Cross the Streams from Ed Oxley on Vimeo.
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24Doce 2011 “Agua bendita”
Dios le dijo a Noe: “Construye un arca y reúne en su interior una pareja de cada especie”
Y así hizo. Pero Noe no pudo encerrar a una especie que evoluciona. Esta especie, el Biker” ha creado una forma de desplazarse, diferente a el resto de las especies. Cada una de esas formas de desplazamiento que utiliza el “Biker”es parecida pero no igual al resto de “Bikers”.
Unas están creadas desde el aluminio mas rígido y ligero, otras son moldeadas de carbono, el material que adopta las formas creativas mas atractivas, provistas de ruedas de 26” o 29”, suspensión delantera o increíbles recorridos traseros para sortear cualquier cataclismo del terreno mas abrupto por el que se mueve el “Biker” ya sea solo o en manada.
24Doce 2011 - “Agua bendita”
Casi todos sabemos lo que conlleva la realización de una ruta de larga distancia, un maratón e incluso una carrera de 24 horas. Pero lo que nadie sabia es en lo que se convertiría la ya mítica y desde ahora 24Doce 2011.
Viernes Noche:
Ultimamos los preparativos, 6 maillots, 10 pares de calcetines, comida y bebida para reponer los niveles energéticos perdidos por el desgaste, herramienta multiusos, casco, 5 pares de guantes, juego de luces, cámaras de repuesto y neumáticos semi-slicks.
A dormir.
Sábado 8:00
Ponemos rumbo hacia Moralzarzal, alli trascurrirá nuestra cruzada. Llegamos con tiempo suficiente de montar nuestra carpa cedida por Factor Bike, la tienda especializada en mountain bike de Getafe. Los pasos a seguir, aparcar bien el vehiculo, descargar carpa y montaje de la misma. Tras realizar una pequeña implantación que será definitiva, nos disponemos en recoger los dorsales, chips y demás enseres ofrecidos por la organización.
El despliegue de medios es mucho mayor que en ediciones anteriores y eso se nota en un mayor número de carpas y mayor afluencia de corredores. Es como una pequeña ciudad tomada por esa especie que describíamos al principio de esta crónica.
En esta edición tomamos parte en la modalidad 24 horas en pareja, en la cual tenemos el apoyo de Bicienventa.con, cediéndonos una Olympia Nitro de carbono. (Bicicleta que testamos con anterioridad para esta prueba) y de Factor Bike. Isaac, responsable de Factor Bike, nos ha proporcionado la logística para realizar la prueba con la mayor comodidad y facilidad.
En torno a la salida es un ir y venir de corredores, bicicletas y acompañantes, todo un espectáculo digno de ver. En pocas carreras, rutas o marchas he sentído este movimiento, ya que los corredores no dejarían de pasar por ese mismo sitio una y otra vez durante 24 horas.
Bicicleta preparada, chips en las horquillas de suspensión y otro en el tobillo y euforia difícil de contener. Así me sentía, mi compañero Oscar, decidía salir en primer lugar. El tiempo apuntaba a leves chubascos intermitentes y una bajada de temperatura respecto al día anterior, pero creo que no le dimos la importancia que debimos y no creímos hacer ningún cambio de última hora, ni en las bicicletas ni en nuestro vestuario.
Con escrupulosa puntualidad inglesa, llegan las 12 de la mañana y la organización da la salida.
Espectacular, como una estampida de búfalos descontrolada alejándose del arco de salida. Así me lo pareció, por que casi nadie sabía a lo que se enfrentarian kilómetros más adelante.
Los primeros minutos son algo desconcertantes, no sabes en cuanto se realiza la vuelta y los cálculos para realizar los relevos son realizados tras pasar mi compañero por el arco de meta. El primer paso se realiza en 45 minutos, y mi pregunta fue clara.
“¿una vuelta o dos?”
- dos, dos. Respondio
Solo nos hizo falta esa simple pregunta para saber que el circuito seria rápido y el desnivel no seria muy fuerte. El circuito bien, la bicicleta bien.
El cielo no respeta y en poco tiempo empieza a caer una triste pero continua lluvia. La lluvia pasa de ser leve a importante y con la media que llevaba mi compañero a la 1:30 horas de carrera, asoma a lo lejos. Entre tantos corredores es difícil verle, pero ay esta. Cara de esfuerzo, contento y a un que no era determínate el tiempo por vuelta era mas o menos lo esperado.
Me toca dar pedales y tomar mi primer contacto con el circuito. Con un pedaleo constante y firme, me alejo de la salida. Subida no muy inclinada pero que te hace desgastarte poco a poco sin darte cuenta.
No deja de llover. Es mi primera vuelta y esta seria para reconocer el terreno, ver como afrontar las curvas y delimitar los puntos que pueden ser técnicamente complicados y valorar la potencia adecuada en cada tramo. Esto ultimo es muy importante ya que 24 horas son un desgaste que no ay que infravalorar.
Creo recordar que mi primera vuelta la realice en menos de 40 minutos, pero no estoy muy seguro. Ya en la segunda vuelta quise darle más velocidad y ver si la cubierta delantera era idónea para este circuito.
De mi primera impresión en la primera vuelta a lo que iba percibiendo en la segunda vuelta, había cambiado bastante. Si es verdad que circulaba a más velocidad por que el recorrido ya lo tenía medio memorizado, el terreno estaba modificándose al paso de uno tras otro corredor.
El agua había hecho que el terreno se ablandara y las rodadas cada vez eran mas profundas. Las curvas se estaba empezando a trazar en otra trayectoria y algunos tramos estaban empezando a ser peligrosos.
Llego a meta, y el turno era para mi compañero. Sale como una flecha, estábamos motivados, teníamos ganas y el material respondía perfectamente. De repente empieza a caer una tormenta seria, y eso era el comienzo de lo que en sucesivas horas se repetiría.
Calculando el tiempo, habíamos aumentado en 10 minutos en ejecución por vuelta. El terreno pasa de ser rápido a lento y pegajoso.
Tomo mi tercer relevo y nada mas encarar la recta de meta por donde me alejaría, realizo el giro que bordea la zona de carpas y el tema había cambiado radicalmente.
El paisaje era un lodo difícil de describir. Lento, pegajoso y en alguna curva hasta difícil de mantener el equilibrio. Así se me hizo el comienzo de este relevo.
A medida que iba por el circuito, todo se había trasformado y el neumático que yo créia que agarraba, ya no me seria útil en este terreno.
El desgaste en piernas era normal, pero lo que estaba acusando, era un cansancio en brazos por el hecho de sujetar y dirigir la trayectoria correcta de la rueda delantera.
Así se sucedieron varios relevos y recuerdo como en el último que realice ya había tramos intransitables. Recuerdo de coger el chip a mi compañero de su tobillo e intentar pegármelo en mi tobillo, todo esto bajo una lluvia incesante.
El belcro del chip ya no pega, el barro era tal que no pude abrazarlo a mi tobillo, prisas, lluvia y el pensar lo que me anunciaba mi compañero, hicieron que me pusiera el chip de cronometraje en una de las tiras que ajustan el cierre de la zapatilla.
En este particular relevo, mi intención no era reducir o mantener el tiempo por vuelta, mi intención prioritaria pasaba a no perder tracción y no perder la verticalidad.
Las caídas se sucedían, raro era no ver algún compañero de carrera bajado de la bici o pasando verdaderos apuros en los muchos e incalculables tramos que pasaban de ser divertidos a peligrosos.
Bajada embarrada, aprieto hombros, realizo el giro con firmeza. Bombeo frenos, vuelvo a bombear, y eso no responde.
Echo pie a tierra, digo barro. Miro las zapatas, el barro no me deja ver.
Botella de agua y chorro a las pastillas, No veo las pastillas del disco. Saco la rueda para cerciorarme que no llevo pastillas, y efectivamente, no ay pastillas.
No ay ferodo, tampoco ay porta zapatas (es donde va adosado el ferodo) y cual es mi sorpresa, estoy frenando con los pistones, ya tienen un escalón de desgaste, irreparable.
Ya viendo el por que de la falta y ausencia de frenado, llego a meta, donde esta mi compañero esperándome. Esta última vuelta ha sido eterna, llego con frío en el cuerpo y con una avería de difícil solución.
Mi compañero me mira, no pinta bien. Y le comunico que tengo una incidencia/averia en frenos.
Hicimos una valoración rápida, si montamos otro juego de zapatas como las que traíamos, nos durarían casi lo mismo y si encima el pistón estaba dañado, la zapata no asentaría en paralelo y eso a de mas que reduciría la frenada, aceleraría el desgaste.
Había pocos corredores en el circuito y la incertidumbre se contagiaba en el área habilitada para realizar los relevos.
No nos lo podíamos creer, a solo 9 horas del comienzo, teníamos dificultades mecánicas, sumadas a las climatología adversa y otra pero no menos importante la indumentaria a usar. La ropa seca empezaba a escasear, calcetines, guantes, maillots… todo estaba mojado.
Nuestra preocupación no seria la sustitución de las zapatas del freno de disco, seria la continuidad de la lluvia, ya que si sustituíamos las zapatas y si seguía esta incesante lluvia poco abríamos adelantado con proveer nuevas zapatas a las bicicletas.
¿El por que el desgaste de mis frenos y no el de la bici de mi compañero? Creo que esto se produjo por que el último relevo que realice yo, lo hice en una fuerte lluvia y el agua hizo que el desgaste se acelerara brutalmente.
Es cierto que no llevamos la bici provista de zapatas para agua, son las que tenemos habitualmente y estas son para seco, no compatibles para este clima.
Extraño, estábamos sufriendo por el terreno, por el clima y el resultado de la suma de todo ello, pero nos dolía tener que dejar ese “sufrido pedalear”.
Poco podíamos hacer y en ese estado la cabeza no piensa con lógica, decidimos darnos una ducha, proveernos de ropa seca y empezar a valorar la situación desde una lógica que nos permitiera seguir con una seguridad de acabar sin que saliéramos perjudicados.
Me duche vestido, con casco si quitarme las zapatillas. Poco a poco entraba en calor, la misma agua que nos estaba apartando de la carrera me estaba devolviendo la vida.
“Agua vendita”. Sigo en la ducha, ya desprovisto del maillot y culote, veo como entran corredores en la misma situación a la mía minutos antes. La imagen era dantesca, me recordaba a cientos de escenas de las películas bélicas, cuando los soldados regresan del frente. Caras desencajadas, desmotivados y con la nula recompensa por el esfuerzo realizado.
Ya en caliente y nunca mejor dicho, retomamos el dialogo y valoramos la situación. Muy a nuestro pesar, si seguía lloviendo no podíamos continuar, ya no era la carrera si no nuestra integridad física la que estaba en juego. Creo que, la decisión fue acertada aunque no nos dejo satisfechos.
Aprovechamos ese momento para reponer fuerzas y descansar. Nuestra intención se centraba en que si dejaba de llover, retomaríamos la carrera. La climatología no daba tregua y nos fue imposible reanudar la carrera con un mínimo de seguridad y eso nos alejaría de la posibilidad de disputar por las primeras posiciones en la clasificación.
Nos quedamos con un sabor agridulce, una buena organización, un buen circuito y un montón de corredores que por las inclemencias meteorológicas, pasaron de ser rivales a ser compañeros.
Que grande es este deporte y que grande esta especie, los “bikers” que inundan pruebas como esta, la 24DOCE del 2011, que hacen que el clima desapacible quede en un segundo plano y ellos sean los verdaderos protagonistas.
Yo os bendigo con esta “agua bendita” y espero volver a veros en la edición 24Doce 2012.
En breve insertaremos fotos. Si tenéis videos, fotos o vuestra visión particular, no dudes en enviárnosla y la valoraremos para publicarla. info@todomtb.es
http://www.todomtb.com/2011/05/24doce-2011-agua-vendita.html
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