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Cuatro ciclistas resultan heridos en Oia y Moaña.
Un conductor octogenario arrolló a un grupo de deportistas en Viladesuso
LA VOZ VIGO 15/01/2017 15:40
Nuevamente, la carretera entre A Guarda y Baiona ha registrado un atropello masivo de ciclistas. Y como ocurrió hace un año, los deportistas fueron arrollados por un vehículo conducido por un octogenario. En esta ocasión fueron tres los ciclistas que necesitaron asistencia sanitaria. Eran sobre las 12.00 horas de este mediodía, cuando el 112 Galicia era alertado de un atropello a un pelotón de ciclistas. Los hechos tuvieron lugar en la carretera que une A Guarda y Baiona, concretamente, en Viladesuso, en el ayuntamiento de Oia.Nada más recibir el aviso, desde el Centro de Atención ás Emergencias de Galicia (CAE 112 Galicia), se alertó a la Guardia Civil de Tráfico, al GES de A Guarda y, se informó también, a los Bombeiros de Baixo Miño. Una vez en el punto, los miembros del GES confirmaron al personal del CAE 112 Galicia que los tres ciclistas fueron trasladados en ambulancia por el personal sanitario. Aparentemente, no revestían gravedad.Minutos más tarde, sobre las 12:15 horas, el 112 Galicia era alertado de otro ciclista herido. En este caso, fue un particular quien informó del atropello a un ciclista en la Rúa Ramón Cabanillas, en el ayuntamiento de Moaña.Enseguida, se solicitó la intervención de Urgencias Médicas y de la Policía Local. También los Bombeiros do Morrazo fueron informados del suceso.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/2017/01/15/cuatro-ciclistas-resultan-heridos-oia-moana/00031484484697563656159.htm
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Un todocamino derriba y hiere a diez ciclistas al realizar un cambio de sentido indebido en Oia
Escrito por Rubén Goce -15 enero, 2017
Pasan los años y la historia se vuelve a repetir en la parroquia de Viladesuso, en Oia. Un todocamino ha derribado esta mañana, sobre las 12:00 horas, a un pelotón de ciclistas.
La carretera que une A Guarda y Baiona ha sido otra vez escenario de otro accidente de tráfico en el que han resultado diez ciclistas heridos. Un vehículo ha arrollado a un grupo de unos veinte ciclistas que circulaban por esta vía en dirección a Baiona, por la PO 552, a su paso por la parroquia oiense de Viladesuso.
Al parecer, el choque se produjo cuando el vehículo se incorporó a la vía con intención de cambiar de sentido, pero sin percatarse quizás el conductor de que ejecutaba una maniobra invadiendo dos líneas continuas y una isleta. Diez metros antes hubiese sido una maniobra correcta, respetando una señal de ‘Stop’. Pero la realidad fue otra y el pelotón no ha podido evitar un impacto en el que al menos diez ciclistas han resultado heridos de diversa consideración.
El conductor tiene cerca de los 80 años de edad y es vecino de Pedornes, pudo no haber visto o haber calculado mal la distancia a la que se acercaban los deportistas antes de hacer la maniobra, pero hay que tener en cuenta que sin percatarse de que estaba ejecutando un giro indebido.
Al lugar se han desplazado la Guardia Civil de Tráfico, GES de A Guarda, y la ambulancia asistencial del 061 de Baiona.
“Hemos vuelto a tener el mismo accidente que por desgracia se produjo en esta misma recta hace más de dos años. Veníamos entrenando en un grupo de unos 20 ciclistas, en fila de a dos, y por una recta con visibilidad en sentido Baiona. Un señor mayor con un todocamino que estaba parado, se incorporó a la vía, saltándose un ceda el paso y haciendo un giro antireglamentario. Como ya estábamos encima, y a pesar de que frenamos, nos ha tirado a varios.”, declaró Álvaro Gómez Vieites a Telemariñas.
“Otra vez vuelve a ser una persona de unos 80 años que no tenía reflejos o no nos vio venir. Han pasado nueve meses desde que dos compañeros fallecieron en un accidente en A Guarda con otra persona mayor como conductor. Hay personas que no tienen reflejos o no han superado las pruebas del psicotécnico, las cuales deberían ser más rigurosas”, concluyó Álvaro, uno de los ciclistas implicados en el accidente.
HERIDOS 8 CICLISTAS AL REALIZAR OTRO CONDUCTOR UN CAMBIO DE SENTIDO EN VILADESUSO
Se da la circunstancia de que a escasos metros, y el pasado 22 de junio de 2014, se produjo un accidente muy similar que se saldó con ocho ciclistas heridos, entre los que se encontraba la campeona de España de triatlón de media distancia Aida Valiño
https://telemarinas.com/todocamino-derriba-hiere-diez-ciclistas-al-realizar-cambio-sentido-indebido-oia/
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Cuerpo
Raña: 'El Animal' quiere competir descalzo
El triatleta gallego, entrenando en el desierto de Lanzarote con La Graciosa al fondo. JAMES MITCHELL
Entrenando cuestas en un volcán¿Correr sin zapatillas? Más perjuicio que beneficio
GEMA GARCÍA MARCOS
15/01/2017 14:56
En el instituto le llamaban 'matao'. Se reían de él porque era diferente. Desentonaba. "Que a los 14 años un chico prefiriera aprovechar cada rato libre para irse a correr al monte o nadar no era normal en un pueblo pequeño como el mío", rememora Iván Raña, campeón del mundo de triatlón en 2002 y tres veces olímpico. En Ordes (La Coruña), todo era «conservador y protocolario». Y él no encajaba: "Suspendí Educación Física en primero de BUP. De locos. Algo así como cuando catean Inglés a un nativo. Sabía lo que era un test de lactato, cómo recuperar entre series, llevar el ritmo... pero no me pusieron ni un aprobado raspado. Eso dice mucho de la mierda de un sistema que no valora la fuerza de voluntad de un chaval que se iba a entrenar en lugar de atiborrarse de palmeras de chocolate en el patio. No fue una buena época".Aquellos años de lucha contra el mundo le marcaron. "Me hice fuerte. Si te dejas llevar por lo que dicen, acabas por recular. Te condenas a pasar el resto de tu vida atado al qué dirán, a una existencia planificada según lo establecido. Si desde pequeño te plantas, dices que no y luchas por hacer lo que te gusta, por raro que sea, coges confianza en ti mismo y acabas siendo lo que de verdad quieres ser", asegura.
REGRESO A LAS SENSACIONES
Jamás le importó el qué dirán. Ni entonces ni ahora cuando le miran con incredulidad por correr descalzo. "En Nueva Zelanda, los niños de tres años lo hacen y aquí te miran como si estuvieras mal de la cabeza. Mucha gente piensa que lo hago para dar la nota. A mí me da igual pero reconozco que cuando estoy en Madrid, por ejemplo, no entreno en El Retiro porque no tengo ganas de aguantar tonterías". No entiende por qué choca tanto. "¿Acaso se siente lo mismo cuando se cocina o se toca la guitarra con guantes? Cuando te pones unas zapatillas no eres dueño de tus sensaciones. Me gusta sentir dónde piso. Notar si el suelo está frío o caliente, su textura". Lo cogió con tantas ganas que se pasó de vueltas. "Llevaba muchos kilómetros de carrera sobre asfalto, demasiados viajes y no descansaba lo suficiente. Me rompí el metatarso del pie izquierdo y me quedé sin ir a los Juegos Olímpicos de Londres. Fue un mazazo". Superado el trance, lo intentó de nuevo. Esta vez, de forma gradual y acompañado de su hermano. Primero en hierba, luego en arena. Y dejando un día de descanso entre sesiones "para evitar las sobrecargas". Al principio, el simple hecho de correr descalzo ya supone «un estímulo muy importante para el cuerpo». Pero poco a poco "éste te pide más velocidad, un terreno más abrasivo o sólo descanso".
Zancada a zancada, su cuerpo se adaptó al 'barefoot' y pudo meter más caña: "Cuando probé por primera vez, noté cómo el pie se fortalecía a lo bestia enseguida. Sólo pensaba en rendimiento, en correr más rápido y me olvidé de las sensaciones. Por eso, acabé rompiéndome. Pero, tras la lesión, empecé a hacerlo para disfrutar. Fue como pasar de acariciar con una manopla a hacerlo piel con piel. Se me despertó algo en el cuerpo que había permanecido dormido hasta ese momento. Sentía los músculos, cómo los dedos buscaban la tracción en la tierra. Me recreaba". Correr volvió a ser para alguien como él, con tantos kilómetros acumulados en sus piernas, una experiencia estimulante: "Recuerdo un día en especial, estaba corriendo descalzo con mi hermano por el monte bajo la lluvia. Tenía tan buenas sensaciones en los pies. Terminamos apretando a tope y, al final, nos dijimos: 'Joder... ¿Cómo se podría explicar con palabras esta sensación tan increíble? ¡Imposible!'".
DEL DOLOR AL PLACER
Al principio, cualquier 'chinita' que se le clavaba le arrancaba un grito de dolor. Pero, según se le fueron endureciendo las plantas, las molestias desaparecieron: "Llevo meses sin ponerme zapatillas. La temporada que paso en Lanzarote corro sobre la piedra volcánica del desierto sin ningún problema", asevera. Confiesa sentirse alucinado con las reacciones que provocan en su organismo las diferentes superficies sobre las que corre. "La piel lo absorbe todo; lo bueno y lo malo. Cuando troto sobre el asfalto, al día siguiente, tengo sensación de resaca por los aceites y la contaminación. Me siento sucio. Si lo hago en hierba, la sensación es de frescor, como cuando acabas una carrera y te sientes fino. Por el barro es muy bueno porque se asimila hierro, sodio o magnesio".Tras seis años de entrenamientos 'sin zapas', Raña asegura haber experimentado una mejora cualitativa en su rendimiento y apenas se lesiona. "No he vuelto a tener problemas de tendones, ni de espalda. Voy más suelto. La única pega, por poner alguna, es que luego me tengo que adaptar a correr calzado otra vez". Si todo sigue así, incluso se plantea la posibilidad de enfrentarse a la distancia reina descalzo. "Me gustaría hacer un 'ironman'. De hecho, ya he corrido 30 km en asfalto sin problemas. Pero no es algo que me inquiete especialmente. Corro para mí, no para que me vean. Por eso, no lo había contado hasta que competí en Madrid el año pasado. Justo al revés de lo que hace todo el mundo, que parece que se mueve para que se le vea. Se equivocan, porque se les va a pasar la vida intentando alegrar al vecino con sus hazañas de cara a la galería". Él encarna el polo opuesto al triatleta tatuado y forrado de 'gadgets' que prolifera en las redes: "No me va nada todo ese rollo de tipo duro. Es más, me hace gracia porque, a muchos de ellos los sacas un día en bicicleta con lluvia y frío y los tienes llorando desde el kilómetro tres. Se les congelan las manos y les oyes gritar como niños. Lo único que atesoran es una imagen. Está claro que poseen su mercado porque este tipo de exhibicionismo tiene mucho tirón mediático. Lo respeto, pero a mí no me va. Soy más de los que se limitan a trabajar en silencio". Raña pasa de artificios. "Soy un deportista natural. El resto es todo una parafernalia que no sirve ni para tomar por culo. Es todo una fachada. Todo es mentira. Recibimos tal bombardeo de información que se nos ha olvidado sentir". Aprender a escuchar las señales de su cuerpo fue, precisamente, una de las grandes lecciones que le enseñó César Varela, su primer entrenador. "Cuando era un chaval, me decía 'haz series de 100 metros y cuando acabes, me dices el pulso y el tiempo sin mirar el reloj'. Así aprendí a conocerme, a averiguar si lo estaba haciendo bien sin necesidad de usar nada. Hay personas, incluso atletas de élite, que no saben entrenar si se les acaba la batería". Para él, eso no es correr. "Parecen ovejas de un rebaño, engullendo unas planificaciones que otros les diseñan sin digerirlas porque no las entienden». Lo cual no quiere decir que desprecie la tecnología. «Claro que la utilizo. Sé qué presión llevan las ruedas de mi bicicleta, qué grasa llevo en la cadena, qué longitud de bielas... Estudio todo y apunto las sensaciones de cada uno de mis entrenamientos. Soy muy minucioso". El gallego observa con perplejidad la ligereza con la que los atletas populares se enfrentan a un 'ironman': "Algunos se lo toman como el que va al Camino de Santiago. Se le está perdiendo el respeto a la distancia. Yo no me atreví a enfrentarme a ella hasta los 33 años. Es un reto para el que hay que estar muy preparado para superarlo sin pasar calamidades".
GRASA ANIMAL
Aboga por una vuelta a la esencia. "He tenido la suerte de dar con personas que me han enseñado a deshacerme de todo lo que sobra". Varela, su entrenador, solía decirle de niño que el único material que tenía que cuidar de verdad eran sus piernas. Y eso ha hecho desde entonces. "Cuando fui a la Blume, con 18 años, me compraba las primeras zapatillas en oferta que encontraba. Y si había un 2x1, mejor. No sentía que necesitara nada. Era feliz porque podía correr". José Luis Torrado, 'O Bruxo', el mítico fisioterapeuta y naturópata gallego al que acuden futbolistas y atletas, le dio el empujón que necesitaba para romper con todos los esquemas que pueblan el deporte. «A los 22 años me dolía mucho la rodilla y fui a su consulta. Corría muy rígido, sólo pensando en meter caña. Cuando le vi aparecer, flipé. Venía con una cazuela con chorizo y patatas fritas a las 11 a.m y me dijo: 'Venga, chaval, que estás pálido, tienes que alimentarte bien'. Pensé 'cómo me va a curar éste'". Lo hizo. "Sólo con tocarme me diagnosticó lo que tenía. Me enseñó a correr más relajado. Por aquel entonces, él tenía más de 70 años pero se ponía a trotar conmigo". 'O Bruxo' le inculcó la importancia de descansar y cuidar la alimentación. "Antes estaba totalmente viciado con el azúcar. Pero he dejado de golpe todos los carbohidratos: el azúcar, la harina... No me creía que pudiera aguantar un 'ironman' sin tomar pasta. En Hawaii lo probé y lo conseguí. Hasta mis compañeros me decían que cargara hidratos antes de la competición y yo les respondía que no hacía falta. Y así fue". Su dieta también es un alegato por el regreso a los orígenes. "¿Cómo comía un tigre hace miles de años? Igual que ahora, ¿no? En cambio, el ser humano ha cambiado totalmente su alimentación y quiere estar igual. Intento comer todas las partes del animal. El cerebro, por ejemplo, es donde hay más Omega 3. ¡En Galicia, se hacen unos bocadillos de sesos estupendos"", exclama. Su incesante búsqueda de nuevos estímulos le llevó a dedicarse durante un año al ciclismo profesional: «Me llamaron de todo pero me salí con la mía». Y le ha conducido ahora hasta el mundo de los rallies, pasión que compatibiliza con el triatlón: "Ser como yo es una putada porque te pasas la vida buscando estímulos y nunca estás tranquilo. Los coches mantienen ahora mi espíritu competitivo a tope". Para él, ponerse a toda velocidad en el coche y correr descalzo son dos sensaciones entrelazadas: "Es lo más natural. Un instinto. Creo que la mayor sensación de plenitud que he tenido fue entrando en ese túnel de concentración absoluta que te hace tener todos los sentidos puestos en la conducción".Su gran objetivo para 2017: volver al Ironman de Hawaii. "¿Qué lo hace tan especial? No es de las citas más divertidas porque hace un viento terrible y es muy dura. Pero, a nivel competitivo, es lo más. Van los mejores y los ves sufrir, convulsionar. ¿Lo de los hermanos Brownlee? Eso es de lo más normal. Cuando la gente se sorprendía tanto, yo pensaba 'si no tienen nada. Un poquito de agua y ya está'".
#SOYIVÁNRAÑA
Iván Raña presentará este jueves, día 19 de enero, su nueva temporada en un acto que tendrá lugar en el Reebok Sports Club de La Finca (Madrid) y que podrá seguirse en directo por 'streaming' a través de su página de Facebook: https://www.facebook.com/Ivan-Ra%C3%B1a-217120297670/. El evento finalizará con el estreno en exclusiva de Kona, última entrega -hasta la fecha- de la serie 'On my own way' en la que el triatleta de Ordes ha compartido los momentos más destacados de su trayectoria. El nuevo vídeo estará disponible a partir del viernes, 20 de enero, en su nueva web: www.ivanrana.es/
www.ivanrañafuentes.com
http://www.elmundo.es/vida-sana/cuerpo/2017/01/15/587790ad22601d6c7f8b45f9.html
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