Tocaba la etapa más larga de todo el Tour de Francia. Los esforzados de la ruta debían recorrer los 231 km que separaban a Fougeres y Chartres.Aunque, para desgracia de los espectadores, parece que el pelotón pareció tomarse un respiro. No hubo tensión hasta el final, hasta la hora de la volata.
Offredo fue el gran protagonista del día. El francés, recordado entre otras cosas por haber recibido una paliza mientras se entrenaba hace un par de años, buscó la machada desde lejos. Poco más de siete minutos logró a tener de ventaja el corredor galo que fue cazado a 70 km de meta.
Su paisano Pichon, del fortuneo, fue el encargado de recoger el testigo. Se fue en solitario y su aventura duró 33 km, el pelotón lo engulló a 37 para meta. Fue entonces cuando Lotto se puso en la parte delantera del pelotón. Quería controlar la carrera para que su velocista, Greipel, pudiera rematar.
La jornada parecía un tú a tú entre el propio Grepiel, Gaviria y Sagan. Sorprendió para bien el comportamiento de Movistar. Pelearon por los segundos de bonificación en el paso intermedio situado a 30 km de meta y estuvieron muy atentos hasta el final para evitar sustos sobre Nairo y Landa.
Finalmente fue Groenewegen quien resolvió con maestría al esprín antes de la etapa de este sábado, donde los ciclistas recorrerán un trazado de 181 km entre Dreux y Amiens. El domingo, ya se sabe, el temido pavé.
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