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sábado, julio 15, 2017
XVII Travesìa a nado Tabarca-Santa Pola 6-Julio-2017 ladrillo trifesta
XVII TRAVESÍA A NADO TABARCA-SANTA POLA 6-JULIO-2017
Decididamente no me gusta madrugar. Dejé de entrenar triatlón y dejé de madrugar. De no costarme a verlo como algo… imposible. Me dije, si no me despierto, no pasa nada… pero desperté.
Era mi tercera Travesía; la primera, allá por el 2006, me dejó flipado; apenas sabía nadar y tardé cerca de 2:15. No sé cómo llegué, pero llegué; pensaba que me iba a hinchar a ver peces… ni uno. La segunda, fue la de 2016, trasladada a costa, un pan sin sal en Playa Lisa, la hice sin ganas de competir, pero con todas las ganas de un entreno. Esta tercera, me apunté a última hora y tuve suerte. En Natura mejoré mi técnica, pero vamos... Desde febrero nado solo, como peleado contra el mundo. Me invento los entrenos, mezclo conceptos, sin corrección, … pero disciplina prusiana; todos los L-X-V para alcanzar los 10.000, y al mes juntar 40.000-45.000, pírricas distancias, pero… disciplina. Siempre 1000 calentamiento-técnica con tuba, mis queridos 4x800, los 25x100/10’’ pull-palas o los 50x50/c1’ de Álvaro; las series con Tempo-Trainer, contando brazadas, con los largos en 23, en 22, en 21, …, el ritmo pi-pi-pi, cambiando el foco cada 100, entrada, rodilo, tirón, el uno-uno de Rafa, las escaleras o locomotora su-fu/25 de Mónica; la necesidad de conocer la finalidad de cada ejercicio, de cada movimiento, inculcada por Yuryi; y con el libro de Sheila Taormina que me dejó un grande, Joserra. El caso es que nadaba a gusto, en el sentido que me gustaba ir a nadar; más lento, al no tener grupo, pero más confiado.
Me entero de que mi hermano mayor hace también la travesía… ay mare! Pero resulta que había estado entrenando y no poco, con salidas al mar de 5.000, tal bien, … Yo ni había tocado el mar. Objetivo: Acompañarlo y que no se ahoge, o competir y llegar antes; duro debate.
El caso es que el 16 de junio me rompo algo el isquiotibial y abandono la bicicleta y la carrera, centrándome en el nado. Dos años sin un resfriado, sin nada, y terminando junio empiezo a toser y con mucosidad de esa verde que podría servir perfectamente de argamasa para la construcción, pero no tengo fiebre. Se tose, se moquea, sudor frío, pero nada grave. Total, que hago la travesía algo constipado.
Como decía, me desperté; aparco como perro viejo en Astilleros Vatasa (meta), y no el centro (salida), con el fin de tener el coche a 10 metros de la carpa de meta (Nota del autor: Aunque es bien sabido, se ruega no divulgar).
Subo en primera tabarquera, me preparo en la isla plana, y me encuentro con mi hermano. Con pretendida condescendencia le digo que lo primero que tiene que hacer es quitarse esa cara de acojonao. Se ríe. Luego ya que si vaselina y estirar. Se abre debate sobre boya con tiro largo o corto, y por urgencia debo retirarme. No nos veríamos hasta meta. -Suerte. -Suerte.
Situado en un lado de la zona media, dan la salida, y muy tranquilamente meto los pies en playa, andando intento buscar un hueco, difícil tarea entre tanta gente, pero lo encuentro, y casi sin querer estoy nadando, tranquilo. Las salidas en triatlón te ayudan a sobrellevar el momento y gestionar energías. Desde el minuto uno, mirada al suelo, cabeza gacha, y patada del chino, así los 6.000 metros. Miraba de vez en cuando el crono, y pensaba en lo lento que iba. Mi referencia son los 3.800 de un iron en 1:09 y con neo, y ví que no llegaba a la ecuación. Hubo muchas fases de más madera, pero a la mínima que me iba de técnica y saltaba del aeróbico tensivo, aflojaba, de ahí la pobre marca de 2:07 (2:06 en mi garmin), y pensando “si aflojas ahora, te arrepentirás luego”. No sé ir a pies, ni que me vayan; soy bastante huraño en el mar. Así que, adelantando todo el tiempo por los huecos que iba viendo o percibía sin las burbujitas de los pies; adelantando, pero muy pausado, pasito a pasito. Antes de llegar al 3.000, me empieza a picar el cuello, y pienso la p… barba me está rozando y con la sal… Luego vería en mi cuello las marcas de tres filamentos de una simpática medusa, que ni ví, y ni me importó. Alguna bafá de petróleo, la bafá de cieno removido al encarar recta final, y se llega tan tranquilo… pero con el regomello de si mi hermano iba camino Calpe o ya me estaba esperando cerveza en mano. Corro a meta a pijo sacao, pues uno lleva dorsal en el gorro, y adelanté a unos cuantos cuantos. Se siente, soy así, dentro mi miseria. No obstante quedo esperando su llegada. Pasa el tiempo y no aparace… coñe que ya va a estar en la carpa… cerveza en mano. Se me empieza a poner cara de pringao. Voy a la carpa, repongo con algo de aquarios de ese y sandía, mientras voy saludando al personal y buscando al hermanísimo. No está. O no lo veo. Recogo mochila. Vuelvo a meta. Lo veo hablando recién llegado, con la piel aún salada de mar… Ufff! Gané.
No importaban tiempos, había ganado. ¿Por qué era tan importante? (para mí; a él se la refinflaba, pensando que para su primera vez, bastante tenía con haber llegado).
Yo siempre perdía, jugara a lo que jugara con él. De pequeños, me ganaba al tenis, en el partidico de antes de volver a Elche, en la terraza del campo, con la red de dos sillones y la barredera de la piscina. En la peleas, en fútbol, al futbolín, en el petropóli, en las cartas, nadando en la piscina, … ¿Abusón? No. Nos gustaba (y nos sigue gustando) competir, a toda hora, en cualquier deporte y, además, yo sólo soy 2 años menor. Pero, lo mejor, no es que ganara por primera vez al hermanísimo, sino que gané a uno de los mejores deportistas amateur de Elche que he conocido; tenía velocidad, potencia, elasticidad, inteligencia, energía, alto, fibrao, … Un poco de todo ello, se quedó por el camino, con una desafortunada lesión de tríada de ligamentos de la rodilla. Pero, no me fiaba un pelo. Quien tuvo, retuvo; así que nadé como un condenado… para ganar, aunque fuera en esta edición, porque como se ponga a nadar en serio, a David Meca le quita las pegatinas de los plátanos.
Fuera coñas, me alegré muchísimo, acabó con buenas sensaciones, “podía haber dado más” -dice-jajajajaajjjj. La Travesía le va a dar mucha confianza para los futuros entrenos de natación, y será la revancha de los Llorens Bros. Hasta entonces, 18 minutos.
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