martes, octubre 01, 2013

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Activistas del pedal
Por: Pablo León | 30 de septiembre de 2013

Boston. Noche. Cinco treintañeros salen de un local de comida rápida. Mientras caminan por la calle, se cruzan con un retorcido aparcabicis, dañado semanas antes tras el impacto de un coche. Tras unos minutos de discusión, los cinco se enzarzan con los hierros. Un cuarto de hora después, el aparcabicis luce recto de nuevo. “Esa acción denota un impresionantes sentido de lo público”, comenta jocoso un edil del ayuntamiento de la ciudad estadounidense tras ver una grabación de circuito interno que registró la acción de los cinco hombres. Un gesto casi activista. El activismo en bicicleta posee muchas facetas. En ciudades agresivas con las dos ruedas, casi todo el que pedalea es un militante; en las urbes más amables, la militancia se demuestra mediante otros canales. En España, últimamente, el colectivo ciclista se ha sentido muy atacado. Su respuesta: organizarse y actuar más allá de los Me gusta en Facebook o los retuits. Así han florecido marchas, concentraciones o charlas en torno a los pedales.
“Yo hago activismo cada vez que uso la bici”, se escucha en la Cineteca de Matadero Madrid, donde una veintena de personas están hablando sobre el tema durante la inauguración del Bicycle Film Festival en la capital. “En Holanda la clave del éxito de los pedales es que los ciudadanos no pueden imaginarse su vida sin bicicleta”, cuenta la fotógrafa Shirley Agudo. Nación en Estados Unidos, pero lleva más de 15 años en el país europeo donde hay más bicicletas que personas. Sus fotos son una prueba de ello. Agudo está preparando el quinto libro de su serie Bicycle Mania Holland: imágenes cotidianas de holandeses sobre el sillín. En los países bicifriendly, el ciclista es un ciudadano más. En los lugares donde cuesta pedalear, el usuario se convierte en militante. En México, por ejemplo, los implicados con las bicicletas, pintan carriles bici durante la noche. En Madrid, algunos, reparten octavillas.
Cuando Iván Villarambla se encuentra con algún conductor fitipaldi no discute. “Tienes unos segundos para poder hablar con él. Lo mejor es darle esta hoja”, dice sosteniendo medio folio en la mano. Ahí, ha resumido la legislación madrileña aplicable a la bicicleta y se la da a los conductores para que la conozcan. “Cuando le echan un vistazo descubren que el ciclista debe ir por el medio del carril. Del mismo modo les invitas a ahorrarse un pitido si ven circulando una bici por el carril contiguo al de Bus-Taxi”, continúa. Además de activista de semáforo, escribe el blog En bici por Madrid.

Solo hace falta un enemigo común para unir a un grupo. Esta fue una de las conclusiones del experimento de psicología social, de 1954, La cueva de los ladrones, que estudiaba el comportamiento grupal. Los ciclistas han encontrado este año su gorgona: la DGT y el Reglamento de Circulación que pretende aprobar. Ante ello, se han unido y se han organizado. Las Bicicríticas son una muestra de ello. Esta cita, que invita, el último jueves de cada mes, a recorrer varias urbes de España en bici, se han transformado en una marcha reivindicativa. Unas veces en contra de la obligatoriedad del casco; otras reclamando más seguridad.

Isabel Ramis acudió el último verano a una Bicicrítica. Rodeada de pedaleantes como ella, no paró de dar la chapa. Lo hace de manera literal y es su manera de hacer activismo. Allá donde va, una bolsa de chapas le acompaña. En ellas anuncia su blog, Muévete en bici por Madrid, e invita a usar la bicicleta. “Con una sonrisa se consigue más que con un grito”, defiende Ramis.
En España, la mayoría de los pedaleantes no milita en ninguna asociación (95%, según el último Barómetro de la Bicicleta de 2011). Sus reivindicaciones bicicleteras las realiza de manera puntual. La amenaza del casco obligatorio les ha azuzado.


Si hace cuatro años, un 23% de los poseedores de bici estaban interesados en formar parte de alguna asociación, ahora son más; muchos quieren militar de manera más organizada. Como respuesta a esto, la Coordinadora de la Bicicleta (CONBICI) ha creado la figura del socio unitario por lo que, además de asociaciones, cualquier ciclista puede afiliarse. Con la membresía ofrecen seguro de responsabilidad civil, asesoría jurídica y protección al robo, entre otros servicios, y aseguran una defensa de los derechos del colectivo. La semana pasada, algunos de sus representantes estuvieron en el Congreso realizando alegaciones al nuevo Reglamento de Circulación propuesto por la DGT de María Seguí. “Es mejor hacerse socio que pagar el seguro de cualquier aseguradora. Nosotros, además de ofrecer cobertura, peleamos por que cada vez haya más bicicletas”, resume Manuel Martín, presidente de la organización.
Desde Bostón a Madrid, los pedaleantes se organizan. Y tú, ¿eres ciclistactivista?

http://blogs.elpais.com/love-bicis/2013/09/activistas-del-pedal-.html

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