martes, agosto 27, 2013

El macabro eje Madrid-Valencia-Santiago de Compostela




DIFERENCIAS Y SIMILITUDES 2013-08-26
El macabro eje Madrid-Valencia-Santiago de Compostela

Gabriel Moris


Creo que no necesitamos mucho tiempo de reflexión para asociar estas tres ciudades. Las tres han padecido sendas catástrofes que han llenado de dolor, no sólo a las víctimas directas, sino a toda España. Las tres han quedado grabadas en nuestra memoria colectiva. Y las tres deberían servirnos, no sólo para sentirnos orgullosos de nuestra solidaridad como pueblo, sino de nuestra capacidad para rectificar y prevenir las causas que las originaron. Más adelante retomaremos este punto.

Sin la menor duda, el protagonismo principal, en los tres casos, debería corresponder a las víctimas. Las autoridades sólo deberían asumir el papel y las responsabilidades que se les asignan en el ordenamiento institucional. La sociedad civil, importantísima siempre, asume un papel y unas funciones que sobrepasan ampliamente el comportamiento de la misma en otros países.

El dolor de las pérdidas humanas y las secuelas derivadas de los hechos son más propias de las víctimas, y por extensión, de la sociedad civil. Ello no las excluye de sus derechos en materia penal y procesal.

Los medios de comunicación, en general pero con excepciones, parecen otorgar más protagonismo a las instituciones y a lo más impactante de los hechos. No se resignan a quedarse en su lugar de "cuarto poder" y aspiran a ocupar posiciones de cabeza en los juicios sobre los acontecimientos. Prueba de ello es el sensacionalismo, la información distorsionada y a veces interesada que dan de hechos, que, como los tratados, deberían abordarse con un gran respeto a las víctimas y a la verdad de los hechos probados.

Entre los Trenes de Cercanías, el Metro de Valencia y el Tren de Santiago existen cosas comunes como la pérdida de vidas y el daño a los damnificados, el escenario de la tragedia-los vagones de los trenes- y el exquisito comportamiento ciudadano del pueblo. Hay diferencias patentes entre los Atentados de Madrid y los accidentes ferroviarios de Valencia y Santiago:

Un atentado es un acto voluntario desde su planificación, su ejecución y la explotación del "éxito". Aquí no cabe hablar de fallos humanos ni técnicos. Muy al contrario, para los autores fue un acierto total. En los accidentes nunca hay intencionalidad, puede haber errores humanos, incluso fallos técnicos, pero involuntarios, ya que los conductores son víctimas de sus propios fallos.
En el caso del 11M, los causantes de los daños tenían como uno de sus objetivos prioritarios quedarse en el anonimato, esto lo han conseguido hasta hoy . En los accidentes ferroviarios no es posible el anonimato.
El papel de las autoridades creo que no es comparable entre el Atentado y los dos accidentes. La Comisión de Investigación Parlamentaria, lejos de clarificarlo, sirvió para sumir en la oscuridad toda responsabilidad en la prevención y en la clarificación del mismo.
Las propias víctimas, que deberían formar una piña en el duelo y en sus lógicas reivindicaciones, en el caso de los Trenes de Cercanías se produjo una triste división que sólo beneficia a los ocultos terroristas y a los beneficiarios del crimen.
El caso del Metro de Valencia, juzgado y sentenciado, se va a reabrir a petición de las víctimas y con el concurso de instancias judiciales, políticas y algunos medios de comunicación. ¿Alguien cree que los mismos actores puedan conseguir la reapertura del caso 11M?

Los escenarios y enseres de los Trenes de Cercanías desaparecieron y aún no sabemos quienes dieron las órdenes y quienes las ejecutaron. ¿Podemos decir lo mismo del Tren de Santiago?

Muchas catástrofes, después de su análisis, se concluye que podrían haberse evitado. Si ello no fue posible, el mismo análisis, permite elaborar un plan de acciones correctoras y preventivas que permita evitar las causas y la repetición. Ignoro si en los accidentes se ha obrado así. En el mayor Atentado Terrorista de nuestra Historia no ha sido así. ¿Por qué? Nuestras Instituciones tienen la palabra.

Lo irreparable no tiene arreglo pero lo evitable es una pena que, por razones interesadas, no se evite para siempre.


http://www.libertaddigital.com/opinion/gabriel-moris/el-macabro-eje-madrid-valencia-santiago-de-compostela-69264/

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