El campeón de Liga hace su recorrido triunfal por La Castellana, desde el Santiago Bernabéu a la Plaza de la Cibeles, donde el madridismo ha esperado para mostrarles la felicidad por el título.
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el liderazgo del portugués guió al madrid hasta el título.La Liga de Cristiano
Por segunda temporada consecutiva supera el mítico registro goleador de Zarra y Hugo, aunque Messi le aventaja en dos goles en la carrera por el Pichichi. Su espíritu competitivo resultó decisivo en las victorias ante Atlético y Barcelona en la recta final del Campeonato. Además, demuestra un juego cada vez más maduro y al servicio del colectivo, como reflejan sus doce asistencias, la última en San Mamés para Özil
Santiago Siguero 03/05/12 - 13:27.
La 32ª Liga del Real Madrid pasará a la historia como la Liga de Cristiano Ronaldo. El delantero portugués, llegado al Real Madrid en 2009 a cambio de 96 millones de euros (el traspaso más caro de la historia del fútbol mundial) ha sido pieza clave en la obtención de un campeonato que el Barcelona dominó con puño de hierro en los tres últimos años.
Ronaldo ha sido el líder del campeón. No sólo en el aspecto realizador, en el que presenta unas cifras que superan los promedios de los mejores delanteros de la historia del club, con más de un gol por partido. El internacional portugués ha tirado del equipo también con su espíritu competitivo en los momentos más delicados de la temporada, como las visitas al Calderón o la casi definitiva victoria blanca en la visita al Camp Nou. La Liga 11-12 ha permitido, además, ver la versión más completa de Ronaldo, el futbolista que completa su escandalosa cifra de goles con un buen puñado de asistencias -doce, la última en San Mamés para el 0-2 de Mesut Özil-, que tira desmarques y crea espacios para sus compañeros. Que ya no opta siempre por la solución individual.
Tras la conquista del gran objetivo colectivo, sus objetivos apuntan ahora al Pichichi, la Bota de Oro y, sobre todo, el Balón de Oro.Y, por supuesto, los goles. Por segunda temporada consecutiva, supera el mítico registro goleador de Zarra y Hugo Sánchez: 41 goles en el Campeonato anterior, 44 -con dos partidos aún por delante- en el presente, protagonizando un espectacular duelo goleador con la estrella del Barcelona, Leo Messi (46). Un combate que, esta vez, ha concedido el premio gordo, el título de campeón de Liga, al Real Madrid.
Conseguido el objetivo colectivo, Cristiano puede centrarse ahora en el individual. La lucha por el Pichichi con Messi promete ser apasionante, no ya por el prestigio del premio en sí, sino porque puede ser la llave a los dos grandes sueños dorados del luso: la Bota de Oro -que ya ganó en 2008 y 2011- y el Balón de Oro, coto privado del astro argentino del Barça en los tres últimos años. Un objetivo para el que, además de la Liga, Ronaldo guarda una bala más que su rival: la Eurocopa de este verano en Ucrania y Polonia. Argentina no tiene este año competición internacional, aunque la cifra de goles de Messi es simplemente devastadora.
A Cristiano le quedan dos partidos para enjugar la diferencia con el 10 azulgrana: la visita a Granada y el cierre de campaña ante el Mallorca. Si marca ante los bermellones, lograría además anotar ante todos los equipos de la Liga. Otro reto para el insaciable portugués. El futbolista que da nombre a la 32ª Liga blanca.
http://www.marca.com/2012/05/03/futbol/equipos/real_madrid/1335996773.html
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UN CAMPEÓN FABRICADO TRAS SUPERAR LAS GRANDES CRISIS DEL TÉCNICO CON EL CLUB Y JUGADORES.
"Hay que dejarle tranquilo, ya se calmará, es el mejor", la fórmula de Florentino con Mourinho>p> José Mourinho, el hombre por el que Florentino Pérez y José Ángel Sánchez apostaron para terminar con la tiranía del Barcelona, no deja indiferente a nadie y ese es el motivo por el cual todo los focos apuntan hacia el portugués en el momento de la conquista de su cuarta Liga en un cuarto país diferente. Portugal (Oporto), Inglaterra (Chelsea), Italia (Inter) y España (Real Madrid) han servido al portugués para batir récords, para presumir de lo hecho, pero es su especial carácter lo que le ha llevado a estar siempre en el punto de mira, acaparando protagonismo y restando presencia a unos jugadores que son tan campeones como él. Siete títulos de Liga en diez temporadas hablan y muy bien del trabajo de un técnico que en la batalla diaria está demostrando ser el mejor, el que logra que sus jugadores no bajen la guardia ni ante el último clasificado. El que lo dude, que mire y comprobará que su porcentaje de victorias roza el 80%.
Pero antes de este momento de felicidad, de justa recompensa para el equipo mejor y más regular del campeonato, ha habido instantes tensos, críticos, esos que llevaron al técnico a pensar en el abandono, en tirar la toalla. Mourinho y su entorno se encargaban de hacerlos públicos a su manera. Han sido los momentos en los que la Liga se ha ganado en los despachos, con movimientos de las altas esferas. En esas dos grandes crisis, coincidiendo tras las derrotas ante el Barcelona en Liga y Copa, José Ángel Sánchez ha sido el que ha calmado al técnico, el que ha escuchado, el que ha reconducido la situación. Florentino Pérez esperaba en la retaguardia las noticias que le llegaban de ese gabinete de crisis. "Hay que dejarle tranquilo, ya se calmará. No hay que dar motivos para se enfade", se escuchaba por el Bernabéu. Cuando llegaba la calma era el momento en el que aparecía el presidente para hablar con Mourinho y conceder o negarle cosas, más bien lo primero. Y así en dos ocasiones. Una en diciembre y la segunda en los últimos días de enero. Sobre la mesa, la renuncia del técnico. Abortada.
El tropiezo y la consiguiente eliminación ante el Bayern ha restado adeptos al técnico entre los seguidores madridistas, esos que censuraron al fondo sur cuando corearon su nombre el pasado domingo. Pese a ello, la afición quiere al portugués. Muchos le identifican como uno más, como aquel que se atreve a decir lo mismo que ellos dicen en la tertulia del bar, parque u oficina. Por ahí ha conectado con el seguidor blanco de a pie. No sucede lo mismo con el abonado clásico del Real Madrid, ese al que le gusta asistir en silencio a los partidos y que se limita a aplaudir cuando el equipo lo hace bien y se marcha tan tranquilo. Ese sector de la grada no se lo ha ganado todavía. El manoseado señorío no rima con sus maneras. Nunca olvidará escenas como las del dedo en el ojo del que será su gran rival a partir del 1 de julio. Jamás. Eso sí valorarán lo hecho ante el Barcelona, el acabar con su dominio y por ser capaz de terminar con la era Guardiola, la mejor noticia para el madridismo por encima de cualquier otra recibida en los últimos años.
Templar el vestuario, clave
Su relación con el vestuario ha tenido altibajos. Ha podido sobreponerse a momentos críticos, coincidiendo con derrotas importantes, algo que nunca logra superar el técnico por cierto. La crisis de Valencia y Santander de principio de temporada, la separación con el producto nacional tras la eliminación de Copa y solucionada a voces ante Casillas y Sergio Ramos o la última alarma encendida tras el empate y posterior silencio ante el Villarreal, son ejemplos de que este Real Madrid, con Mourinho a la cabeza ha sabido superar momentos muy tensos en lo que es la convivencia diaria.
El talante del técnico ha sido más conciliador que el de la primera temporada. Ha sabido repartir más caramelos entre los jugadores aunque al final ha quedado demostrado el rol de cada uno y tras el que Higuaín y Kaká, por hablar de los importantes, han quedado señalados de por vida para el madridismo. El portugués ha sabido sacar lo máximo de muchos de los jugadores que forman la actual plantilla. Cristiano Ronaldo, Benzema e Higuaín se han convertido en el tridente más goleador del fútbol europeo. No hay nada igual. Han dejado atrás al formado por Messi, Eto'o y Henry. Argentino y francés han convivido, son amigos, y han sabido competir como nadie, dando ejemplo al resto del grupo. Han servido de arrastre y, lo que es más importante, lo han hecho asumiendo que el papel estelar y el fijo era, es y será de CR7.
El papel de los 'españoles'
Los españoles, así los llama Mourinho, han funcionado. Un exhausto Xabi Alonso, Casillas, Sergio Ramos, Arbeloa y en menor medida Granero y Callejón han sabido estar y aparecer en los momentos clave. Han unido al grupo o por lo menos han sabido vertebrar el interés del equipo hacia lo que buscaban desde el principio: derrotar al Barcelona por la vía del juego y aparcando rencillas y guerras callejeras de la pasada temporada. Su mérito, hacerle ver al técnico que esa no era la manera de ganar, que lo suyo era el fútbol, disfrutar y no pelear con el deporte que les ha convertido en admirados y ricos por igual. Y lo mejor es que la vía ha funcionado hasta llevar al Real Madrid a ganar su Liga número 32, la tercera de Florentino Pérez, la primera de su segunda etapa, la cuarta Liga en campeonato diferente para el entrenador, el eje del actual Real Madrid.
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La Liga de Mou
3 de Mayo de 2012 - 11:48:44 - Juan Manuel Rodríguez
De la importancia que esta Liga número 32, la de Mou, tiene para el Real Madrid hablan, mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo o cualquier otro, los números alcanzados hasta la fecha por el subcampeón: 27 partidos ganados, 6 empatados y tan sólo 3 perdidos, 108 goles a favor (batiendo la marca conseguida en su día por el equipo dirigido por John Toshack) y 27 goles en contra. Con esos números, que al Barcelona sólo le valen para quedar segundo en España, el equipo de Guardiola habría conquistado el campeonato en Italia, Inglaterra, Alemania o Francia; y si al tremendo esfuerzo deportivo que su máximo rival le ha exigido al Real Madrid añadimos el hostigamiento, el acoso, el acorralamiento mediático al que han estado sometidos (y van a seguir estándolo) desde el primer entrenador hasta el último de los canteranos pasando, por supuesto, por el presidente, los aficionados o el propio Aitor Karanka, el mérito se multiplica por tres: una Liga conquistada en absoluta soledad, remando en medio de un ciclón que proclamaba desde septiembre a un campeón vestido de azulgrana y arrancada in extremis de las manos del mejor Fútbol Club Barcelona de la historia según cuentan los especialistas.
Otro valor añadido que, a mi modesto entender, tiene la victoria madridista en la Liga ha sido el hecho de que, casi en el último minuto de la película, Pep Guardiola, que llevaba cuatro años contenido (la contención que dan los triunfos) no haya resistido más y se haya quitado la careta en plena rueda de prensa. Su mensaje de anoche, inmediatamente después de un partido en el que su equipo se acababa de ver beneficiado por dos penaltis inexistentes, dos penas máximas clamorosas, es, como no podía ser de otro modo, muy "guardioliano": no hablo de los árbitros... pero hablo; no me refiero al Real Madrid... pero me refiero; felicito al campeón... pero en realidad no le felicito y pongo en tela de juicio la limpieza del triunfo cosechado. A mí nunca me ha engañado Guardiola y sabía perfectamente que en cuanto dejaran de pintar oros para él saldría inmediatamente a flote su auténtica faz, que por cierto tiene poco que ver con la del poeta del amor. Con lo dicho ayer, que ahora tratará de explicar de mil formas distintas, Guardiola va abonándole el terreno a Vilanova. Porque ya ha empezado la próxima Liga.
Quiero decir que yo no justifico el corte de mangas de Cristiano... aunque tampoco entiendo qué hacía en el campo el expulsado Javi Martínez, ya vestido de calle, buscándole al final del partido. Y quiero insistir, le pese a quien le pese, que a mí me pareció un detallazo de Mourinho el que cediera a Karanka, que tan mal lo ha pasado, el protagonismo total del momento más brillante de la temporada. Iba a decirles a los madridistas que disfrutaran de esta tregua de 24 horas, pero no puedo hacerlo porque esta mañana he vuelto a escuchar acerca del club blanco los mismos lugares comunes de siempre, idénticas palabras huecas, frases hechas, tópicos, topicazos y topiquitos buscados a toda prisa en un diccionario de refranes. Mourinho no habló ayer porque al parecer sigue molesto con aquel que le llamó nazi, con ese otro que le comparó con Bin Laden, con uno que dijo que había llegado a un acuerdo con el Inter, con todos los que afirmaron que se iba al City o que regresaba al Chelsea, con otro, émulo de los hermanos Grimm, que lleva todo el año amontonando basura a las puertas del vestuario blanco. ¿Debe reflexionar Mou?... Por supuesto. ¿Debemos reflexionar los periodistas?... Naturalmente. Porque la empresa de Mourinho no es El País, Sport o Com Radio sino el Real Madrid Club de Fútbol.
PD: Esta es la Liga de Mou. Lo es porque estoy convencido de que, con la misma plantilla pero otro entrenador, el campeonato se lo habría llevado el Barcelona. Es más, también estoy seguro de que si Mourinho hubiera dirigido al Barcelona y Guardiola al Real Madrid, la Liga habría sido culé. Mourinho es sin lugar a dudas el factor desequilibrante de la Liga más exigente de la historia; y no me refiero, por supuesto, únicamente a la historia futbolística de España. Enhorabuena.
http://blogs.libertaddigital.com/penultimo-raulista-vivo/la-liga-de-mou-11222/
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