domingo, febrero 02, 2014

Ultramaratòn , ultratriatlòn, màs allà del lìmite




EJERCICIO Beneficios y riesgos de las carreras extremas
Ultramaratón, más allá del límite


Cada vez hay más aficionados a las carreras de larga distancia

La ciencia analiza los beneficios y riesgos del ejercicio extremo en la salud

MARÍA VALERIOMadrid
Actualizado: 02/02/2014 05:07 horas

"Es difícil explicar lo que sientes con esto, por qué lo haces. Estás tú solo contigo mismo, con una sensación de desconexión total, pero al mismo tiempo con la máxima conexión". Así explica el periodista Valentí Sanjuan sus sensaciones después de 'engancharse' hace nueve meses a las carreras extremas, como el Ultraman del Reino Unido, donde completó -en segunda posición- 10 kilómetros nadando y 145 de bicicleta en un día, 275 pedaleando el segundo, para acabar corriendo el tercero 84 kilómetros (dos maratones).

Cada vez hay más deportistas amateur que se animan a participar en competiciones de larga distancia, como los ultramaratones -con una distancia mayor a los 42 kilómetros del maratón tradicional- o las carreras tipo ironman que multiplican horas de carrera a pie, a nado y con bicicleta más allá del triatlón convencional. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco cuando la ciencia ha comenzado a prestarles atención a estos eventos para conocer los efectos del deporte extremo en la salud.

El ejemplo más reciente de la atención científica por el deporte extremo es el estudio ULTRA que publicaba hace unos días la revista PLoS One Martin Hoffman (del departamento de Veteranos del Davis Medical Center de California) y Eswar Krishnan (de la Universidad de Stanford, también en California, EEUU) han entrevistado a 1.200 atletas que habían participado al menos en una carrera de más de 50 kilómetros alguna vez en su vida. Su intención es seguirles durante 20 años para poder ver los efectos a largo plazo de actividades físicas tan extenuantes.

"Sabemos que el ejercicio es muy importante, y que reduce significativamente los riesgos de enfermedad cardiaca y diabetes, o que mejora el sistema inmune y los estados de ánimo", explica a este periódico el doctor Brian Krabak, especialista de la Universidad de Washington y corredor de ultramaratones (carreras con una distancia superior a los 42 kilómetros del maratón). "Lo que necesitamos averiguar todavía son las consecuencias a largo plazo de correr largas distancias. Este estudio es el inicio de un amplio seguimiento que nos dirá qué les ocurre a estos atletas con el paso del tiempo".

Seguimiento a largo plazo

Este análisis, el primero de los que irán publicando sus autores, muestra a una población con una media de 42,3 años (el 68% de ellos varones), con un nivel educativo y salarial por encima de la media y con un estado de salud mejor que el resto de la población. La tasa de visitas al médico o la incidencia de enfermedades crónicas (como el cáncer o patologías cardiovasculares) era inferior a la media y, además, faltaban un 50% menos al trabajo por enfermedad.

En el análisis también se observó que estos atletas, con cientos de kilómetros acumulados en sus piernas (no sólo por las carreras sino por todos los días de entrenamiento previos), tenían una incidencia un poco mayor de asma y alergias. El resultado no es sorprendente, y ya se había observado en otros trabajos con corredores. El hecho de que pasen mucho tiempo al aire libre, sugiere la teoría más aceptada, podría estar detrás de sus problemas respiratorios.

A cambio de esa 'salud de hierro', estos atletas habían acudido al médico mucho más que el resto por culpa de lesiones deportivas, en su mayoría problemas de rodilla y fracturas por sobrecarga en el pie. Como explica a EL MUNDO José Antonio Martín, fisioterapeuta responsable de los servicios sanitarios en el Maratón de Madrid (Mapoma), las fracturas por sobrecarga se producen cuando el hueso ha superado su umbral de fatiga (por los impactos repetidos del pie contra el suelo, por ejemplo). "No es que se rompa, como en una fractura normal, sino que esa zona ósea se reblandece, pierde la dureza habitual del hueso y se vuelve más viscosa".

Estas fracturas por estrés son habituales en el segundo y quinto metatarsiano del pie, pero también en la tibia, "donde se insertan los músculos que usa habitualmente el corredor". Como explica Martín, además de estas fracturas, otro problema habitual entre estos deportistas son las sobrecargas musculares (principalmente en isquiotibiales) o las lesiones relacionadas con el tendón (sobre todo el tendón rotuliano). "Además, en el caso de las competiciones que combinan carrera a pie con bicicleta, son frecuentes los problemas de miembros superiores, como el hombro, que sufre por el apoyo continuo sobre el manillar o las lumbalgias y dolores de cuello".

En el caso de las mujeres, añade, también se pueden dar casos de bursitis de cadera por el rozamiento de un tendón contra la pelvis, más ancha que la de los varones. El trabajo de Hoffman observó que las fracturas por estrés eran un poco más habituales entre las corredoras, pero cuando se tenían en cuenta todas las lesiones deportivas en su conjunto, la incidencia entre unos y otras se igualaba totalmente.

Una moda creciente

Sólo en EEUU la cifra de participantes en estas carreras ha pasado de 15.000 en 1998 a 63.530 en 2012, según datos de la revista especializada UltraRunning Magazine. El doctor Antonio Zoido sabe bien cómo ha evolucionado esta práctica, no obstante es el responsable médico del Club La Santa, que organiza el Ironman de Lanzarote desde 1992 (una carrera en la que se recorren más de tres kilómetros nadando, 180 en bicicleta y un maratón -en un máximo de 17 horas-). "En este tiempo lo que más ha evolucionado es todo lo relacionado con la nutrición y con los entrenamientos", explica desde la isla. "En los primeros años veía muchos casos de hipoglucemia, pero ahora la gente viene muy concienciada y prácticamente no vemos ningún caso", explica. Entre los problemas que más atienden en las 17 horas que tienen los atletas para completar esta prueba, Zoido destaca las hiponatremias por dilución (por beber demasiada agua durante el recorrido), las hipotermias por la temperatura del agua (pese a que el traje de neopreno es obligatorio) o los calambres.

El teniente Antonio Guardiola, enfermero al frente del puesto de socorro en la meta de los míticos 101 kilómetros de Ronda que organiza cada año la Legión en la ciudad malagueña, añade a esta lista los politraumatismos que se pueden producir en la versión de la prueba con bicicleta o los golpes de calor según la climatología (se celebra en mayo).

A su juicio, lo importante para afrontar un reto así es tener un buen entrenamiento previo (algunos recomiendan entrenar incluso durante un año antes de la carrera) y saber dosificar durante la prueba. "Si sales con mucha energía te pueden quedar por delante 10 ó 12 horas de penar. Por eso es importante dosificar, quizás más de lo que te puede apetecer", aconseja el bloguero, corredor y probador de zapatillas Luis Arribas. Quizás por la fortaleza mental que se requiere, y porque el organismo va ganando resistencia a medida que pierde potencia y explosividad, es habitual ver a corredores maduros en estos retos. La media en el estudio americano superaba los 40 años y Zoido coincide con esa percepción. "Esto requiere una experiencia mínima, haber participado al menos en otras distancias intermedias para ir viendo cómo responde tu cuerpo antes de lanzarte a recorridos de 14 ó 15 horas", explica Arribas.

Tal vez también por eso, el médico de La Santa y el fisioterapeuta del Mapoma recomiendan a dúo un reconocimiento médico completo antes de enfrentarse a carreras que llevan el organismo humano hasta el límite. "Siempre digo que el mayor grupo de riesgo son los cuarentones, que un día se proponen el reto de correr un ironman tras años fumando y sin hacer ejercicio", apunta Zoido.

Ese chequeo previo, coinciden el doctor Krabak y Alejandro Lucía -catedrático de la Universidad Europea de Madrid- debería incluir, al menos, un electrocardiograma, análisis de sangre, una prueba de esfuerzo y, como apunta Lucía, "tal vez una prueba genética que detecte un posible riesgo de muerte súbita".

Articulaciones y corazón

Pero más allá de los problemas que puedan aparecer durante, o a consecuencia de una carrera de cientos de kilómetros, el doctor Hoffman insiste en que lo que se desconoce por ahora son los efectos a largo plazo que pueden tener estos esfuerzos en el organismo. "Puede haber efectos en la posible aparición de arritmias cardiacas, artritis o cáncer; pero el nuestro es el primer estudio que analiza al detalle a estos corredores durante muchos años, por lo que no tendremos respuestas certeras hasta dentro de una o dos décadas".

El doctor Krabak admite que una de las preocupaciones es el efecto que puede tener sobre las articulaciones y la aparición de artritis en esta población. "Los estudios hasta ahora no han sido concluyentes, pero alguien que tenga una lesión incipiente y someta a sus articulaciones a un gran estrés podría acelerar su aparición", aunque de nuevo admite que sólo el tiempo lo dirá. Otra preocupación, explica Araceli Boraita, cardióloga del Consejo Superior de Deportes es el aumento del riesgo de arritmias derivado del entrenamiento aeróbico de alta intensidad, pero también los posibles trombos o incluso infartos. "Desde el punto de vista cardiovascular, claro que tiene más riesgos correr ocho horas que hacerlo 35-50 minutos", apunta, "porque cuando se superan ciertos límites fisiológicos el ejercicio físico deja de tener beneficios y puede tener efectos indeseables".

Mientras los estudios de Hoffman dan resultados a más largo plazo, de la experiencia de ultramaratonianos como Sanjuan o Arribas sólo se desprenden sensaciones positivas. "Me encuentro mejor, he perdido algo de peso pero, sobre todo, siento que tengo los músculos más duros y una antigua lesión de rodilla por jugar al fútbol no me ha vuelto a molestar", explica Sanjuan, presentador del programa Visto lo Visto que puede verse en Youtube. Él, como Arribas, se confiesa enganchado, y asegura que correr ha pasado a ser una de sus prioridades que le permite desconectar y "recargar las pilas para volver al trabajo al día siguiente".

http://www.elmundo.es/salud/2014/01/31/52ea37a9e2704ede0b8b4576.html

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ENTREVISTA Michael Joyner
'A más kilómetros, menor mortalidad'
MARÍA VALERIOMadrid
Actualizado: 02/02/2014 05:08 horas
Este especialista de la Clínica Mayo (EEUU) no sólo es uno de los mayores expertos mundiales en fisiología del deporte, sino que conoce en primera persona las durezas de las carreras extremas.

Muchos de los corredores de ultramaratón superan los 40 años, ¿deberían hacerse un reconocimiento médico previo?
Mucha gente va aumentando la distancia que corre a medida que envejece. Si se trata de corredores experimentados y llevan corriendo muchos años, probablemente no necesiten un chequeo médico específico antes de estas carreras. Sin embargo, cualquiera debería conocer algunas cosas básicas, como su presión arterial. Además, que tú estés en forma no es excusa para visitar al médico de rutina para la prevención de enfermedades como el cáncer o la diabetes. Para los nuevos corredores, si antes eran unos coach potatoes [muy sedentarios], tiene sentido para gente de mediana edad hacerse un chequeo y una prueba de esfuerzo antes de alguna prueba muy exigente.
¿Hay suficientes estudios para saber si los beneficios que tiene el ejercicio son aplicabñes también a estos esfuerzos extremos?
Los números son pequeños, pero Alejandro Lucía y su equipo tienen datos de antiguos ciclistas que corrieron el Tour de Francia. También hay datos de una cohorte de ultraesquiadores suecos. Cuantos más kilómetros hacían y mayor era su velocidad, menor su mortalidad.
¿Qué riesgos puede tener un ironman para corredores de 50 ó 60 años?
Los mismos que para gente más joven. La hipoglucemia y la deshidratación, sobre todo. También hay cierta preocupación sobre problemas de tipo ortopédico que pueden sufrir estos atletas. Las muertes súbitas e infartos son excepcionales en corredores experimentados de esa edad.
¿Se conocen los efectos sobre las articulaciones?
No hay suficientes datos, ni sobre los riesgos ni sobre posibles beneficios. La gente que participa en estas distancias están muy motivadas y son capaces de gestionar su entrenamiento y su participación en carreras para reducir las lesiones. Una de las razones por las que la gente mayor se embarca en este tipo de eventos muy largos es porque han aprendido a manejar el reto.

http://www.elmundo.es/salud/2014/01/31/52ea3bb9e2704ebd0b8b456e.html

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