Real Madrid vs Liverpool en directo online Champions League
FINALIZADO
3
1
- Jornada 13
- 26 de Mayo
- 20:45h.
- Árbitro Milorad Mazic (SER)
- Estadio NSC Olimpiyskiy Stadium
El cielo es del Madrid
Si el futbol es solo un simple deporte, entonces la música es solo un ruido y el corazón solo es un órgano. Pero todos sabemos que no es así. Porque el fútbol tiene alma, la música es una mezcla celestial de sonidos y el corazón simplemente mueve el mundo. Si el Real Madrid es sólo un equipo de fútbol, entonces la Copa de Europa sería un trofeo más en las vitrinas. Pero todos sabemos que no es así. Porque el Real Madrid no es uno más, es el equipo de fútbol vestido con camiseta blanca que acaba de ganar en Kiev su 13ª Copa de Europa tras imponerse al Liverpool (x-x) y la Copa de Europa no necesita ninguna presentación. El Madrid triunfó en su competición favorita, que no es nuevo, sino viejo, eterno, lo de siempre. Lo hizo a su manera, con alma, corazón y juego, con el aplomo de toda la vida, como el Madrid por su casa en las finales continentales, con la gloria por bandera porque la gloria en Europa es él. De fondo, la banda sonora de su vida: We are The Champions.
Convertido en una máquina de ganar, se entronizó por tercera vez consecutiva, por cuarta vez en los últimos cinco años, en la competición más prestigiosa de todas. Será la hazaña que las futuras generaciones dirán que los más mayores le contaron como se narran las viejas leyendas del pasado, las del equipo inmortal que se marcó el reto de superar lo insuperable, a sí mismo, y lo ha conseguido. El ciclo es increíble, recuerda al de los viejos tiempos, a eso que los críticos llaman el blanco y negro y que ahora es 4k. El Madrid mantiene su viaje interestelar con Zidane, que continua haciendo historia en su tercera temporada completa con el equipo. No falla. Desde que llegó, Champions tras Champions. Nadie pisa por donde lo hizo el entrenador francés, capaz de convertir en sencillo lo sublime con su eterna sonrisa y su mano maestra a la hora de gestionar los egos. Su jardín es precioso, pero no está aquí, está en la Luna. Fue un jugador tan grande que domar a futbolistas tan extraordinarios no tiene secretos para él. Su huella imborrable es la de Neil Armstrong, pero con tacos en la suela, los de Cristiano Ronaldo, que volvió a marcar en otra final y ya tiene tantas Champions como el mito Di Stéfano. Don Alfredo, el ídolo de nuestros abuelos,
El Liverpool chocó contra lo imposible desde 1981: derrotar en una final de Copa de Europa al Madrid, que puede jugar bien, mal o regular, como ha demostrado a lo largo de esta temporada en numerosas ocasiones, pero nadie sabe mejor cómo vencer en el momento más oportuno, a la hora de subir al cielo, que le sigue esperando año tras año. Son seis finales seguidas de Champions levantando el trofeo 20 años y seis días después de aquel gol iniciático de Mijatovic en Amsterdam que alumbró la era moderna, la segunda edad de oro del club. El mundo se confiesa asombrado ante la gesta blanca del estadio Olímpico frente al espumoso y atrevido Liverpool, perdido quizá en una esquina de Penny Lane, allí donde se encontraban John y Paul cuando eran pequeños para coger el autobús camino del centro de la ciudad, un símbolo de gloriosa inocencia, la que tuvo el valiente, y bisoño equipo de Kloop.
El Madrid dibujó otra vez un partido abrumador e implacable como el gran camaleón que siempre fue, el bicho que cambia de color para jugar su torneo preferido, el eterno burlón que al final saca la lengua. Otras veces supo sufrir con esa sobredosis de fe y autoestima que sólo corre por sus venas y en otras noches simplemente resistió en mitad del huracán, como el mayor superviviente del fútbol mundial. Pregunten en Múnich, Turín, París. Y ahora en Liverpool, que sólo fue rival hasta que empezó la final. Después, el peso de la historia le aplastó.
La historia es el Madrid, que empezó mandando y terminó paseándose.
El mundo se pregunta cómo lo hace tras una temporada discreta en las competiciones domésticas, convirtiendo en accesorio el rival, el escenario, el entorno, el propio juego. No tiene explicación. Y no la hay. Sólo una. "Tonto, es el Madrid".
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