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jueves, mayo 09, 2013
TV3 quiere la independencia
CATALUÑA
TV3 emite un reportaje propagandístico con formato de documental para promocionar la independencia
La polémica Dolors Genovès concluye su trilogía de reportajes para la televisión autonómica con una nueva entrega en la que los 31 entrevistados explican las supuestas ventajas de una hipotética secesión de Cataluña. El propio narrador de la cinta se convierte en un opinador más en defensa de las tesis tradicionales del nacionalismo catalán.
Maite Molina Miércoles, 8 de mayo de 2013 | 08:57
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TV3 ha decidido volcarse desacomplejadamente en defensa del proyecto secesionista planteado por el presidente de la Generalidad, Artur Mas. La televisión autonómica de Cataluña ha emitido este martes en horario de máxima audiencia un documental en el que, con la excusa de “reflexionar sobre el derecho a la autodeterminación”, 31 personas del ámbito nacionalista explican las supuestas ventajas de una hipotética independencia de Cataluña.
Ni uno solo de los entrevistados que aparecen en los 76 minutos que dura el reportaje se posiciona en contra de la secesión o advierte sobre algún efecto negativo que esta pudiera ocasionar en los ciudadanos de Cataluña.
El documental, titulado Hola, Europa!, forma parte de una trilogía dirigida por la polémica Dolors Genovès, autora del Adéu, Espanya? -un reportaje en favor de la independencia emitido en junio de 2010- y del Això no funciona, o potser sí? -un alegato en defensa del pacto fiscal planteado por Artur Mas, difundido en febrero de 2012-.
El narrador, un opinador más
Destaca la voz en off que acompaña todo el reportaje. “Desde hace 150 años, el catalanismo político lo ha intentado todo, y la pregunta que se tendrá que formular es si ha fracaso el catalanismo o ha fracasado España”, empieza señalando el narrador, que asegura que la manifestación independentista de la pasada Diada reunió a “más de un millón y medio de personas”.
“Año tras año, decretos y leyes, desde 1714, han intentado menospreciar el uso del catalán; ahora, como antes, el objetivo es hacer recular la lengua en el País Valenciano, las Baleares, Aragón y Cataluña”, indica en otra ocasión, y continúa explicando que “hoy por hoy, los diferentes poderes en España han hablado claro: reivindican la Cataluña con un pasado folclórico, con una cultura y una lengua de feria, y un presente sin autonomía fiscal y financiera”. “Los ciudadanos de Cataluña tienen un gran reto: decidir qué futuro quieren para sus familias y su país”, añade.
El narrador trata de rebatir cualquier consecuencia negativa de una hipotética secesión:
“También las empresas tuvieron que adaptarse al ingreso de España en la Unión Europea”; “muy frecuentemente se habla del posible boicot que los consumidores y las empresas españolas [en referencia al resto de España] podrían hacer a los productos catalanes, de hecho, los antecedentes han forzado a las empresas a buscar nuevos mercados”; [las empresas del complejo petroquímico de Tarragona] no piensan deslocalizarse, sea cual sea el futuro del país [por Cataluña], lo que sí que preocupa y necesita es un ferrocarril que comunique el puerto y la factoría con Europa”; “hay quien duda de si los impuestos que pagan los ciudadanos en Cataluña serían suficientes para poder sufragar las nuevas estructuras que ahora son competencia del Estado español, pero los estudios demuestran lo contrario”; “hay quien afirma que los catalanes se quedarían a oscuras al día siguiente de proclamarse la independencia”.
“Miedo”, “división” y “fabricación de dossieres”
La voz en off indica cuál es el camino a seguir para conseguir la ruptura (“el siguiente paso es convocar un referendo”) y subraya que “para poder trasladar el proceso [secesionista] al ámbito internacional, el papel de los medios de comunicación es básico“. “Las leyes internacionales ni prohíben ni amparan el derecho a la autodeterminación”, señala en otra ocasión.
El narrador trata de restar importancia a quedarse fuera de la Unión Europea. “Cataluña puede perfectamente hacer acuerdos bilaterales de libre comercio con Europa sin pertenecer a la unión política”, explica, y advierte de que “la UE deberá tener en cuenta que, si Cataluña no ingresa automáticamente como Estado miembro, tampoco será contribuyente neto a las arcas europeas”.
El tono se eleva a medida que avanza el documental: “Si España tiene un proyecto de futuro también para Cataluña, no lo ha dado a conocer”; “a pesar del discurso del miedo, las amenazas de división, la fabricación de dossieres y los recursos ante el Tribunal Constitucional, los representantes catalanes tendrán que seguir abriendo la vía del diálogo”. Para acabar concluyendo que, “de una forma u otra, y a pesar de las dificultades, los ciudadanos catalanes se tendrán que pronunciar sobre el futuro del país [por Cataluña]“.
Cataluña, urbana; el resto de España, rural
Las opiniones de los 31 entrevistados -algunos de ellos, miembros del llamado Consejo Asesor para la Transición Nacional- siguen una línea similar, repitiendo los tópicos planteados por los partidos nacionalistas sin fisuras. El ex consejero de Economía y Finanzas durante el tripartito, Antoni Castells (PSC), carga contra un supuesto “Estado español unitario, de matriz castellana, centralista e impregnado de nacionalismo español por todas partes”. “Yo le pido a España que haga lo que conviene a España aunque también sea bueno para Cataluña; si la alternativa a la independencia es el Estado franquista, seguir como hasta ahora, o ese federalismo de boquilla que no se creen lo que lo proclaman, yo voto a favor de la independencia”, insiste.
El biólogo y sociólogo Ramon Folch asegura que Cataluña es “incompatible” con el resto de España porque allí “los obispos son una autoridad civil” mientras que “en Cataluña son una autoridad religiosa, como mucho”. “Cataluña responde al modelo del territorio-ciudad, esto contrasta manifiestamente con la estructura española que es un territorio fundamentalmente de carácter agropecuario, escasamente forestal y solo modestamente urbano; la reacción de estos últimos meses por parte de España es de exabruptos y amenazas, pero no hay ni un solo argumento ni intento de entenderse, es el argumento suplementario que faltaba para justificar que tenga sentido plantearse la conveniencia higiénico-sanitaria de separarse”, añade.
Según Ferran Requejo (catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra), “la cultura política española tiene un gran déficit de aceptación del pluralismo”, por lo que “la alternativa no es buscar un marco español más amable, sino que o nos disolvemos y nos convertimos en una mera región española más -diluyéndonos como personalidad diferenciada clásica- o buscamos nuestro camino para ser una nación normal en el mundo”.
Apelar al cumplimiento de la ley es una vuelta al franquismo
Para Ferrán Sáez Mateu (director del Instituto de Estudios Políticos de Blanquerna), “una vez que España se queda sin judíos, el antisemitismo se transforma en anticatalanismo”. “Ha habido una asimetría grotesca entre la lealtad que se exigía a Cataluña y la lealtad con la que España respondía, que era cero”, continúa, y concluye apuntando que “la mejor forma de enfrentarse a los argumentos que se están proponiendo en relación a la supuesta ilegalidad de las cosas que se están haciendo [en favor de la secesión] es recordar qué decían los sectores más intransigentes del régimen franquista en 1976 y 1977: decían que lo que se estaba haciendo era ilegal”.
El ex director del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, Josep Ramoneda, insta a hacer un referendo secesionista “en el marco de la legalidad internacional”. Y señala que le parecería “perfecto que [en una hipotética Cataluña independiente] hubiese premios nacionales de literatura catalana y premios nacionales de literatura, sin adjetivación, que lo pudiese ganar un señor que escribiese en inglés, en castellano o en urdú“. También advierte de que “la franja alta del poder económico hará todo lo que puedan para que el proceso [independentista] se pare y se aplace”.
Carles Viver Pi-Sunyer (ex vicepresidente del Tribunal Constitucional y director del Instituto de Estudios Autonómicos) defiende que, si no se puede hacer una consulta independentista, se convoquen “elecciones plebiscitarias”, “y si eso falla, el Parlamento [autonómico] de Cataluña tendrá que hacer una declaración unilateral de independencia y que la comunidad internacional decida si la apoya”.
La secesión como solución a una financiación “injusta”
Según Raül Romeva (eurodiputado de ICV-EUiA), el Gobierno español, tanto del PSOE y como del PP, “es percibido desde Europa como un Gobierno especialmente nacionalista“. Mientras que Lluís Cabrera (presidente de Taller de Müsics y de Altres Andalusos) asegura que “no hay ningún movimiento importante de gente procedente del resto de España que esté en contra de la inmersión lingüística” porque “no somos imbéciles”.
Heribert Padrol (abogado, ex inspector de Hacienda y ex congresista de CiU), implicado en el caso de las ITV, asegura que “sin un Estado propio en Cataluña se irá debilitando el tejido productivo de una forma bastante imparable” y destaca que “una Cataluña independiente es solvente para pagar pensiones” y tendría “una deuda pública asumible”.
Jordi Galí (profesor de Economía de la UPF) cuantifica en 3.000 millones de euros el coste de la independencia, y considera que las multinacionales no se planterían irse. Antoni Serra Ramoneda (ex presidente de Caixa Catalunya) denuncia que “el sistema de financiación de Cataluña es absolutamente injusto” y advierte que, si una Cataluña independiente “cierra fronteras” dificultaría las exportaciones del resto de España.
Jordi Gutiérrez (secretario general de TRADE-CCOO) carga contra “el déficit fiscal” porque “perjudica a los trabajadores y a las clases medias”. “Las personas que afirman que en una Cataluña independiente habría problemas para pagar las pensiones o son ignorantes o mienten“, añade. Y Xavier Cuadras (profesor de Economía de la UPF) destaca que “las infraestructuras están planificadas y ejecutadas de forma que claramente perjudican la competitividad de las empresas catalanas”.
“Que los ciudadanos no tengan miedo”
El politólogo y periodista Eduard Vallory asegura que “hay grandes multinacionales que están pidiendo a consultoras que hagan estudios de viabilidad o adaptabilidad en una Cataluña independiente” porque “todo el mundo está considerando este escenario como real” al haber llegado a “un punto de no retorno”.
“Lo que ha visto el mundo es que aquí hay un movimiento masivo, pacífico, cívico, democrático, en positivo, que no pasa en ningún otro lugar del mundo occidental, que puede tener consecuencias en el mundo”, indica Salvador García-Ruiz (miembro del Col.lectiu Emma), y subraya que “lo más importante es que los ciudadanos no tengan miedo” a la secesión.
Carles Vilarrubí (empresario en la órbita de CiU) defiende la independencia porque “los cambios pueden generar nuevas oportunidades y son bien vistos por el mundo de la inversión”. Modest Guinjoan (director de Barcelona Economía) asegura que un hipotético boicot solo supondría, en el peor de los escenarios, una reducción del 4% del PIB regional, y plantea un boicot al resto de España como respuesta. En esa línea, la empresaria Leonor Blanco, asegura que su empresa “se adaptará a todos los problemas y dificultades que vengan”.
“Si Cataluña fuese independiente, podría recaudar todos los impuestos que se generan en Cataluña y tendría un incremento muy fuerte de ingresos con el que podríamos sufragar el coste de las estructuras de estado que necesitaría, además, los catalanes estamos financiando una duplicidad de estructuras de Estado”, explica Marta Espasa (profesora de Hacienda Pública).
Y Montserrat Guibernau (catedrática de Ciencia Política en la Universidad de Londres) advierte de que “el peligro está en los intentos que se hacen y que supongo que se intensificarán de dividir a la sociedad catalana”.
“Catalanes de diferentes sensibilidades”
En una entrevista posterior, Genovès ha asegurado que “el documental es un resumen de la situación actual que vive Cataluña”. Y ha indicado que el criterio para seleccionar a los participantes en la cinta pretendía mostrar a “catalanes de diferentes sensibilidades”.
“Me gustaría que desde [el resto de] España se diesen argumentos más sólidos -a veces falsos, como se ha hecho- [en contra de la secesión]. Este documental da un énfasis especial a todos los argumentos que se han dado de los partidarios del ‘no’, pero los hemos podido rebatir de forma muy drástica y contundente porque no se han dado argumentos serios, sólidos o favorables a mantener la unión de España”, ha concluido la autora del reportaje.
No es la primera vez que TV3 se aferra a la fórmula de los publirreportajes con apariencia de documental. Además de los citados anteriormente, en los últimos tiempos destacan algunos como el titulado Si un solo alumno lo pide, difundido hace tres semanas, posicionándose en contra del bilingüismo escolar y el cumplimiento de las sentencias judiciales; La independencia, paso a paso, emitido 20 días antes de las pasadas elecciones autonómicas, en el que se defendía la celebración de un referendo secesionista; Cataluña-Espanya, emitido en la Diada de 2010, destacando las tesis independentistas; y el titulado La Crida, història d’una resposta, un homenaje a la organización radical independentista que operó en los años 80 emitido en junio de 2011.
mira el video en
http://www.vozbcn.com/2013/05/08/140279/tv3-reportaje-propagandistico-independencia/
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