viernes, octubre 12, 2012

catalanes y/o españoles

TV3 - Polonia - Mas Style

Miles de personas contra el separatismo en Barcelona

Decenas de Miles de personas han abarrotado la plaza de Cataluña en Barcelona para defender España y responder al desafío separatista de Mas. La presidenta del PP catalán ha asegurado que ha sido un éxito.

Agreden a un padre y a su hija por llevar una bandera española

Los Mossos d'Esquadra han detenido a un individuo que ha agredido a un padre que se dirigía con su hijo hacia la manifestación antiseparatista en Barcelona, y que portaba una bandera de España.

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La Catalunya silenciosa ha despertado.

ARTÍCULO DESTACADO, REPORTAJES | JAUME VIVES VIVES | 12/10/2012 21:50

Son las 9:52 de la mañana del 12 de octubre. En el metro todavía no se ven banderas españolas. Hay unas pocas personas esperando el próximo tren. Ayer por la noche era fiesta y hoy se nota. El sol ha salido pero la ciudad sigue durmiendo.

Grupo rociero actuando en el escenario.

Plaza Cataluña ya es otra cosa, se empiezan a ver las primeras banderas. La gente empieza a llegar, otros esperan a los que todavía están de camino. En el centro de la plaza está todo preparado, las pruebas de sonido ya han empezado.

Oigo decir a un hombre que ha hecho 1000 kilómetros para venir a Barcelona. Es de Almería, le acompaña su mujer. Emiliano ha venido a “apoyar a los catalanes que se sienten españoles”. Dice que antes, cuando viajaba a San Sebastián le encantaba oír hablar vasco, ahora dice que ya no es lo mismo.”Me gustaba oír catalán antes de que fuese imposición” dice.  Emiliano es partidario del boicot a los productos catalanes. Dejo a Emiliano para que acabe de pasar la mañana con su mujer.

“Jóvenes x 1 causa: Viva la unidad nacional”

  Por la parte superior de la plaza entra un grupo de jóvenes encabezados por una pancarta que reza: “Jóvenes x 1 causa. Viva la unidad nacional”. Me acerco a hablar con uno de ellos, es Alberto Cobo, me explica que son un grupo de jóvenes que quieren cambiar España. Son de Madrid aunque con presencia también en Sevilla, y les encantaría que empezara a formarse un grupo también en Barcelona. Quieren una España mejor. Alberto me explica que realizan diversas actividades. A veces van a la clínica Dator a protestar contra el aborto, ahora están en Barcelona, y siempre que hay alguna manifestación por las víctimas de ETA se suman a ella.Veo que Alberto está muy ocupado así que sigo caminando por la plaza. Todavía no son las 12. Hasta el momento ha habido varias actuaciones musicales.

Caminando por la plaza me encuentro a un hombre vestido de legionario que porta una señera. Me detengo a hacerle una foto. Sigo caminando.

Manifestante con el “chapiri”.

Me encuentro también a Javier Barraycoa, autor del  libro Historias ocultadas del nacionalismo catalán. Ha montado un pequeño tenderete con unos amigos y está vendiendo y firmando su libro. También están a la venta otros dos libros: Otra historia de Cataluña,  y Catalanismo y Tradición Catalana, este último de un eminente filósofo y teólogo catalán ya fallecido, Francisco Canals i Vidal.

Historias ocultadas del nacionalismo catalán, Javier Barraycoa

 Catalanismo y Tradición catalana, Francisco Canals i Vidal

Otra historia de Cataluña, Marcelo Capdeferro

Intuyo que tengo a mis espaldas a dos personajes famosos. La gente se para a saludarles y hay una cámara que les acompaña.

Armando Robles, director de Alerta Digital, y Enrique de Diego, presidente de Regeneración Ya. Consigo ponerme delante. Son Enrique de Diego, presidente de Regeneración Ya y antiguo tertuliano de Intereconomía, y el director del diario digital, no exento de polémica, Alerta Digital, Armando Robles. Se acercan a preguntarme quien soy, claro, llevaba dos minutos haciéndoles fotos. Les digo que un joven de Barcelona. Al parecer se han desplazado hasta la ciudad para cubrir el acto. Oigo cánticos a lo lejos. Me despido y sigo el tour.

“Casal Tramuntana: Catalanitat és Hispanitat”

  Los jóvenes del casal Tramuntana (los de los cánticos) bajan por uno de los laterales de la plaza con un cartel que dice: “Catalanitat és Hispanitat”. Me acerco a hablar con uno de ellos. Son de un “grupo identitario del Clot contrario a la globalización, y partidario de la tradición y los valores tradicionales”.Van con banderas catalanas, españolas, y alguna de la ciudad condal. Próxima a ellos veo una bandera carlista, la lleva Víctor, un joven de Valencia que ha venido con algunos amigos suyos a pasar el día en Barcelona.

El Corte Inglés está abierto. Seguro que desde la cafetería se ve todo mucho mejor. Cojo el ascensor y me planto en la gran cristalera que da a Plaza Catalunya. Los cristales dejan pasar el sonido de los parlamentos. Saco algunas fotos. La plaza está llena.

Vista aérea de la plaza.

Los alrededores no están a rebosar pero la cantidad de gente es considerable. El primer tramo de Paseo de Gracia también está lleno de gente. Desde la cafetería de El Corte Inglés no se ve nada más.

Mientras bajo las escaleras voy pensando donde puedo ir. Decido acercarme al escenario, ya pasan 20 minutos de las 12 y es posible que empiecen a llegar políticos y demás personajes famosos. Después de hablar con el encargado de la zona de prensa y de conseguir el permiso para entrar, veo a Albert Rivera que marcha de la zona del escenario. Entre algún empujón, consigo sacarle una foto.

Albert Rivera, presidente de C’s

La entrevista la dejo para las compañeras que se encargan del reportaje de vídeo. He perdido al encargado de prensa y he de volver a empezar de nuevo el “proceso de admisión”. Lo paso con éxito. Ya estoy dentro. Justo en la entrada está Juan Carlos Girauta, periodista y articulista de ABC, saludando a un grupo de personas. Girauta levantó una gran polémica cuando ante los ataques de varios nacionalistas catalanes, decidió cerrar su cuenta de Twitter con el siguiente mensaje: “bien, señores. Adiós. Me doy de baja. Los nacionalistas catalanes, sembradores de odio, lo han conseguido. Hijos de la gran puta”.

Juan Carlos Girauta, periodista y articulista en ABC.

Dentro del “meollo” de periodistas está Xavier Rius, director de e-notícies, quien bromea con Santiago Abascal, presidente de DENAES (Defensa de la Nación Española) diciéndole que él es “separatista pero de los que piensa”, que reparte tanto a unos como a otros, por eso nunca aparecerá en TV3, dice. Mientras Rius entrevista a Abascal, me quedo hablando con los hombres del presidente de DENAES, pero con un oído puesto en la entrevista.

Santiago Abascal, presidente de la fundación DENAES.

  Oigo a Santiago Abascal  hablar de su libro contra el derecho a la autodeterminación. Me cuesta seguir el hilo de su argumentación, demasiado ruido. A todo esto, uno de seguridad se queja y grita “¡Aquí hay seguridad cero!”. Parece que ha subido alguien que no estaba previsto al escenario, por suerte el susto queda ahí. Seguramente el amigo de alguien se ha querido sumar a la celebración en el escenario.

Alicia Sánchez Camacho aparece de la nada. Un fortín de periodistas la rodea. Parece afectada, tiene los ojos llorosos. Quizás es la lluvia que ha caído fuerte, aunque breve. Manel Parra, organizador de todo el evento, se acerca a la presidenta del PP de Catalunya para darle las gracias por su asistencia.

Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP de Catalunya y Manel Parra, portavoz de la plataforma d’Espanya i catalans.

Supongo que habrá hecho lo mismo con el resto de políticos. Se abrazan. Sánchez Camacho parce devolverle el agradecimiento y Manel Parra desaparece entre los periodistas.

Dejo también para las compañeras de audiovisuales la entrevista con Manel Parra.

Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP de Catalunya.

En un momento en que  me detengo para relajarme y simplemente observar,  me pongo a hablar con uno de la organización. Le pregunto de donde ha salido el dinero para pagar el acto. Me dice que ha habido un grupo de empresarios que de forma anónima han hecho varias donaciones para cubrir parte del evento. Mientras sigo hablando con este chico de la organización oigo a uno de sus compañeros que comenta: “Hay que organizar la próxima. Esto solo ha sido un aperitivo”.

Ya he visto y oído bastantes cosas, ahora me voy hacia la periferia de la plaza, a ver qué se cuece.

En la parte de arriba son muchas las familias que han venido con sus hijos. También grupos de jóvenes que supongo habrán quedado para venir juntos.

Un grupo de familias en la manifestación.

Justo enfrente del Starbucks hay un grupo de unas 50 personas mayores. Han decidido participar desde la lejanía. Claro que a partir de cierta edad, las grandes aglomeraciones son todavía más incómodas.

Un grupo de personas mayores participan desde la lejanía.

Se acerca otro grupo de gente que baja por el lateral de Paseo de Gracia. Les encabeza una pancarta que dice: “Cataluña siempre España”. Vienen cantando y al grito de “Viva España”. La gente les acompaña con vivas.

“Cataluña siempre España”

Se me acerca un padre de familia con 5 hijos, se ha dejado otros tantos en casa, y me dice que todavía recuerda la manifestación que hubo después de la muerte de Miguel Ángel Blanco o Carrero Blanco. No lo recuerdo. Me explica que en esa manifestación estaba Carrillo y se acercó para decirle que si rectificaría después de que dijera que el nacionalismo vasco no era terrorista. La mujer que le acompañaba, Cristina Almeida, diputada socialista, bajó la cabeza, asintió, y aceptó el error en las declaraciones de Carrillo. El padre se va a saludar a un grupo de familias que conoce y yo me quedo hablando con los hijos. Me despido con prisas.

Josep Anglada, presidente de Plataforma per Catalunya

Acabo de ver a Josep Anglada, presidente del partido Plataforma per Catalunya, partido que creció considerablemente las últimas elecciones. Anglada va con un séquito de simpatizantes, compañeros de partido, y gente que se suma para hablar con él.

Por la periferia distingo también varios políticos de segunda fila, algunos colaboradores de Intereconomía, y algunas caras que me suenan pero no consigo ponerles nombre. Un grupo de hombres con traje comenta que los ferrocarriles de la Generalitat se han parado a las 12. Más adelante lo volveré a oír de la boca de un joven.

El acto ha terminado. Las familias empiezan a retirarse. Aquí comemos a las 14:30.

Integrantes del grupo neonazi.

Un grupo de ultras se concentran en el centro de la plaza. Han aparecido de repente. La gente de la manifestación se queja. No quieren que se les vincule con el grupo de neonazis que acaba de llegar. Van rapados, con las chaquetas “bomber”, las botas, banderas de España con cruces celtas y cantan varias canciones con el brazo en alto. Es el primer momento del acto en el que reina el mal ambiente y la tensión. Hay quien critica a los medios por sacar fotos de lo que está sucediendo, pues dicen que después solo saldrá eso por la tele  y se dirá que todo el mundo era así. Otros se dirigen al grupo de neonazis para decirles que se vayan. Uno casi sale mal parado.  A una periodista le han dado un golpe en la cámara para que no filme. Los incidentes no trascienden y al poco rato los ultras se van.

Ya no queda casi nadie en la plaza. Los pocos que quedan comentan el acto y deciden donde comerán o cómo volverán a casa.

Nos juntamos los del equipo de El Prisma, recogemos las cámaras y todo el material y nos vamos.

La Catalunya silenciosa ha despertado.

la web de la organización http://donalilavolta.org

http://www.diarioelprisma.es/blog/2012/10/12/la-catalunya-silenciosa-ha-despertado/#.UHls1MUxorX

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Carlos Garcia Palacios

De España y catalanes. Cataluña somos Todos!

Ante la situación política que estamos viviendo en Cataluña y la grave crisis económica que estamos sufriendo, un conjunto de entidades y asociaciones y numerosos catalanes, queremos alzar nuestra voz para expresar sencillamente que somos y nos sentimos catalanes y españoles. Lo decimos con orgullo, sin miedo y con naturalidad.

Hoy nos hemos reunido para ejercer nuestra responsabilidad como catalanes y españoles. Todos nosotros surgimos de la Cataluña silenciosa, la Cataluña que hasta ahora no se ha expresado ni manifestado en la calle, para decir que queremos seguir siendo españoles.

No queremos que nuestro silencio se interprete erróneamente o interesadamente. Nuestro silencio no quiere decir que compartimos una Cataluña separada del resto de España.

¡Cataluña somos todos! No queremos que por nuestro silencio algunos pretendan erigirse en los representantes de todos los catalanes, defendiendo que Cataluña se separe del resto de España, obviando nuestras voluntades y excluyendo una amplísima parte de catalanes que no se sienten representados con esta idea.

Nuestro proyecto compartido es en positivo e integrador. Nuestro sentimiento por nuestra tierra no es excluyente. Este no es un sentimiento contra nadie. No queremos enfrentamientos entre hermanos.

¡Nuestro mensaje es un SÍ!. Un SÍ a Cataluña y un SÍ al resto de España. Las exclusiones y el mensaje del NO los dejamos para otros.

Manifestamos con total normalidad los valores en que se fundamenta nuestra democracia: en la libertad y la lealtad, en el autogobierno y la corresponsabilidad, en el respeto y la pluralidad.

Hoy, en las calles de Barcelona, queremos reafirmar y reivindicar nuestra plena catalanidad y españolidad. Son dos realidades que se complementan y que se convierten en un proyecto común.

Queremos decir con la voz bien clara que nadie tiene derecho a pedirnos que optemos por nuestra condición de catalán o por nuestra condición de español. Y tampoco a poner en duda ninguna de las dos realidades. No queremos perder ninguno de estos dos sentimientos que se enriquecen mutuamente.

No queremos renunciar a nuestras raíces, a nuestra historia, a nuestra familia, en definitiva, a nuestra realidad, a nuestra vida. No queremos que se nos imponga una realidad ajena. No queremos que se nos impongan fronteras artificiales.

Somos muy conscientes de las dificultades que estamos viviendo. No somos ajenos a la grave crisis económica que estamos sufriendo y que afecta crudamente nuestros hijos, nietos, padres, amigos...

Pero creemos sinceramente que la solución a esta grave situación no es que Cataluña se separe del resto de España, la solución no es que España se rompa.

Los catalanes coincidimos con la necesidad de que se mejore la financiación de Cataluña cuando la situación económica lo permita. Pero nuestro ordenamiento jurídico nos facilita los instrumentos necesarios para alcanzar este objetivo. Con las leyes actuales, podemos mejorar la financiación de los catalanes. Es un objetivo que no renunciamos y que reclamaremos progresivamente en función de la recuperación de la situación económica.

Tenemos derecho a saber la verdad. Tenemos derecho a conocer qué consecuencias se derivarían de la separación de Cataluña del resto de España. No aceptamos que se nos quiera imponer una visión idílica de esta separación y más cuando ésta se promueve desde determinados poderes públicos. Esto no es dar miedo, es derecho a saber la verdad.

Apelamos a las fuerzas políticas, organizaciones empresariales y sindicales, a los medios de comunicación y a todos los catalanes que en su actuación contribuyan al progreso y bienestar de Cataluña y del conjunto de España desde el diálogo, la convivencia y la solidaridad. Sabemos que hay miles y miles de catalanes que comparten estas ideas. Que, como nosotros hasta el día de hoy, están callados y no han levantado la voz.

Hoy, una pequeña representación de todos ellos, hemos alzado la voz para expresar sencillamente y con orgullo que somos y nos sentimos catalanes y españoles.

Nos hemos reunido para sumar esfuerzos, compartir voluntades y manifestar, de forma pacífica y cívica, todo en lo que creemos. Como demócratas profundamente convencidos ejercemos nuestra ciudadanía.

Nadie tiene derecho a dudar de nuestra convicción democrática. Aquellos que la ponen en duda con una clara voluntad de desacreditarnos expresan una actitud totalitaria y fascista.

Su mensaje es claro: o piensas lo que yo quiero o no eres democrático. Rechazamos estos planteamientos.

Somos muchos catalanes los que compartimos estas ideas! Somos muchos catalanes los que estamos orgullosos de estos sentimientos!

Pero debemos ser muy conscientes de que si callamos, este silencio se utilizará para legitimar que Cataluña se separe del resto de España..

Puede parecer lejano. Puede parecer irreal. Pero aquellos que impulsan la separación de Cataluña del resto de España cuentan con nuestro silencio y nuestra inactividad para legitimar su proyecto.

Hoy nos dirigimos a los miles y miles de catalanes que compartimos estas ideas y sentimientos porque rompemos nuestro silencio y dejamos atrás aquella Cataluña silenciosa. Es la única manera en que podremos detener esta aventura separatista. Que cada uno utilice la expresión que libremente desee. Pero no nos quedamos callados y alzamos la voz. Alzamos la voz, de forma clara y nítida, para decir con orgullo: somos y nos sentimos catalanes y españoles.

Muchas gracias.

facebook

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Per a aquells que es senten orgullosos de ser catalans però que no volen la independència. Nosaltres també existim! Fora generalitzacions!

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La perspectiva de una Cataluña independiente

El independentismo catalán era hasta hace poco un espantajo tras el cual solamente existían tres tipos de individuos: gente que no se había podido acomodar en CiU y canalizaba su nacionalismo por vías más radicales (fundamentalmente ERC y sus disidentes), unos grupos juveniles compuestos por inmaduros irremediables (los maulets y demás excrecencias del lítico PSAN) y una serie de individuos emotivos y sentimentales a los que la simple mención al “Estat Catalá” y al “Catalans ¡Catalunya!” hace llorar como margaritas… Entonces ¿De dónde ha salido el actual impulso independentista? ¿Podrá ser Cataluña independiente algún día? ¿Qué supondría esta perspectiva?

La nueva situación creada por CiU

Lo realmente nuevo en 2012 es que el independentismo que ha aflorado es un subproducto de CiU, el partido que, hasta ahora, se limitaba a ser “nacionalista y democrático”. El gobierno de la Generalitat (esto es, CiU) ha subvencionado en los últimos dos años con 200 millones de Euros a los grupos independentistas que hasta ese momento eran económicamente indigentes y con una posibilidad de acción política muy limitada. No es algo nuevo, desde los años 80, CiU viene utilizando esta práctica (entonces ya financió discretamente la Convenció per l’Independencia) con el fin de realizar un permanente chantaje al Estado e incluso antes, durante el franquismo y a la vista del buen resultado que había dado ETA al PNV (ya se sabe aquello de uno golpean al árbol y otros recogen las nueces…), en el entorno de lo que luego fue CDC, de alguna manera, se auspició, impulsó y cubrió aquel grupo terrorista que fue el Front d’Alliberament de Catalunya en los primeros años 70. El discurso es, desde entonces, siempre el mismo: “dadme lo máximo de lo que pido… porque si no vendrán los independentistas y os generarán más problemas de los que tenéis conmigo”. La estrategia de la amenaza, desde entonces, no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la táctica utilizada.

En efecto, en las últimas décadas CiU ha ido sistemáticamente chantajeando a los gobiernos de izquierdas y derechas gracias a una constitución española generada para eternizar el poder de la “banda de los cuatro” (PP+PSOE+CiU+PNV). El sistema político español se basa en un bipartidismo imperfecto, es decir, dos opciones que se van alternando en el poder con el apoyo de una “tercera fuerza” que entra en acción cuando ninguna de las dos partes tiene mayoría absoluta. La arquitectura de este sistema que cumple ahora 33 años ha sido desastrosa para el Estado pero extremadamente beneficiosa para las autonomías más agresivas, especialmente para CiU y el PNV. Y tanto los gobiernos de Aznar, como de Felipe y Zapatero han ido cediendo a las exigencias de CiU mucho más allá de lo que el sentido común y la razón de Estado aconsejaban. Por eso CiU ha podido llevar treinta años de faraonismo catalanista.

Pero ahora se ha producido una crisis económica sin precedentes que impide que el erario público siga con esta política de concesiones sin límite a la autonomía catalana. Ésta, por lo demás, se encuentra en situación ruinosa, con una primera petición de ayuda al Estado (que no será la única) y con el “bono catalán” depreciado a la altura del bono griego como simple “bono basura”. Esto, que ya es dramático de por sí, lo es todavía más en Cataluña y especialmente para el catalanismo, en la medida en que éste quiere presentarse permanentemente como “la parte seria del Estado Español”, “los buenos administradores frente al despilfarro andalú”, “la autonomía con más seny en contraposición a las ganas de fiesta del resto de España”… cuando las cifras dicen que su negligencia a la hora de controlar las cuentas públicas no tiene precedentes, sus niveles de corrupción son similares a los de Andalucía, al igual que lo son los niveles de paro juvenil, paro global, desertización industrial y, acaso, el único punto en el que Cataluña supera a Andalucía es, precisamente, en número y porcentaje de inmigrantes…

No se trata de que el Estado no tenga ya dinero para comprar los votos y ceder al chantaje de CiU… es que los “hombres de negro” de la Unión Europea están al acecho y no permitirían nuevas cesiones de fondos que sirven solamente para alimentar los bolsillos de los dirigentes de CiU y generar nuevos impulsos catalanistas. Así que, a la vista de la situación, CiU ha tenido que recurrir a otra táctica: la del chantaje independentista. ¿Cómo lo ha hecho? Simplemente, en los dos últimos años se ha limitado a canalizar fondos hacia ese sector y a ordenar a sus “almogávares mediáticos” (especialmente a Zeta y al Grupo Godó) a que toquen arrebato por la independencia de Cataluña. De esas aguas nacieron los lodos que se manifestaron el pasado día 11 de septiembre después de 32 años de que esas manifestaciones movilizaran únicamente a los “maulets” y a las JERC (apenas unos pocos cientos de personas en las tardes del 11, habitualmente menores de 20 años con mas ganas de litrona que conciencia política…).

La opinión pública española no termina de entender cómo se ha producido el fenómeno independentista. Y no lo entenderán nunca porque ni PP ni PSOE van a reconocer que llevan tres décadas cediendo al chantaje de la Generalitat. Mientras el gobierno Rajoy (que sabe perfectamente lo qué hay y sabe cómo se ha generado el neo-independentismo de hoy) calla, la opinión pública española teme la secesión de Cataluña.

¿Es posible que Cataluña se independice?

Hay una serie de factores (seis en concreto) que juegan contra la independencia catalán. Por este orden:

1.- A pesar de las cifras triunfalistas el independentismo es todavía minoritario en Cataluña y ha sido sobredimensionado por los “almogávares mediáticos” que cobran de la Generalitat. Son ellos los que han hecho circular la cifra de 1.500.000 de asistentes a la manifestación y que dista mucho de ser real, pero no es discutir sobre la contabilidad miserable lo que nos interesa.

No hay que perder de vista que la “catalanización” de la sociedad, a pesar de haber llegado a su techo hace 15 años, es baja: si bien es cierto que el 95% “conocen” el catalán y lo entienden, no es menos cierto que solamente el 35% lo hablan con cierta tendencia descendente. El nacionalismo, el catalanismo y el regionalismo están íntimamente unidos a la lengua a falta de cualquier otro “factor diferencial”.

No existe “fuerza social” suficiente como para afirmar que la independencia catalana sea apoyada unánimemente por la sociedad. Es más, hay zonas enteras (el cinturón industrial de Barcelona) en donde el uso del catalán está bajo mínimos e incluso sospechamos empíricamente que en determinadas zonas se habla más árabe que catalán). Sin “fuerza social” unánime no es posible la independencia.

2.- La Unión Europea es la póliza de seguros de la “unidad nacional”. Francia y Alemania (los motores de la UE) tienen problemas regionalistas, como mínimo tan graves como España, pero a diferencia de Cataluña (que nunca ha sido independiente), Baviera, por ejemplo, si lo ha sido e incluso hasta 1919 tuvo rey (de la dinastía de los Bitelsbach). Bretaña tiene muchos más elementos diferenciales en relación a Francia que Cataluña en relación a España… La independencia catalana generaría una próxima balcanización de Francia y Alemania que se presenta como indeseable para estos países. Sin olvidar que Francia se resiente del “problema regionalista” nacido a este lado de la frontera tanto en el País Vasco como en Cataluña. Esto era sabido, el elemento nuevo es que tras la manifestación del 11-S, la UE ya declaró explícita y taxativamente que el día en que Cataluña se independizara quedaba, por ese mismo hecho, fuera de la UE. Y las condiciones económicas, así como la situación en la que quedaría Cataluña en esas circunstancias, hacen imposible pensar en una inmediata incorporación a la UE con todo lo que ello implica (corte en seco de las exportaciones de productos catalanes a la UE).

3.- Aunque no lo parezca, España tiene una Constitución extremadamente clara en lo relativo a la secesión de las partes y a la centrifugación, así como a los mecanismos para mantener la unidad del Estado. El hecho de que Rajoy no lo haya mencionado antes (incluida la posibilidad menos dramática de suspensión del Estatuto de Cataluña o la más dramática de entregar a las fuerzas armadas el mandato de evitar la secesión) no quiere decir que algún presidente del gobierno español quiera pasar a la historia como el que permitió que se centrifugara lo que desde la antigua Hispaniae romana ha constituido una unidad. Es de todos conocido el victimismo habitual del nacionalismo catalán y el gobierno de la nación no está dispuesto a facilitar una excusa que pueda suponer reavivarlo. Incluso en el caso de que Rajoy se negara a la intervención de las FFAA haría falta saber cuál sería la reacción de éstas.

4.- La patronal catalana, en bloque, está contra la secesión. Contrariamente a lo que se tiene tendencia a pensar, la producción industrial catalana no se vende mayoritariamente en Europa, sino en… el resto del Estado Español. A nadie se le escapa que la secesión catalana generaría inmediatamente un rechazo visceral a los productos catalanes (algo que ya hemos visto con el cava catalán años atrás). Dejando aparte que una parte de la industria catalana se trasladaría a zonas más “amables” del Estado (distantes en ocasiones 20 km de su emplazamiento actual…), lo que quedase encontraría problemas para colocar sus productos en los mercados españoles y europeos. Esto, además, demuestra que hoy el nacionalismo, a diferencia del siglo XIX y de principios del XX ya no está promovido por la burguesía industrial catalana… ¡sino por aventureros políticos y por la vieja casta de las “200 familias” que quieren seguir controlando Catalunya como lo han hecho en los últimos 170 años! No es una clase económica sino una oligarquía de intereses muy distintos, lo que gobierna hoy desde la Plaza de San Jaime. Lo que constituye hoy el Estado Mayor del nacionalismo ya no es una clase social homogénea (la “burguesía industrial catalana”) sino un conglomerado de las “200 familias” que ya no viven de lo que producen sus fábricas, sino del aprovechamiento miserable y mafioso de los recursos de la autonomía catalana, algunos de los cuales, incluso, tienen sus domicilios fiscales fuera de Cataluña…

5.- Cataluña tiene un problema que no quiere ser reconocido por el nacionalismo: la inmigración. Basta ir por las calles de Barcelona para reconocer la dimensión del problema: un 23-25% de inmigración, imposible de acomodar en un mercado laboral normal, verdadera bomba en la actual crisis económica y con las actuales tasas de paro y auténtica bomba atómica con espoleta activada en caso de secesión y de la crisis económica y la bajada de producción que seguiría… Esa inmigración ni está integrada, ni tiene intención de integrarse, ni podría integrarse a la vista de la brecha antropológica y cultural que tiene con Europa y específicamente con Cataluña. El hecho de que cada vez con mayor frecuencia aparezcan inmigrantes de todas las razas hablando catalán, no indica que estén integrados, ni siquiera que tengan intención de hacerlo: para ellos el árabe sigue siendo la “lengua sagrada” en la que está escrito el Corán y, por tanto, superior al catalán. Por otra parte, el catalanismo ya a principios del siglo XIX demostró no saber defenderse a sí misma (entonces ante el movimiento obrero y ante la Semana Trágica) y necesitar de “España” (y, en concreto, del Ejército Español) para sacudir los deseos de revancha social de la clase obrera ante la explotación de que era objeto). Cien años después las cosas no han cambiado: los Mossos d’Esquadra (lo único que Cataluña dispone como fuerza de orden público), hasta ahora han demostrado una absoluta ineficacia allí en donde se ha suscitado algún conflicto con la inmigración, frecuentemente han tenido que retirarse de barrios en revuelta y, desde luego, si se produjera algo parecido a la intifada que tuvo lugar en Francia en noviembre de 2005, se verían ampliamente desbordados. Previendo esto es por lo que Cataluña se ha negado a aplicar las medidas restrictivas dictadas por el gobierno Rajoy sobre la sanidad a ilegales. Pero una política de cesiones ante una cuarta parte del país que ha llegado de fuera y que quiere seguir recibiendo subsidios, subvenciones, becas y ayudas de todo tipo, es imposible de mantenerse hoy ¡y no digamos el día de la independencia! A Cataluña le queda por pasar un verdadero calvario en esta materia incluso aunque continúe vinculada al Estado: es el pago a la irresponsabilidad de la Generalitat en materia migratoria.

6.- La obsolescencia de las infraestructuras es un problema que se elude habitualmente pero que hoy, aquí y ahora, ya es muy visible en Cataluña: entre seguir aplicando una política de prestigio y de difusión del nacionalismo y mejorar las infraestructuras, la Generalitat opta siempre por lo primero. Cuando se compara, por ejemplo, el metro de Madrid o Valencia con el de Barcelona se percibe claramente que éste, a pesar de seguir ampliándose, es notoriamente inferior a los otros, que sus sistemas de ventilación se han quedado anticuados, por no hablar de la red de “cercanías” gestionada por la Generalitat con averías constantes, reducción de trenes, cada vez más gente de pie… ¡pero en donde se reparte gratuitamente la edición en catalán de La Vanguardia! Estos problemas que hoy se perciben claramente aumentarían asindóticamente en el momento de la independencia, cuando fuera necesario renovar infraestructuras y se viera ¡que no hay dinero para ello ni hay posibilidades de chantajear al Estado! La Generalitat haría lo único que puede esperarse de un gobierno desaprensivo en una situación así: privatizar todo lo privatizable. Ya hemos visto que Artur Mas no tenía absolutamente ningún inconveniente en que Eurovegas se instalase en Catalunya (es decir, un enclave con una legislación diferente que suponía en la práctica una renuncia a la soberanía sobre unas 200 hectáreas de territorio). Y es que CiU, no lo olvidemos, es un partido que defiende una economía liberal. Pero, hoy sabemos, que la privatización no es la solución y que solamente acentúa los problemas de obsolescencia de infraestructuras. Pero ¿qué pueden importar los transportes públicos, la sanidad, la red de carreteras y demás, a quienes solamente utilizan coche oficial para sus desplazamientos?

Por todo ello podemos establecer tres verdades irrebatibles:

- La independencia de Cataluña es inviable.

- La independencia de Cataluña supone un salto al vacío con batacazo final.

- La independencia de Cataluña jamás se producirá.

Pero ¿Y si Cataluña se independiza?

Los independentistas catalanes están aplicando desde hace décadas lo que podemos llamar “la estrategia del desestimiento”: presionar tanto y tan reiteradamente al Estado Español, hasta causar hartazgo en el resto del Estado y la tentación de decirles lo que dijo Jiménez-Losantos tras las manifestación del 11-S: “¿Divorcio de España? Sí, inmediato y sin pensión…”. Fuera de la tosquedad del “comunicador” lo cierto es que la hipótesis de una Catalunya independiente podría producirse en los próximos años a la vista de la cerrazón e irracionalidad de los independentistas. Veamos…

1.- Hemos dicho al principio que esta oleada independentista es una “farol” de CiU para mantener el chantaje y la presión sobre el Estado. Bien, pero ¿y si estimular artificialmente a los movimientos independentistas en una situación de crisis económica generalizada hace que el propio Mas pierda el control del movimiento? Tal es el mayor riesgo a la vista de las limitaciones y de la mediocridad de la clase política dirigente de CiU: la hipótesis en la que quien golpea el árbol y quien recoge los frutos sean la misma persona que se ha fortalecido a base de golpear una y otra vez el árbol, no debe eludirse. Si Artur Mas pierde el control sobre el independentismo y alimenta un monstruo que en un momento dado cobra vida propia, Cataluña se declararía independiente. Por eso Mas estudia celebrar elecciones anticipadas, para evitar que los partidos independentistas se refuercen demasiado y superen los resultados de CiU. La independencia sería un hecho si la “estrategia del desestimiento” hubiera hecho mella en el gobierno de Rajoy. ¿Qué ocurriría entonces?

2.- Los primeros meses del recién nacido “Estado Catalán” serían esplendorosos: nombramiento de embajadores en el extranjero, abolición de las provincias e implantación de las veguerías, manifestaciones de desacuerdo por la capitalidad de las mismas, noticias patrióticas y triunfalistas difundidos por los “almogávares mediáticos”, llamamiento a que España “pague su deuda histórica con Cataluña”, manifestaciones de inmigrantes con barretina y bandera catalana reivindicando todos los beneficios reivindicables, los “indignados” indignándose por la deriva neoliberal del nuevo gobierno… y euforia hasta que, sino en el primer trimestre, en el segundo ya no se pudieran pagar los sueldos de los funcionarios y se empezara a tener constancia de las cifras: cifras de ciudadanos “catalanes” que se han empadronado en provincias “españolas” limítrofes, de empresas que han desplazado su domicilio fiscal a Madrid (¿Qué pasaría, por ejemplo, con Planeta, por citar un solo ejemplo?). El bono catalán cada vez más depreciado, imposibilidad de lograr financiación por otra vía que no fuera por la venta de propiedades del nuevo Estado que, inevitablemente, debería de hacerse a bajo precio a la vista de la situación de precariedad del la Cataluña independiente…

3.- En un plazo que podemos situar entre el segundo semestre y el primer año, se produciría una recomposición de las fuerzas no independentistas, favorecida por la patronal catalana y que se vería favorecida por la certidumbre visible de que “la independencia no es la solución” o por aquello otra de que “antes estábamos mal… ahora estamos peor” que inevitablemente (ver los seis motivos por los que Cataluña no puede ser independiente… y que, en caso de serlo, se convierten en motivos de crisis insuperable). La aplicación de políticas neoliberales por parte del “nuevo Estado” generaría un rechazo especialmente en los sectores sociales que inicialmente apoyaron el independentismo para dar la posibilidad a que un “cambio de rumbo” mejorara las cosas. La “guerra social” se superpondría y caminaría paralela a la “guerra étnica”.

4.- Visto el aislamiento de Cataluña a nivel internacional y el resentimiento albergado en el resto del Estado Español, la economía catalana quedaría completamente asfixiada en un espectáculo dantesco en el que la guerra social y la guerra étnica serían el elemento desencadenante de un movimiento pendular en sentido inverso: la posibilidad de verse anegados por 1.500.000 de inmigrantes que agitarían banderas del islam y del indigenismo y la sensación de que la única defensa son unos “Mossos d’Esquadra” que buscaban un oficio tranquilo pero no ingresaron en el cuerpo para jugarse el físico, obligarían a los dirigentes del “nuevo Estado” a buscar el pacto con la inmigración. Pero, al menos una parte de la inmigración, lo que percibirían es, no ya la posibilidad de un nuevo status-quo sino de dictar leyes propias e imponer reglas del juego. No olvidemos que la “natalidad catalana” depende casi completamente desde el año 2000 de la inmigración y que el grupo catalán originario ¡tiene la tasa de natalidad más baja de todo el mundo! Cataluña podría ser en apenas 30 años el primer Estado Islámico de Europa Occidental, ejemplo y modelo para otros en Francia y Alemania…

En apenas dos años el problema habría revertido a su situación originaria: se habría demostrado la imposibilidad y la inviabilidad de la independencia catalana. Las cosas volverían al punto de partida con algunas novedades: el nacionalismo habría quedado completamente desacreditado, la crisis de la identidad catalana (la lengua es un factor de identidad, pero no el único, y en Cataluña no hay otro factor “diferencial”) habría desmantelado el anterior cuadro autonómico y se habría generado un resentimiento sin precedentes entre Cataluña y el resto del Estado. Las cosas volverían a su cauce entre dos y cuatro años pero los conflictos, desconfianzas y resentimientos generados se prolongarían durante generaciones.

“Cabalgando el tigre”: Lo bueno del proceso independentista

Contrariamente a lo que algunos tienden a pensar, no todo el independentismo es “malo”. Tiene algunos aspectos “positivos”. Mejor que estalle un proceso independentista aquí y ahora, y no importa cómo se resuelva (a tenor de lo escrito hasta aquí o ese proceso fracasa inmediatamente antes de salir del cascarón, o la propia realidad aplasta al pollito recién nacido a poco abandonarla), a seguir con la inercia autonómica de los últimos 30 años. El problema no es solamente Cataluña y su independentismo interesada y artificialmente fomentado por la Generalitat, ¡el problema es el Estado de las Autonomías y la absoluta inviabilidad del “café para todos” de Adolfo Suárez! Y eso es lo que hay que replantear.

El hecho de que se iniciara un proceso independentista real en Cataluña implicaría necesariamente que las cosas a partir de entonces ya no serían iguales ni allí ni en el resto de España. Muchas cosas deberían de cambiar y de adecuarse: la constitución debería abolir sus “instituciones florero” (Senado, autonomías, diputaciones provinciales, la propia monarquía) esto es, debería reformarse profundamente. Se cerraría un canal (el que se inició en 1979 con los primeros Estatutos de Autonomía y que dio una fisonomía ambigua al Estado) y, necesariamente, se abrirían otros acaso mucho más razonables y racionales.

Es incluso probable que el patriotismo español saliera reforzado a la vista de los desmanes del nacionalismo y de sus malos resultados una vez puesto en la práctica (tanto si se produjera una secesión temporal como si se tratara solamente de un conato). El nacionalismo dejaría de ser considerado como una “ideología más” para ser tenido como un “crimen en sí mismo”. Podría reconocerse, así mismo, que el mayor crimen de ETA, el “crimen histórico”, no era el haber asesinado a 800 personas (lo que es un “crimen de derecho común” en el mejor de los casos y un conato de genocidio en el peor) sino el haber predicado la secesión de un territorio histórico del Estado.

Afortunadamente, en Cataluña las cosas no son tan dramáticas hoy por hoy y, en la práctica, el 1 o el 2% de banderas independentistas que se pueden ver en los balcones de algunos barrios no indican tanto la posibilidad de una independencia, como el domicilio de un gilipollas, literalmente, en el diccionario, “persona que se hace daño a sí misma”…

© Ernest Milà – infokrisis – ernesto-mila-rodri@gmail.com

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