jueves, marzo 08, 2012

Lost in tranSEXion

Documentos TV - "El Imperio de los SinSexo"

Japón ostenta el récord mundial de abstinencia sexual, al menos en pareja

Entre el 60 y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones

La sexualidad conyugal peligra pero la industria del sexo va viento en popa

Gran parte de la actividad sexual se desarrolla en 'hipermercados del porno'

http://www.rtve.es/television/20120221/documentos-tv---imperio-sinsexo/499871.shtml

RTVE.es / DOCUMENTOS TV 21.02.2012

El Instituto Nacional de Sexología japonés define con el término Sexless ('Sinsexo') a las parejas que mantienen relaciones amorosas con una frecuencia inferior a una vez al mes. Pero, como muestra el documental El Imperio de los SinSexo, ingenioso juego de palabras que evoca la película El Imperio de los sentidos de Nagisa Oshima, cada persona tiene su propio concepto de abstinencia. Los hay que, aunque sólo hagan el amor una vez al año o, incluso, cada dos años, no se consideran 'Sinsexo'. 'Mendokusai', la excusa perfecta

El 37% de las mujeres japonesas se reconocen como abstinentes pero diversos informes demuestran que el porcentaje es mucho mayor. La famosa terapeuta nipona Mayumi Futamatsu asegura en el documental "El impero de los SinSexo" que la experiencia en su consulta le confirma que "entre el 60 y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones sexuales".

"Hasta el tercer año de casados no empezamos a hacer el amor, tres o cuatro veces al año"

Esta situación no es nueva en Japón. Yoko, una esteticista de 39 años, cuenta que cuando se casó se fue de viaje de novios con su marido durante 10 días "y no pasó nada. Hasta el tercer año de casados no empezamos a hacer el amor tres o cuatro veces al año. Siempre se lo pedía yo y al final se fue a dormir a otra habitación".

Existe una palabra muy repetida entre los varones nipones: ‘Mendokusai’, en castellano ‘estoy cansado’, que resulta incontestable cuando se habla de sexo.

La industria del sexo, un negocio en alza

La sexualidad conyugal está en peligro pero la industria del sexo va viento en popa. En Japón el sexo está en todas partes; se anuncia, se exhibe, se paga y se ha elevado a industria nacional, moviendo 20.000 millones de euros al año, el 1% del PIB.

Gran parte de la actividad sexual se desarrolla en las cabinas de los 'vídeo vox', una especie de hipermercados del sexo, con una oferta ilimitada de películas porno, a los que acuden los hombres cuando salen del trabajo. Allí pasan un par de horas, antes de ir a su casa, o la noche entera, si pierden el último metro. Los divorcios son poco frecuentes y la mayoría de las parejas 'sinsexo' son duraderas

La industria se ha adaptado a la demanda y en el mercado japonés hay todo lo necesario e inimaginable para satisfacer al solitario más acérrimo. "Yo quiero a mi novia, pero cuando llego a casa y ella quiere hacer el amor, me cansa el sólo hecho de pensar que la tengo que hacer gozar", dice Fumiyo, un habitual de los 'vídeo vox'.

En El imperio de los SinSexo se destaca, sin embargo, que la gran oferta erótica no hace aumentar el número de separaciones matrimoniales. Los divorcios son poco frecuentes y la mayoría de las parejas ‘sinsexo’ son duraderas. Los gatos, una cura para la soledad

Prostitutas, muñecas, masajes, películas... y hasta gatos. En 20 años el número de solteros se ha duplicado y los animales domésticos se han convertido en los nuevos compañeros, pero no en casa. Existen los 'Neko cafés', donde acuden los solitarios en busca del contacto y afecto que les puedan ofrecer los gatos.

La comodidad parece haber apagado el deseo de los japoneses. Pornografía y prostitución son sinónimos de placer inmediato y sin esfuerzo. La cuestión es si Japón es diferente, o sencillamente va por delante.

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'Lost in tranSEXion'

08 MAR 2012 09:09

Si me pinchan, no sangro. A la hora de escribir este post, todavía no me he recuperado de la impresión que me produjo 'El imperio de los sinsexo', el documental que vi anoche sobre el sexo, o mejor, sobre la escasez de sexo en Japón. Es obra de una productora francesa y se emitió originalmente en Documentos TV el 21 de febrero, pero todavía lo podéis ver on line y os recomiendo que no os lo perdáis.

No hay manera dulce de decir esto: un tercio de los japoneses no fo... Uno de cada tres. Imaginad... Se llama 'sexless' a las personas que tienen relaciones sexuales menos de una vez al mes, pero ese 60-70% de los japoneses mayores de 40 años que no fo.. más que tres o cuatro veces al año directamente no recibe ningún nombre.

¿Y por qué sucede esto? ¿Dejadez? ¿Pereza? ¿Cansancio? ¿Hastío?... Ojalá fuera tan sencillo contestar a esa pregunta, pero el caso es que en el país que más rápido envejece del mundo, cada vez hay más personas que optan por prescindir de tener relaciones sexuales. Lo que no significa que se prescinda del sexo... De hecho, la pornografía y otros periféricos eróticos (juguetes, masturbadores, disfraces...) conforman una industria floreciente en Japón que supone el 1% del PIB. Casi nada...

En realidad, la tesis que persigue el documental es que los que sufren de una pereza erótica sin precedentes son los varones japoneses, mientras que las mujeres (a remolque de sus parejas, ya que es un país con un índice asombrosamente bajo de divorcios) padecen en silencio las consecuencias. Sacad el kleenex porque a mí esta declaración de una mujer casada de unos 50 años casi me hace llorar: "La última vez que hice el amor con mi marido aún vivía el emperador Hirohito (1901-1989), así es que hace más de 20 años (...) No me importa demasiado; he decidido hacer otra cosa con mi vida (...) Pero no estoy cerrada al sexo, quizá un día surja; eso nunca se sabe". ¿Nunca se sabe? ¿De verdad? Pues como estén esperando a que que se les despierte la libido como por arte de magia pueden pasar otros 20 años más.

¿Será culpa de la soja? ¿Del pescado crudo? (espero que no, porque soy adicta a la comida japonesa...) ¿Hay algo peor que pasarse 20 años sin 'mojar'? Pues lo hay. La mejor amiga de la mujer anterior hace al menos una década que no tiene contacto carnal con su legítimo (se presupone que tampoco con nadie más) pero tiene 3 hijos porque un día su 'santo' llegó y le debió decir algo así como: "¡Mujer, dame descendencia!". Pero se lo gritó desde la puerta, así es que en vista del nulo interés de él en el proceso de fabricación de bebés (hace falta ser gilipo...), optaron por la fecundación in vitro. Eso son hijos concebidos en el amor de una familia estructurada, sí señor...

No me extrañaría en absoluto que alguno de sus vástagos fuera otro de los protagonistas del documental; un sujeto que prefiere abusar de la pornografía en lugar de practicar el sexo con su novia. Todos los días pasa una o dos horas en un videobox que, para que todo el mundo lo entienda, es un armario empotrado con una pantalla, un dvd y un sillón a donde se va a consumir pornografía previamente alquilada en un 'Todo a 100' donde además se despachan masturbadores de todo tipo.

¿Resultado? Las japonesas se están cansando de sus compatriotas (no hay nada más cotizado allí que un novio occidental) y se están dando en masa a la juguetería erótica, que en el país del Sol Naciente tiene más de 8.000 distintas versiones del placer para ellas.

Pero si la libido existe en ambos sexos... ¿a qué viene este desencuentro? Una experta en estas cuestiones lo tiene más que claro: "Los hombres ahora no hacen ningún esfuerzo por seducir a las mujeres. Encuentran que el sexo es una obligación pesada y exigente". Por supuesto... es mucho más satisfactorio perpetrar un 'barbicidio' con un robot sexual de 10.000 euros, fabricado a gusto del consumidor al que "no hay que hacer regalos, ni escuchar, no son complicadas de entender ni pesadas como las mujeres", promociona orgulloso el fabricante de esta versión 2.0 y de 'luxe' de la muñeca hinchable de toda la vida. Ya sólo el concepto me levanta el estómago de puro machista.

¿Otros placebos? Tomarse una copa con derecho a coqueteo (sin tocar) a la camarera por 300 euros, masajes en las orejas por 50... y, mi preferida, la metadona del instinto sexual: acariciar gatos... Sí, porque hay sujetos (curiosamente todos de sexo masculino) que son incapaces de comunicarse ni bien ni mal con una mujer y apaciguan su deseo de relaciones sentimentales acariciando mininos en las decenas de Cafés de Gatos que han surgido por todo Tokio. ¿A razón de 10 euros la hora de mimos felinos...? ¡Prometeo, calienta que sales!

Y, frente a esto, una generación de mujeres hipersexuadas que venden la imagen de muñequitas y heroínas de manga y un comercio visible y evidente de 'hentay' (dibujos animados porno) que mantiene viva la imagen en Occidente de que Japón sigue siendo 'El imperio de los sentidos'. ¿Alguien lo entiende?

Mi amiga Patricia, que es psicóloga, dice que el mal que aqueja la sociedad que más móviles, tabletas e internet consume del mundo es la incomunicación: "es la incapacidad de comunicarse de forma presencial entre seres vivos, y eso ha dado como resultado una sexualidad egocéntrica"... No sé si un apagón digital les devolvería el alma a los nipones pero tengo otra pregunta que me suscita más inquietud: ¿es tan diferente aquella sociedad o simplemente es que va por delante de la nuestra? No sé a vosotros, pero a mí me está dando pánico la respuesta.

Patricia, sin embargo, me ha tranquilizado dulcemente, como siempre suele hacer ella, con su tono de voz aterciopelado y su sonrisa eterna: "No te preocupes, Pandora, que tú tienes cualquier cosa menos problemas de incomunicación y sexualidad egocéntrica. Mujer, si cuando no estás hablando por los codos es porque tienes una po... en la boca...".

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