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miércoles, agosto 18, 2010
balconing= muerte/ paralisis
8 muertos sòlo èste año
SUCESOS | Cuatro de los 30 accidentados han muerto
'Balconing', el juego más peligroso de los turistas de las Baleares
* En menos de 12 horas tres chicos de 18 y 20 años han caído desde los balcones
* Un joven se encuentra en estado crítico y otro está herido grave
* Tratan de saltar de balcón a balcón o lanzarse a la piscina desde la terraza
* Los hoteleros aseguran que las instalaciones cumplen todas las normas de seguridad
C. Arrieta | Palma
Actualizado lunes 09/08/2010 13:51 horas
Son jóvenes que rondan los veinte años, extranjeros en su mayoría y con una importante concentración de alcohol en sangre. El fenómeno de 'los precipitados' se repite año tras año en Baleares con consecuencias fatales. En lo que llevamos de verano en las Islas son ya al menos 30 los jóvenes que se han 'caído' desde balcones de alojamientos turísticos, cuatro de ellos han perdido la vida y los médicos luchan ahora en Son Dureta para que un joven inglés que se cayó el domingo en Ibiza no aumente esta trágica estadística.
Apartamentos turísticos y hoteles, sobre todo de las zonas de Magaluf, Palmanova, El Arenal, Alcudia y Plaja d'en bossa en Ibiza son los más afectados por el nuevo deporte temerario que turistas alemanes e ingleses, sobre todo (aunque tampoco se libran los españoles, sobre todo jóvenes de viajes de estudios) han venido a llamar el 'balconing'.
Básicamente se trata de pasar de un apartamento a otro o de saltar de habitación en habitación a través de los balcones. También los hay que tratan de utilizar la terraza como trampolín a la piscina del hotel sin calcular el peligro que la euforia y la falta de reflejos provocadas por el alcohol y las drogas consumidos durante una noche de fiesta implican.
El resultado suele ser un joven precipitado en la calle o en el patio del hotel con politraumatismos que pueden ir desde una pierna o un brazo roto hasta, literalmente, abrirse la cabeza, como ha sido el último caso que se produjo el domingo por la tarde en Ibiza. Un chico de 20 años se precipitó desde un tercer piso en los apartamentos Bossamar en Plaja d'en bossa. Fue trasladado en UVI móvil en estado crítico hasta Can Misses y desde allí a Son Dureta en helicóptero donde se encuentra ingresado en cuidados intensivos con un traumatismo craneoencefálico grave.
Sin embargo, este fue el primero de tres incidentes en menos de doce horas. En Magaluf otros dos jóvenes de 18 años cayeron o saltaron de madrugada desde sendos balcones. Uno a las 02.50 horas en el Hotel Barracuda de Magaluf, en Mallorca desde un primer piso. Sufre politraumatismos y fue trasladado en UVI móvil al hospital de Son Dureta en estado grave, según informan fuentes del 061.
Un par de horas más tarde, alrededor de las 05.15 horas un tercer chico de 18 años se precipitó desde el balcón de un segundo piso de los apartamentos Sotavento de Magaluf. La suerte quiso que el joven cayese en la terraza del primer piso y sus heridas son menos graves aunque también ha tenido que pasar la noche hospitalizado.
Desde el SEIB 112 indican que, si bien no pueden cuántos de estos incidentes tienen que ver con la ingesta de alcohol o estupefacientes, pero se sabe que a menudo suele haber una coincidencia en los casos relacionados con turistas durante los meses de verano. "Saltar a la piscina desde la habitación o cruzar de balcón en balcón suelen ser algunas de las causas. No hay que olvidar que otros muchos se deben a accidentes, alguna autolisis e incluso hemos tenido recientemente un caso derivado de una persona sonámbula" indican fuentes del servicio de Emergencias.
'La política del 'todo vale' ya no funciona'
Por su parte, desde las asociaciones hoteleras de las zonas afectadas aseguran que el problema, al menos a nivel legal está solucionado "los tour-operadores son muy estrictos en este punto y todos los hoteles han adaptado las medidas de seguridad, tales como las barandillas de los balcones, a la legislación vigente".
Apuntan además que desde hace algunos años "se está llevando a cabo una política anti-gamberrismo en colaboración con la oficina central de información turística de Londres y no se permiten ciertos comportamientos. De hecho, les echamos a la calle y lo ingleses nos aplauden por ello". Y es que para los establecimientos hoteleros de zonas como Magaluf no les interesa este tipo de publicidad "estamos tratando de limpiar nuestro nombre y lo vamos consiguiendo, la política del 'todo vale' ya no funciona" asegura el portavoz de la Asociación de Hoteleros de Magaluf y Palmanova, Joan Espinosa.
Por su parte, la consellera de Turismo y Trabajo, Joana Barceló, ha especificado que cada uno de los casos debe tener un tratamiento "específico y concreto", de manera que no debe "generalizarse" respecto a una posible explicación de la causa de estas caídas. En cualquier caso, la consellera ha subrayado que el mensaje que le interesa transmitir al archipiélago es el de que Baleares es "una destinación segura".
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/09/baleares/1281354680.html
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SOCIEDAD
Balconing: El salto mortal
Alarma. Jóvenes turistas juegan a saltar borrachos desde las terrazas de hoteles y apartamentos. Ya han muerto ocho este año
13.08.10 - 01:53 -
FRANCISCO APAOLAZA |
Murió por un vestido. Era alemana y tenía 20 años. El pasado 2 de julio, después de un día de juerga en el Arenal de Llucmajor (Palma de Mallorca), quiso cambiarse de ropa para estar guapa de noche. En lugar de utilizar los pasillos y escaleras del hotel, decidió entrar en su habitación por el balcón. Las copas, un despiste, un traspiés... Cayó de un segundo piso y los médicos no pudieron hacer nada por ella. Fin de la noche. Ella pasó a engrosar la creciente listas de muertes absurdas que atesora el ser humano desde que al griego Esquilo le cayese una tortuga en la cabeza durante uno de sus paseos por el campo en el 456 aC. Lo del filósofo fue mala suerte, pero nadie sabe aún cómo calificar esta nueva y trágica forma de diversión de los jóvenes turistas extranjeros, principalmente ingleses y alemanes, que arrasan con las barras de los bares de Mallorca e Ibiza: les ha dado por saltar de un balcón a otro, o del balcón directamente a la piscina, cuando van hasta la gorra de copas. La última moda mortal se llama ‘balconing’ (de ‘jump from the balcony’, saltar del balcón). De no haberse llevado por delante ocho vidas en los más de cincuenta accidentes de estas características registrados este año, parecería una broma.
El juego es disparatado y necio. Una asnada. Se trata de imitar a los equilibristas en la hora bruja, cuando por las venas corre más whisky que sangre. Saltan a la habitación de las chicas, a la piscina; se cuelan por los boquetes porque se han olvidado la llave, fallan y se matan. Entre la Policía y los servicios de asistencia tienen hasta un nombre para ellos: les llaman ‘los precipitados’, el nombre técnico que define a alguien que se ha estrellado contra el suelo.
El domingo pasado fue un día negro. Recogieron a un británico que se había descalabrado desde un segundo piso en Platja d’en Bossa (Ibiza). Sucedió a las ocho de la tarde y sus amigos apenas recuerdan nada, sólo que habían pasado el día tranquilamente en la playa consumiendo éxtasis, cocaína y ‘cristal’. El joven sigue en estado crítico en el hospital de Son Dureta, en Mallorca, a donde fue trasladado. Esa madrugada se cayeron dos más en Magaluf (Mallorca), con traumatismos de diversa consideración. Ya han sido dados de alta.
Cuando la peripecia acaba bien, los jóvenes suelen colgar el vídeo en internet. Youtube está sembrado de grabaciones en las que estos osados se arrojan a las piscinas de los hoteles hasta de un tercer piso. Hay sustos, risas y carreras ante el personal de seguridad.
«Estoy jugando con mis amigos»
Hace ya unos meses, la prensa británica llevó a sus páginas una dramática historia que alarmaba del problema. Andrew Henderson, inglés, 21 años, llegó a España a pasar unos días con sus amigos Lee Major y Alan Ashworth. «Estuvimos todo el día bebiendo. Estábamos todos borrachos», declararon después. Cuando Lee y Alan se quedaron dormidos, Andrew decidió darse una vuelta en solitario. A las cinco y media de la mañana, escucharon un golpe: Andrew se había caído desde el quinto piso cuando intentaba llegar a la habitación del apartamento por la terraza. Abajo, los servicios médicos hallaron su cadáver. En el balcón, los zapatos del muerto.
Cualquiera con dos dedos de frente sabe que no hay que jugar ante el vacío de un quinto piso. Entonces, ¿por qué lo hizo? Otros clientes declararon que le habían visto hacerlo en varias ocasiones y que ellos mismos le habían afeado la conducta. «Tranquilos, estoy jugando con mis amigos», dicen que respondió Andrew Henderson.
Siempre ha habido algún chalado medio ebrio que se ha jugado el tipo, pero el problema es que ahora se ha convertido en una moda, que llega desde Europa con cierto tipo de turismo. Según Inma de Benito, portavoz de los hoteleros de Baleares, existe un perfil «muy claro» de los candidatos a dejarse la vida jugando a ‘balconing’: «Tienen entre 18 y 25 años y llegan en grupo a divertirse. Salen de noche, beben mucho, si no toman otras cosas, y cuando llegan, se dedican a saltar por las terrazas con diversos motivos», lamenta. «Les debe parecer posible por la euforia que traen, o divertido... No se sabe muy bien».
Los empresarios que manejan las 250.000 camas de las Baleares temen que estos accidentes afecten a la imagen de las islas. Hasta el punto de que han puesto en marcha un plan para atajar estas prácticas, un empeño que resulta especialmente «complicado»: las terrazas forman parte de la zona privada del cliente. Desde que contrata el viaje en la agencia, avisan al turista de que tanto el ‘balconing’ como otras costumbres menos peligrosas –fiestas, botellones, música alta, escándalos, bebida en la piscina– están totalmente prohibidos. Durante la facturación repiten los avisos y los gerentes de los hoteles tienden a separar en habitaciones lejanas a los miembros de un mismo grupo para eliminar tentaciones. Ahora, incluso se plantean instalar mamparas.
‘Sun, sand and sex’
Los candidatos a estrellarse contra el pavimento llegan en manadas, algo comprensible si se rebusca en las webs de viajes. Un paquete turístico con salida desde Londres, vuelo a Mallorca y estancia en un aparthotel puede llegar a costarle a un inglés unas 150 libras (182 euros) mas el transporte y la comida, el precio que pagarían por dos entradas para el musical ‘Wicked’ en el London Coliseum. Así, los touroperadores llenan los huecos que dejan viajeros con más nivel adquisitivo.
¿Son una plaga? «Vienen a divertirse, pero se portan bastante bien. No alborotan demasiado al margen de que todas las temporadas haya varios ‘precipitados’ y alguna pelea de vez en cuando».Habla Bartolomé Bonafé (PP), teniente de Alcalde de Seguridad y Policía local de Calvià, el municipio que agrupa varias de las mecas del turismo británico y alemán como Magaluf Palmanova o Santa Ponça.
De Benito da una imagen más o menos idílica de una isla en la que «conviven muchos tipos de turismo, como el familiar», aunque las noticias de ‘precipitados’ no sean un buen reclamo. Desde hace años, su destino se ha empeñado en que vengan más amantes de la naturaleza, de la cultura y de la gastronomía que los devotos de las tres eses ‘sun, sand and sex’ (sol, arena y sexo, no necesariamente en ese orden). Son menos audaces y mucho más rentables.
http://www.ideal.es/granada/v/20100813/sociedad/balconing-salto-mortal-20100813.html
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1 comentario:
No sé para que dejan practicar esas actividades si son tan peligrosas! Deberían estar prohibidas, y los hoteles cercar los balcones o no ponerlos cerca de las piscinas.
Los hoteles Londres baratos cumplen con todas las normas de seguridad y nunca vi que hicieran algo así.
Saludos
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