lunes, febrero 18, 2013

ECOagricultor




Decálogo de buenas prácticas

ECOagricultor el 18 febrero, 2013 en Blog, Miscelánea | 0 Comentarios »


DECÁLOGO DE BUENAS PRÁCTICAS. i
Con el fin de establecer normas o recomendaciones para desarrollar una actividad con plenas garantías, siempre se han tratado de establecer códigos de buenas prácticas o garantías. Estas, muchas veces han servido de guía para quien estaba perdido o para aquellos que buscaban referencias éticas y de uso. Este decálogo no tiene ninguna pretensión, simplemente es una reflexión “en alto” que dejo aquí escrita, por si alguien le fuese de utilidad para ejercer el “buen comercio”.

1.- Total transparencia.

Es imprescindible que la actividad sea totalmente transparente, el mercado y la producción han de estar abiertos al interés del consumidor, a fin de garantizar la confianza de los consumidores hacia nuestros productos.

Puertas abiertas, si un consumidor desea ver la explotación o informarse de la elaboración de un producto o su cultivo, deberíamos facilitar que este acceda. Además de resultar una práctica agradable por la toma de contacto con los intereses e inquietudes de los consumidores, supone ganarse su confianza y fidelidad. Por lo que hemos de poner especial interés en la “imagen” de nuestra explotación y tratar de mantener una correcta higiene y seguridad en todo momento.

2.- Precios.

Los precios deben de ser los adecuados al nivel de negocio que tenemos. No pueden ser excesivos, porque nuestros productos pueden ser expulsados automáticamente del mercado por los consumidores y, tampoco deben de resultar una competencia desleal para el resto poniéndolos por debajo de los costes de producción, distribución y mano de obra. Se entiende, que una producción es rentable, cuando cubre todos los costes (incluido el coste de mano de obra y la inversión), aunque el beneficio sea cero.

3.- Semillas. El legado.

La producción debe cumplir con unos valores éticos mínimos, no solo de calidad, dentro de unos valores estandarizados de producción impuestos por consejos reguladores etc., sino que además, debe ser capaz de contribuir la manutención y supervivencia de ciertas especies, que de otra manera desaparecerían. Hemos de garantizar la continuidad de productos autóctonos a través del intercambio de semillas y la colaboración con otros productores, es nuestro legado a las generaciones futuras.

4.- Entorno.

La principal fuente de cultivo y subsistencia es el entorno, a él nos debemos. Es deber de todo buen agricultor y ganadero conservarlo mediante prácticas que apenas lo alteren o lo modifiquen. En sí, el agricultor y el ganadero debe ser quien vele por la seguridad de una gestión adecuada del mismo, evitando la erosión y las prácticas abusivas sobre el terreno que pongan en riesgo la continuidad de nuestra actividad. Se ha de poner especial interés en no sobreexplotar de la cuenca hidrográfica o evitar su contaminación y, evitar el exceso de nutrientes o restos orgánicos de procedencia animal que dañen a otros seres vivos o plantas endémicas. Se han de utilizar herramientas de cultivo ancestrales como la rotación del cultivo y/o pastos que eviten el agotamiento del entorno o la erosión en exceso del suelo. Así, se debiera velar por mantener la calidad del entorno, el paisaje y los seres que allí habitan.

5.- Bienestar de los animales y plantas.

Sin lugar a duda, al agricultor y ganadero, se le encomienda la vida de muchos seres y eso es mucha responsabilidad. Es necesario que estos mismos sean quienes establezcan los mecanismos necesarios de control y calidad en las explotaciones para asegurar la salud de su explotación y mejorar los estándares de bienestar. Mantener las explotaciones limpias en todo el momento, con un adecuado reciclaje, almacenamiento y desecho de los restos orgánicos, una buena alimentación del ganado, la correcta dosificación de nutrientes a las plantas, la práctica ética y la reacción proporcionada a problemas de salud o plagas que se pudiesen dar, son garantía de éxito para todos.

El bienestar de las plantas es esencial para garantizar el éxito de la producción. Se ha dedicar mucho esfuerzo a la investigación e intercambio de información para tratar los problemas que se pudiesen dar de una manera “ecológica”, sin que ello signifique el deterioro del entorno del que vivimos.

Una buena gestión, planificación de la actividad e interés por la calidad, evitará riesgos en cuanto a enfermedades, epidemias o plagas.

6.- Engaño.

Es un gran error y se paga muy caro, posiblemente conlleva la expulsión inmediata del mercado. Antiguamente era difícil que un acto de este tipo tuviese repercusión, debido a que solamente se utilizaba el “boca a boca” y los posibles clientes de otro lugar probablemente no sabían nada al respecto. Ahora, con la capacidad de las nuevas tecnologías, la existencia de redes sociales, etc. realizar un acto de engaño a un particular puede salir muy caro.

Por eso, es imprescindible cumplir los plazos de entrega comprometidos, los precios y las calidades establecidas y acordadas entre las partes.

Para mantenerse dentro del mercado y ganar clientes, es imprescindible este punto. Un producto excepcional pero con plazos de entrega falsos o que aumenten unilateralmente, poco a poco hará que el mercado te quede bloqueado debido al descontento. Los comentarios y recomendaciones que aparecen en redes sociales, sobre las que no tienes ningún tipo de control, te pueden arruinar.

7.- Respeto de los ciclos de cultivo.

Es imprescindible, tratar de concienciar al consumidor de la existencia de unos ciclos naturales de cultivo, que impide que existan ciertos productos lleguen al mercado en ciertas épocas del año. Por ello debemos potenciar, así como los productos naturales, los productos de temporada. Para una producción eficiente con beneficios a largo plazo y una rentabilidad “sostenible” se han de respetar los ciclos de descanso del suelo, así como el uso de plantas “fijadoras de nutrientes”.

8.- Uso de energía adecuado.

Nuestra sociedad en el desarrollo de cualquier actividad tiende a gastar energía por encima de lo necesario. Se han de buscar alternativas al consumo de energía poco limpio, sustituyéndola en la medida de lo posible por fuentes de energía alternativas limpias que aprovechen el reciclaje de los desechos de la explotación. De igual modo, ha de buscarse la eficiencia energética de las instalaciones. Hemos de ser conscientes del uso de los ciclos solares y de la orientación de las mismas. No hemos de olvidar que a la hora de elegir su ubicación, una ubicación adecuada conforme a la orografía de la zona resulta fundamental para ahorrar costes, bien porque evita el excesivo calor en verano, la excesiva exposición al viento o el excesivo frío en invierno. Hemos de buscar lugares donde se garantice el abrigo a las inclemencias.

9.- Equilibrio.

En todo momento, la actividad ha de realizarse buscando la armonía entre los resultados económicos, el bienestar y el desarrollo y sostenibilidad del entorno (Recuerda: Uno es rico si es feliz, no tiene deudas y además contribuye al bienestar de otros).

10.- Ayuda.

A fin de realizar una red de producción suficientemente grande como para poder abastecer la demanda existente y conseguir ganar el mercado de las grandes distribuidoras de alimentos. Es imprescindible la colaboración y ayuda entre todos. El apoyo continúo y mutuo. Es necesario estimular la colaboración entre todos los productores para abastecer los grupos de consumo, así como intentar crear nuevos.

Antiguamente, los agricultores y ganaderos compartían su tiempo y herramientas, lo cual permitía la subsistencia de todos y además permitía dedicarse a otras labores. Se ganaba eficiencia en la gestión de tareas, robándole tiempo al tiempo. Por ejemplo, toda la gente que tenía cabezas de ganado en una zona, se alternaba entre ellos para sacarlas a los pastos, haciéndose cargo de las cabezas de ganado del resto, lo que permitía al resto dedicarse a tareas agrícolas o a realizar mejoras/arreglos en la explotación. También, se compraban herramientas entre todos y con riguroso uso de una lista y uso de una planificación, se utilizaban y se arreglaban si fuese el caso, permitiendo así una reducción de las inversiones necesarias para realizar una actividad.

i Para los interesados en la materia, existe una lista de buenas prácticas en la agricultura, elaborado por el Comité de agricultura de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación aprobada en sesión el 4 de abril de 2003. El cual sirvió de base a la elaboración de este decálogo. http://www.fao.org/docrep/MEETING/006/Y8704S.HTM

Escrito por José G. Fraile

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