jueves, abril 28, 2011

no hay color


Color Demo from Color Labs, Inc. on Vimeo.





Color, la red social incomprendida

Por Carlos Rebato | 28 de Abril de 2011, 00:33

Interesantísimo artículo el que leo en ReadWriteWeb donde se preguntan sobre la posibilidad de que Color, esa red social de la que ya hablamos cuando se lanzó hace ahora justo un mes, pueda ser ‘el nuevo Twitter’. Utilizar una expresión así poniendo a Twitter como ejemplo comparativo me parece un poco feo, más que nada porque lo más correcto sería decir que Color puede ser la próxima gran red social revolucionaria.

Su lanzamiento vino envuelto en muchísimo hype principalmente por esa ronda de financiación de 41 millones de dólares (que se dice pronto y que da que pensar sobre esa nueva supuesta burbuja internetil), que consiguió incluso antes de llegar al gran público. Su creador, Bill Nguyen, también está detrás de otros éxitos como Lala, el servicio de streaming musical que compró Apple. Pero ¿para qué sirve Color? Color es una red social de fotografía que permite asociar a un lugar todas las fotos tomadas en las inmediaciones del mismo y que a su vez automáticamente pasan a estar disponibles para todos los usuarios de la red que se encuentren cerca. Supuestamente está encaminada a eventos sociales, donde los usuarios suben fotografías de la boda/concierto/conferencia o lo que sea y pueden ver las fotos de los demás usuarios y bajarlas a sus terminales cómodamente. Se toma una foto con la aplicación, se sube en segundo plano y automáticamente pasa a estar disponible para cualquier persona que esté cerca, ya sea en ese mismo momento o en uno muy posterior, da igual, la fotografía queda enlazada, asociada, a ese lugar.

Dicho así, y explicado así, soy yo el primero en reconocer que parece una auténtica tontería. Aquí es donde entra lo gracioso, porque hay que recordar que probablemente el pensamiento de muchos (y me incluyo) cuando nos explicaron que Twitter iba sobre contar lo que estaba pasando en 140 caracteres fue muy similar: que menuda inutilidad era todo aquello. Bien, en mi humilde opinión el futuro que le espera a Color es también brillante, es de esas cosas que no entiendes hasta las utilizas, hasta que ves que tiene muchísimos más usos de los que habías pensado (de nuevo, igual que Twitter) y que probablemente quienes hayan apostado por poner tal barbaridad de dinero probablemente se hayan pensado dos veces donde ponen sus dólares.

Color es, de momento, una red social incomprendida. Incomprendida en parte por querer limitarla a esa función de ‘compartir fotografías de manera fluida en eventos públicos y/o sociales’, por tener una interfaz bastante rebuscada y nada intuitiva, por ser tan novedosa, tan innovadora y tan revolucionaria en muchos aspectos que como todo lo novedoso, innovador y revolucionario cuesta comprender de un simple vistazo. Color es una red social que hace uso del que probablemente sea el próximo gran término en materia de redes sociales, después de ‘amistad’, ‘tiempo real’ y ‘geolocalización’: proximidad. No hay más que mirar otros ejemplos como Yobongo, un chat mezcla de mensajería instantánea y chatroulette que automáticamente nos abre un chat con alguien cuyo único requisito es que esté cerca de nosotros, a tan solo unas manzanas de distancia en nuestra ciudad ¿Una tontería? Puede ¿Extremadamente curioso? Seguro.

Pero dejando a un lado la proximidad, su influencia en el futuro de las redes sociales y como entiende Color el concepto volvamos a hablar de los posibles usos que se le pueden dar a esta red social. Color como mencionaba antes no puede limitarse a una aplicación que sólo sirve para compartir fotos en eventos, a mí me gusta mucho el concepto de ‘Color a place’, colorear un lugar, rellenar, taggear, asociar un lugar con fotografías. Uno de los puntos fuertes de la aplicación es que cuando tomamos una foto esta no tiene fecha de caducidad, se queda ahí flotando en la nube, en la delgada línea que separa el cloud computing de la realidad aumentada. Así, si yo voy por ejemplo a la Torre Eiffel y tomo una preciosa foto desde arriba del atardecer parisino, esa foto no se va conmigo en la memoria de mi smartphone, se queda ahí, asociada a ese sitio, haciendo de ‘tag’, de elemento de realidad aumentada, y cuando otro usuario vaya allí, días, meses o incluso años después allí permanecerá y podrá verla, descargarla y compartirla con sus contactos.

Una vez tomamos una foto en un grupo con otras personas podremos ver sus perfiles de ese momento en adelante, así que volviendo de nuevo al ejemplo de la Torre Eiffel podré ver las fotos del señor japonés que también hizo una foto en Color conmigo y que sigue usando la app a miles de kilómetros de distancia, con sus amigos o con otros usuarios. Es decir que cuanto más usamos Color más podemos decir que dejamos la teoría de los seis grados de separación en ridículo.

Color es una red extraña, nueva, emocionante y que redefine muchos conceptos ya existentes y que obvia otros que creíamos completamente establecidos (no creo, por ejemplo, que se pueda hablar del concepto de ‘amistad’ dentro de ella). Imaginemos un Instagram reinventado, donde lo que importa no es el modelo Twitter de followers/followings sino la geolocalización, el lugar donde se tomaron las fotos, el momento, los usuarios y los lazos que establecemos con esos usuarios por haber compartido algo tan banal pero a la vez tan profundo como es haber estado, no importa cuándo, exactamente en el mismo sitio.

http://alt1040.com/2011/04/color-la-red-social-incomprendida

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