uno terminó pidiendo 'qué hay de lo mío'". "No pretendo decir que hacen falta líderes", puntualiza, "sino que debemos aprender mucho de cómo trabajar sin ellos".

En definitiva, Galli afirma que el 15-M "empezó siendo un movimiento integrador y que capturó la ilusión y esperanzas de mucha gente, pero terminó desvaneciéndose". "Si lo dejas sedimentar, y sobre todo analizas lo que pasó desde abril hasta la primera semana de acampadas (el 22 de mayo), es impresionante", reconoce, y añade que "ha sentado muchas bases, es histórico". "Nos ha enseñado que podemos hacer cosas, que podemos ser 'civilizados' y solidarios, que podemos contar con otros".

"Soy y he sido crítico con el movimiento, y eso que no falté a ninguna manifestación en Palma de Mallorca", concluye. Y añade, no sin humor: "Hoy todavía me pregunto cómo es que me meto en esos fregados".

1. ¿Dónde estabas el 15M?

Comí paella con unos amigos en un restaurante de Es Trenc, nos dimos prisa para regresar, a las 18.30 horas llegué a la Plaza de España de Palma para la manifestación.

2. ¿Algo positivo de la experiencia?

Fue un aprendizaje avanzado y acelerado de lo que podemos hacer en conjunto, de forma colaborativa, distribuida y sin 'jefes'. También de los problemas que se derivan, pero creo que en general el resultado es muy positivo; durante unos meses creo que todos estuvimos un poco orgullosos de lo que estaba haciendo "nuestra gente".

3. ¿Algo negativo de la experiencia?

La casi nula incidencia en las elecciones, cambiaron tantas cosas, pero tantas, que todo sigue igual. No, peor.

4. ¿Qué queda por hacer?

Todo lo que se pretendía, cambiar esta forma de hacer política, que parece más un negocio de pocas empresas que una democracia saludable, moderna, permeable a los intereses de los ciudadanos, y cuya prioridad sea defender los derechos de esos ciudadanos más que el objetivo de déficit que fija el 'mercado-de-no-sé-quién'

5. ¿Qué harás este 15M?

Es martes, el día que no doy clases, seguramente leeré lo que se escriba ese día sobre el #15M, y sobre todo, programar como loco, que estoy en un proyecto que me ilusiona sacarlo adelante.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/15/navegante/1337087930.html

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