domingo, septiembre 08, 2013

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JUEGOS OLÍMPICOS
¿Habrá Madrid 2024?

DIRECTIVOS DE M2020 Y RESPONSABLES DEPORTIVOS COINCIDEN EN QUE EL PRÓXIMO INTENTO DEBERÁ APLAZARSE POR UN LARGO TIEMPO
LVL/EP domingo, 08 de septiembre de 2013, 16:07


Madrid.- El sueño olímpico de Madrid volvió a chocar contra el negocio de una 'empresa privada' como el Comité Olímpico Internacional (COI), integrada por una reducida élite insondable y con intereses comerciales más allá de los deportivos, tras la 'derrota' en la votación por la sede de los Juegos de 2020 en la 125 Asamblea de Buenos Aires, que ganó Tokio y su proyecto vanguardista que se construirá bajo los sólidos cimientos del yen.Ésta era la impresión de los responsables de Madrid 2020 y de los directivos de federaciones y deportistas en el cóctel de despedida de la candidatura, apenas unas horas después de la decepción de caer eliminado tras el desempate con Estambul en el primer turno de las votaciones. "El COI no nos quiere, Madrid no es un negocio para ellos. ¿Cuántas obras hay que hacer en Madrid? ¿Cuántas en Tokio?", apuntó un presidente federativo buscando respuestas a la 'derrota'.

Las caras de desilusión del 'staff'' de M2020 eran las mismas de hace 4 años en Copenhague, cuando Río de Janeiro y su mapa de los primeros Juegos en Sudamérica golearon (66-32) a Madrid 2016 y su 'corazonada'. "Como en 2016 esta vez no ha habido partido. No tuvimos opción en ningún momento. El momento de Madrid fue en 2012", señaló otro responsable federativo en uno de los múltiples corrillos.El Madrid austero sin grandes infraestructuras por construir, con instalaciones temporales a imitación de Londres 2012, no convenció al COI, que prefirió un proyecto moderno y compacto aún por hacer gracias a los 4.500 millones de dólares del fondo de reserva previstos por el gobierno de Shinzo Abe, y los intereses comerciales que reúne una de las principales economías del mundo en franco crecimiento.

Madrid 2020 podía asumir una derrota contra el gigante asiático, que albergará sus segundos Juegos Olímpicos tras los de 1964, pero no de la forma en la que se produjo. "Nos han puesto a la altura de Estambul y sus revueltas sociales, con muchos casos de dopaje en el último mes y que puede sufrir las secuelas del conflicto sirio. Y encima, nos han ganado", dijo perplejo uno de los arquitectos de M2020.La capital no contaba con los votos de algunos de sus colegas europeos, caso de Francia, Alemania e Italia, que podrían haberse procurado con una opción de tener los Juegos en 2024 y no les interesaba por la regla no escrita de la rotación continental que Madrid los organizara 4 años antes. Pero no entraba en sus cálculos caer antes de la final. "Yo pensaba que podíamos ganar, incluso por mayoría en primera ronda. No lo entiendo, no lo entiendo", se lamentaba la miembro del COI Marisol Casado.Como ella, su compañero de la Ejecutiva del máximo organismo olímpico, Juan Antonio Samaranch, no salía de su asombro sobre el signo del voto de sus colegas. "No encuentro explicación. Debería haberlo captado porque estoy dentro, pero no lo he hecho", dijo el vástago del ex presidente de Honor del COI poco antes de ser consolado con un caluroso abrazo por el Príncipe don Felipe de Borbón.

UN 'SUELO' AÚN MÁS BAJO.

Al margen de la derrota y de la rabia contenida por el sentimiento de 'traición' de los electores del COI, directivos de M2020 y de las federaciones no salían de su asombro por haber tocado suelo. Las cábalas para lograr la victoria se situaban cerca de los 50 votos y Madrid había tenido un techo de 32 tanto en Singapur como en la final con Río en Copenhague, con lo que se afanaba en recaudar los apoyos en el segundo turno.

Esta vez llegó a tan solo 26, una cifra desde la que hubiera sido casi una utopía remontar en el caso de haber accedido a la final con Tokio. Alguna voz apuntaba al daño que habría hecho la información del diario 'El Mundo' sobre que 50 de los 98 miembros del COI habrían comprometido su voto a Madrid 2020. "Eso nos ha podido dejar fuera de la final. A algunos no les ha gustado ver su nombre dando el voto a Madrid", indicó otro alto directivo, dando incluso el nombre de Craig Reedie, presidente de la Comisión de Evaluación como uno de los 'afectados'.

Otros hablaban de que los votos fueron en bloque para apoyar a Asia y que Europa se beneficiará de la elección del miembro alemán Thomas Bach el próximo 10 de septiembre como sucesor de Jacques Rogge como presidente del COI. "Lo que está claro es que podemos intuir el voto de cerca de 40 miembros, pero del resto no tenemos ni idea", analizaba desilusionado uno de los encargados del 'lobby' madrileño.Más directo era, incluso, uno de los asesores que había logrado que Buenos Aires ganara contra pronóstico los Juegos de la Juventud de 2018. "Esto se soluciona 'pactando' los votos. Unas veces es dinero y otra favores que se devuelven en el futuro", afirmó. "Madrid lo hizo muy bien en la presentación de julio en Lausana y Tokio 'se puso las pilas'", decía otro presidente de federación alentando a que Madrid no se presente nunca más.

En lo que sí coincidían todos los que se acercaron al cóctel en el NH City Tower, a escasos metros de la Plaza de Mayo donde Argentina homenajea a los caídos en las islas Malvinas, era en que Madrid debe reposar la derrota del 20 y dejar pasar un largo plazo antes de volver a intentar alcanzar un sueño que el COI y su 'club de negocios privado' le han negado ya tres veces consecutivas en los últimos 8 años.

LOS COMERCIANTES YA PIDEN UN MADRID 2024

Sin embargo, sin haber digerido todavía la derrota, la Confederación de Comercio Especializado de Madrid (COCEM) ha señalado que hay que hacer "autocrítica" y trabajar "desde mañana" en un "plan B" para 2024.El presidente de COCEM, Hilario Alfaro, ha sostenido que ha sido una "gran decepción" que Madrid no acoja las olimpiadas de 2020, pero ha insistido en que hay que hacer "autocrítica" y "saber por qué no nos han dado los juegos"."La pérdida de peso internacional de España en los últimos años y la imagen que estamos proyectando en el exterior no es la más adecuada. La corrupción nos ha hecho mucho daño y eso no se cura de un día para otro", ha añadido.

No obstante, Alfaro ha querido felicitar tanto a esta candidatura como a las dos anteriores y ha mostrado su convencimiento de que organizar unos juegos olímpicos "no suponen un gasto sino una inversión".Asimismo, el presidente de COCEM ha insistido en que unas olimpiadas son "el anuncio más largo de publicidad y promoción de una ciudad", y que la posibilidad de ganar unos Juegos Olímpicos "sólo se podría traducir en empleo, que es lo que necesitamos".Por último, Alfaro ha defendido que la presentación de Madrid en Buenos Aires "fue impecable" y que el príncipe Felipe estuvo "insuperable". "Tenemos las ideas, las personas y el proyecto", ha concluido.

http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/805034/habra-madrid-2024

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JUEGOS OLÍMPICOS
Madrid 2020: la portada de 'El Mundo' que desató la ira entre los miembros del COI
A ALGUNOS NO LES SENTÓ NADA BIEN VER CÓMO SE PUBLICABA POR QUÉ CANDIDATURA SE DESCANTABA CADA UNO

LVL domingo, 08 de septiembre de 2013, 16:56


Madrid.- El diario argentino 'La Nación' explica que parte de la derrota de Madrid en la carrera olímpica se podría deber a una portada de 'El Mundo' del pasado miércoles, en la que se aseguraba que 50 de los 98 miembros COI ya habían comprometido el voto con la candidatura madrileña. Por su interés, reproducimos esta información.La inesperada eliminación en primera ronda llegó tras 72 horas de tensión sin límites para Madrid 2020. Sus máximos responsables llegaron a Buenos Aires convencidos de que estaban por delante de Tokio. El final fue cruel: una eliminación en primera ronda ante Estambul y en una votación de desempate. En los días previos había pasado de todo, y nada demasiado bueno.

"Juan, ¿qué es ese artículo?". La voz del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) sonó en el auricular del teléfono móvil de Juan Antonio Samaranch (hijo), dando forma a los peores pronósticos de Madrid 2020. Jacques Rogge quería saber si Madrid había tenido algo que ver con lo publicado por el periódico 'El Mundo', que el miércoles sacudió al COI con un titular en primera plana y a cuatro columnas: "50 de los 98 miembros del COI han prometido votar a Madrid".Samaranch le juró que no, porque en Madrid se asegura que nadie filtró ninguna lista con nombres al periodista autor del artículo. Y Rogge le creyó a tal punto que en su rueda de prensa de ese mismo día fue gentil con la capital española. Conoce cómo es la votación de una sede olímpica. Es secreta y electrónica. "¿Si esto va a afectar a Madrid? Mi respuesta es no. Mis colegas tampoco creen en estas listas de votos para una candidatura, así que definitivamente no".

Pero el daño ya estaba hecho y los demonios desatados. Algunos de los asesores olímpicos de Madrid 2020 comenzaron a aterrorizar a sus jefes, al punto de asegurar que el artículo publicado ofendía a los miembros del COI y que su aparición le costaría diez, o incluso 20 votos a la candidatura.Desde entonces, el ambiente en Madrid 2020 cambió radicalmente. Pese a que un asesor les envió un memorandum sugiriéndoles sonreír y transmitir naturalidad, los gestos tensos entre sus integrantes eran visibles en el mismísimo 'lobby' del Hotel Hilton, y la desesperación por los supuestos votos perdidos crecía.

Estambul y Tokio, positivamente sorprendidas por la inesperada novedad, seguían expectantes la evolución de los hechos.El mal ambiente se profundizó cuando uno de los asesores especiales de Madrid 2020, hombre de larga experiencia en candidaturas olímpicas, cometió un error. Deseoso de recuperar el supuesto terreno perdido, encaró personalmente a la carta ganadora del equipo: el Príncipe Felipe.



LA ENTREVISTA

El asesor le pidió que ofreciera una entrevista en profundidad a un importante medio anglosajón, pero la idea no tuvo recorrido. Uno de los asistentes de Don Felipe le advirtió molesto a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE) y jefe de la candidatura, que no era forma de abordar al Príncipe.Y Blanco estalló, enzarzándose en una acalorada discusión con el asesor estratégico, al que prohibió volver a acercarse al Príncipe. Horas antes, el asesor en cuestión había llevado a cabo minuciosos y secos interrogatorios a miembros de la candidatura, obsesionado con saber el origen de la supuesta Filtración.

Blanco estaba convencido, pese a todo, de que el artículo de 'El Mundo' no tendría influencia alguna, aunque no podía abstraerse de la tensión reinante."Me molestó que apareciera mi nombre atribuyéndome un voto", dijo un influyente miembro del COI, que sin embargo aseguró que no cambiaría su elección. "Ni me ofende, ni me afecta", añadió Richard Peterkin, miembro del COI por la diminuta isla caribeña de Santa Lucía, antes de añadir una broma: le gustaría ser capaz de leer el pensamiento de sus compañeros en el COI, tal como sugiere que hizo el autor del artículo.

http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/805040/madrid-2020-la-portada-de-el-mundo-que-desato-la-ira-entre-los-miembros-del-coi

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Por qué ha perdido Madrid y ganado España

08.09.2013 Tags>
Paul Volcker, el proverbial expresidente de la Reserva Federal, publicó en 2005 -antes de que estallara la crisis financiera- un artículo en The Washington Post titulado: "La economía, sobre hielo delgado". Volcker advertía de que debajo de la superficie tranquila del lago sobre la que se deslizaban los patinadores se escondían, en realidad, tendencias preocupantes: desequilibrios enormes y riesgos derivados de una política monetaria tan expansiva que había creado una gran burbuja de crédito. En particular, por la falta de ahorro de EEUU, que cada año estaba en la obligación de pedir prestado al mundo decenas de miles de millones de dólares para mantener elevado su nivel de vida (un 50% de renta mayor que España).Alan Greenspan era, por aquel tiempo, lo más parecido al mesías monetario, y pocos repararon en las heterodoxas ideas (en realidad eran pura ortodoxia) del economista que dirigió la Reserva Federal entre 1979 y 1987, y que con más de 80 años vio lo que otros apenas intuían.

Volcker ganó la partida de la credibilidad frente a la marea de analistas y crédulos que se derretían cada vez que Greenspan decía a los mercados lo que querían oír (como ahora han hecho las autoridades y los medios de comunicación españoles a propósito de los Juegos Olímpicos). Y ganó la batalla de la credibilidad no sólo por sus profundos conocimientos del sistema económico norteamericano, sino, sobre todo, porque estaba ya fuera de la Reserva Federal, lo que le permitía analizar los fenómenos económicos con mayor objetividad y rigor económico.Es decir, justo al revés de lo que suele suceder a los políticos y altos funcionarios del Gobierno de turno, cuya mirada está contaminada por las urgencias electorales. Sólo eso explica, mejor que ninguna otra cosa, el empeño de Madrid por organizar (por cuarta vez) unos Juegos Olímpicos.

Suele suceder que la mirada de los políticos y altos funcionarios del Gobierno de turno está contaminada por las urgencias electorales. Sólo eso explica, mejor que ninguna otra cosa, el empeño de Madrid por organizar (por cuarta vez) unos Juegos Olímpicos.Se ha tratado de un empecinamiento político -sólo político- que desafiaba algunos de los más elementales principios de la economía, como es la rentabilidad de las inversiones, tanto públicas como y privadas. Y el hecho de que no se hayan concedido los Juegos Olímpicos -con una derrota clamorosa (la tercera consecutiva)-, no impide hacer un análisis crítico de su utilidad. Si Madrid hubiera ganado, también habría que haberlo hecho igualmente. Los argumentos no cambian en función de quién sea el ganador.
Organizar los Juegos en la España actual y con lamentable arquitectura institucional del país hubiese sido una mala idea económica. Aunque, evidentemente, a corto plazo habría inyectado toneladas de optimismo sin duda merecidas por la ciudadanía.

Cohesión territorial

Básicamente, por una razón. Uno de los problemas específicos de España -al margen de algunos desequilibrios macroeconómicos que todavía subsisten- tiene que ver con la cohesión territorial. Junto a regiones competitivas y de alto nivel de renta en relación con Europa (Madrid, Cataluña o País Vasco), permanecen territorios con buenas infraestructuras, pero inviables por ausencia de actividad económica. Lo cual es todavía más preocupante en un Estado ampliamente descentralizado en el que cada autonomía se ha convertido en un 'miniestado', pero sin la masa crítica suficiente para asumir el gasto sanitario o en educación (las dos terceras parte del presupuesto).

Este es el caso de la España interior o de Extremadura (más de la mitad de territorio), cuyo futuro es algo más que oscuro. Fundamentalmente, como consecuencia del polo de atracción que suponen las dos grandes urbes del país (Madrid y Barcelona), que no solamente consumen la mayor parte de la inversión pública, sino que arrebatan la inmensa mayoría de la inversión extranjera.

Hay un dato que a menudo pasa inadvertido, pero nada menos que el 84% de la inversión extranjera directa (la que realmente importa) llega a Madrid y Cataluña. O dicho en otros términos, tan sólo el 16% de los 13.000 millones de euros que llegaron a España del extranjero el año pasado para invertir en el sistema productivo (no se trata de inversión en cartera) se lo tuvieron que repartir las quince comunidades autónomas restantes, algo que explica las crecientes diferencias interregionales en términos de capital humano y físico. Sólo con ver el ranking de las mejores universidades del país, se observa dónde se corta el bacalao del conocimiento en España (salvo algunas excepciones).

Lo curioso del caso es que ambas comunidades representan el 36,8% del PIB de España, lo que significa una evidente sobrerrepresentación en cuanto a captación de inversión extranjera. Lo peor, sin embargo, es que la distancia tenderá a ensancharse en los próximos años.La organización de unos Juegos Olímpicos, a priori, no es ni buena ni mala (al margen del aspecto puramente deportivo). Su virtud dependerá de tres factores: la oportunidad histórica, la gestión económica de los recursos públicos disponibles, y, por último, su contribución a la cohesión territorial.El país necesitaba -necesita- un golpe de optimismo tras un quinquenio en crisis que se ha llevado por delante casi cuatro millones de puestos de trabajo

Parece evidente que España cumplía la primera de las tres condiciones. El país necesitaba -necesita- un golpe de optimismo tras un quinquenio en crisis que se ha llevado por delante casi cuatro millones de puestos de trabajo. Pero no es el caso del resto de condiciones. Hay fundadas razones para sospechar (ahí está el fortísimo endeudamiento generado en los últimos años) que si España no cambia su sistema de representación institucional (la baja calidad de nuestra democracia), el resultado económico habría sido un fiasco.

Unos Juegos Olímpicos organizados por políticos mediocres conducen inevitablemente al fracaso económico, y no hay razones para pensar que las cosas iban a ser distintas. Al menos hasta que no se solucione el marco institucional en el que se desenvuelve la política madrileña y española. Sólo hay que ver el dossier que presentó Madrid 2020 al COI para observar quién se beneficiaría de las infraestructuras. No un territorio degradado social y económicamente, como sucedió en Barcelona, que abrió la ciudad al mar, sino algunos de los nuevos planeamientos urbanísticos vinculados a los reyes del ladrillo.

El mito del efecto frontera

El tercer factor que puede aconsejar las organización de unos Juegos Olímpicos es el equilibrio territorial, y el hecho de que se fueran a celebrar en Madrid (la comunidad con mejores infraestructuras del país) sólo habría ayudado a desequilibrar un poco más la balanza a favor de la capital, ya suficientemente dotada de infraestructuras. El llamado ‘efecto frontera’, en contra de lo que suele decirse, tiene un impacto muy limitado sobre los territorios contiguos, como se demuestra en las dos Castillas.

Esta política económica espasmódica es consecuencia, sin lugar a dudas, del cortoplacismo con el que se hacen las cosas. Y Madrid 2020 no es más que su reflejo
Hay otra razón que hubiera desaconsejado la organización de los Juegos Olímpicos. La economía de un país no puede funcionar a golpe de la feliz idea del político de turno. Ahora, una Expo (Sevilla y Zaragoza); ahora, unos Juegos Olímpicos (Barcelona y Madrid); ahora, un aeropuerto (medio centenar en todo el país); ahora, un parque temático (Terra Mítica); ahora, unos casinos (Eurovegas) o ahora, unos trenes de alta velocidad (la segunda potencia mundial) que han endeudado al país hasta niveles insoportables y que han obligado a subir los impuestos para poder financiar gasto corriente, no nuevas inversiones que multipliquen la actividad económica.

Esta política económica espasmódica (con escasos proyectos a largo plazo capaces de identificar los nuevos yacimientos de empleo y fijar las vías por las que debe circular un nuevo modelo productivo) es consecuencia, sin lugar a dudas, del cortoplacismo con el que se hacen las cosas. Y Madrid 2020 no es más que el reflejo de esa forma de hacer política. Sin duda, respaldada por una opinión pública demasiado complaciente. A la que de vez en cuando se le embarca en proyectos suicidas de la mano de medios de comunicación dóciles con el poder que en la mayoría de los casos se han ganado a pulso su crisis. Y el hecho de que se eligiera a una empresa de marketing (no a un gabinete de análisis demoscópico creíble) para que dijera que el 91% de los ciudadanos estaba encantado con los Juegos no es más que la prueba del nueve de la chapuza.

Un país no puede crecer a golpe de ocurrencia o evento deportivo, y si lo hace está condenado al fracaso. Probablemente, la mejor lección que deben aprender las autoridades de lo sucedido en Buenos Aires es que una tasa de paro del 26% dice muy bien lo que somos. O incluso los 7.455 millones de euros que debe el ayuntamiento de Madrid. Esta es la realidad.

http://blogs.elconfidencial.com/espana/mientras-tanto/2013-09-08/por-que-ha-perdido-madrid-y-ganado-espana_26049/

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RESACA DE UNA DURA DERROTA
Las claves de la derrota: Al Sabbah, la inversión y el dopaje
El poder del dirigente kuwaití perjudicó a la candidatura de Madrid 2020 y por además la idea de hacer unos nuevos Juegos Olímpicos más austeros no gustó para nada al COI.


JUAN JIMÉNEZ
Alejandro Blanco, respaldado por Ana Botella, tras conocer la dura derrota. | Claudio Bejarano
En medio del barullo de la derrota, cuando unos lloran, otros abrazan para consolar a los perdedores y la mayoría miraba atónita en la pequeña pantalla el desenlace frotándose los ojos, la frase más repetida entre los miembros de la candidatura de Madrid era: "No sabemos qué ha podido pasar". Una derrota, sin embargo, siempre tiene explicaciones.

Una de las primeras tienen nombre y apellidos. El jeque Ahmed Al Sabbah, presidente de los Comités Olímpicos Asiáticos, es uno de los nombres más influyentes en el COI y padrino de Thomas Bach, el abogado de 59 años que tiene muchas opciones de ser elegido presidente del COI mañana en la Asamblea. Uno de los sueños de Bach es devolver los Juegos Olímpicos a su país, Alemania. Berlín prepara candidatura para 2024 y, para eso, la primera premisa era que Madrid no fuera olímpica en 2020. La influencia del kuwaití fue decisiva. Eliminar a Madrid de la carrera con los votos que controla Al Sabbah quien, por cierto, no veía con malos ojos la candidatura de Blanco, era parte del plan.

Más razones. Pero la derrota también se explica desde asuntos más sencillos. Madrid garantizaba más de 600 millones de euros en patrocinadores, pero mientras Japón proyectaba en su presentación una imagen con todos sus patrocinadores, orgullosos de unirse a un proyecto indestructible, Madrid no tenía demasiados padrinos. Eso, y la tasa de paro que no garantizaba la compra del cien por cien del ticketing, jugaron tan en contra de Madrid como las deficientes respuestas del dopaje. Obsesionada con la economía ("será nuestro caballo de batalla", decía Samaranch 24 horas antes de la elección), la estrategia del discurso se basó en el anuncio de buenos términos macroeconómicos que confirmasen la salida de la recesión y el inicio del crecimiento, y dejar clara la garantía única de las tres administracciones. A Madrid las preguntas sobre dopaje le cogieron a contrapié, porque suponía que ese examen ya había sido superado con nota en Lausana. Blanco, que ha estado impecable durante todo el proyecto, estuvo algo espeso en la respuesta.

Y, sin duda, la peor conclusión que dejó la derrota es que Madrid pretendió inventarse un nuevo modelo de Juegos. Hacer de la necesidad virtud y convertir Madrid 2020 en los Juegos de la austeridad y el legado. El COI, que vende el olimpismo desde los valores, le dio una patada a la novedosa idea de Madrid, como molesto porque le quisiesen enseñar cómo debe funcionar este negocio. Y este negocio, como todos, funciona con dinero. Y, se quiera o no, hoy España es muy poca cosa para organizar unos Juegos.


http://masdeporte.as.com/masdeporte/2013/09/09/polideportivo/1378682705_008403.html


Las incógnitas que deja el fracaso de Madrid 2020

¿Estaba la candidatura de Madrid 2020 tan bien preparada como pensaban? Años de paro, insolvencia económica, recortes e, incluso, corrupción podrían haber sido subestimadas por responsables de la delegación. Grandes bazas como ser la 'candidatura austera' (y llevar 180 personas a Buenos Aires) y tener mucho construido podrían haber jugado en contra. El dopaje y la crítica situación económica de varias federaciones sitúan a parte de nuestro deporte en una situación muy delicada. En el plano político: ¿cómo afecta este fiasco al PP y a la alcaldesa Ana Botella en la capital de España?
La derrota de la candidatura de Madrid para albergar los Juegos Olímpicos del año 2020 fue tan inesperada que sus consecuencias aún están lejos de ser asimiladas. El optimismo que destilaba la delegación española antes y durante la exposición final en Buenos Aires no hizo sino acrecentar la sensación de jarro de agua fría cuando el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, anunciaba primero que Estambul y Madrid empataban como candidaturas con menos votos y después, que Madrid era la eliminada.

¿Debe Madrid presentar su candidatura a próximos Juegos?
Sí, tiene un proyecto consolidado y muy avanzado.
No, hasta que no solucionen los problemas con el dopaje, que han sido la clave.
Sí, pero no a los de 2024. Si no lo han logrado en tres ocasiones consecutivas, difícilmente lo lograrán.

Después del tercer fracaso consecutivo de Madrid como candidata a albergar unos Juegos, se abre un buen número de incógnitas que quedan sin resolver. 1. ¿Estaba Madrid 2020 tan bien preparada como se decía?: La candidatura madrileña llegó a Buenos Aires cargada de optimismo y quizá no se tuvieron en cuenta los muchos factores que podían resultar negativos. España llegó al día de la elección sin haber salido de la recesión que la castiga desde hace años, con casi 4,7 millones de desempleados, con unos recortes de más del 30% en las subvenciones a las federaciones deportivas y con una contención del gasto público casi sin precedentes. Creemos que España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que en los Juegos El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, centró precisamente su discurso ante el COI en la economía, recitando algunos de los últimos datos positivos, como por ejemplo, el aumento de las exportaciones, pero no parece que fuera suficiente para contentar a un Comité que confió más en la seguridad del yen japonés. También llegaba Madrid a Buenos Aires con varios casos de corrupción vivos y además, sin haber despejado la mala imagen que tiene España en un asunto que preocupa tanto al COI como el dopaje. Todos los medios internacionales se han hecho eco de la Operación Puerto y de su sentencia. Algunos deportistas lo tienen claro. La nadadora de sincronizada Thaïs Henríquez opina que "la situación económica y política no es la mejor, no hay credibilidad". El presidente de la Federación Española de Balonmano, Francisco Blázquez, piensa igual: "La crisis ha sido fundamental. Todas las federaciones internacionales saben los malos momentos que estamos pasando". Quizá una de las opiniones más impactantes es la de la exatleta marroquí Nawal El Moutawakel, miembro del COI desde 1998: "Creemos que España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que en los Juegos Olímpicos". También la figura de Alejandro Blanco (presidente del Comité Olímpico Español desde 2005) como cabeza visible de la candidatura ha suscitado críticas: se le ha reprochado proceder de una federación de poco peso (el judo), no dominar el inglés y tener escasos contactos con los miembros del COI, lo que supone no haber podido influenciar o hacer presión a favor de la candidatura en las muy valoradas reuniones informales de los días anteriores a la votación. Blanco no era el presidente del COE en la primera intentona (por los Juegos de 2012), pero sí en la siguiente (por los de 2016).


2. ¿Es la austeridad un punto a favor o es un arma de doble filo?: La principal baza de Madrid de cara a su elección como ciudad olímpica era la austeridad. Se ha repetido hasta la saciedad que el 80% de las infraestructuras están ya finalizadas y que la inversión necesaria era mucho menor que las otras dos candidaturas, la de Estambul y la de Tokio.

Pero el COI es un organismo muy complejo y existen muchos intereses entre sus miembros, algunos relacionados con las concesiones, los contratos y las constructoras. Ya lo apuntaba el tres veces medallista olímpico y entrenador de balonmano Talant Dujshebaev: "Al COI no le ha bastado que el 80% de las instalaciones estuvieran construidas, les interesa más que se vayan construyendo". Por otro lado, choca que una candidatura que llevaba la austeridad como bandera llevara a Buenos Aires el mayor número de delegados: 180, muy por encima de los 100 de Tokio o de los 75 de Estambul. 20minutos solicitó la lista de nombres que componían esa comitiva, pero la delegación no la entregó.


3. ¿Qué va a pasar con las infraestructuras que ya están constuidas?: La otra cara de tener las infraestructuras terminadas o muy avanzadas es qué hacer con ellas si al final no hay juegos. Es lo que le pasa a Madrid con la Caja Mágica, el Centro Acuático o La Peineta. La Caja Mágica (con un coste de 300 millones de euros) nació para los Juegos de 2012, se volvió a 'vender' para los de 2016 y de nuevo estaban en el portafolio de la candidatura para 2020. Pero la realidad es que a día de hoy, sólo se usa para el Masters de Madrid de tenis (dos semanas al año). La construcción del Centro Acuático, en el que se ha invertido ya medio millón de euros, lleva parada desde 2010. Para finalizarla harían falta al menos otros 80 millones de euros. Sin Juegos en perspectiva, su futuro es una gran incógnita. La Caja Mágica costó 300 millones de euros y sólo se usa dos semanas al añoEl estadio de La Peineta sí tiene utilidad fijada: será el nuevo estadio del Atlético de Madrid. Pero la ausencia de Juegos alarga sine die el momento en el que el club colchonero se traslade. En teoría, el Atleti empezaría a usarlo en el verano de 2015, pero desde que empezaron las obras en 2011, el retraso se va acumulando. El coste, de unos 250 millones de euros, la situación económica del Atlético y sobre todo, que no hay Juegos Olímpicos, pueden dejar esta obra sin finalizar y sin plazos. Si bien la alcaldesa Ana Botella afirmó que se trata de un legado para la ciudad, estas infraestructuras, llamadas 'elefantes blancos' tendrán que recurrir a la iniciativa privada para asegurar su futuro.

4. ¿Peligra una posible candidatura de Ana Botella a la Alcaldía de Madrid en 2015?: De haber obtenido los Juegos de 2020, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, tendría un fuerte asidero al que sujetarse para postularse como la candidata del Partido Popular a la Alcaldía de la capital en las elecciones de 2015. Y no sólo eso, sino que hubiera sido, a buen seguro, la principal baza de esa supuesta candidatura. Pero una vez sin Juegos, el futuro de Ana Botella como candidata no está tan claro, sobre todo teniendo en cuenta que llegó al cargo sin someterse a unas elecciones, sino que lo hizo de manera interina tras la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón al Ministerio de Justicia. En abril, una encuesta revelaba que el Partido Popular perdería 22 puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios en Madrid. Sin el asidero de los Juegos, Ana Botella peligra como candidata... o no. Mariano Rajoy dijo, al poco de conocerse la decisión del COI, que el fracaso de Madrid 2020 no tendría ninguna consecuencia política.

5. ¿Habrá candidatura Madrid 2024?: Es la primera pregunta que muchos se hicieron tras conocerse que los Juegos de 2020 irán para Tokio. La capital de España lo ha intentado para 2012, para 2016 y para 2020... si lo ha hecho tres veces seguidas, ¿por qué no cuatro? Al fin y al cabo, Estambul, otra de las derrotadas este fin de semana, lo intentaba por quinta vez. Las opiniones están divididas: muchos deportistas, como Rafa Nadal, Gemma Mengual o Talant Dujshebaev ya se han mostrado a favor de volver a intentarlo. Otros, como Jaime Lissavetzky (portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid) o Fermín Cacho apuestan por tirar la toalla. Uno de los principales motivos que desaconsejan volver a intentarlo en 2024 es que la competencia puede ser feroz. Se rumorea que grandes capitales europeas optarán a esos Juegos: Roma (o Milán), París (que perdió la votación por 2012 y que quiere celebrar el centenario de los Juegos Olímpicos de 1924, celebrados en la capital gala) o una muy ambiciosa de Berlín podrían ser las rivales de Madrid. Además, hay potentes ciudades americanas también interesadas: Toronto, Guadalajara y casi seguro, una estadounidense (se habla de San Francisco, Boston, Washington, Dallas o San Diego).

6. ¿Fue la respuesta de Alejandro Blanco a las preguntas sobre el dopaje demasiado tibia?: De las cuatro preguntas que recibió la candidatura de Madrid por parte de los miembros del COI, dos eran sobre el dopaje. Fue el presidente del COE, Alejandro Blanco, el encargado de responderlas. Blanco respondió por segunda vez sobre el dopaje con un "creo haberme explicado"Blanco contestó que España es el sexto país del mundo en número de controles e insistió que se ha creado una ley más dura para luchar contra el dopaje "respaldada por todos los deportistas". Como se formularon dos preguntas, Blanco comenzó su segunda respuesta con un "creo haberme explicado" que quizá no dio imagen de seguridad. "Nadie puede dudar de la lucha contra el dopaje en España", concluyó el presidente del COE. Muchos analistas creen que el dopaje fue la principal clave. Es difícil de saber, como reconoció el propio Jacques Rogge, qué peso tuvo este tema en la decisión del COI, pero sí que es cierto que la delegación de Tokio hizo mucho hincapié en que "nunca" se ha dado un caso de doping en ningún atleta japonés.

7. ¿Se resiente la Marca España tras el no a Madrid 2020?: Marca España, el proyecto o política que persigue mejorar la imagen de España, estaba muy expuesta en la elección de la sede olímpica de 2020. El director de la Marca España, José Ángel López Jorrín, considera que "una derrota no es una buena noticia, pero Madrid y España han demostrado la calidad de su proyecto". Es más, López Jorrín se muestra partidario de repetir en 2024: "Cuando uno compite, a veces gana y a veces pierde". La clave quizá sea, más que saber si la Marca España se ha resentido, si la Marca España goza la buena imagen que se le supone desde el propio país. Esto es lo que opina el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, que cree que el hecho de que, "lamentablemente, España no sea una buena marca en el exterior" ha contribuido al "fracaso rotundo" de la candidatura de Madrid 2020, con la que, a su juicio, "se vendió la piel del lobo antes de cazarlo". La Marca España ya llegaba a Buenos Aires muy tocada por los escándalos de corrupción. El caso Bárcenas, que afecta directamente al Gobierno del país y a su presidente, Mariano Rajoy, ha saltado fuera de nuestras fronteras. Al igual que lo ha hecho otro asunto que salpica a otro de los más altos estamentos del Estado, la corona: la implicación del yerno del rey, Iñaki Urdangarín, en la trama de corrupción del caso Noós, que llega a tocar a la infanta Cristina y al propio rey Juan Carlos. Casos como el de Bárcenas o la implicación de Iñaki Urdangarín en la trama Noós han trascendido más allá de nuestras fronterasPor si fuera poco, en un momento en el que los ojos de medio mundo estaban puestos sobre Madrid 2020, esto es, en la exposición de la candidatura, quedó claro que la clase política española no tiene en los idiomas su fuerte. Alejandro Blanco habló directamente en castellano, al igual que Mariano Rajoy, al que se le ha reprochado el contenido excesivamente político de su discurso y el tono demasiado sobreactuado del mismo. Ana Botella utilizó el inglés, pero su pronunciación y frases que ya se han hecho famosas como "a relaxing cup of café con leche" la han hecho ser noticia en tono humorístico más que como máxima representante de la ciudad de Madrid.

8. ¿En qué posición se quedan los deportes olímpicos españoles?: Los deportistas olímpicos españoles y sus federaciones son, probablemente, los que más se podían beneficiar de la concesión de los Juegos de 2020 y por ende, son los más perjudicados por el fracaso de la candidatura madrileña. El seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, ya decía el sábado que "la mejor política que puede hacer un Gobierno es formentar el deporte de base, no el de élite". José Javier Hombrados, excapitán de la selección española de balonmano, cree que "el deporte necesita ayuda". Su excompañero Talant Dujshebaev dice que el balonmano vive una "situación límite" y el seleccionador femenino de esta disciplina, Jorge Dueñas, afirma que "esta noticia nos ha dejado muy tocados". Y tienen motivos para temerse lo peor: las federaciones deportivas han visto este ejercicio reducida la partida destinada a subvenciones, que pasó de 47 millones en 2012 a 30,7 en este año, en el que el presupuesto del CSD se cifró en 75,15 millones de euros, frente a los 121 de 2012. A pesar de estos recortes, el ministro José Antonio Wert garantizó a las Federaciones que este año no habrá más recortes.

http://www.20minutos.es/noticia/1913767/0/dudas/fracaso-candidatura/madrid-2020/#xtor=AD-15&xts=467263

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PORTADA » ESPAÑA
LA OPINIÓN PUBLICADA
Madrid 2020 era un despropósito

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA. AYER "¿Cómo es posible que nuestra clase política se embarcase en este tipo de proyectos mientras recortan y recortan gasto social y mientras evitan hacer cualquier reforma del modelo productivo? Probablemente se deba a que ni quieren cambiar, ni saben hacerlo"

VALENCIA. El Comité Olímpico Español difundió hace unos días una encuesta que afirmaba que el 91% de los españoles querían los Juegos Olímpicos de 2020 para Madrid. La encuesta precisaba que, además, esa mayoría se incrementaba aún más fuera de Madrid. Algo notable, porque supone asumir que, por ejemplo, el apoyo a Madrid 2020 sería probablemente mayor en Cataluña que en Madrid, a pesar del aumento del independentismo (o quizás precisamente por ello; porque piensan que ellos se librarán de pagar la factura de los Juegos).

Querría aclarar, al respecto, que yo era uno de los rarísimos individuos que no querían los Juegos, y que para mí la decisión del COI ha sido una gran noticia. Y con un añadido muy importante, además: la eliminación en primera ronda ha supuesto un ridículo tan estrepitoso, tan espectacular, que con un poco de suerte no habrá candidatura Madrid 2024. Porque, en caso de una derrota por la mínima, lo normal, visto lo visto, habría sido postularse para 2024, con lo que los miembros de la candidatura habrían alcanzado un record de 16 años viviendo de "vender ilusión". Ahora, en cambio, parece más probable que el sueño olímpico (o la pesadilla) acabe aquí.

No se entiende muy bien qué sentido tiene que un país como España, en la dificilísima situación económica en la que se encuentra, se embarque en la organización de unos Juegos Olímpicos. Y menos aún si tenemos en cuenta que España ya organizó hace poco más de veinte años unos Juegos Olímpicos, Barcelona 92. Unas olimpiadas que venían justificadas por la presentación de un país moderno, que había superado por fin su atávico retraso político y económico... Y que, además, nunca había organizado unos Juegos.

Esa justificación no existe para Madrid 2020, que se tropieza con la cruda realidad (que ya vivió Sevilla) por tercera vez. Y, además, conviene recordar que España no es Estados Unidos. No es una superpotencia a la que se le pueda antojar organizar Juegos Olímpicos cada pocos años (Los Ángeles 84 y Atlanta 96).

Pero, sobre todo, en contra de la candidatura de Madrid 2020 aparecía, o así me lo parecía a mí, un evidente problema de carácter ético. ¿Cómo es posible que nuestra clase política se embarcase en este tipo de proyectos mientras recortan y recortan gasto social y mientras evitan hacer cualquier reforma del modelo productivo? La pregunta se responde sola: probablemente se deba a que ni quieren cambiar, ni saben hacerlo. Y los Juegos Olímpicos suponían una ocasión de hacer más de lo mismo. Es decir, más construcción, más grandes eventos, más insistir en un modelo que en España ha fracasado sin ningún género de dudas, contribuyendo a agravar la crisis.

Argumentos endebles

Madrid 2020 se sostenía en dos grandes argumentos: la organización de los Juegos habría insuflado ánimos a la gente, y una importante inyección de empleo e inversión económica; y la inversión necesaria en infraestructuras sería relativamente pequeña, puesto que la candidatura ya las tenía construidas en su mayor parte.

El primer argumento es discutible. Hay Juegos Olímpicos que han sido un éxito, como probablemente lo fueron los de Barcelona (a pesar de que su final también preludió la dura crisis económica del 93, en parte agravada por la resaca del "Año de España"). Y hay otros que han resultado ser un desastre, como los de Montreal 76 (la ciudad canadiense estuvo pagando una enorme deuda generada por los juegos durante más de treinta años; es decir, hasta hace poquísimo) o, más recientemente, Atenas 2004.

El segundo argumento tiene un "reverso tenebroso" que convendría sacar a colación. Un problema de los Juegos Olímpicos, y de cualquier evento de estas características, es qué hacer con las infraestructuras a partir del "día después". Normalmente, resultan infrautilizadas o directamente se abandonan. Pero al menos la inversión se justifica por esos quince días de gloria olímpica. Pero en el caso de Madrid, en el que las infraestructuras quizás no se utilicen nunca... ¿No habría que exigir rendición de cuentas a las administraciones públicas que tan irresponsablemente han invertido millones y millones de euros en un proyecto que previsiblemente quedará en nada?

La creación de un consenso artificial

La candidatura olímpica ha estado, en sus tres ediciones, fuertemente impulsada por los poderes públicos y por algunos socios privados. También ha tenido un apoyo ciudadano inicialmente amplio, pero que ha venido decreciendo. Y en Madrid 2020 se ha evidenciado, con muchísima claridad, el alejamiento entre el entusiasmo y la adhesión al proyecto de la "España Oficial" y un apoyo mucho más tibio (aunque muy poco presente en los altavoces del poder, como es obvio) entre la ciudadanía.

Quizás esto último se debiera a que, como ha indicado la presidenta de la comisión de Coordinación del COI, Nawal El Moutawakel, después de la votación: "Creemos que España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que los Juegos Olímpicos". Otras candidaturas, como la de Roma, cuyo país atraviesa parecidas dificultades económicas a las nuestras, decidieron abandonar el proyecto hace un año. Sin embargo, en España ni siquiera se insinuó que tal vez era mala idea continuar por esa senda.

Pero, aunque no había entusiasmo, tampoco abundaban las críticas. Al menos, no han podido leerse apenas en los medios de comunicación; ni, desde luego, por parte de casi ningún representante político o líder de opinión. En lugar de ello, se ha dirigido a la sociedad un relato sobre la candidatura que, como la realidad ha puesto claramente de manifiesto, era un cuento chino.

Un cuento basado, en primer lugar, en la delirante encuesta que difundió hace unos días el Comité Olímpico Español, que ya hemos mencionado. Y, en segundo lugar, en la idea de que Madrid 2020 no es que tuviera posibilidades, sino que poco menos que tenía los Juegos asegurados, con la espectacular "exclusiva" del diario El Mundo del miércoles como principal exponente de esta tendencia, en la que se afirmaba, entre otras cosas, que Madrid 2020 tenía 50 votos "seguros" de miembros del COI y que la candidatura de Estambul, pobrecitos, andaba por ahí mendigando algún voto para no hacer demasiado el ridículo. Al final, ha sido Madrid quien ha hecho el ridículo, con su alcaldesa, la inefable Ana Botella, y sus delirantes réplicas a los periodistas, a la cabeza.


Para rematar la faena, esta semana volvió a salir a colación una noticia de hace algunos meses: el presidente del Comité Olímpico Español y de la candidatura Madrid 2020, Alejandro Blanco, plagió su tesis doctoral. Y cuando hablamos de "plagio" no estamos diciendo que abusase del derecho de cita con una determinada obra. El plagio se produjo como dictan los cánones: copiando y pegando un documento de la web del propio Comité Olímpico Español, que preside, y que presentó como su tesis.

Un plagio, sin duda, olímpico, que podemos leer como un simpático guiño de la candidatura española al coloso alemán, dado que en Alemania es casi tradición pillar a los dirigentes políticos plagiando su tesis doctoral. Aunque conviene aclarar dos cosas: la primera, que el plagio "a la alemana" resulta mucho menos escandaloso que el modelo español; y la segunda, que en Alemania los implicados en este tipo de escándalos acabaron dimitiendo. En España, naturalmente, no.

http://www.valenciaplaza.com/ver/101335/desproposito-madrid-2020.html?

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El país gilip... y la zanahoria olímpica de Madrid 2020
Ciencias Sociales
Alejandro Serrano 08/09/2013
Nos la dan con queso, y del barato, del de fundir, en cuanto nos ponen una zanahoria medianamente apetitosa delante del hocico.
En días como estos –me refiero en realidad a los últimos años de crisis-, me acuerdo de mi padre, en mi niñez y adolescencia. Tenía por costumbre no parar de trabajar, incluso en sábados, y a veces, los domingos. En casa apenas le veíamos, salvo los domingos durante al menos unas horas, durante la comida y la sobremesa. Luego, bajaba al bar para relajarse un rato y no le veíamos de nuevo hasta la noche, cuando cenaba en silencio y se iba a la cama bastante pronto, para llegar descansado al trabajo.

Mi padre es albañil, y hasta él ha perdido la cuenta de las décadas que lleva en el oficio (y mucho antes, en otros diversos). Bueno, llevaba, ya que hace un año que está en paro, ya casi a punto para la merecida jubilación. En aquellos días, aún era fuerte, casi titánico. No supo apenas lo que era una baja laboral, ni visitar a su médico, quien casi no lo conocía. A los ojos de sus hijos, lo podía todo, como si fuese un superhéroe. Un tío recio, de claro hablar y atronadora voz. Nada me hizo dudar de que podría vencer a cualquiera, superar cualquier contratiempo. Hasta que un día, de repente, se me quitó la venda de los ojos, y por fin vi a mi padre como al humano que era.

Mi madre me contó que, cuando yo era pequeño, tuvo un accidente laboral, un corrimiento de tierra en la obra, y quedó sepultado en una zanja, cubierto por varios metros cúbicos de polvo y piedras. Creyó que no lo contaba, que dejaría viuda a su mujer y huérfanos a sus dos pequeños hijos. Recuerdo que mi madre me lo contó porque se me ocurrió preguntar un día por qué mi padre trabajaba tanto y apenas lo veíamos en casa. Nunca jugó con nosotros, no recuerdo ninguna conversación profunda, y pocas superficiales. Vivía para trabajar, y trabajaba tanto para que viviéramos. Forma de ser recia para tiempos recios.

Albañil en la construcción

Durante una buena temporada, viví con miedo. Esperaba a mi padre despierto hasta que oía su característica forma de abrir la puerta, y a veces esperaba a que se le ocurriera abrir la puerta de mi cuarto. Me hacía el dormido, algo me decía que no buscaba verme despierto, sólo recordar por qué se deslomaba. Tal vez lo de mi madre no fue una buena idea, pero gracias a aquella anécdota, tuve aún más respeto por el esfuerzo que mi padre hacía. Con el tiempo, aquel miedo fue diluyéndose, pero nunca se fue del todo.

En aquel tiempo, cambié la universidad por la obra, y durante dos años supe qué era el trabajo duro, y hasta qué punto mi padre “hincaba el lomo”. Fueron dos años duros, pero aprendí mucho sobre la dureza del mundo, considero aquel tiempo muy bien invertido, aunque ya conociera en parte el valor del trabajo, del esfuerzo, de los valores. Con el tiempo, cambié la obra por el despacho.

En días como estos, como he dicho, pienso mucho en mi padre. Pienso en la cantidad de supuestos humanos encorbatados que se apropian de su esfuerzo y del de otros, y se gastan cientos de millones de euros (cuando no miles) en absurdas quimeras que sólo perjudican más a los españoles, mientras venden la moto de la “ilusión”, de la “recuperación de la confianza”, mientras en el fondo buscan comisiones y nos endeudan, y se hacen ricos sin “hincar el lomo”.

Los principales defensores de la candidatura olímpica de Madrid 2020

Y recuerdo las noches de espera por mi padre, recuerdo la mirada cansada y enfurecida que tiene en los últimos tiempos. Recuerdo mis dos años en la obra, recuerdo sus más de cuarenta en la construcción, sus accidentes laborales, su trabajo en una segunda casa levantada a costa de mucho esfuerzo y paciencia. Recuerdo el miedo de mi madre durante ciertas épocas, en las que mi padre tuvo algún contratiempo en el trabajo. Ella no decía nada, pero yo sabía que algo había pasado. Mi padre no se movía igual, hablaba aún menos (incluso se tumbaba en la cama durante horas), y ella estaba aterrorizada. Estos tristes simulacros de seres humanos rematados con corbata jamás han pasado por eso, nunca han hincado el lomo, nunca SE HAN MERECIDO nada. Y ahí están, jugando a la ruleta con nuestro dinero. Y a nosotros nos toca aguantar el farol.

Se calcula que las sucesivas candidaturas olímpicas de Madrid, cuatro ya, han costado la friolera de 9.800 millones de euros, según fuentes del ayuntamiento de la ciudad. Una pequeña parte proviene de la inversión privada, pero tendrá un 15% de exención fiscal por “contribuir”. La mayoría de este enorme dispendio que pagamos todos se ha ido en infraestructuras (accesos viales, hoteles, etc); de todos es conocido el empeño del ayuntamiento madrileño por endeudarse hasta las cejas –de Gallardón o de quien sea, hasta convertirse en uno de los más endeudados porcentualmente del país.

Una vez más, han fracasado en postularse como ciudad olímpica, y menos mal, porque si se hubieran impuesto a Tokio y Estambul, hubieran necesitado, también según fuentes del ayuntamiento madrileño, otros 1.515 millones de euros para infraestructuras, más distintas partidas para manutención, en total unos 2.000 millones de euros adicionales más.

Decepción por la candidatura olímpica de Madrid 2020

Imagínense: bastan 102 millones de euros para salvar el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la bancarrota; los recortes en educación aplicados desde 2009 en el conjunto del país, y que se han llevado por delante el empleo de 61.000 profesionales del ramo, ha supuesto un macabro “ahorro” de 2.600 millones; el gobierno de Rajoy ha enviado a Bruselas su propuesta de recortes sanitarios a nivel estatal, con la que espera “ahorrarse” unos 3.134 millones de euros en gasto sanitario y farmacéutico; el total del recorte en la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación es de 4.000 millones de euros, según las organizaciones científicas españolas.

Esto por no hablar de la subida de tasas universitarias, la subida del IVA –incluso para gastos relacionados con educación primaria, e IRPF, el recorte en prestaciones de desempleo, la privatización del Sol –no es broma, pueden consultar el impuesto que crearán para quien consuma su propia energía solar-, el recorte en pensiones –aunque insistan en llamarlo “congelación”-, subidas del recibo de la luz, la del IBI, etc, etc.

En este país estamos acostumbrados a la corrupción, al manejo, incluso a la extorsión estatal vía tasas e impuestos. Y ya parece que tenemos la piel más gruesa que los elefantes, nada nos traspasa. Salvo el orgullo patrio. He de admitir que me despertó vergüenza ajena la concentración de fans olímpicos en la Puerta de Alcalá. Españoles gritando enfervorecidos e ilusionados durante la elección de la próxima sede olímpica, para caer luego en el derrotismo más hondo, incluso en las lágrimas, tras la victoria de Tokio. Uno de los presentadores del acto incluso vomitó en un momento dado la frase: “Que nadie nos quite la ilusión de que en algún momento seremos olímpicos”, mientras que los asistentes coreaban el tan familiar “¡Tongo, tongo!”, con que los españoles celebramos de forma habitual las decisiones o consecuencias que nos vienen mal, tanto las respetables como las que no lo son.

Decepción por la candidatura olímpica de Madrid 2020

Los días previos, los políticos nos adjudicaban ilusiones olímpicas que la mayoría no teníamos (por lo visto según ellos más del 90% de nosotros estaba a favor) y los deportistas se ponían del lado de los primeros –cuando la mayor parte de tu sueldo proviene de la inversión estatal ya se sabe-.

Siempre digo que somos un país, perdónenme el exabrupto, profundamente gilipollas. Nos la dan con queso, y del barato, del de fundir, en cuanto nos ponen una zanahoria medianamente apetitosa delante del hocico. Da lo mismo que no la probemos nunca, da igual que, con la vista del tubérculo, no paremos de pisar una mierda tras otra, la vista nos deleita, una y otra vez. Vivimos de espejismos, españoles, y ni siquiera nos damos cuenta de que hace mucho que ni siquiera su visión luce mucho. Ni lo patriotero es lo que era.

En días como estos, como he dicho, pienso mucho en mi padre. Pienso en los millones de padres currantes que hacen falta para pagar unas olimpiadas, que hacen falta para pagar la educación, que hacen falta para pagar la sanidad, las prestaciones por desempleo, nuestra ciencia,... Pienso en todo ese sacrificio, en todo ese esfuerzo hincando el lomo durante años, manipulado por Botella, Rajoy, Montoro, Rubalcaba, Mas y todos esos malditos encorbatados a quien, aún hoy, hay españoles a quienes hipnotiza su canto de sirena. Y me da vergüenza ajena, hasta llegar a las arcadas. Nosotros no os metemos publirreportajes por los ojos, como la denominada "prensa seria", así que podemos sin rubor decirte la verdad a la cara. Para que te duela, lector, no hay más remedio.

Somos un país profundamente gilip... y lo peor es que algunos están orgullosos de serlo. Ojalá me equivocase, pero no, los actos (y la ausencia de ellos) pesan más que las palabras. Somos un país profundamente gilip.... Y en el fondo lo sabemos (gracias, Botella).

http://www.fantasymundo.com/articulos/5487/pais_gilipollas_zanahoria_olimpica_madrid_2020

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