Un británico lanza un 'crowdfunding' para salvar a Grecia
Thom Feeney, el joven que ha puesto en marcha la colecta.
La colecta online sobrepasa ya los 300.000 euros. ¿El tope? Los 1.600 millones de euros que necesita el país heleno para pagar al FMI
A última hora de la tarde la web de de micromecenazgo IndieGoGo se encuentra inactiva debido al éxito de curiosa iniciativa
COLPISA | MADRID 30 junio 2015 21:39
Un joven británico ha lanzado una de las campañas de 'crowfunding' más ambiciosas de todos los tiempos con la esperanza de ayudar a Grecia a reunir los 1.600 millones de euros que debe pagar esta medianoche al FMI para evitar el temido 'default'.
Creada por Thom Feeney, la colecta tiene por título 'Greek Bailout Fund' (Fondo para el rescate griego) y ha superado ya los 300.000 euros en su segundo día en marcha.
"¿Es esto una broma? No. Puedo entender por qué algunos pueden pensar que se trata de una broma, pero el 'crowdfunding' puede realmente ayudar", afirma el joven en la web de micromecenazgo Indiegogo.
Un británico lanza un 'crowdfunding' para salvar a Grecia
Feeney apela a que todos los europeos se solidaricen con sus vecinos griegos y ayuden a su Gobierno a pagar la totalidad de su deuda. "Puede parecer mucho, pero es solo un poco más de tres euros por cada europeo. Eso es casi lo mismo que cuesta una pinta de cerveza en Londres o de una ensalada de queso feta y olivas", señala el creador de esta iniciativa.
Por supuesto, el que haga una aportación recibirá un obsequio como recompensa a su solidaridad. Cada donación de 3 euros obtendrá una postal de Tsipras. Una de 6 euros recibirá una ensalada con queso feta, la de 10 euros una botella pequeña de Ouzo y la de 25 euros una botella de vino griego. Para los más generosos, premios mejores: dando 160 euros el regalo es una cesta con productos griegos y por 5.000 euros disfrutará de unas vacaciones en el país heleno para dos. Sin embargo, sisu generosidad es máxima y dona un millón de euros, no recibirá ningún regalo físico pero sí "el agradecimiento de los ciudadanos europeos y del pueblo griego".
http://www.elcomercio.es/economia/201506/30/britanico-lanza-crowdfunding-para-20150630180230-rc.html
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Podemos comunica, la culpa es de los demàs
COMUNICADO DE PODEMOS ANTE LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN QUE VIVE GRECIA
Ante la inmensa gravedad de la situación que vive Grecia tras la ruptura de las negociaciones por parte del Eurogrupo, Podemos quiere comunicar lo siguiente:
1.- El pasado lunes, el Gobierno griego presentó una propuesta al Eurogrupo que incluía enormes concesiones y fue unánimemente recibida como sensata y viable. Los acreedores internacionales, encabezados por el FMI, no han aceptado que Grecia pague sus deudas mediante una subida de impuestos a las grandes fortunas griegas, como proponía el gobierno de Syriza. El FMI y sus socios han exigido que el gobierno griego pague sus deudas subiendo el IVA de los alimentos básicos y bajando las pensiones. La Troika exige que se le pague, pero sólo acepta que se le pague con el dinero de las familias griegas más pobres; en lugar de reestructurar la deuda y lanzar un plan de inversiones para reactivar la economía, quieren seguir recortando los salarios y subirle la electricidad a las familias. En su afán de demostrar que no hay alternativa a la austeridad, los acreedores quieren imponer a Grecia las mismas medidas que han llevado al país al desastre. Para evitar la asfixia, seguir estrangulando la economía griega es justo lo que no hay que hacer.
2.- Ante el ultimátum y el chantaje de los acreedores, el gobierno griego ha reaccionado de manera ejemplar: dándole la palabra a la ciudadanía para que decida de manera democrática y soberana su propio futuro. A diferencia de lo que hizo el Gobierno de España en 2011 y 2012, el gobierno griego se ha negado a violar el mandato popular que recibió de las urnas el pasado mes de enero. Todos los intentos de coaccionar, amedrentar e influir en esa votación por parte de poderes no elegidos, y en especial por parte del Banco Central Europeo, dispuesto a asfixiar el sistema financiero griego para influir en el referéndum, constituyen una violación flagrante e inaceptable del principio democrático. Europa sin democracia no es Europa, y todos los demócratas deberían coincidir en la denuncia radical de estas injerencias y presiones. No hay democracia si gobiernan y deciden quienes no se presentan a las elecciones.
3.- Con su intransigencia, los acreedores han demostrado que su principal interés no es resolver la crisis de la deuda griega sino someter y derrocar un gobierno democráticamente elegido para demostrar que no hay alternativa. Su ceguera es tal que están dispuestos a poner en riesgo la integridad y la estabilidad misma del sistema financiero y del proyecto europeo, exponiéndolo a ataques especulativos que sufrirán, en última instancia, el resto de países y sus ciudadanos. No nos cansaremos de repetirlo. Serán ellos los responsables de este desastre.
4.- Syriza no es responsable de la tremenda crisis económica que afecta a Grecia. Fueron los gobiernos de Nueva Democracia y el PASOK, los aliados del PP y el PSOE, quienes falsearon las cuentas, entregaron la soberanía del país a la Troika y legaron al gobierno de Syriza una catástrofe económica y social que es necesario y urgente revertir.
5.- Muchos actores internacionales (Francia, Italia, los Estados Unidos) se han desmarcado del dogmatismo de los acreedores y cientos de miles de personas a lo largo y ancho del planeta han expresado su solidaridad con el pueblo griego y su defensa del principio democrático. Exigimos al gobierno Español y a las instituciones europeas que respeten la soberanía y la dignidad del pueblo griego, que garanticen que el referéndum se desarrolla en condiciones de plena libertad y normalidad, y que se respete la voluntad democrática del pueblo griego y sus derechos fundamentales, que han sido sistemáticamente violentados en los largos años de la austeridad.
Hoy en Europa hay dos campos enfrentados: la austeridad y la democracia, el gobierno del pueblo o el gobierno de los mercados y sus poderes no elegidos. Nosotros estamos con la democracia. Nosotros estamos con el pueblo griego.
http://podemos.info/comunicado-de-podemos-ante-la-gravedad-de-la-situacion-que-vive-grecia/
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Las diez vergüenzas de Grecia que nunca le contarán Syriza ni Podemos
La ruina de Grecia es una historia plagada de engaños, despilfarros, irresponsabilidad política y una gran hipocresía social.
Grecia no sólo es un país quebrado, sino una de las economías más pobres y menos desarrolladas de Europa desde hace décadas. Y ello, pese a seguir, curiosamente, los dictados de la izquierda radical, puesto que el Estado heleno se ha caracterizado por ser uno de los más intervencionistas de Europa (ocupaba el puesto 100 del ranking mundial sobre facilidad para hacer negocios cuando estalló la crisis del euro) y con uno de los mayores niveles de gasto público.
Y es que, el origen de la tragedia griega, muy al contrario de lo que defienden Syriza o Podemos, no radica en la pretendida austeridad, sino en su desbocado e insostenible sector público. Grecia fue el país de la UE que más aumentó su gasto público real (un 80% entre 1996 y 2008) y su deuda pública (un 400% superior a sus ingresos públicos en 2011) durante los felices años de la burbuja crediticia. Pero estas grandes cifras, siendo relevantes, se tradujeron en hechos muy concretos, cuya realidad ocultan hábilmente partidos como Syriza en Grecia o Podemos en España.
A continuación, se resumen las diez grandes vergüenzas de Grecia que la izquierda europea se niega a reconocer. La ruina helena es una historia llena de mentiras, despilfarros y una enorme hipocresía.
1. Mintieron sobre el déficit público
Lo primero que cabe señalar es que los políticos griegos ocultaron su déficit público real durante años. Cuando el nuevo gobierno de Atenas llegó al poder en 2009, se encontró un agujero fiscal equivalente al 14% del PIB, frente al dato oficial del 3,7% comunicado a Bruselas.
De un día para otro, el déficit pasó de 7.000 a cerca de 30.000 millones de euros, casi cuatro veces más. Este manifiesto engaño evidencia la enorme irresponsabilidad política de los distintos gobiernos griegos.
2. Atenas recurrió a la banca de inversión
La izquierda carga constantemente contra los mercados, en general, y la malvada banca de inversión, en particular, pero olvidan que su admirada Grecia recurrió a los financieros de Wall Street para ocultar sus desastrosas cuentas públicas.
El anterior Gobierno presidido por Yorgos Papandreu reconoció que Grecia mintió en las cifras de déficit y deuda para entrar en el euro y, por tanto, ofreció datos falsos hasta 2009, valiéndose, entre otros, de los servicios de Goldman Sachs. A este respecto, cabe señalar que el hoy presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dirigía las operaciones de Goldman en Europa en 2002, cuando Grecia inició sus fraudulentas operaciones de ingeniería financiera.
3. El Estado causó la quiebra de la banca
Otra verdad incómoda es que, en el caso de Grecia, la quiebra de la banca fue responsabilidad directa del Estado heleno, no al revés. Las entidades financieras se cargaron de deuda pública helena durante los años de la burbuja para financiar el enorme y suntuoso gasto de los distintos gobiernos. Por ello, la banca griega entró en quiebra cuando se aplicó una quita del 50% sobre los bonos helenos en manos de los acreedores privados en 2011, tras acordar el segundo plan de rescate con la troika.
Posteriormente, Europa tuvo que inyectar dinero extra para salvar los depósitos de Grecia. Es decir, los depositantes griegos fueron rescatados con el dinero de los contribuyentes europeos a través de la troika, después de que la insolvencia de Atenas arrastrara a la banca nacional a la quiebra.
4. Vida a todo tren, pero con el dinero de otros
Durante la burbuja, Grecia vivió muy por encima de sus posibilidades reales, recurriendo a una ingente deuda pública para poder financiar ese insostenible nivel de gasto. Más de la mitad de la economía griega dependía, de una u otra forma, del maná estatal, creando así una gran estructura clientelar a base de enchufes, corrupción y subvenciones. Algunos ejemplos:
Durante años, y pese a tener un PIB per cápita muy inferior al de España, el salario mínimo en Grecia era un 50% superior.
Durante décadas, cuando un partido llegaba al poder enchufaba a gente en el sector público a cambio de su voto, acrecentando de forma insostenible la plantilla estatal.
El Hospital Evagelismos, uno de los principales de Atenas, por ejemplo, llegó a tener en nómina a 45 jardineros para cuidar de las cuatro macetas de su entrada; algunos organismos públicos contaban con 50 conductores por cada coche; un antiguo ministro de Agricultura creó una unidad no contabilizada que daba empleo a 270 personas para digitalizar las fotografías de las tierras públicas griegas, sin que ninguno de los contratados tuviera experiencia en fotografía digital, ya que eran carteros, peluqueros, agricultores y, en general, afiliados del partido...
El gasto en educación, sanidad y política social fue, de lejos, el que más aumentó hasta el estallido de la crisis de deuda, superando el 31% del PIB en 2012.
Además, Grecia, el gran referente de la izquierda radical, era el país de la UE que más dinero destinaba a gasto militar antes de la crisis, con una media superior al 4% del PIB.
5. Exceso de funcionarios e ineficiencia
El empleo público es, sin duda, uno de los grandes paradigmas del despilfarro griego.
- Durante la burbuja, Atenas ni siquiera sabía cuántos empleados tenía en nómina: los sindicatos estimaban unos 700.000, mientras el Gobierno hablaba de 800.000; pero, sumando los contratos temporales, la cifra superó el millón de personas en 2007, equivalente al 10% de la población y a casi el 20% de la fuerza laboral del país.
- Ganaban una media de 1.350 euros mensuales, superando el sueldo medio existente en el sector privado. Pero lo relevante es que la ganancia real de los empleados púbicos era muy superior: además de cobrar dos pagas extra, recibían pluses y remuneraciones adicionales aduciendo todo tipo de excusas, como llegar al trabajo en el horario previsto, presentarse correctamente vestido, usar ordenador o hablar idiomas. Los guardas forestales, por ejemplo, recibían un plus por trabajar al aire libre.
- Sumando todas las extras, los funcionarios de Grecia llegaron a ganar de media más de 70.000 euros al año frente a los 55.000 euros de Alemania.
- Asimismo, los funcionarios también disfrutaban de una pensión vitalicia de 1.000 euros mensuales para las hijas solteras de empleados fallecidos, entre otros muchos privilegios y prebendas.
- Grecia tenía cuatro veces más profesores que Finlandia, el país que mejor nota saca en el Informe PISA de calidad educativa, pero esa superpoblación de docentes sólo le ha servido para estar entre los países europeos con peor nivel en casi todas las pruebas de Enseñanza. Muchos griegos que envían a sus hijos a las escuelas públicas tienen que contratar luego profesores particulares de refuerzo.
- Otro dato curioso es que su Sanidad pública era de las que más invertía en suministros, superando la media de la UE, sin que los griegos sufrieran más enfermedades que el resto de europeos. ¿Razón? Uno de los muchos escándalos destapados durante estos años es que era tradición entre médicos y enfermeras salir de los hospitales cargados con todo tipo de material higiénico y sanitario...
6. Empresas públicas, el culmen del despilfarro
Sin embargo, más allá del desproporcionado número de funcionarios, sus suculentos sueldos o la grave ineficiencia de los servicios públicos, el culmen del despilfarro era su sobredimensionada estructural estatal a base de cientos de empresas, organismos y entidades inútiles. Basta señalar algunos ejemplos para percatarse de dicho despropósito:
El sueldo medio en la Renfe griega llegó a superar los 70.000 euros al año, incluyendo las profesiones de baja cualificación. Sus ingresos operativos apenas rondaban los 100 millones al año, mientras que sus gastos alcanzaban los 700 millones.
"Hace veinte años, un próspero empresario llamado Stefanos Manos, nombrado después ministro de Finanzas, señaló que sería más barato meter a todos los pasajeros de los ferrocarriles griegos en taxis: sigue siendo verdad", tal y como detalla Michael Lewis en su libro Boomerang: Viajes al nuevo tercer mundo europeo, publicado por Deusto, en donde explica buena parte de los desmanes helenos cometidos durante la burbuja.
El presupuesto del metro de Atenas rondaba los 500 millones de euros al año, mientras que los ingresos en taquilla apenas alcanzaban los 90 millones.
Grecia también creó un comité para gestionar el Lago Kopais, a pesar de que se secó en 1930.
Tras el rescate de la troika, Atenas anunció la eliminación o fusión de 75 organismos públicos en los que trabajan más de 7.000 personas y que, anualmente, recibían 2.700 millones de euros en subvenciones (unos 386.000 euros por cada empleado).
7. Jubilación de oro
Hasta el estallido de la crisis, los griegos se podían jubilar con poco más de 61 años, cobrando casi el 96% de su sueldo, siendo uno de los sistemas de pensiones públicas más generosos (e insostenibles) de la UE.
Pero es que, además, en Grecia existían cerca de 600 categorías laborales que, alegando motivos de salud, podían optar a la jubilación anticipada, establecida en 50 años para las mujeres y 55 para los hombres. Y entre estos últimos beneficiados había todo tipo de profesiones, desde peluqueros hasta trompetistas, flautistas, cocineros, masajistas e incluso presentadores de televisión, entre otros.
Precisamente por ello, los griegos disfrutaban de la mayor esperanza de vida tras la jubilación, y no porque vivieran más, sino porque se jubilaban mucho antes. En concreto, mientras la media de la OCDE es de 18,5 años tras el retiro (en España es de 17,9), los helenos gozaban de más de 24 años de plácida existencia tras la jubilación, a base, eso sí, de pedir prestado un creciente volumen de dinero a los mercados en forma de deuda pública.
Además, el control sobre la gestión de las pensiones era inexistente. Durante la crisis, se han detectado miles de familias que cobraban jubilación años después de que fallecieran sus titulares o prestaciones de desempleo sin tener derecho a ello.
8. Sobornos y evasión fiscal
Grecia también destaca por liderar todos los indicadores de evasión fiscal a nivel europeo. Antes de la crisis, uno de cada cuatro trabajadores no pagaba nada en impuestos, de modo que las arcas públicas dejaban de ingresar entre 15.000 y 20.000 millones de euros al año.
Prueba de ello es que, antes de la crisis, menos de 5.000 contribuyentes griegos, en una población total de casi 12 millones, reconocían cobrar más de 100.000 euros al año. Lewis, por ejemplo, explica en su obra que dos tercios de los médicos privados no pagaban ni un euro de impuestos, ya que declaraban unos ingresos de menos de 12.000 euros al año, el umbral mínimo para empezar a tributar.
Además, los sobornos estaban a la orden del día. Algunos estudios señalan que los griegos se gastaban unos 800 millones de euros al año en mordidas para evitar el pago de multas o para que los funcionarios hicieran la vista gorda, incluyendo los inspectores fiscales. Por poner tan sólo un ejemplo, el Ministerio de Hacienda despidió hace escasos años a 70 funcionarios con un patrimonio inmobiliario medio de 1,2 millones, cuando su sueldo no superaba los 50.000 euros.
Otro dato llamativo es que la proporción de autónomos en Grecia era también de las más altas de la UE, y no porque fueran especialmente emprendedores, sino por la facilidad de ocultar ingresos al Fisco. Por si fuera poco, en años electorales, como 2009, la recaudación bajaba de forma muy sustancial (hasta el 30%), con independencia de cómo evolucionara el PIB, ya que los políticos, sobre todo a nivel local, solían perdonar el pago de impuestos como forma de comprar votos.
9. Deuda pública desbocada
Como consecuencia, toda esta borrachera de gasto y despilfarro estatal se financió emitiendo deuda. Grecia fue el país que más recurrió a la deuda pública durante la época de burbuja y, por ello, su factura anual en el pago de intereses superó, hasta el segundo rescate a Grecia, el 12% de los ingresos públicos (en 2011, antes del rescate alcanzó, el 17%), mientras que en Alemania dicha factura se ha mantenido estable en el 6% de todos los ingresos públicos.
10. Pueden pagar, pero no quieren
Syriza y Podemos reclaman ahora una nueva quita soberana, pese a que el Estado heleno se endeudó voluntariamente para cometer todos los excesos descritos anteriormente, en lugar de que Grecia asuma su responsabilidad y pague lo que debe.
Aunque muchos dicen que es imposible, lo cierto es que, según el Banco Central Europeo (BCE), Atenas posee una enorme cartera de activos públicos, cuyo valor estimado asciende a 300.000 millones de euros, incluyendo empresas, infraestructuras, acciones, participaciones, suelo y todo tipo de bienes inmuebles. Además, Grecia también podría vender islas, playas, oro y hasta monumentos si es necesario con tal de cumplir sus compromisos y evitar el doloroso estigma de la quiebra y posible salida del euro.
Pero ni siquiera haría falta llegar tan lejos: si Atenas redujera el peso del Estado a la mitad (unos 60.000 millones), con la consiguiente privatización de pensiones, sanidad y educación, y vendiera el 50% de sus activos públicos (otros 100.000 millones por lo bajo) su deuda quedaría reducida al 70% del PIB; ello, unido a un compromiso serio de equilibrio presupuestario (déficit cero) y a un ambicioso plan de reformas para liberalizar la economía y bajar impuestos, permitiría reducir aún más su endeudamiento a medio plazo por la vía del crecimiento económico. Grecia puede pagar, lo que pasa es que no quiere y, por lo tanto, todo apunta a que no lo hará.
http://www.libremercado.com/2015-01-19/las-diez-verguenzas-de-grecia-que-nunca-le-contaran-syriza-ni-podemos-1276538475/
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El gran dilema de Europa entre perder… y perder mucho más
RUBÉN J. LAPETRA30/06/2015
Si gana el NO en el ‘Greferéndum’ del domingo 5 de julio, acompañada de una salida del euro de Grecia, le costará a la Eurozona 239.000 millones de euros, el doble que una victoria del SI, según estimaciones de la banca de inversión.
Si los griegos se quedan en la eurozona será un golpe económico para Europa. Si se van será peor. El dilema entre perder mucho y perder mucho más es el que afrontan estos días los líderes europeos agrupados en una voz única en torno a las tres instituciones con mando durante esta crisis: Eurogrupo (Jeroen Dijsselbloem), Comisión Europea (Jean Claude Juncker) y Banco Central Europeo (Mario Draghi).
Es unánime. Los países de la Eurozona, entre ellos España, afrontan pérdidas potenciales de 239.000 millones de euros en un escenario de salida de Grecia del euro, según estimaciones de los analistas de Royal Bank of Scotland (RBS). Mantener a los griegos, aceptando su exigencia de una reestructuración de la deuda actual, costaría la mitad, unos 130.000 millones al resto de socios. En este segundo escenario hipotético, Grecia habría votado SI y la Eurozona habría aceptado reestructurar otra vez la deuda de Grecia con una quita y un ablandamiento de las condiciones de pago. En ambos casos toca pagar más que antes de la actual crisis.
Esos cálculos, advierten desde RBS, se han realizado teniendo en cuenta que la deuda global de Grecia se eleva a 537.000 millones de euros. Esto incluye los 320.000 millones de dinero consumido por empresas e instituciones públicas de Grecia. Luego hay otros 219.000 millones que están apuntados en la cuenta griega del BCE por la barra de liquidez de emergencia a sus bancos y la cuota del sistema de liquidación de pagos europeos Target 2, que registra el debe y al haber en cualquier pago y cobro comercial en euros entre países de la eurozona.
También incorporan un nuevo elemento de cálculo que nos afecta: el incremento de costes en la financiación para los países periféricos como España o Italia, que podría elevarse en al menos un 1% en lo que queda de 2015. No es precisamente poco dado el volumen de emisiones del Tesoro español, que entre enero y diciembre prevé haber emitido 240.000 millones de euros para refinanciar anteriores emisiones de deuda -que vencen este año y hay que devolverlas-, así como para afrontar el déficit público con nueva deuda (55.000 millones) destinada a sufragar el recurrente déficit público de la Administración Rajoy.
¿Cielo o infierno? El futuro griego fuera del euro
“Europa no puede ablandar su postura, para evitar más países ‘díscolos’ en el futuro. Pero a nadie, ni a los socios europeos, ni a Grecia, ni al BCE les interesa una salida de Grecia del euro. Tampoco interesa un contagio y el BCE tiene las herramientas necesarias para evitarlo”, explica Joaquín Casasús, director de la gestora Abante Asesores.
Para los griegos -que ya han perdido cerca del 30% del PIB desde que comenzó la crisis y sufren un desempleo del 29%- abandonar el euro supone entrar en el abismo de la devaluación y pérdida de capacidad de compra. Una nueva moneda (otro dracma) que saldría al mercado con una devaluación de entre el 30% y 40% respecto al euro, según un análisis de Mizuho Bank que cita Bloomberg.
Tener una moneda más débil permitiría ganar en competitividad para sus empresas exportadoras y en atractivo a su sector turístico, pero en su reverso, esa moneda, contendría un alto precio a pagar: el pago de una deuda adquirida en euros con un moneda inferior, la evaporación de buena parte de su riqueza financiera en forma de ahorros y depósitos con la inevitable quiebra de sus bancos.
Por supuesto, las pensiones y salarios públicos se pagarían en esa nueva moneda. Con el nuevo dracma se produciría un apagón del crédito para familias y empresas. Al mismo tiempo se encarecería cualquier importación en cuantía similar a la devaluación de la moneda. Entre estos productos no producidos en Grecia se encuentran los medicamentos, automóviles o el petróleo. Casualidad fatal, el llamado ‘oro negro’ es la base una de sus principales industrias exportadoras: sus derivados como gasolinas, gasóleos y productos químicos. ¿Se puede tener un futuro más oscuro fuera del euro?
http://www.elespanol.com/actualidad/dilema-de-europa-entre-perder-y-perder-mas/
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