martes, julio 14, 2015

grexit no, euro sì ( si pasan por el aro )



INTERNACIONAL
Los principales puntos del acuerdo de la Unión Europea con Grecia

ENRIQUE SERBETO / CORRESPONSAL EN BRUSELAS
Día 13/07/2015 - 13.23h
Cuestiones como la negociación sobre las pensiones o la privatización de la red eléctrica (ADMIE) son clave
Los principales puntos del acuerdo de la Unión Europea con Grecia

Un primer paquete de medidas urgentes

Antes del miércoles Grecia debe aprobar en el Parlamento de Atenas una serie de medidas urgentes y reformas que prueben su determinación de cumplir con las exigencias de los acreedores en los asuntos más sensibles, incluyendo los primeros recortes de pensiones, el aumento del IVA en todos los tramos y excepciones geográficas, la reforma de la justicia, la salvaguardia de la independencia del organismo que controla las estadísticas y adoptando la legislación pendiente sobre gobernanza económica de la zona euro que limita el margen de maniobra presupuestario del Gobierno. También debe transponer la directiva sobre resolución bancaria, teniendo en cuenta que algunos bancos podrían no sobrevivir a este prolongado periodo de cierre.

Negociación inmediata del tercer rescate

Si se aprueban esas medidas, el Eurogrupo podría considerar aprobar el mandato para que empiece la negociación del tercer rescate con la Comisión Europea. En esa negociación Grecia debe asumir que tendrá que presentar también un calendario preciso, exacto y obligatorio de medidas, cantidades y fechas que se comprometerá a cumplir. Pero antes, ese mandato debe pasar por la ratificación de los parlamentos nacionales en los que se requiere constitucionalmente. Este escollo ahora se presenta muy complicado en varios de los seis países donde este trámite es obligatorio (Alemania, Finlandia, Eslovaquia, Estonia, Holanda y Austria). Sin el cumplimiento previo del primer paquete de medidas sería virtualmente imposible.

Las pensiones deben ser sostenibles este año

Además de los recortes que ha de aprobar antes del miércoles, a lo largo de este rescate de tres años debe regular el sistema de pensiones de manera que llegue de forma real al equilibrio presupuestario, es decir que no le cueste más al Estado que lo que ingrese por cotizaciones, antes del mes de octubre de este año. Para ello deberá compensar los efectos de una sentencia del Tribunal Constitucional que anuló una reforma hecha previamente por el gobierno conservador. Este es uno de los elementos que más daño político le va a causar a Syriza, que ha proclamado continuamente que defendería a los pensionistas a capa y espada. Los acreedores le insisten en que no puede financiar las pensiones pidiendo dinero a otros países que tienen que exigir sacrificios a sus jubilados.

Modernización de la economía

Reforma ambiciosa del mercado en línea con lo que le aconsejó la OCDE, con desregulación de todas las profesiones y servicios, incluyendo farmacias, panaderías, productos lácteos, líneas de ferry, las rebajas y los horarios comerciales. Una vigorosa revisión de los procedimientos de negociación colectiva en las empresas incluyendo la regulación de los despidos colectivos. Las fórmulas de la reforma laboral deben alinearse con los usos de otros países europeos y debe excluirse la vuelta a las viejas prácticas que no son compatibles con las políticas de crecimiento. En coordinación con la Comisión Europea, desarrollar un programa urgente de modernización de la Administración pública para reducir costes de funcionamiento y presentarlo antes del día 20 de julio.

La red eléctrica (ADMIE) al sector privado

En el primer paquete a poner en marcha en 72 horas ya se menciona expresamente la privatización del operador de la red eléctrica (ADMIE), que es uno de los principales activos del Estado. El resto del sector público debe entrar en un calendario de ventas de activos con una gestión mejor que ahora pero ineluctable. Algunos países piden que las empresas públicas u otros activos del Estado hasta un valor de 50.000 millones sean entregados a un fideicomiso con sede en Luxemburgo, para ser vendidos más adelante si Grecia no pagase sus deudas, como una especie de aval. Sin embargo, no todos los ministros estaban de acuerdo en asumir una medida que se parece a lo que se hacía en el siglo XIX con las aduanas de los países morosos.

Vuelve la «troika» a trabajar en Atenas

La vuelta de las negociaciones con «las instituciones» (la vieja troika) a Atenas para mejorar la supervisión del cumplimiento de las medidas pactadas. Esta es una medida de alto contenido simbólico, porque ha sido una exigencia de Tsipras y del anterior ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, que consideraban que la presencia de los «hombres de negro» en los ministerios griegos era una especie de «ocupación». Eventualmente los países más duros quieren que Tsipras se comprometa a revertir todas las decisiones legales que ha adoptado estos meses sin el acuerdo con las instituciones supervisoras, lo que incluiría por ejemplo la reapertura de la televisión o la readmisión de miles de funcionarios. Se le daría la opción de tomar medidas equivalentes en recortes en otros sectores.

86.000 millones en tres años

Las necesidades financieras identificadas por la Comisión, el BCE y el FMI ascienden a un volumen de entre 82.000 y 86.000 millones de euros. El acuerdo pide que en las negociaciones se exploren posibilidades de reducir esa cifra a través de mayores ingresos fiscales o de más privatizaciones, teniendo en cuenta que se trata ya del tercer rescate.

Se explicita que si se cumplen las condiciones más urgentes, Grecia podría recibir a tiempo la ayuda que necesita con más rapidez, los 7.000 millones antes del 20 de julio y otros 5.000 a mediados de agosto, ya que si cayese en impago ante el BCE en la primera fecha, el sistema bancario de todo el país se derrumbaría y con el las finanzas públicas. Pero es necesario que para entonces haya asumido todas las exigencias.

No habrá quita salvo si sale del euro

La principal demanda de Grecia, la renegociación de la deuda, queda totalmente marcada en rojo: las quitas «son imposibles» y las autoridades griegas reiteran su compromiso inequívoco para honrar sus obligaciones financieras completamente y a tiempo. En cuanto a la posible renegociación de los plazos de carencia e intereses de la deuda, el documento no lo descarta, pero establece que no podrá ni siquiera considerarse antes de que se haya llevado a cabo la primera revisión del complimientos del programa de rescate. Aunque no todos los países estaban de acuerdo, la propuesta de que Grecia saliera del euro temporalmente si no acepta estas condiciones fue discutida abiertamente por los líderes europeos. En tal caso si se negociaría una quita.

http://www.abc.es/internacional/20150713/abci-puntos-acuerdos-grecia-201507122153.html

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Grecia acepta las duras condiciones de la UE a cambio de una quita
Angela Merkel asegura a que ya no será necesario el "plan B" en alusión a la salida temporal de Grecia del euro defendida por su ministro de Finanzas.
Europa contesta cuatro días después que no se cree la propuesta griega
Tsipras se siente como con una "pistola en la cabeza"
La sombra de un Gobierno de concentración planea sobre Atenas
Varoufakis asegura que Schauble quiere expulsar a Grecia del euro
Tsipras ha tenido que aceptar la presencia del FMI en el programa del rescate

Redacción Lunes, 13 de julio de 2015 - 10:17
Los líderes del euro han logrado este lunes un acuerdo unánime sobre el futuro de Grecia. El anuncio se ha hecho poco antes de las nueve de la mañana, lo que ha permitido que los mercados saludaran el pacto con subidas, aunque sin entusiasmo.A su salida de la sede del Consejo Europeo, Alexis Tsipras se ha limitado a manifestar que las condiciones pactadas permitirán el crecimiento de la economía griega. Aunque no se mostraba abatido, tampoco ha aceptado preguntas.
Las condiciones del acuerdo permiten suponer que el primer ministro griego se va a encontrar con muchos problemas en su país.

Sí habrá reestructuración, aunque con otro nombre

Fuentes comunitarias han explicado que habrá reestructuración de la deuda, la verdadera línea roja de los negociadores griegos, si bien no se habla explícitamente de quita, sino al contrario: el documento final la cita para descartarla.

Angela Merkel se ha dado prisa en explicar su versión de lo sucedido. El acuerdo permitirá reconstruir la confianza entre las partes y será sometido a votación en el Bundestag después de que el Parlamento griego haya aprobado las medidas exigidas, según la canciller, quien considera que "no es necesario un plan B", en alusión a la salida temporal de Grecia del euro que propuso su minisro de Finanzas durante las reuniones del eurogrupo.

Antes del miércoles, en el Parlamento griego

"Como se ha cumplido el plan A no es necesario un plan B", señaló Merkel durante su comparecencia ante la prensa después de las largas negociaciones que han desembocado en un acuerdo que obliga a Grecia a aprobar para este miércoles la legislación necesaria --recortes en ensiones y subidas de impuestos-- para aplicar las medidas prioritarias exigidas por sus acreedores.

En este sentido, explicó que convocará una sesión extraordinaria del Bundestag para aprobar el acuerdo sobre Grecia "después de que el Parlamento griego vote"."No tengo motivos para dudar sobre el calendario y las leyes, que ya han sido preparadas", apuntó Merkel. "Creo que la confianza puede recuperarse", añadió.

Un fondo con patrimonio griego de 50.000 millones

También precisó que el acuerdo contempla el establecimiento de un fondo que se dotará de activos griegos valorados en hasta 50.000 millones de euros cuya finalidad será contribuir a la sostenibilidad de la deuda del país heleno.

Este fondo incorporará los bancos recapitalizados, así como otros activos que serán vendidos con el objetivo de reducir la deuda de Grecia. Asimismo, unos 2.500 millones de euros de este fondo serán destinados a inversiones directas.

Negativa en redondo a una quita nominal de la deuda

Merkel ha vuelto a descartar la posibilidad de realizar cualquier quita nominal a la deuda griega, aunque ha señalado que el Eurogrupo está listo para proporcionar un periodo de carencia mayor, así como a extender los vencimientos cuando se complete la primera evaluación del rescate.

"Una quita nominal para Grecia no se contempla. El Eurogrupo está preparado si es necesario para otorgar un periodo de gracia más largo y vencimientos más largos después de la primera evaluación del programa", precisó.

http://www.cronicaglobal.com/es/notices/2015/07/grecia-acepta-las-duras-condiciones-de-la-ue-a-cambio-de-una-quita-22138.php

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¿Por qué Tsipras ha aceptado las salvajes condiciones de la troika?
“Cuando la única alternativa supone plegarte a las exigencias de una élite avasalladora, […] lo cierto es que la salida del euro debe considerarse como un mal menor”, sostiene el autor
Tras más de cinco meses de duras negociaciones se ha firmado finalmente un acuerdo entre el gobierno griego y la antigua troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). A decir verdad, el término “acuerdo” no es el más indicado para referirse a lo que en toda regla es un conjunto de imposiciones de política económica que el propio gobierno griego reconoce que son contraproducentes para su economía. Y es que la postura del equipo de Syriza siempre ha sido clara: aunque son conscientes de que las medidas de austeridad propugnadas por la Troika son perjudiciales para el crecimiento económico y para las clases populares, la única posibilidad de recibir asistencia financiera en el marco del euro es haciendo determinadas concesiones. Sin embargo, lo que sorprende profundamente del acuerdo recién firmado es que presenta condiciones mucho más negativas para el pueblo griego que las que presentaban borradores de acuerdos anteriores que no fueron firmados. Entonces, ¿qué ha pasado aquí?

Para poder entenderlo es imprescindible atender a las declaraciones de los gobernantes griegos tras la firma del acuerdo. Según el primer ministro, Alexis Tsipras, “durante la reunión del Eurogrupo el gobierno heleno ha recibido serias amenazas y chantajes que de materializarse tendrían graves consecuencias para el pueblo griego, ya que existe un plan perfectamente detallado (que ya estaba siendo aplicado) para lograr un aislamiento completo del país a partir del miércoles a todos los niveles, incluyendo el colapso de los bancos y la falta de provisiones de todo tipo. Por lo tanto, con el fin de sobrevivir y no sucumbir al Grexit, el gobierno se ha visto obligado a aceptar compromisos muy duros, aunque también algunas victorias”.

Las victorias a las que se refiere Tsipras son, ciertamente, muy pocas y poco relevantes: 1) alivio de la deuda pública (sin detallar y condicionado a la aplicación de otras medidas), 2) fijación en Atenas y bajo control griego (y no en Luxemburgo bajo control de la Unión Europea) de un fondo independiente destinado a privatizar los activos públicos de Grecia, y 3) no alteración de algunas leyes como las que afectan a los nuevos empleados del sector público.

Victorias que resultan claramente irrisorias si se comparan con las concesiones que han tenido que firmar, entre las cuales destacan: 1) Transferencia de activos públicos griegos a un fondo para que se vendan al mejor postor (una cuarta parte de lo recaudado irá a los bolsillos de la troika), 2) aumento del IVA, 3) recortes en las pensiones, 4) mayor liberalización del mercado de bienes y productos, 5) privatización del sector eléctrico, y 6) mayor limitación en la negociación colectiva.

Syriza no ha resistido el pulso

Además, el gobierno griego se ha comprometido a retirar algunas medidas que aprobó en febrero (salvo las de carácter humanitario), así como a presentar un borrador a la troika de cualquier medida que quiera aprobar en un futuro.

Otro argumento de Tsipras es que, puestos a aplicar este tipo de medidas, es mejor que lo haga un gobierno como Syriza a que lo hagan gobiernos como los del PASOK o de Nueva Democracia ya que estos concentraron las costes sobre las clases populares mientras protegían a los más acaudalados. Por otro lado, el primer ministro asegura que el impacto recesivo de las medidas de austeridad podrá ser compensado por otros factores positivos como la entrada al país de nuevas inversiones gracias a que no sufrirán el aislamiento financiero. Por último, Tsipras recuerda que su gobierno ha luchado mucho para obtener las mejores condiciones posibles, y que su lucha democrática servirá de ejemplo al resto del pueblo europeo.

Es decir, lo que ha ocurrido, simple y llanamente, es que el gobierno de Syriza no ha resistido más el pulso que le estaba echando a la Unión Europea. Ha preferido claudicar y aceptar las imposiciones de la troika (incluso aunque fuesen más duras que las de borradores anteriores) antes que arriesgarse a una salida del euro. La amenaza de la expulsión de la Eurozona ha convertido en polvo el referéndum que supuestamente iba a dar mayor poder de negociación al gobierno heleno. Sin conocer la existencia de este plan “perfectamente detallado” de aislamiento a Grecia no se puede entender que el acuerdo firmado sea peor que el que precisamente rechazó por mayoría el pueblo griego. La viceministra de Trabajo y Seguridad Social, Rania Antonopoulos, también ha sido muy tajante: “La única opción para nuestro gobierno es evitar un colapso económico y el aislamiento geopolítico. Un Estado fallido no es una opción”.

Es evidente que la congelación del flujo de liquidez que estableció el Banco Central Europeo justo después de la convocatoria de referéndum y que obligó a imponer el control de capitales fue el punto de inflexión en las negociaciones. En ese momento el gobierno heleno comprobó que las amenazas de la troika no eran simples movimientos estratégicos con los cuales ganar poder de negociación, sino que la troika estaba plenamente dispuesta a ejecutarlas si era necesario. Llegados a ese punto, el hecho de que ya se hubiese convocado un referéndum para conocer si la población quería o no políticas de austeridad poco le iba a importar al equipo de Syriza, porque el miedo ya los había invadido.

Salir del euro no es el fin del mundo

Lo cierto es que Syriza siempre estuvo en contra de salir del euro, y de ahí que algunos encuentren motivos para defender su actuación: frente a la alternativa de ser expulsado del euro o aplicar austeridad dentro de él, Syriza ha elegido la segunda opción. Ahora bien, lo que es tremendamente difícil de defender (por no decir imposible) es que el gobierno haya firmado un acuerdo que es bastante más nocivo para la ciudadanía griega que el acuerdo que esa misma ciudadanía rechazó mayoritariamente en referéndum. Ello supone un completo desprecio de la voluntad del pueblo, y eso es lo que es absolutamente deplorable. El gobierno griego ha antepuesto sus miedos a la opinión de la gente, y ha convertido la consulta popular en papel mojado.

Si nunca hubiese habido una consulta popular y el gobierno griego hubiese aceptado alguno de los acuerdos anteriores, sería más difícil criticar su actuación. Pero el hecho de que el pueblo griego se haya posicionado en contra de las políticas de austeridad debería haber obligado al gobierno a mantener su posición frente a la troika, independientemente de que el país hubiese sido expulsado del euro por ello. Al fin y al cabo la población ha sido valiente y ha mostrado estar dispuesta a rebelarse frente a los recortes a pesar del probable escenario de salida del euro. Los argumentos de Tsipras de que se quiere evitar un aislamiento financiero y geopolítico pierden toda validez cuando uno mira alrededor y comprueba que ese aislamiento ya existe: los inversores financieros internacionales llevan años sin comprar deuda pública y sin invertir en el país, la fuga de capitales lleva produciéndose más de un año y ha secado los bancos griegos, las empresas y familias griegas no pueden comprar productos del extranjero y tienen limitadas las retiradas de sus depósitos, etc. ¡Y todo ello ha ocurrido dentro del euro! Defender la permanencia en el euro para evitar el aislamiento financiero suena a broma.

Además, recordemos que la salida del euro no es el fin del mundo. Es cierto que cambiar súbitamente y de forma caótica a una moneda de menor valor tiene un coste económico y social elevadísimo a corto plazo para la economía afectada, pero también son ciertas dos apreciaciones: 1) el coste económico y social ya existe dentro del euro desde hace años y se intensificará debido al nuevo acuerdo, y 2) a medio y largo plazo salir del euro puede ser muy beneficioso para la población (si las cosas se hacen bien). Además, una salida de Grecia de la Eurozona tiene importantes costes también para el resto de economías de la zona monetaria, e incluso para otras economías vecinas y que no poseen el euro. Ello es un elemento que todavía podría haberle dado mayor poder de negociación al gobierno griego, además de que si vas a ser derrotado al menos intenta que tu contrincante no se vaya sin despeinarse, como ha ocurrido con el acuerdo firmado ya que no supone ningún coste para la élite europea.

Sí, salir del euro supone entrar en un terreno pantanoso, repleto de incertidumbres y de miedos, en el que nadie querría adentrarse si tuviese otra alternativa mejor. Pero cuando la única alternativa supone plegarte a las exigencias de una élite avasalladora, traicionar el voto de tu pueblo y seguir provocándole más dolor, lo cierto es que la salida del euro debe considerarse como un mal menor.

Ahora bien, que nadie piense que el drama griego ha acabado. Ya han sido convocadas importantes manifestaciones y huelgas en contra del acuerdo firmado con la troika, y en el interior de Syriza la oposición es tan grande que ya ha dimitido uno de sus diputados, siendo previsible que no sea el único en los próximos días. Los posibles escenarios que se manejan hablan de un nuevo gobierno de “unidad nacional” conformado por el ala más moderada de Syriza y diputados del PASOK y Nueva Democracia, o incluso de nuevas elecciones generales. Permanezcan atentos porque esto no ha acabado.

http://www.lamarea.com/2015/07/14/por-que-tsipras-ha-aceptado-las-salvajes-condiciones-de-la-troika/

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La capitulación total de Tsipras
JUAN SANHERMELANDO 13/07/2015

Ha hecho falta un maratón negociador final de 17 horas, con noche en blanco incluida. Pero ya en tiempo de descuento, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona han alcanzado, poco antes de las 9:00 de este lunes, un frágil acuerdo (aquí el texto) que de momento frena la salida de Grecia del euro y su hundimiento económico.

A cambio de este salvavidas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras ha tenido que capitular y abandonar por completo las promesas de poner fin a la austeridad con las que ganó las elecciones. No sólo tendrá que aplicar todos los ajustes que rechazaba y a los que los griegos dijeron ‘no’ en el referéndum del 5 de julio, sino que los acreedores le han impuesto ahora medidas mucho más duras en áreas como la reforma laboral o las privatizaciones.

Además, Grecia queda sujeta a una supervisión sin precedentes que prácticamente la convierte en un protectorado de la UE. Algo difícil de asumir para un Gobierno como el de Syriza, que defendió el fin de la troika (formada por Comisión Europea, Banco Central y Fondo Monetario Internacional). Pero la última ronda de negociación ha dañado también la imagen de Alemania por la gran dureza que ha exhibido hasta llegar a poner por primera vez negro sobre blanco en un documento la opción de que Grecia salga de forma temporal del euro.

¿Qué tiene que hacer Grecia ahora?

El Gobierno de Tsipras se ha comprometido a aprobar en el parlamento griego de aquí al 15 de julio -es decir, en apenas 48 horas- un total de cuatro leyes, algunas de las cuales fueron rechazadas por una mayoría del 61% en la consulta de la semana pasada. Se trata de una primera reforma del IVA y de las pensiones; de una norma para garantizar la plena independencia de la oficina estadística griega ELSTAT y de la introducción de un sistema automático de recorte del gasto cuando se produzcan desviaciones presupuestarias. Antes del 22 de julio, Grecia tendrá que aprobar otras dos normas: la reforma del Código Civil para reducir el coste de la justicia y la legislación de la UE sobre reestructuración y liquidación de bancos.

La aprobación inmediata de estas leyes ha sido la condición exigida por los acreedores a Tsipras para restablecer la confianza, ya que casi ningún país se fía ya de él tras la convocatoria por sorpresa del referéndum. Si Atenas cumple en los próximos días, el Eurogrupo celebrará una nueva reunión este miércoles, probablemente por teleconferencia, para autorizar formalmente el inicio de negociaciones con Grecia para un tercer rescate. Inmediatamente después tendrán que pronunciarse los parlamentos de seis países: Alemania, Finlandia, Holanda, Eslovaquia, Estonia y Austria.

¿Cuánto costará el tercer rescate?

Los líderes de la eurozona calculan que las necesidades financieras de Grecia en los próximos tres años ascienden a 86.000 millones de euros, que habría que sumar a los 240.000 millones de los dos primeros rescates. La elevada factura del tercer rescate –que se explica por el fuerte deterioro económico provocado por el cierre de bancos y el corralito desde el 29 de junio- ha “sorprendido” desagradablemente a los acreedores, que todavía quieren rebajarla con los ingresos de privatizaciones o el dinero que pueda lograr Atenas cuando recupere el acceso a los mercados, según fuentes europeas. Parte de este dinero debe desembolsarse de forma urgente, ya que Grecia tiene pagos que ascienden a 7.000 millones de euros el 20 de julio y otros de 5.000 millones en agosto, sobre todo por vencimientos del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El tercer rescate incluye una reserva de hasta 25.000 millones de euros para la recapitalización del sector bancario, de los cuales 10.000 millones estarían “disponibles inmediatamente”. Una “rápida decisión” sobre el tercer rescate “es una condición para permitir que los bancos reabran”, admiten los líderes de la eurozona en el borrador de conclusiones.

¿Tendrá el tercer rescate condiciones adicionales?

Sí. Una vez que se inicien las negociaciones, Grecia y sus acreedores deben firmar un nuevo memorándum que recogerá condiciones más duras que las rechazadas en el referéndum debido al empeoramiento económico y también a que el tercer rescate incluye dinero nuevo para tres años. Muchos de los requisitos extra están ya detallados en el acuerdo cerrado este lunes: otra reforma ambiciosa de las pensiones, liberalización de los mercados de productos (farmacias, leche, panaderías, transporte por ferry), privatización de la red eléctrica o modernización de las normas sobre convenios y despidos colectivos.

Otra concesión que el Gobierno de Syriza se ha visto obligado a hacer a sus acreedores es la de dar marcha atrás y rectificar todas las leyes que ha aprobado desde su llegada al poder en enero sin el consentimiento de la troika, por ejemplo para contratar funcionarios. O si prefiere, adoptar medidas correctivas con el mismo impacto presupuestario. Sólo se salva la legislación para paliar la crisis humanitaria en Grecia.

¿Qué pasa con la supervisión de la troika?

El fin de la troika (formada por la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y de las políticas dictadas desde Bruselas era una de las principales demandas del Gobierno de Syriza. Tsipras también ha claudicado en esta cuestión cediendo a las presiones de los acreedores, que desconfían de sus políticas. A partir de ahora, Grecia deberá “consultar y acordar con las instituciones (de la troika) todos los proyectos de ley en las áreas relevantes con suficiente antelación antes de presentarlos a consulta pública o el parlamento”.

Los inspectores de la troika podrán además volver a Atenas para “mejorar la aplicación del programa y controlarlo”. El Gobierno de Syriza había bloqueado las visitas de los técnicos a los ministerios y había tratado siempre de llevar la negociación al máximo nivel político de ministros o jefes de Gobierno.

Tsipras, con Merkel y Hollande, durante la cumbre (Foto: Consilium)Tsipras, con Merkel y Hollande, durante la cumbre (Foto: Consilium)
¿Cuáles han sido los principales escollos?

El nuevo ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, había aceptado desde el Eurogrupo del sábado la mayor parte de las exigencias de los acreedores debido a la situación desesperada de los bancos del país, que apenas sobreviven con la línea de liquidez de emergencia (ELA), que les proporciona el BCE. “Si no tuviéramos una pistola en la cabeza, ni nos plantearíamos aceptar” los recortes, aseguraba la delegación griega durante la madrugada del domingo.

De hecho, a las 4:00 horas, el acuerdo parecía inminente. Pero el primer ministro Tsipras intentó plantarse en dos cuestiones: rechazaba la propuesta de Alemania de crear un fondo de privatizaciones y no quería que el Fondo Monetario Internacional supervisara la aplicación del tercer rescate. También en estos dos puntos acabó cediendo a la presión de los acreedores. El FMI seguirá participando en el programa de asistencia financiera porque lo exigen países como Alemania.

¿Cómo funciona el fondo de privatizaciones?

Este nuevo instrumento es una de las claves del acuerdo. Se trata de que Grecia transfiera a un fondo independiente activos públicos por un valor de hasta 50.000 millones de euros. El fondo se encargará de irlos vendiendo progresivamente, como hace por ejemplo la Sareb con los activos inmobiliarios de la banca nacionalizada en España. La mitad de los ingresos tendrán que dedicarse a la recapitalización de la banca. 12.500 irán a reducir deuda y el resto a inversiones.

Tsipras sostenía que es imposible lograr 50.000 millones de euros con privatizaciones y alegaba que el propio FMI cifra en 500 millones al año los ingresos máximos. Tampoco le gustaba la filosofía del instrumento y dejar el control a los acreedores. Pero los países más duros han impuesto que se mantenga la cifra de 50.000 millones. La única concesión que hacen es que el fondo esté basado en Grecia en lugar de en Luxemburgo. La gestión correrá a cargo de los griegos pero “bajo supervisión de las instituciones europeas”.

¿Habrá reestructuración de la deuda?

La principal concesión que obtiene Grecia del acuerdo es el compromiso de los líderes de la eurozona de estudiar “posibles medidas adicionales” para garantizar la sostenibilidad de la deuda helena, que ahora se sitúa en el 177% del PIB. Y mencionan en concreto dos: “la posible extensión de los periodos de gracia y de pago”. No obstante, dejan claro que “no se llevarán a cabo quitas nominales sobre la deuda”. Este alivio de la deuda sólo se aplicará tras la primera revisión positiva del nuevo rescate, que podría ocurrir en otoño.

En realidad, se trata de una victoria pírrica para Tsipras, ya que la oferta de alargar plazos y reducir tipos de interés para aliviar la deuda griega ya estaba sobre la mesa desde el Eurogrupo celebrado en noviembre de 2012. Hasta ahora no se ha aplicado porque Atenas no ha cumplido. “Hemos tenido éxito en garantizar la reestructuración de la deuda y en la obtención de fondos significativos para el crecimiento”, ha dicho el primer ministro heleno al término de la cumbre. Los fondos a los que se refiere son los 35.000 millones de euros prometidos por el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Pero no se trata de dinero nuevo sino de ayudar a Grecia a absorber mejor los fondos estructurales que ya tiene adjudicados.

¿Se descarta el ‘Grexit’?

Uno de los factores que ha emponzoñado las negociaciones y ha dificultado el acuerdo ha sido la dura propuesta que planteó el sábado el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y que incluía el fondo de privatización, que al final ha salido adelante, y también la opción de ofrecer a Grecia una salida temporal del euro (‘Grexit’) durante cinco años para que pudiera reestructurar su deuda. El ‘Grexit’ apareció así por primera vez en un documento de trabajo que se hizo público y agravó la fractura entre los países más duros –Finlandia, Holanda, Eslovaquia, Eslovenia y los bálticos- y los más cercanos a Grecia, en particular Francia, y en menor medida Italia o Chipre.

De hecho, el ‘Grexit’ temporal llegó a figurar en el borrador de acuerdo que el Eurogrupo envió a los jefes de Estado y de Gobierno, y sólo se eliminó ya bien entrada la madrugada porque resultaba inaceptable para Atenas y Paris. “El plan A se ha cumplido y por eso no necesitamos plan B”, ha dicho la canciller alemana, Angela Merkel, para justificar la desaparición de cualquier referencia a una salida de Grecia del euro.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha sostenido que en el compromiso aprobado “no hay ganadores ni perdedores”. “No creo que los griegos hayan sido humillados”, ha sostenido. Para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los ajustes extra exigidos a Grecia “en absoluto” son una venganza por el referéndum sino “medidas razonables” para el crecimiento”. Y el presidente francés, François Hollande, dice que se trata de una “decisión histórica”. “Si Grecia hubiera salido, se habría dicho que la eurozona no era capaz de conservar su integridad”, ha apuntado.

Sólo el tiempo dirá si este tercer rescate tendrá más éxito que los dos primeros, lastrados por los desacuerdos entre los socios y las dudas y retrasos de Atenas en la puesta en marcha de las reformas. Pero la desconfianza y las fracturas de las últimas 48 horas en el Eurogrupo no son un buen augurio.

http://www.elespanol.com/actualidad/la-capitulacion-total-de-tsipras/

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ECONOMÍA
Grecia aprueba en el Parlamento las medidas de austeridad de la UE
Dimiten altos cargos del Gobierno por el acuerdo


Una treintena de diputados del grupo se han opuesto al pacto

Grecia aprobó las medidas prioritarias que pavimentan su camino al tercer rescate entre disturbios. Alexis Tsipras consiguió el apoyo de 229 de los 300 diputados helenos. Perdió, sin embargo, el apoyo de 39 parlamentarios de su partido. Se ve, así, obligado a gobernar en minoría o buscar una nueva coalición. No se descarta la celebración de elecciones anticipadas tras el verano.

Alexis Tsipras vivió una pesadilla. El líder heleno abogó por aprobar más medidas de austeridad mientras cientos de personas se manifestaban contra los recortes frente al parlamento. Lo mismo que había sucedido en años anteriores, pero esta vez con él sentado en el sillón de primer ministro y defendiendo las nuevas leyes. A pesar de no creer ni siquiera que sean la solución, como admitió en la noche del martes.

"Entiendo que las medidas fiscales son duras, y que no beneficiarán a la economía griega, pero me veo forzado a aprobarlas", aseguró Tsipras en el parlamento. "Si hay alguna posibilidad de que la economía emerja de la crisis, viene de la posibilidad de una restructuración de la deuda, y eso está asegurado en el medio y largo plazo", añadió el primer ministro.

Fue una tarea de convencimiento titánica. Tsipras vio como 32 diputados de su partido votaban que no a sus propias reformas. Entre ellos se encontró el ex ministro de Finanzas, Yanis Varufakis. Seis se abstuvieron y uno no acudió a la votación de programa que incluye drásticas reformas en materia laboral, de pensiones y subidas de impuestos, entre otras propuestas. Todo un cisma en un partido en el que se agrupan varias facciones de distinta ideología.

Las medidas fueron finalmente aprobadas con los votos de la oposición. Conservadores, socialistas y liberales dieron su aprobación al plan de Bruselas. En total, 229 votos a favor de los 300 diputados de la cámara. Los socios de gobierno de Tsipras, los derechistas de Anel, con 13 diputados, votaron finalmente a favor del pacto tras haber mantenido una posición ambigua en los últimos días.

La situación se complicó para el primer ministro tras los rechazos de su partido, aunque finalmente no fueron muchos más de los esperados previamente, dándole a Tsipras algo de oxígeno. El primer ministro parece, aún así, abocado a reestructurar su gobierno o buscar una nueva coalición. Podría también convocar elecciones anticipadas, aunque podrían retrasarse al próximo otoño.

La discodia en Syriza se plasmó en dimisiones durante la mañana. La más llamativa fue la de la viceministra de Finanzas, Nadia Valavani. Calificó al pacto como una "capitulación". Renunciaron también dos secretarios generales, los de los ministerios de Finanzas y Seguridad Social. Otros diputados también mostraron su intención de dimitir cuando emitiesen su voto en la cámara.

Quien no parece dispuesto a renunciar es el ministro de Energía, Panayiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierdas, partidaria de una ruptura con los acreedores. Votó en contra de las medidas, pero dijo por la mañana estar dispuesto a seguir apoyando al gobierno junto al resto de sus diputados afines.

Su opción era salir del euro, y no parece descartable que lo siga intentando en el futuro. Lo haría haciéndose con el control de hasta 22.000 millones de euros en reservas que mantiene el Banco Central de Grecia. Así pagaría sueldos y pensiones por un tiempo hasta que se pueda emitir una nueva moneda. El problema es que el movimiento no parece del todo legal.

"No debemos permitir que el chantaje continúe", señaló Zoe Konstantopulu, presidenta del Parlamento, apuntando a la necesidad de escuchar al FMI. Ella también votó 'no'. Se avecinan días complicados para Tsipras.



http://www.elmundo.es/economia/2015/07/16/55a6e59e46163f68178b45ab.html

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