Imágenes tomadas desde un helicóptero de la protesta masiva en la Puerta del Sol durante este 12 de mayor de 2012. .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Ojalá el 15-M
Tenemos que protegernos contra la degradación de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. Ojalá el 15-M nos ayude a salir de esta atmósfera de vergüenza.
Soledad Gallego-Díaz 13 MAY 2012 - 02:14 CET16
¡Digamos la verdad y que se avergüence el demonio!, decían los clásicos. Que se avergüence el demonio: quienes gestionaron irresponsablemente bancos y cajas mientras se autoconcedían retribuciones fuera de todo sentido; quienes se han negado, y se niegan, a someterse a normas de transparencia y quienes se aprovechan de esa opacidad para ocultar sus marrullerías; quienes han sido incapaces de cumplir con sus obligaciones públicas, no ya solo por corrupción, sino también por pura banalidad.Los ciudadanos están abochornados por decisiones que les han sido ajenas, pero cuyas consecuencias pagarán. Quizás el 15-M, si logra revitalizarse, consiga que nos sacudamos esa paralizante angustia y que avivemos nuestra exigencia de responsabilidades. Ojalá el impulso de los jóvenes nos coloque ante nuestras obligaciones ciudadanas.
Vivimos en una atmósfera de vergüenza, que acarrea una dolorosa sensación de culpa, mientras que los causantes directos de esta situación pretenden que nadie les pida responsabilidades, penales en los casos en que sea procedente, o políticas y cívicas, en los que no. ¿Creen Miguel Blesa o José Luis Olivas que lo pasado, pasado está? No debería ser así. ¿Cree el gobernador del Banco de España que puede reclamar indulgencia? ¿Confía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en que puede escabullirse de la quiebra de la Caja de Ahorros, donde el PP colocó a decenas de amigos, familiares y militantes, y que todo pasará, sin consecuencias para ella? ¿Se olvidará quiénes fueron los consejeros que representaron al PSOE madrileño y a los sindicatos y que callaron por incompetencia, interés o amiguismo? Todos sus nombres deberían desaparecer para siempre de cualquier lista o cargo político.Es imposible soportar a un presidente del Supremo sospechoso de endilgar gastos personales al erario público
En este país han pasado demasiadas cosas como para continuar paralizados. Digamos en público la verdad: es imposible soportar a un presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, sospechoso de endilgar gastos personales al erario público y que llama “miseria” a 6.000 euros, cuando la justicia que él administra puede castigar con una pena de prisión de hasta 18 meses a quien cometa un hurto de más de 400. Difícil aguantar un Consejo General del Poder Judicial, cuyos vocales acuden a su puesto de trabajo tres días a la semana, que actúa con tanta prepotencia que nombra magistrados que no reúnen los requisitos (como ocurrió en la Sala Civil del Supremo) y que se niega a someterse al principio de transparencia que debería ser el primero en impulsar ¿Cómo no se exigen a sí mismos algo más de ejemplaridad? ¿A qué viene tanta soberbia?
Es inaguantable que cuando se les pide a los ciudadanos sudor y lágrimas, el Gobierno (a quien corresponde la iniciativa) y la oposición sigan jugando con las instituciones y que, con una actitud inane, abandonen la renovación de los magistrados que deberían haber cesado ya en el Tribunal Constitucional y en otros organismos estatales. O que el Gobierno intente controlar informativamente RTVE, cuando lo que necesitamos es una televisión estatal que, en momentos de incertidumbre y peligro, nos proporcione información fidedigna.
Tenemos que protegernos, como sea, contra la degradación de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. ¿Qué datos apoyan lo que está usted diciendo? ¿Con qué argumentos defiende su opinión? Como explican Martín Alonso y María Pardo en Una ética para el debate (Cuadernos Baseak), el déficit conceptual con que se expresan los personajes públicos es atroz. Hay que enseñar en las escuelas, explican, que nada ni nadie goza de inmunidad frente a la crítica y que quien participa en un debate público adquiere la responsabilidad de estar debidamente informado sobre lo que discute; que la crítica debe referirse a los hechos y no a las personas, y que estas son solo objeto de censura cuando son responsables de las acciones que se debaten. Que no se debe tratar a quien defiende una posición contraria como a un enemigo, pero que no todas las opiniones son respetables. Ojalá el 15-M nos ayude a salir de esta atmósfera de vergüenza.
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/11/actualidad/1336760801_416286.html
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La increíble y triste historia del 15-M menguante.13 de Mayo de 2012 - 11:31:41 - Luis del Pino
Editorial del programa Sin Complejos del domingo 13/5/2012
Este fin de semana se iniciaba la conmemoración del aniversario de las movilizaciones del 15-M, enormemente publicitada en las redes sociales y en los medios de comunicación afines.Esa conmemoración se había visto precedida por un calentamiento en torno a los recortes educativos, con convocatoria de protestas incluida. Sin embargo, las cosas no han salido como esperaban los organizadores: el pasado jueves, solo unos pocos centenares de personas se dieron cita en Madrid para clamar contra esos recortes en educación. Y ayer, en el inicio del aniversario del 15-M, tan solo unas decenas de miles de personas, menos que hace un año, acudieron al llamamiento a tomar las plazas.
En Madrid, el número de manifestantes que secundó la consigna de movilizarse no superó los 25.000: suficiente para llenar la Puerta del Sol, pero menos incluso que hace doce meses, cuando dio comienzo lo que parecía que iba a ser un prometedor movimiento ciudadano.Y la inmensa mayoría de los que ayer se manifestaron en la Puerta del Sol se disolvió sin más problemas en cuanto acabó el tiempo que la Delegación del Gobierno había fijado para la concentración. Un reducido contingente de unos pocos cientos de personas decidió permanecer en asamblea más allá del horario autorizado, pero ni siquiera consiguieron ponerse de acuerdo sobre si desafiar la prohibición de acampar.
A las cinco menos cuarto de la mañana, cuando las furgonetas de los antidisturbios han hecho acto de presencia en la Puerta del Sol para desalojar la plaza, había casi menos manifestantes que policías, con lo cual no le ha costado mucho a la fuerza pública desalojar a los escasos aspirantes a revolucionario que estaban preguntándose si plantar su tienda de campaña.En resumen: un nuevo fiasco más de quienes aspiraban a liderar en la calle el descontento popular y que solo consiguen convocar protestas que en lugar de ir más, cada vez van a menos. Más que en vanguardia revolucionaria, han derivado en grupúsculo chocante y folclórico.
El malestar social en nuestro país es evidente, a pesar de lo cual los del 15-M son solo cuatro gatos mal contados, camino de convertirse en solo tres. Lo cual tiene delito: que en un país que marcha hacia los seis millones de parados, solo logren reunir a unos pocos miles de personas en las manifestaciones de protesta, indica que existe una desconexión absoluta entre lo que ellos plantean y las opiniones de los más afectados por la crisis.O sea, que esos que les dicen a los políticos lo de "no nos representan" resulta que no tienen ni idea de cómo movilizar el hartazgo de la sociedad. Así que ellos sí que "no representan" a nadie.
¿Se han preguntado los organizadores del 15-M qué es lo que está fallando, por qué no consiguen movilizar a la muchísima gente que está sufriendo el impacto de una crisis económica brutal? ¿Por qué los parados no acuden en masa al llamamiento del 15-M? ¿Dónde están todos esos jubilados que no llegan a fin de mes? ¿Por qué se quedan en su casa los afectados por los recortes, o los estafados por las preferentes, o los amenazados de desahucio, o las personas que han visto cómo su sueldo se reducía a lo largo de los últimos meses?
Alguien en el 15-M debería darse de cuenta de que quizá lo que pasa es que la gente no es tonta. Y no le gusta que la utilicen. Quienes dirigen el 15-M desde sus decimonónicas asambleas de barrio y sus gastadas consignas de revolucionario cañí deberían entender que lo que un parado espera es que alguien se preocupe de su problema, no que trate de utilizarlo para defender todo tipo de causas que al parado le importan una higa. Y que lo que un jubilado espera es que alguien escuche sus cuitas, no que se aproveche de él para propugnar, por ejemplo, la escuela laica.
Lo que el 15-M debería entender, en definitiva, es que su visión sectaria de los problemas les ha hecho perder contacto con la realidad: si se dedican a mezclar la protesta por la situación económica y política con ataques a la Iglesia católica, con campañas en pro del lenguaje no sexista, con exaltaciones del laicismo, con descalificaciones de la enseñanza privada o con delirantes argumentos contra el liberalismo económico, no solo alejan de las protestas a una inmensa mayoría de los candidatos a llenarlas, sino que demuestran también que su visión de los problemas es tan parcial e infantil, que jamás podrán proponer soluciones que funcionen.
Para hablar con un lenguaje alejado de los problemas de la gente y para tratar de manipular a las personas ya tenemos a los políticos. No nos hace falta que venga nadie más. Por eso el 15-M está muerto. Murió de sectarismo, después de confundir la revolución con su escenografía y su ombligo con el centro del mundo.Para que un movimiento de protesta en la calle tenga éxito, deberá actuar, en primer lugar, con honestidad, y dedicarse a servir de altavoz de los problemas reales de la gente.Servir a la gente, en lugar de servirse de ella. Resulta sencillo, ¿verdad? Y, sin embargo, ¡con qué facilidad lo olvidan algunos!
Pero en el pecado llevan la penitencia. Podía haber sido y no fue. Una pena.
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