miércoles, enero 19, 2011

2011 , echa a ZP







La única manera de escapar de las amenazas del 2011 es echando a Zapatero del poder



La única manera de escapar de las amenazas del 2011 es echando a Zapatero del poder
El 2011 es un año salvaje que ha llegado cargado de realidades, amenazas y malos augurios: millones de familias españolas verán mermado su poder adquisitivo por culpa de los impuestos más angustiosos e injustos de Europa, por la subida de los precios, la congelación de las rentas y la pérdida de la confianza en el gobierno, en el futuro y hasta en el sistema, que ya aparece ante los ojos del ciudadano no como una democracia sino como una tiranía de partidos políticos y de políticos profesionales, cada día más rechazados.

Los niños ya no vienen con 2.500 euros bajo el brazo y se acabó la ayuda de 426 euros a los parados, lo que provocará que cientos de miles de nuevos ciudadanos se den de bruces con la pobreza, incrementando su ya aterradora cifra, que ya es de casi 10 millones. Para millones de hogares españoles, 2011 no será un año más. Ni siquiera un mal año. Será un año catastrófico. Nunca en la historia reciente habían coincidido tal cúmulo de noticias negativas para el consumidor y el contribuyente medio. Subidas de tarifas generalizadas y por encima de la inflación (ahora en el 2,3%) de servicios esenciales como la luz o el transporte, se verán acompañadas de recortes sociales y fiscales en un marco de crisis general, con salarios y pensiones congelados o a la baja, y siempre la amenaza del paro.

Pero el año 2011 no es un drama inevitable. Es la consecuencia de un mal gobierno que ha jugado sucio, mentido y ha cometido errores imperdonables. Zapatero, que ha hecho retroceder a España más de una década, acabando con su prosperidad y alegría, es el principal obstáculo para que el país resurja y recupere la senda de la posperidad . Ese obstáculo debe ser removido para que el año deje de ser amenazador y funesto. Su simple desaparición y la llegada de un nuevo gobierno, sea el que sea, ya constituye una esperanza y un cambio en la tendencia funesta de España.

Echar a Zapatero es el primer deber, no sólo de todo demócrata y patriota, sino también de todo ciudadano honrado, de todos los desheredados y de los que se levantan cada mañana atenazados por el miedo a perder lo que todavía poseen. Nadie nos impide echar a Zapatero, que es nuestro empleado, al que hemos elegido para que nos solucione los problemas y ha resultado ser el peor administrador imaginable. La solución es sencilla: hay que echarlo, y nadie va a hacerlo si no lo hacemos nosotros. El PP no arriesgará lo más mínimo porque su estrategia, lamentable y cobarde, es esperar que el país se pudra y que los ciudadanos se venguen de Zapatero en las urnas, votando masivamente a la oposición. Triste propuesta de un partido que, aunque va a gobernar, no lo merece.

Aunque Zapatero diga que tiene derecho a segur en la Moncloa hasta que cumpla su mandato, eso es mentira. Por encima de las normas siempre está la voluntad popular y el derecho, reconocido por la ley natural, a expulsar del poder al gobernante inicuo.

La democracia es un sistema que se basa en la confianza de los administrados en su administrador y, cuando esa confianza se pierde, también desaparece la legitimidad. ¿Quien ha dicho que estamos obligados a soportar a un inepto dañino al frente de esa gran empresa nuestra llamada España? Somos los propietarios y la ley dice que podemos reunirnos en Junta Universal y echar al que esta arruinando la sociedad.

Algunos sometidos y fanáticos, aterrorizados ante la perspectiva de perder el poder y los privilegios, no sólo dicen que Zapatero ha sido elegido por cuatro años y que tiene que cumplir su mandato, ignorando que el ciudadano es el soberano del sistema y que su voluntad política es la ley suprema, sino que argumentan, también, que la alternativa, el Partido Popular, puede hacerlo todavía peor.

A esos hay que decirles que España era uno de los países más prósperos del mundo hace apenas una década y que hoy es una cloaca donde se combinan la corrupción galopante, la ruina económica, el mal gobierno y las botellonas desesperadas. A esos hay que explicarles que es teóricamente posible que el PP lo haga peor, pero que eso está por ver y que, en todo caso, es una amenaza, mientras que ZP es una realidad aplastante; que es casi imposible, dada la situación de ruina total en la que Zapatero ha dejado a España, que quien le sustituya, aunque sea un payaso de circo, pueda hacerlo peor; que el cambio, en sí mismo, abre una puerta a la esperanza y canaliza ilusiones en este pueblo postrado, doblegado y amenazado por un año 2011 que se cierne funesto sobre nuestras cabezas.

Muchos se preguntarán: ¿Cómo lo echamos? Es muy fácil: utilizando las armas que tenemos los ciudadanos, sobre todo las manifestaciones, la protesta y el boicot. Salgamos a las calles, dejemos de consumir, apaguemos los televisores y la luz, abucheemos al poder, llenemos de quejas los periódicos y páginas del poder. Si dejamos de comprar periódicos o dejamos de consumir, los mismos periodistas y empresarios lo echarán. Si salimos a las calles de manera masiva, el mismo PSOE le obligará a irse. Todo consiste en exhibir nuestro poder soberano de ciudadanos libres, en demostrar, de manera fehaciente, el descontento, en exigir de verdad el relevo del inepto nefasto.

http://www.votoenblanco.com/La-unica-manera-de-escapar-de-las-amenazas-del-2011-es-echando-a-Zapatero-del-poder_a4012.html
.--.-.-..-.-.-.-.-.
J. L. Rodríguez Zapatero:

No puedo anteponer a tu nombre alguna de las palabras: querido, admirado, amigo, respetable, etc. No me salen del corazón y los adjetivos que te mereces, mi pluma no quiere escribirlos.

Soy un ciudadano de 77 años, jubilado, duramente curtido por la lucha cotidiana del ejercicio de mi profesión de gran responsabilidad. El milagro de la vida lo he visto casi a diario con la asistencia a mis parturientas.
Soy padre de cuatro hijos maravillosos y abuelo de siete nietos que me hacen feliz todos los días.
No quiero que un inoportuno infarto me impida darte mi más sincera enhorabuena por tu brillante trayectoria presidencial.

Aunque sea difícil has conseguido romper la unidad democrática de España tras la transición. De nuevo hay dos Españas, que como entonces, no se aman. Hemos vuelto al año 1.936 ¡Enhorabuena!

Has destruido los pilares fundamentales de una pacífica convivencia: la moral, la cultura, la educación y hasta la religión ¡Enhorabuena!

Has podido conseguir tu promesa electoral del pleno empleo con cinco millones de parados ¡Enhorabuena!
Te has encamado con los más honestos sindicalistas, defensores no de los trabajadores, sino de sus cuentas corrientes ¡Enhorabuena!

Te has atrevido con tu soberbia ofender al país más potente del mundo. Los norteamericanos, con Bush u Obama, aman profundamente a su país y a su bandera. Tu ignorancia y rencor no te permitieron levantarte de la silla al paso de ella ¡Enhorabuena!

Tu profundo convencimiento de los derechos humanos te permite hermanarte con los dictadores más abyectos del siglo XXI, como Chaves, Castro, etc. ¡Enhorabuena!

Apoyándote en la gran preparación científica de tu ministra Aido vas a conseguir que las mujeres de 16 años puedan abortar libremente ¡Enhorabuena! Ante un accidente grave quirúrgico, ¿a quién llamaríamos?, ¿a la ministra?, ¿a ti?, ¿o entonces sí, a sus padres?

Has apoyado y promulgado romper la unidad lingüística de España. Pienso que a un gran conocedor de idiomas, como eres tú, le da igual ¡Enhorabuena!

Podría seguir felicitándote profusamente por tus innumerables méritos en las distintas esferas de la vida política. Sólo tus continuadas mentiras hacen que las nauseas que me producen, me impidan continuar.

Enhorabuena Rodríguez Zapatero por todo, pero si te queda algo de conciencia por favor vete ya…a tu casa.

Carlos Rubio González.
Premio Extraordinario de la licenciatura de Medicina.
Doctor en Medicina y Cirugía.
Especialista en Obstetricia y Ginecología.
Académico correspondiente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz.

.-.--.-.-.-...

Hasta el pinganillo

20 de Enero de 2011 - 10:29:45 - Luis del Pino



Hablaba, no hace muchos días, con el alcalde de un pueblo andaluz, que me describía, desolado, las colas que cada lunes y cada martes se forman en su despacho.

No se trata de personas que vienen a quejarse de los servicios municipales, ni de proveedores que buscan ofrecer sus productos al ayuntamiento. Son vecinos del pueblo que vienen a pedir una ayuda, cualquier ayuda, después de haber perdido su casa, después de haberse quedado en el paro el último miembro de la familia que aún tenía trabajo, después de haber cobrado el último mes del seguro de desempleo, después de haber agotado todas las reservas, después de meses de vivir de fiado.

Y en la mente de ese alcalde, el espanto de cada drama personal se ve superado por el espanto de saber que no puede hacer nada por esa persona que se derrumba en su despacho. "Estoy llorando más que en toda mi vida", me dice. Porque las arcas municipales están vacías y no tiene con qué poder ayudarles a recuperar su casa, su trabajo, su vida.

"Y nuestro ayuntamiento es de los privilegiados", me cuenta. "Hemos podido habilitar ayudas para una parte mínima de los vecinos, para los que están en peor situación. En otros pueblos de los alrededores, las arcas municipales están más vacías que las de las personas que vienen a solicitar ayuda".

Otro alcalde - éste de un municipio valenciano - me habla de las familias que en su ayuntamiento viven ya dentro del coche, tras haber sido desahuciados de su casa por impago de la hipoteca. Al principio de la crisis, dos años hace de esto, el ayuntamiento trataba de paliar como podía la catástrofe asistencial. Ahora, tampoco pueden ya atender a todos aquellos que acuden al consistorio como último recurso.

En algunos lugares, las organizaciones asistenciales, muchas de ellas dependientes de la Iglesia, están en situación crítica. En sólo un año, el número de demandantes de ayuda se ha multiplicado por dos o por tres, dependiendo de la zona. Y la previsión es que aumente todavía más, con la retirada del subsidio de 420 euros. En algún obispado andaluz, son 12.000 familias - decenas de miles de personas - las que acuden a los comedores sociales. Hace seis meses, eran 9 millones los españoles que vivían bajo el umbral de la pobreza y el número no para de crecer.

Y al aumento brutal de demandantes se le une ahora el drástico recorte en las ayudas que las administraciones públicas proporcionan a este tipo de organizaciones. Las instrumentadas a través del Fega, por ejemplo, se han reducido a la cuarta parte. Ya no queda dinero. "La situación es desesperada. Necesitamos comida urgentemente. Productos no perecederos. De lo contrario, vamos a tener que cerrar el Banco de Alimentos", comentaba un responsable de Cáritas local hace pocas semanas.

Y con este panorama, mientras un número creciente de españoles se ve desahuciado de su vivienda, mientras centenares de miles de personas tienen que comer de la caridad, el Senado ha decidido gastarse 12.000 euros por día para que una serie de senadores que comparten un idioma común se dediquen a tocarse el pinganillo y utilicen un sistema de traducción simultánea.

Señores de la casta, que tan bien viven a costa nuestra: no tienen ustedes caridad. Ni tampoco vergüenza.
http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/hasta-el-pinganillo-8923/

No hay comentarios: