jueves, junio 07, 2012

deporte popular, Luis García del Moral

deporte popular, Luis García del Moral Entrevista a Luis García del Moral

04 jun 2012

“Hay una tendencia natural a la búsqueda de la competición, y esto puede ser malo”

Por la consulta de Luis García del Moral pasan decenas de deportistas populares todos los meses. Director del Instituto de Medicina del Deporte, ha trabajado con equipos y deportistas profesionales durante muchos años, entre ellos el ciclista Lance Armstrong.Luis García del Moral da en esta entrevista un curso acelerado de sensatez para deportistas populares. Director del Instituto de Medicina del Deporte, ubicado en el complejo deportivo La Petxina de Valencia, García del Moral, de 55 años, ha estado gran parte de su carrera vinculado al deporte profesional. En su currículo figura haber sido el médico del ciclista estadounidense Lance Armstrong entre 1999 y 2003. Es decir, durante los primeros cinco Tours del tejano. Pero su bagaje profesional es mucho más amplio. Sin desmerecer el resto, lo más jugoso de la conversación se produce con la grabadora apagada. Pero esto ya es cosa de la imaginación de cada uno.

¿Qué valoración hace del aumento de la práctica deportiva entre la gente?

Es positivo que haya un aumento del número de practicantes, pero el fenómeno merece un análisis más profundo. Hay una concentración en un tipo de deportes que podemos llamar fáciles: carrera a pie, ciclismo, natación… Deportes que no requieren grandes conocimientos técnicos. Esto nos habla de cierto tipo de carencias, como la escasa cultura deportiva general. No hay estructura de deportes de equipo, de deportes más técnicos como el voleibol o el balonmano. También percibo que hay una excesiva tendencia a la competición sin saber si podemos competir, si estamos preparados. Como el ejercicio aeróbico genera endorfinas, dependencia física, hay una tendencia natural al incremento de las intensidades y a la búsqueda de la competición, y esto puede ser malo. En todo caso, es mejor que la gente, haya o no haya hecho deporte antes, lo haga.

¿Con qué frecuencia?

Si nos pasamos, los problemas articulares llegarán antes. Al final se produce cualquier patología de cadera, rodilla… Pero si no hacemos nada, también. Hay que saber dónde está el término medio.

¿Hasta que punto un deportista popular de largas distancias castiga su organismo?

Como reto personal, preparar un Ironman (3,8 kilómetros de natación, 180 de bicicleta y un maratón corriendo) puede ser interesante, pero desde el punto de vista de nuestro organismo quizá no lo sea tanto. No debería pretenderlo cualquiera. Para mí, eso no es deporte salud.

¿Qué ventajas tiene alguien que haya hecho deporte desde pequeño con respecto a alguien que empiece a los 40?

Muchas. El desarrollo fisiológico tiene sus momentos y el deterioro general no es que sea irreversible, pero no es reversible 100%. Es decir, si alguien se pone a trabajar la elasticidad a los 40 difícilmente va a conseguir la elasticidad de una bailarina. Con la condición aeróbica pasa lo mismo. Si uno no es capaz de activar su organismo en el momento en que éste es más práctico, difícilmente podrá hacerlo a los 40.

¿Cuál es la edad idónea para comenzar con el fondo?

Para las largas distancias, en un popular, no hay edad. Pero lo correcto es empezar a una edad habiendo pasado anteriormente por otras fases. Lo normal, por ejemplo, en un maratoniano profesional es haber comenzado por distancias más cortas, haber pasado el sarpullido con 10 o 12 años. Una edad en la que hacía técnica de carrera, velocidad, relevos… ¡Porque a nadie se le ocurre ponerse a correr un maratón con 20 años! No estás preparado mentalmente ni muscularmente. Pero sí estás preparado para mejorar un tipo de cualidades que luego ya no vas a adquirir. Cualidades que te sirven para hacer un cambio de ritmo, adquirir una experiencia o desarrollar un consumo de oxígeno que te permita mantenerlo para que el deterioro sea menor a los 40 años.

“No estoy seguro de que correr un maratón en cinco horas sea más sano que en tres”

“En general se entrena demasiado, y luego no se puede trabajar bien la calidad.”

Mucha gente se incorpora a la práctica deportiva a partir de los 35-40, ¿qué riesgos puede correr?

Depende de cada uno. El otro día oía una pregunta durante una presentación de una prueba: “¿Puedo correr un maratón sin haber corrido un media maratón?”. Pues hombre, sí, puedes… Pero no es sólo una cuestión de edad. Imagina que ponemos a dos tíos de 40 años, uno con un 25% de grasa y el otro con un 12%. El primero acaba el maratón en cinco horas, y el segundo en tres horas y media. ¿Qué efectos puede tener en el grueso haber corrido durante cinco horas? Yo no estoy seguro de que correr un maratón en cinco horas sea más sano que hacerlo en tres. El de tres pasa el calvario más rápido.

¿Es frecuente entrenar a ritmos superiores al indicado?

Sí. En el popular es lo habitual, pero incluso entre los buenos. Los de 2 horas 30 minutos en maratón suelen entrenar a intensidades demasiado altas. En general se trabaja demasiado, y luego no se puede trabajar bien el trabajo de calidad. Yo no digo que no haya que entrenar fuerte, pero hay que entrenar fuerte lo que hay que entrenar fuerte.

¿Qué pautas debería seguir entonces un atleta popular?

El mejor entrenamiento es el que se puede hacer. El entrenamiento se compone de dos fases: trabajo y recuperación. Si uno entrena mucho y luego lleva dos días en los que no puede entrenarse significa que aquella salida no fue buena. Cuando uno baja las intensidades lo primero que se encuentra es que puede entrenar más veces, inclusive más tiempo. A nivel fisiológico hay un mayor consumo de grasas y, por lo tanto, baja el porcentaje graso. Al ir más ligero puede ir más deprisa. Lo que ocurre es que la percepción de la gente es que para poder competir hay que entrenar deprisa. Y eso no es así. Uno que haga 60 kilómetros semanales no puede correr esos 60 kilómetros al ritmo que va a correr el maratón. No porque uno pueda hacer una cosa significa que esté bien hecha. Si castigas mucho al cuerpo, éste al final responde de alguna manera: fatiga, sobreentrenamiento, rotura muscular…

¿El mismo plan de entrenamiento sirve para dos personas de la misma edad?

Los entrenamientos deberían ser personalizados en base al conocimiento de la foto del sujeto: consumo máximo de oxígeno, economía de trabajo, técnica de carrera, parámetros en los dos umbrales…Sobre las cualidades físicas, afinar en las buenas y trabajar las malas.

¿El deportista popular debería recurrir a un preparador o a un médico deportivo antes?

Para empezar, antes de acometer cualquier empresa física, debería ser obligatorio hacerse un electrocardiograma. Y si no fuéramos un país pobre, una prueba de esfuerzo a partir de los 35. Debería ser obligatorio. Los beneficios de esto son múltiples: te hacen un balance articular, te buscan descompensaciones desde el punto de vista osteo-articular y te hacen tu foto fisiológica. Esa información es básica para establecer el plan de entrenamiento. Porque lo demás, recurrir a Internet, son fórmulas generales que valen para todos pero no valen para nadie.

¿Cómo se consigue la progresión idónea?

Pues lo fundamental es entender el cuerpo de cada uno. Es algo en lo que hago mucho hincapié. Nos creemos no sé qué y estamos haciendo no sé cuantos. La visita médica viene muy bien para meter en vereda las sensaciones de cada uno. Y con eso uno puede proyectarse en el tiempo.

¿Respetamos poco al organismo?

Yo creo que se hacen locuras. Tengo la deformación profesional de ponerme durante las carreras en una esquina y mirar las caras de las personas. Me quedo pasmao. El estado de la gente aporta información. Nos sigue sorprendiendo que no pasen más cosas. A mí, como médico, me sorprende que, ante perfiles físicos concretos que fuerzan su organismo al máximo no pasen más cosas de las que pasan.

¿Trata a mucho imprudente?

No, el imprudente no viene a la consulta. Es raro que venga, a no ser que le dé un jamacuco. Pero yo he tratado a gente que ha corrido maratones con taquicardias ventriculares. Se están jugando la vida.

¿Qué periodos de descanso necesita el deportista entre prueba y prueba?

Se inventó el domingo, el mes de vacaciones. Aquí pasa igual. No es de recibo no parar. Hay que saber parar. Si el entrenamiento está bien estructurado, con las intensidades bien calibradas, los parones podrán ser menores. Pero en cualquier caso hay que parar. Después de un maratón, lo ideal son 15 días. Y se para por completo. Ni mirar las zapatillas. Hay que tener en cuenta que el atleta popular, además de preparar el maratón ha estado trabajando, atendiendo a su familia. Y no tiene los medios de recuperación de los profesionales. Por lo tanto, los periodos de recuperación deben ser un poquito más largos.

¿Le ha impresionado algún atleta popular por sus condiciones?

A más de uno le dices que si hubiera empezado antes lo habría hecho bien.

¿Qué le diría a su hijo si le dijera que quiere preparar un Ironman, por ejemplo?

¿Estás seguro, hijo? Primero vería cómo trabaja, le observaría. A mis hijos ya les he hecho un electro, así que esa parte ya la tengo. Luego habría que analizarle en una segunda fase, porque hacer una valoración en el kilómetro 0 no tiene sentido. Asistimos a un aluvión de organización de pruebas en las que a nadie se le pide un certificado médico. Nos tiene que llegar la tendencia que existen en el resto del mundo. Los grandes maratones ya lo hacen, entre otras cosas porque se lo pueden permitir: la demanda supera ampliamente la oferta.

¿Por qué dejó a Armstrong en la cúspide, después de cinco Tours ganados?

Porque estaba cansado. La presión era enorme y necesitaba descanso. Salió la oportunidad de regresar a Valencia y no me lo pensé.

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