viernes, mayo 21, 2010

wayuu y narcotraficantes



VIOLENCIA | Indígenas bajo amenaza
Bandas de narcotraficantes pretenden reconquistar La Alta Guajira
El general Óscar Naranjo, EL vicepresidente Francisco Santos y Cielo Redondo. | S. Hernández-Mora

* Los wayúus no quieren perder su tranquilidad ni verse obligados a huir de nuevo
* La Policía Nacional incrementará su pie de fuerza

Salud Hernández-Mora | Uribia, La Guajira (Colombia)
Actualizado jueves 20/05/2010 18:58 horas

Tienen miedo a perder la paz en sus ranchos. Desde hace unos meses, los indígenas wayúus de la Alta Guajira, al norte de Colombia, cerca de la frontera venezolana, sufren la presencia de bandas armadas venidas de lejos. Extorsionan, amenazan, roban, trafican con coca y siembran la inquietud en unas tierras desérticas, sedientas, donde la preocupación por el regreso de los violentos está desplazando a la cotidiana angustia por la falta de agua.

"Llegaron poderosas bandas para establecer corredores de movilidad y mover drogas", comenta un oficial de policía; una la comanda un antiguo comandante paramilitar, muy conocido en la región y que no se desmovilizó con sus compañeros, alias 'Pablo', por quien el Estado ofrece una recompensa equivalente a setecientos mil dólares; otra, 'El Chueco'. Y hay una tercera, más reciente, integrada por medio centenar de hombres fornidos, que podrían ser herederos de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) que hace unos años controlaron algunas zonas del departamento de La Guajira y que procedían en buena parte del Urabá. Unos dicen que un tal 'Fabián' sería su jefe.

Semanas atrás, una veintena de ellos, armados de fusiles y revólveres, y vestidos de uniforme verde oliva y botas de agua, al uso de la guerrilla, llegaron por sorpresa a un poblado y durante una hora intimidaron a sus habitantes.

"Necesitamos rescatar la dignidad, el coraje. Si nos arropamos con la cobardía, nos tocará llorar un mañana triste", señala un indio wayuú con el rostro preocupado. No puede olvidar tragedias como la matanza de Bahía Portete, donde los paramilitares, bajo las órdenes de 'Pablo', masacraron en el 2004 a doce inocentes.

"Hay que incrementar el pie de fuerza (de policía y Ejército), pero hay que involucrar a los wuyúus. Estos bandoleros quieren acabar con Uribia y su gente y no podemos permitirlo", agrega, pero no quiere que mencione su nombre. En estas regiones los pocos que se aventuran a hablar, algo que siempre implica un riesgo, lo hacen con el compromiso de que respeten su anonimato.

El Vicepresidente Francisco Santos, primer alto cargo que ven en esos territorios desde la dictadura de Rojas Pinilla, y el Director General de la Policía, general Oscar Naranjo, que viajaron el jueves hasta una diminuta aldea en helicóptero, escucharon las preocupaciones de una etnia orgullosa y guerrera, que vive a caballo entre Colombia y Venezuela y que sigue fiel a sus costumbres ancestrales.

Durante decenios combinaron el contrabando y el pastoreo. Los animales no sólo les servían de alimento sino de moneda de pago tanto para perdonar afrentas como para arreglar casamientos. Aún hoy día, aunque no quieran admitirlo, una parte sigue en el negocio ilícito si bien la mayoría sobrevive con los ingresos mínimos que obtienen con sus rebaños de cabras y reses, sus preciosas artesanías y diversos trabajos esporádicos.

"Necesitamos una base militar o policial en esta región, nos urge. Que sea pronto, ya somos vulnerables", indica un joven wayúu. "En el pasado ofrecieron una y es la hora que no han cumplido", se queja otro indígena.

Para evitar que las partidas de criminales vuelvan a coger fuerza y tranquilizar de paso a los wayúus de Uribia, municipio de 8.200 kilómetros cuadrados de extensión, el general Naranjo anunció que a partir del 15 de junio establecerán un Distrito nuevo policial en la Alta Guajira, enviarán un equipo de Encar –cuerpo de élite- y establecerá una Escuela de agentes indígenas, heredera de otra que se fundó en 1981 en la Amazonía y que un decenio más tarde desapareció. Con ello pretende integrar a las instituciones estatales con los wayúus, un pueblo que tiene su propio idioma, sus autoridades tradicionales, caciques y sus leyes.

También contarán en un par de semanas con servicio de telefonía móvil, un viejo anhelo. Los otros deseos, en especial el de agua para todos, así como una carretera transitable, aún deberán esperar un tiempo.


http://www.elmundo.es/america/2010/05/20/colombia/1274374023.html


yo ya habìa escrito del tema este año
http://ceciliobenito.blogspot.com/2010/01/colombia-norte-sur-cabo-de-la-vela-san.html

No hay comentarios: