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lunes, marzo 18, 2013
La rocosa MTB èpico
¡Las adversas previsiones meteorológicas no pueden con el espíritu del FIAT MTB 4 estaciones y sus 2.000 bikers!
La previsión del tiempo asustaba, pero al final el día no amaneció tan cerrado. El barro ha sido el elemento fundamental contra el que han tenido que luchar los participantes para conseguir el gran reto de ser un finisher en esta primera edición de La Gran Rocosa, ¡¡enhorabuena a todos!!
Ya las previsiones de los días anteriores daban bastantes probabilidades de que La Rocosa estaría pasada por agua con el barro como protagonista. El sábado, los 300 participantes de la Marcha de la Familia se libraron de la lluvia, pero se fueron a casa con miedo a lo que podría pasar al día siguiente. Aunque el día no amaneció con lluvia y respetó la salida de los bikers, a mitad de prueba, la lluvia hizo acto de presencia en la sierra madrileña del Guadarrama.
Los participantes han tenido que sufrir y luchar contra el barro para poder llegar a meta en una jornada heroica marcada por ese espíritu de superación y de esfuerzo que caracteriza a los amantes del Mountain Bike. Desde la organización queremos dar la enhorabuena a todos los bikers que habéis participado en la prueba y que sin duda habéis demostrado que la aventura y los retos es lo vuestro. Por este motivo deciros que tenemos mucho en común y solo esperamos que aunque durante el recorrido toco sufrir vuestro poso y sentimiento posterior haya sido positivo y de satisfacción por el objetivo conseguido. ¡Nos vemos en mayo en La Ruta del Vino, sin duda, una época bastante más cálida!
http://www.mtb4estaciones.com/rocosa/index.php
Manu del club Luis Valtueña, ha sufrido la ruta y èste es su ladrillo
Ya estamos por casa duchaditos, bien alimentados y con una siesta reparadora para contrarrestar el madrugón del día.
Un infierno épico, eso es lo que ha sido esta marcha. Nos ha entrado agua y barro por arriba, por abajo, por los lados... Jamás había terminado una ruta con tal cantidad de agua y barro encima.
Ultrapuntuales, a las 10:00 en punto de la mañana daban la salida para los que íbamos a hacer la ruta larga (48 km). Aunque el cielo está casi negro no llueve, y aun nos queda la esperanza de que nos respete la meteorología. Nada más lejos, a los 10 minutos de empezar ya está diluviando y no parará en toda la mañana. Ni me molesto en ponerme el chubasquero porque me he empapado en décimas de segundo y ya no merece la pena. Además la temperatura es agradable y por el esfuerzo de los repechones y el terreno ultraembarrado mi cuerpo mantiene la temperatura sin mayor problema. He salido en buena posición. Apenas tenía 200 bikers delante de mí y el entrenamiento de los pasados días me ayuda a adelantar gente a raudales. Me siento fuerte y llevo un buen ritmo, siempre sin pasar de las 175 ppm. Calculo que debo estar entre los 150 primeros y estoy emocionado de poder conservar esa posición... Mi gozo en un pozo, los elementos se ceban con la mecánica y el muelle que separa las zapatas de freno se enreda entre los agujeros del disco. No pasa nada, soy previsor y llevo repuestos... MIERDA!!! ¿DÓNDE ESTÁN LAS ZAPATAS NUEVAS?, a 28 km de distancia dentro del coche. No pierdo la calma y arreglo el desbarajuste lo mejor que puedo con los alicates. Mi freno trasero se queda medio inutilizado y ya realizaré todas mis bajadas con mucha precaución. Ahora no es problema, empieza la subida de La Pedriza y tengo que recuperar los 10 minutos que he perdido arreglando el freno. De nuevo me pongo a adelantar gente, pero ya de poco sirve porque en esos 10 minutos me han pasado más de 200 ciclistas. Empiezan las bajadas y aquí ya me rindo y decido bajar el ritmo. No por falta de fuerzas sino porque es desesperante la cantidad de agua que nos está cayendo y cómo está el terreno de riachuelos, mini lagos, barro, agujeros dónde clavas la rueda de delante... además las bajadas son bastante técnicas y single track por los que sólo cabe un ciclista. Estoy casi sin frenos así que me limito a seguir al que tengo delante sin agobiarle mucho para no llevármelo por delante. Los últimos 10 km parece que las pistas se hacen más anchas así que vuelvo a meter plato grande y a tope de nuevo. La lluvia ya ni me molesta porque todo yo soy una croqueta de barro rellena por litros y litros de agua. Mi Trek chilla por todos lados y parece que me está insultado por haberla metido en este berenjenal. Los platos empiezan a chupar la cadena, pero ya sólo quedan 5 kilómetros, así que pedaleando con mucha precaución llego a la meta después de unas horribles 3 horas y 18 minutos. Hay lavado de bicicletas, pero como os podeis imaginar las colas son kilométricas. Así que dejo la bici toda sucia en el parking vigilado y me voy a por el famoso perrito caliente de las marchas Fiat MTB, y a por mi bolsa de regalos: una mochila con el Logo de Fiat MTB con un bote para la bici, una caja mediana de cereales Special K, unas gafas de sol de aviador, una revista Bike, una loción para masaje y varias hojas de publicidad.
Me sorprendió que al llegar a la meta estaban allí ya mis compis de curro, pero claro, muy sabiamente en el Km 36, que se pasa otra vez por Moralzarzal, decidieron acortar la agonía. Lo que no saben es que han tenido tanta agonía como yo, porque a pesar de haber acortado la ruta 12 km, apenas me han sacado cinco minutos.
Muy buena ruta, muy bien señalizada, muy bien organizada. Recomendable, y eso que a mi no me hacen mucha gracia las rutas que tienen algún patrocinador fuerte como El Corte Inglés. En este caso me quito el sombrreo ante la gente de FIAT.
Os subo el track pero creo que no os será de mucha utilidad. Lo primero porque la mayoría de los sitios por los que pasa esta marcha, pasamos nosotros en una o otra ruta, y lo segundo porque se cruzan varias fincas privadas que solamente se han abierto como favor para la ocasión.
He disfrutado a pesar del sufrimiento, pero se me ha hecho muy raro no ver ninguna camisa rojita Valtueña a mi lado. Mis compis del curro me miraban con la cara desencajada y con ganas de llamarme de todo por haberles metido en este lío, pero sé que mañana cuando estén recuperados del esfuerzo ya estarán pensando en la siguiente. De hecho uno de ellos acaba de encargar una 29 de carbono esta semana, y es que esto engancha una barbaridad. ¡Viva el MTB!"
pero cuando mirò los frenos....
"La última vez que asisto a una carrera llena de agua y barro. Me he tirado cuatro horas para volver a dejar la bici y mi ropa en condiciones de poder volver a ser usadas.
Como os comenté en mi crónica, a partir del km 28 me quedé sin freno trasero. Hoy al desmontar me he quedado estupefacto: el muelle destrozado y las pastillas sin ferodo. Las de delante aguantaron más porque estaban cambiadas recientemente, pero igualmente las he tenido que cambiar. Conclusión, si el día se levanta chungo mejor quédate en casa haciendo un aburrido rodillo. No compensa la paliza que te das luego a limpiar y engrasar y el desgaste al que sometes a los componentes de la bici: pastillas, cadena, platos, cassete."
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