domingo, febrero 10, 2008

hijos de eta

TERRORISMO La ruta ciclista de ETA

La Guardia Civil trata de blindar la frontera franco-navarra para
evitar que liberados de la banda entren a España en bicicleta.

Autor:
Melchor Sáiz-Pardo
Fecha de publicación:
9/2/2008



La bicicleta se ha convertido en uno de los principales medios de
transporte para los terroristas en los últimos cuatro años. El jefe
militar de la banda, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, obsesionado por la
seguridad y sobre todo con los controles policiales en los transportes
públicos, ha ordenado pedalear a sus pistoleros, según se desprende de
los últimos documentos incautados por la Guardia Civil. Los activistas
han utilizado la bicicleta para recabar informaciones en bicicleta,
preparar huidas de atentados y, ahora, han convertido las
tradicionales vías pedestres para atravesar la muga, haciendo pasar a
sus liberados por inocentes ciclistas de montaña.

La alerta saltó el pasado enero con la desarticulación del comando
Elurra, el talde que voló el aparcamiento de la T-4 de Barajas. Este
grupo, compuesto por cuatro activistas perfectamente legales (sin
fichar se dedicó durante años), se dedicó durante años, antes de poner
bombas, a ayudar a terroristas a atravesar la frontera franco-navarra
por pasos de alta montaña. El jefe del comando, Mattin Sarasola,
confesó haber participado en cuatro operaciones de este tipo, ayudado
por sus compañeros, todos deportistas como él, residentes en la
localidad fronteriza de Lesaka y buenos conocedores del Pirineo.

Las bicicletas, según reconoció, fueron una pieza clave en varias
operaciones. Como cuando en junio de 2003 ayudó a entrar a dos
militantes (hombre y mujer) a los que dejó sendas bicis en la cima del
monte Bianditz que los terroristas usaron para descender de los 804
metros del collado hasta el barrio donostiarra de Martutene. Unos
meses después, el propio Sarasola y su compañero Igor Portu ayudaron a
pasar la muga a otros dos terroristas, que llegaron pedaleando desde
los 672 metros de altura del monte navarro Izpegui hasta la misma
Pamplona.

El comando desarticulado se decidió por la velocidad de las bicicletas
después de haber realizado otros pasos a pie de activistas desde el
monte Bianditz hasta la localidad de Urnieta, cerca de San Sebastián,
haciéndose pasar por montañeros.

La constatación de que sólo el comando Elurra había pasado a España en
dos años a una decena de pistoleros-ciclistas ha hecho que la Guardia
Civil refuerce el tramo de medio centenar de kilómetros de frontera
franco-navarra y franco-guipúzcoana comprendidos entre el paso de
Biriatou y el Collado de Oyalegi, donde ya las cimas pirenaicas
comienzan a ascender a más de mil metros y son casi impracticables.

En la década de los 90 esa zona caliente estuvo vigilada de manera
permanente por 60 efectivos de dos secciones de los Grupos
Antiterroristas Rurales (GAR) de la Guardia Civil, que prácticamente
terminaron con el paso de 'mugas' en esa zona, por lo que ETA comenzó
a operar en otras áreas fronterizas de Aragón y Cataluña.

En los últimos años, esta vigilancia en Navarra se había relajado,
según reconocen mandos del instituto armado. Desde hace dos semanas,
coincidiendo con el refuerzo de la vigilancia, las órdenes son
estrictas: los controles deben ampliarse a todos los ciclistas y
montañeros que se muevan por las cimas guipuzcoanas y, sobre todo,
navarras.

Ciclista consumado

La aparición de bicis dentro del 'arsenal' del comando Elurra y las
declaraciones de Sarasola han servido para confirmar la sospecha de
las fuerzas de Seguridad de que ETA ha ordenado el uso intensivo de
esta vehículo. Pero no ha sido una sorpresa.

El pasado julio fue detenido en Santander el etarra Aritz Arginzoniz
Zubiaurre, cuando se preparaba para recibir un coche-bomba para
atentar en la capital cántabra. Arginzoniz, un ciclista consumado
conocido en los círculos amateur de Euskadi, había pasado días antes
la frontera en bicicleta, acompañado por su novia, Saioa Sánchez, una
de los terroristas que en diciembre asesinó en Capbreton a los dos
guardias civiles. El propio Txeroki fue quien ordenó a los activistas
usar las dos ruedas como medio de transporte.

El último comando Donosti, el Urederra, también llegó a España en
bicicleta y de la mano de Txeroki. El 11 de marzo de 2006 el jefe de
los comandos de ETA fue el encargado de entregar en persona dos bicis
y dos pistolas a los terroristas José Angel Lerín y Alejandro Zobaran,
que pasaron a territorio nacional pedaleando desde la frontera de
Biriatou hasta Irún como si fueran cicloturistas. Posteriormente Lerín
usó la bicicleta también por orden de Txeroki, para desplazarse a un
punto de Navarra para controlar una entrega de explosivos.

Campaña ciclo-terrorista

Pero la obsesión de Txeroki por las bicis viene de más atrás, casi
desde el momento que asumió la jefatura de los comandos de ETA en
2004. En junio de ese año los terroristas del comando itinerante Ina,
Aimar Altuna y Carmelo Laucirika, recibieron de su jefe la orden de
sembrar de bombas el Levante utilizando bicicletas como único medio de
transporte. La fortuna evitó la campaña ciclo-terrorista porque unos
'cacos' robaron las flamantes bicis que los terroristas acababan de
comprar en un centro comercial de Tarragona.

A pesar de este fiasco, Laucirika volvió a pedalear por las carreteras
de Burgos meses después para recibir los explosivos con los que
confeccionó varias bombas que estallaron el día de la constitución de
2004 en diversos puntos de Castilla y León.

Antes de la llegada de Txeroki, explicaron esta semana mandos de la
lucha antiterrorista, el uso de la bicicleta entre los comandos de ETA
nunca había sido «generalizado» y la cúpula jamás había recomendado su
uso. No obstante, en 2002, antes de que Garikoitz Aspiazu ascendiera a
la dirección, dos etarras, Ignacio Bilbao y Unai Bilbao, usaron este
medio de transporte para huir tras el asesinato del concejal Juan
Priede en la localidad guipuzcoana de Orio.

http://www.lavozdegalicia.es/espana/2008/02/09/00031202556972747277328.htm

saludos ceci

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