Degenkolb gana una batalla campal
John Degenkolb ganó al novena etapa del Tour de Francia, la temida jornada de pavés con final en Roubaix donde se fueron al suelo la gran parte de los favoritos de la general, Froome, Landa, Dumoulin, Bardet, Yates, Urán... Este último fue el único que cedió tiempo en un día donde Richie Porte abandonó por fuerte caída. Van Avermaet, segundo, retuvo el liderato de la general.
La organización del Tour apostó fuerte por esta jornada de pavés y el resultado fue el esperado, espectacular. Un día donde pasó de todo, multitud de caídas, pinchazos, ataques, polvo, abandonos, esprints,... Un día para recordar, sin duda. De principio a fin. Porque fue a los pocos kilómetros de arrancar, cuando todavía ni se había llegado a ninguno de los 12 tramos de pavés que tenía el menú de la etapa cuando Richie Porte, uno de los favoritos de la general, se fue al suelo y tuvo que abandonar la carrera. El australiano decía adiós a la carrera por segundo año consecutivo y nuevamente por una caída. La mala suerte se cebó con el ciclista del BMC, que, doliéndose del hombro derecho, no podría reprimir las lágrimas.
Tony Martin no tomó la salida y José Joaquín Rojas, que también se fue al suelo, se despedía de la ronda gala para desconsuelo de un Movistar Team al que todavía le pasarían más desgracias. La principal, la caída de Mikel Landa cuando restaban 32 kilómetros. Sus compañeros de equipo, salvo Valverde y Quintana, se descolgaron para ayudar al vasco, que volvía a montarse en su bicicleta dolorido, pero no derrotado. Su accidente era uno más en un extenso parte de guerra donde había otros 'caídos' como Chris Froome, que se fue al suelo 10 kilómetros antes, justo antes de entrar en un tramo de pavés. Su compañero Kwiatkowski lo hacía también poco después. El Sky también sufrió la caída de Egan Bernal, que logró conectar.
Los casos se sucedían. Rigoberto Urán besó el suelo y estuvo persiguiendo a los favoritos durante cerca de media etapa. Pero si alguien representó la dureza de esta etapa fue Romain Bardet. El francés sufrió hasta seis pinchazos durante toda la jornada, con los consiguientes cambios de bicicletas. Ayudado por sus compañeros estuvo toda la jornada llegando al grupo principal y desprendiéndose con cada avería, con el esfuerzo que eso conllevaba. En el último pinchazo, en el tramo final, decidió que lo más inteligente era esperar al grupo de Landa y no hacer una extenuante guerra por su cuenta. Sabio movimiento el suyo, que sirvió para aprovechar la estela del Movistar Team. Un enorme trabajo de desgaste que les hizo perder tan sólo 7 segundos en meta. Un tiempo que, viendo todo lo accidentado del día, se antojaba poco menos que un milagro.
El triunfador del día, Degenkolb. El alemán aprovechó un ataque de Lampaert a 16 de meta y se ató bien a la rueda de Van Avermaet, el líder. Sagan, como suele pasar en las clásicas, decidió no cerrar el hueco abierto y renunció a hacer el esfuerzo en favor de sus rivales, algo que dio mucha vida a los tres de delante. Ampliaron la diferencia y terminaron por jugarse un triunfo que el del Trek tenía en su mano por su gran punta de velocidad. No tuvo oponente. Arrancó primero el esprint y primero cruzó la meta. Los favoritos llegaban poco después con Froome, Valverde, Nibali, Dumoulin, Yates, Fuglsang, Zakarin, Roglic o Kruijswijkcomo grandes beneficiados del día al no ceder nada de tiempo. Landa y Bardet, sólo siete segundos, mientras que Urán se dejó 1'28''. Este lunes, merecido descanso para todos ellos. Reposo y paso por el 'taller' para arreglar chapa y pintura.
http://www.marca.com/ciclismo/tour-francia/2018/07/15/5b4b2654468aebc02e8b459d.html
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