paquete solar

"EN RESPUESTA A SUS ARTÍCULOS"
Una empresa solar envía un paquete a Gabriel Calzada para intimidarle

Gabriel Calzada, presidente del Instituto Juan de Mariana, recibió la semana pasada un paquete sospechoso. Según Calzada, tras recibirlo, y antes de abrirlo, llamó a la empresa remitente, de energía solar, y una empleada le contestó que era su “respuesta a los artículos sobre energía”.

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2010-06-24
LIBERTAD DIGITAL

El miércoles 16 de junio se recibió un paquete en el Instituto Juan de Mariana dirigido a su presidente, Gabriel Calzada, columnista de Libertad Digital. Nada le hacía pensar al destinatario que podía tratarse de algo que podía interpretarse como una amenaza con forma de artefacto casero desmontado. Pero como el envío no era esperado desde el think tank, decidieron contactar con el remitente por vía telefónica. Al otro lado del hilo, una empleada de Thermotechnic, una empresa navarra del sector solar, supo inmediatamente de qué paquete se trataba y contestó sin dudar un segundo que esa “es nuestra respuesta a los artículos sobre energía del señor Calzada en Expansión”.

La forma cuadrada del paquete no hacía pensar que pudiera tratarse de un documento por lo que Calzada, tras consultarlo con el abogado del Instituto, decidió pasarlo por un escáner antes de abrirlo. El paquete estuvo cerrado hasta que el martes 22, día en que Calzada aprovechó su colaboración semanal como contertulio en el programa de César Vidal Es la Noche de César, de EsRadio, para pedirle a la empresa de seguridad si podían escanear el paquete.

Al agente de seguridad privada recomendó no abrirlo tras comprobar que se trataba de dos objetos metálicos difíciles de interpretar. Pidió ayuda a una persona con más experiencia quien, tras un breve visionado de la pantalla del escáner, creyó saber de qué se trataba y procedió a abrirlo con cuidado ante la atenta mirada del guarda de seguridad, Lorenzo Ramírez (redactor de Libertad Digital) y el propio Gabriel Calzada. De la caja salieron un filtro de gasoil y una pieza con rosca que podía adaptarse al filtro.

“Los cuatro nos miramos y pensamos lo mismo”, comenta Gabriel Calzada, “se trataba de una amenaza que podía resumirse en que si seguía dando mi opinión sobre cuestiones energéticas en los medios, la próxima vez podía esperar que las piezas estuvieran ensambladas y me estallaran”.

El experto en seguridad confirmó lo que pensaban y les contó que no era la primera vez que veía algo así. Durante algunos años trabajó en el País Vasco dando protección personal a distintas personas y ya había asistido a este tipo de envíos: “Ten cuidado Gabriel, esta vez lo mandan como aviso, la próxima vez te puedes encontrar con un paquete que estalle al abrirlo”.

El mito de las renovables

Gabriel Calzada dirigió una investigación sobre el coste del experimento renovable español a comienzos del año pasado. Calzada y su equipo concluyeron que en España nos encontrábamos ante una burbuja de energías renovables que estaba a punto de estallar, que los famosos empleos verdes que según el presidente Obama y el presidente Zapatero nos iban a sacar de la crisis, habían costado de media 570.000 euros y que en realidad por cada empleo verde creado había destruido 2,2 empleos en el resto de la economía.

Las conclusiones del estudio corrieron como la pólvora en EEUU donde Calzada participó en algunos de los mayores programas de televisión de cadenas como CNN, FoxNews o Univisión después de que The Economist y Wall Street Journal dedicaran elogiosos editoriales al estudio. A finales de mayo de 2009 Miguel Sebastián decidió ponerse al frente de un grupo de trabajo para dar respuesta, siempre indirecta, al estudio de Gabriel Calzada y su equipo.

En diversos medios comenzaron a aparecer falsas noticias que trataban de desprestigiar el estudio afirmando que había sido pagado por Exxon Mobil u otras multinacionales petroleras. Dos meses después, el diario Público dedicó un amplio reportaje al éxito del estudio en el que acusaba sin pruebas a Calzada de recibir fondos públicos en el Instituto Juan de Mariana (el Instituto es una de las pocas instituciones que tratan de avivar el debate político sin aceptar dinero público ni de partidos políticos), ser cercano a la Fundación FAES así como a su presidente José María Aznar y tratar de perjudicar a España y su industria.

Sin embargo, la campaña de desprestigio, replicada en EEUU por la Fundación de George Soros, no fue tomada muy en serio y el Congreso de los EEUU llamó a testificar a Gabriel Calzada seguido poco después por el Senado de ese mismo país que le solicitó la presentación de informes sobre las consecuencias económicas del modelo español de ayuda pública a las energías renovables.

Desde entonces, según el propio Calzada, el Gobierno español ha boicoteado en dos ocasiones su participación en diversos foros internacionales. La primera ocasión fue el veto del Gobierno a su participación en una cumbre hispano-estadounidense convocado por el Congreso estadounidense. Calzada recibió una carta pidiendo disculpas por el incidente por parte de la parte estadounidense. El segundo boicot tuvo lugar a comienzos de 2010 cuando Gabriel Calzada iba a debatir junto a un miembro del gobierno español, un representante de CCOO y uno del la federación europea de sindicatos en un conferencia internacional celebrada en Roma y patrocinada por la Comisión Europea. Los demás participantes comunicaron a la organización que dejarían de participar si no retiraban al Profesor Gabriel Calzada del programa. Sin embargo en esta ocasión, la organización se negó a aceptar el chantaje y mantuvo a Calzada, motivo por el que a última hora cancelaron su participación los representantes del gobierno, CCOO y el sindicato europeo.

Las subvenciones, en peligro

Tras más de un año de presión política sobre los autores del estudio, en abril de este año el Ministerio de Industria produjo un documento en el que reproducía y actualizaba varios de los argumentos expuestos en el estudio de Calzada y su equipo. Este paquete sospechoso llega justo cuando el Ministerio de Industria que dirige Miguel Sebastián trata de renegociar las subvenciones a las energías renovables.

Este cambio de rumbo en el criterio de Industria podría suponer que muchas de las empresas que se han estado lucrando con el negocio verde de las subvenciones, podrían perder una parte importante de su negocio. Por eso, no es extraño que tanto desde organizaciones ecologistas cercanas a esta industria, por ejemplo Greenpeace, como por parte de las empresas del lobby solar se hayan incrementado las campañas en los medios de comunicación que intentan denigrar a los autores del estudio.


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