viernes, junio 09, 2017

Lorena de 22 años , la corredora tarahumara compite en Tenerife,97 km en sandalias y abandonò



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Nacida para ganar: así es la vida de la campeona de ultramaratones que corre en sandalias
Lorena Ramírez compite esta semana en Canarias y será la primera mujer rarámuri en correr en Europa

EUGENIA COPPEL 8 JUN 2017 - 20:03 CEST
─"¿Cómo te sientes sabiendo que serás la primera mujer rarámuri que competirá en un ultramaratón en Europa?"

Lorena Ramírez se queda en silencio. Por su expresión es fácil adivinar que está más cómoda corriendo durante horas que hablando frente a una cámara. Después de un momento, responde muy seria y en rarámuri, su lengua natal. A diferencia de sus hermanos hombres, la corredora mexicana nunca fue a la escuela, y le da vergüenza no poder hablar el idioma de los chabochis o mestizos, explicará después. Su hermano Mario traduce las escasas palabras que ella pronuncia mirando al suelo. “Estoy a gusto de ir a España”, dice con extrema timidez.

Mario Ramírez, en su turno, sonríe como si él estuviera en el podio recibiendo el primer premio. Dice que está muy contento y agradecido, "primero con Dios", por la vida y por todas sus bendiciones. Que nunca se imaginó vivir lo que su familia vive ahora. Que quiere conseguir patrocinios, correr en otros países -él también es corredor- y "expandir la fama" de su hermana.

En abril, esta corredora de 22 años ganó un ultramaratón de 50 km en Tlatlauquitepec, Puebla, en el centro de México. Llegó primera vistiendo una falda y un par de huaraches (sandalias), algo habitual en la tradición de los corredores rarámuris. Este pueblo indígena que vive en el norte del país tiene dos nombres: el que ellos asumen como propio (rarámuri) y el que les pusieron los conquistadores españoles (tarahumara). Rarámuri significa “pies ligeros” o los “corredores a pie”.

El triunfo de Lorena resonó en redes sociales y en medios de comunicación. Además de recibir varias solicitudes de entrevistas y el acercamiento de posibles patrocinadores, Lorena fue invitada a participar en la Tenerife Bluetrail, que se realizará este sábado 10 de junio en la isla canaria. Ella y Mario competirán en la categoría de los 97 kilómetros, lo que convierte a Lorena en la primera mujer rarámuri que correrá un ultramaratón europeo. Se le llama así a cualquier carrera que supera los 42,195 kilómetros de un maratón tradicional.


Lorena Ramírez en casa de su hermano Mario, en Rejogochi, Chihuahua. Christian Palma
Cinco días antes de salir de México por primera vez, los hermanos Ramírez recibieron a Verne en su casa de Rejogochi (Estado de Chihuahua), una comunidad en la sierra Tarahumara donde viven cerca de 75 familias de la misma etnia. Hace poco más de un mes que Lorena vive aquí. Antes estaba en casa de sus padres, donde creció, en un sitio casi despoblado. Para llegar hasta ahí, hay que conducir unas tres horas por carreteras llenas de curvas, donde es posible no ver otro auto en decenas de kilómetros. La gente de la zona sabe que esos caminos están vigilados por narcotraficantes, que controlan la producción y trasiego de drogas.

Desde que regresó campeona de Puebla, Lorena se quedó en Rejogochi. Se instaló con el mayor de sus siete hermanos, su cuñada Lucrecia y sus dos sobrinos, en una pequeña casa con muros de adobe, vigas de madera y techo de lámina. Así son el resto de las construcciones en la comunidad, incluida la escuela de jesuitas que está a unos cuantos pasos. La casa de Mario y Lucrecia se divide en dos espacios. De un lado está la estancia, con un sillón, una mesa y una estufa de leña. Del otro están las camas de los cinco habitantes, separadas entre sí con una sábana.

Mario, de 26 años, ha adoptado la misión de ser representante, entrenador y portavoz de su hermana, pues ella no maneja bien el español. Es él quien la anima a salir a correr por las montañas rocosas que rodean el valle de Rejogochi, y que son un sello del paisaje en la región noroeste de México. “Vamos a entrenar para que tengas más fuerza, porque hay mujeres mestizas que también son muy buenas para correr”, le dice su hermano. Los corredores rarámuris no suelen entrenar de manera formal para competir en ultramaratones.

Pero su rutina incluye caminatas largas y escaladas por el monte. Los Ramírez recuerdan que, cuando eran niños, podían caminar durante cinco o seis horas siguiendo a las chivas, o acompañando a su padre al pueblo más cercano para comprar comida. Ese nivel de actividad física le ha permitido a Lorena colocarse en los primeros lugares de las carreras más famosas de las Barrancas del Cobre, un sistema de montañas que es parte de la Sierra Madre Occidental mexicana.

En el Ultramaratón Caballo Blanco, de 2016, Lorena logró el tercer lugar en los 80 km. En el Ultramaratón de los Cañones de 2015, en Guachochi, quedó en cuarto lugar en la categoría de 100 km. Ella calcula que ha corrido más de 15 ultramaratones desde que empezó a competir, a los 17 años. Siempre lo ha hecho con sus huaraches, de talla 24 (38 europeo), porque siente que con los tenis (zapatillas de deporte) puede resbalar: "Los tenis son pesados y los huaraches no", dice la corredora. Ahora tiene ampollas en los pies y por eso prefiere no mostrarlos. Corrió 60 km hace apenas cinco días en las montañas de Creel, donde se quedó con el segundo puesto.

Esta es la época más calurosa en la sierra de Chihuahua, que continuará hasta que lleguen las lluvias de verano y las barrancas se pinten de verde. Bajo el sol de mediodía y solo con un café soluble en el estómago, salimos a conocer algunos de los caminos que recorre Lorena en sus entrenamientos ocasionales. Ella toma la delantera, seguida de cerca de su perra Perla. Su complexión pequeña (cerca de 1.50 m) le permite avanzar ligera y no se detiene a escuchar la charla del resto del grupo: su hermano, dos periodistas y la coordinadora de Deportes del Municipio de Guachochi, Iliana Martínez, que está allí para ayudarlos con la logística del viaje a España.


Los hermanos Ramírez se preparan para caminar por la montaña. Christian Palma
Lorena y su hermano corren para vivir, como muchos indígenas tarahumaras. En alguna temporada, él trabajó como jornalero en los campos de manzanas. Ahora no tiene un empleo fijo y tampoco Lorena. Pero cuando alguno de los miembros de la familia compite en una carrera y se coloca entre los tres primeros lugares -puede ser su padre, Santiago, o sus hermanas Juana y Talina-, está obligado a compartir su premio en efectivo con el resto.

A esto se le llama kórima y es uno de los principales valores de la comunidad rarámuri. Se ayudan mutuamente porque así pueden estar bien entre ellos, lo que es parte de sus reglas. “Kórima suena como karma y funciona de la misma forma, excepto por sus implicaciones inmediatas”, explica el periodista estadounidense Christopher McDougall en su libro Nacidos para correr.

Lorena usó una parte de los 6.000 pesos (menos de 300 euros) que ganó en el ultramaratón de Puebla para ayudar a sus padres. Con la otra parte, ella y Mario compraron comida para la familia. Su dieta básica incluye frijoles y pinole, un polvo de maíz que al mezclarlo con agua los reanima durante las carreras. Cuando es temporada, también consumen nopales (un tipo de cactus comestible típico de México) y quelites, una hierba silvestre que ellos cocinan con cebolla.

Al regresar de la expedición, después de un par de horas, la esposa de Mario nos ofrecerá un guiso de papa y tortillas de harina recién hechas en la estufa de leña. Pero antes debemos caminar por el valle, atravesar arroyos y seguir las veredas de la montaña que cada vez tienen mayor pendiente. Si no estuvieran acompañados, los hermanos Ramírez subirían corriendo en unos minutos. El grupo llega a la cima después de media hora y más de una parada de descanso. El premio allí son las vistas de 360 grados a las Barrancas del Cobre, las más profundas de México.

La corredora dice muy poco en todo el día. Fuera de la entrevista formal, solo hablamos de su traje típico anaranjado, que ella misma confeccionó. Todo menos el cinturón bordado, explica: ese es comprado y en rarámuri se llama pula. Pero las palabras no son necesarias para ganar carreras y tampoco ayudan. Para Mario, lo más importante al correr no está en los pies sino en la mente. Él asegura que en esas horas piensa mucho en su familia, en sacarlos adelante. Lorena dice sentirse muy agradecida cuando ya está por llegar a la meta y se ha posicionado en un buen lugar. “Ganar” es lo que pasa por su cabeza.



http://verne.elpais.com/verne/2017/06/07/album/1496850982_706252.html

Cómo se entrenan los rarámuris para ganar carreras
No siguen una rutina específica, es su día a día lo que les prepara para las competiciones

Los rarámuris que se acostumbran a correr desde pequeños con huaraches desarrollan una técnica de carrera perfecta, mucho mejor que la de cualquier corredor popular con zapatillas
EUGENIA COPPEL / PABLO CANTÓ 8 JUN 2017 - 11:44 CEST
Los rarámuris han conseguido victorias en ultramaratones tanto dentro como fuera de México. Sin embargo, no son deportistas de élite: son campesinos. No realizan entrenamientos como hacen el resto de los atletas, sino que es su día a día el que los prepara para enfrentarse a pruebas de decenas de kilómetros por montaña.

El periodista estadounidense Christopher McDougall lo cuenta en su libro Nacidos para correr: “Los tarahumaras no entrenan ni reducen distancias como parte de su preparación. No estiran ni calientan. Tan solo se acercan a la línea de salida riendo y haciendo bromas… y luego corren como alma que lleva el diablo durante las siguientes cuarenta y ocho horas”.

Lorena Ramírez, la primera mujer rarámuri que competirá en Europa, cuenta a Verne que no tiene una rutina formal de entrenamiento. Su hermano mayor, Mario, cree que deberían comenzar a establecerla, ahora que Lorena podría correr en otras competencias internacionales. El padre de ambos, sin embargo, considera que no tiene sentido cansarse antes de una carrera importante.

El entrenamiento del día a día

-Largas caminatas. Lorena y Mario salen a caminar por las tardes, cuando baja la intensidad del sol. Si están en forma, pueden recorrer hasta 20 km, y si es un día flojo pueden ser entre ocho y diez.

-Desnivel acumulado. Las carreras de ultradistancia suelen celebrarse en zonas montañosas, por lo que no solo tienen decenas de kilómetros, sino también importantes desniveles. Los hermanos, en sus caminatas, suben y bajan las montañas que rodean a su comunidad, y que son parte de las Barrancas del Cobre. El sistema de cañones Tarahumara tiene una extensión de 60.000 kilómetros cuadrados (Andalucía tiene 87.000) y alcanza más del doble de profundidad que el Gran Cañón del Colorado, en Arizona. La barranca más profunda es Urique, con 1.879 metros.

Técnica de carrera

-Técnica perfecta. La mayoría de los corredores dedican al menos un entrenamiento a la semana a perfeccionar su técnica. A los rarámuris no les hace falta. McDougall describe su forma de correr cuando narra la actuación de dos competidores tarahumaras en el ultramaratón de 100 millas Leadville Trail, en Colorado: “Más que golpear el suelo, las plantas de sus pies lo acariciaban, rascándolo ligeramente conforme cada pie pateaba hacia atrás y daba la vuelta para la siguiente zancada”.


Mientras que la mayoría de atletas que utilizan zapatillas impactan en el suelo con el talón al correr, los rarámuris lo hacen con el mediopié
Esta técnica se debe al uso de huaraches (sandalias completamente planas) desde la niñez, que les confieren una musculatura fuerte y una forma de correr –aterrizando con el mediopié en vez de con el talón– más óptima que la de los corredores tradicionales. Un corredor popular puede tardar años en perfeccionar esta técnica de carrera.

-Control del terreno. Cuando Ramírez compite, se siente menos segura con calzado deportivo que con huaraches. "Con zapatillas puedo resbalar. Las zapatillas son pesadas y los huaraches no”. Ocurre en montaña: la mayoría de calzado de competición para trail posen una suela mucho más baja que la de las zapatillas de asfalto. Así es posible sentir el terreno y reaccionar a tiempo, por ejemplo, antes de un tropezón o una torcedura de tobillo.

La alimentación

-Carbohidratos. Todo corredor de larga distancia sabe que, antes de una competición, es recomendable cargar el cuerpo de carbohidratos. En ellos se basa la dieta de los rarámuris: el pinole, maíz molido que se puede comer en polvo o mezclado con agua, es su alimento básico. En casa de Lorena, lo confeccionan ellos mismos.

-Proteínas. Otro alimento habitual de los rarámuris son los frijoles en sus diferentes presentaciones: a veces los comen cocidos y en su propio caldo (frijoles de la olla), a veces fritos. Estos son, según la guía de nutrición del Departamento de Agricultura de EE UU, una fuente de proteínas similar a la carne.

-Y en carrera, también. En los puestos de abastecimiento de los ultramaratones de Chihuahua hay agua, fruta y electrolitos, como en todas las competencias. Pero también hay burritos con frijoles, los tacos del norte de México hechos con tortillas de harina.

Su tirada larga: el rarajipari

La mayoría de corredores populares dedican uno de sus entrenamientos semanales a un rodaje más largo de lo habitual, lo que se denomina la tirada larga. El rarajipari o carrera de bola, el juego tradicional de los rarámuris, vale por muchas tiradas largas: es una competición por equipos en la que se corre tras una pelota durante horas, recorriendo distancias que superan en ocasiones los 100 kilómetros.

Las carreras de bola grandes, las de mayor distancia, "tienen una duración de entre 15 y 20 horas para los hombres y entre 8 y 15 horas para las mujeres", explica el antropólogo español Ángel Acuña en un estudio sobre este juego. "Los primeros cubren distancias de entre 100 y 200 km, y las segundas entre 50 y 100 km".
Se juega con "una bola madera, que vas lanzando con tu propio pie", cuenta Mario Ramírez. "Entonces vas tirándola hacia delante para que tu rival no te gane. Hay dos competencias, se apuesta entre las comunidades, a veces dinero, a veces chivas”.
Ramírez, como muchos otros rarámuris, comenzó practicando rarajipari antes de pasar a las carreras de ultrarresistencia. “Corría carreras de bola cuando era joven. Después me llevó mi papá a Guachochi a correr los ultramaratones”, cuenta. En su estudio, el antropólogo Ángel Acuña recoge un principio rarámuri que se aplica a este juego y que también podría ser un resumen de la filosofía de una carrera de ultrafondo: "Quien no aguanta, no vale".

http://verne.elpais.com/verne/2017/06/07/mexico/1496854195_068641.html

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La indígena mexicana, Lorena Ramírez, abandonó la Tenerife Bluetrail
La corredora rarámuri tuvo que retirarse de la prueba tras haber cubierto unos 55 kilómetros por un fuerte dolor de rodilla, por lo que tuvo que ser evacuada


Laprovincia.Es 11.06.2017 | 14:25
La corredora mexicana, Lorena Ramírez, deportista de la comunidad indígena de los tarahumara, abandonó la carrera tras haber cubierto unos 55 km, aproximadamente, al quejarse de un fuerte dolor en la rodilla, aunque su estado no reviste gravedad.La deportista, que estuvo acompañada por su hermano Mario, fue uno de los grandes atractivos de la prueba, al ser la primera vez que una mujer tarahumara competía en Europa en una prueba Ultra y afrontar la carrera con su vestimenta tradicional, formada por una falda y sandalias (huaraches).

Además de a Ramírez, el helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias tuvo que rescatar a otros cinco corredores entre Pico Viejo y la parte alta del Teleférico del Teide. Los rescatados eran participantes de la carrera Bluetrail que se celebró ayer en Tenerife.



María Lorena Ramírez, de 22 años, es una indígena mexicana de 22 años que se dedica a cuidar de su ganado, con el que camina entre 10 y 15 kilómetros a diario. Pertenece a la tribu rarámuri o tarahumara y el pasado 29 de abril quedó primera en la Ultra Trail Cerro Rojo (México), una prueba campo a través de 50 kilómertros en la que superó a 500 atletas de 12 países tras siete horas y tres minutos de carrera.

Lo curioso de la hazaña es que Ramírez disputó la carrera portando unas huaraches (como se denomina a este tipo de cholas en México), una falda y una botella de agua. Sin chaleco de hidratación, dulces para la energía, ni tenis. La imagen de la peculiar corredora subida sobre el podium de la ultra trail mexicana se ha compartido como la espuma en las redes sociales desde que se hiciera con el primer puesto de la competición, en la que ganó unos 6.000 pesos.

La joven aceptó la invitación de los organizadores de la Tenerife Bluetrail, la carrera de montaña más alta de España y segunda de Europa que atraviesa el Parque Nacional del Teide –Patrimonio de la Humanidad- disputada durante la jornada del sábado y en la que tomaron parte 2.700 corredores en representación de 34 países, para participar en la presente edición y que acabó con la victoria en la prueba reina, la Ultra Maratón, de Yeray Durán López y Christelle Bard.

http://www.laprovincia.es/deportes/2017/06/11/indigena-mexicana-lorena-ramirez-abandono/948401.html

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