Definitivo: The Spain Report y un especialista inglés aclaran cuántos fueron al 11s
el 13 SEPTIEMBRE, 2015 • ( 46 )
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336.000. Compte perque com deia Goebbels, les mentides nacionalistes repetides mil cops es tornen veritats.
drstill
Imágenes en 3D del prof. Still de una manifestación con densidad 2 personas/m2. Igualito que en la Meridiana. ¡Ah! y con un plano bajo parece que haya más gente. Los de Tv3 lo saben muy bien. Prou mentides.
El nacionalismo es maestro en la manipulación: inventa un dato falso, lo repite machaconamente y queda para siempre como verdad. El nacionalcomunista madrileño Raül Romeva repitió tranquilamente la semana pasada en la BBC que a las performances del 11S acudían “un millón y medio ó dos millones” de personas. Y así, de mentira en mentira, se construye la historia nacionalista. Por eso es importante desmentir las falacias antes de que solidifiquen en el imaginario popular. Y por eso hay que insistir en aclarar las cifras de asistencia a la Meridiana.
¿Cuántos secesionistas fueron a la Meridiana?:
-ANC: 2 millones (“algunos medios hablan de 2 millones” dijo el amigo de Batasuna Jordi Sànchez…¿qué medios?)
–Guardia Urbana: 1,4 millones (400.000 menos que en 2014)
-Delegación del Gobierno: entre 520.000 y 550.000. Los estadísticos reconocen que suelen acertar con sus cálculos.
–Catalan Analyst: 350.000 secesionistas
Un medio en inglés, The Spain Report, dirigido por Matthew Bennett y con reputación de ecuánime e independiente, se ha molestado en calcular cuánta gente fue al show:
-la Guardia Urbana daba “off the record” 700.000 asistentes a los periodistas
-el 10 de septiembre la ANC proclamaba 485.000 inscritos (no hay manera de contrastar este número)
–el cálculo de la Guardia Urbana toma una superficie de 344.000m2 y una densidad de 4 personas/m2: en total 1.376.000 personas, los 1,4 millones “oficiales”
-pero la superficie no son 344.000m2. La Meridiana mide 7km pero la organización declaró que se habían ocupado 5,2km (desde Can Dragó a la Ciudadela). Fotos aéreas demuestran que en algunos tramos la avenida estaba llena de lado a lado, pero en otros sólo hasta la línea de los árboles. Un largo carril de 6m en el centro estaba despejado para que circulara el “punter”. Con la aplicación online Planimeter y Google Maps, los 5,2 km representan una superficie máxima de 168.200m2.
-una densidad de 4 personas/m2 como la que da la Urbana oficialmente no es realista en una manifestación. Puede darse muy puntualmente en el núcleo, junto con una densidad de 0,5 p/m2 en el perímetro. Las fotos aéreas demuestran una densidad normal en el recorrido. Según múltiples estudios, la densidad media de un acto multitudinario está por debajo de 2 personas/m2 (así lo corroboran el estadístico Badiella, el especialista del Reino Unido Keith Still, el técnico alemán Dr Oberhangemann y toda la literatura disponible al respecto).
–en la Meridiana había unas 336.000 personas. The Spain Report dice que sólo aceptando una densidad media en todo el recorrido de 3,1 personas (algo extremadamente dudoso), se pudo alcanzar 520.000 asistentes, y concluye que “la cifra de la Delegación del Gobierno (…) parece mucho más cerca de la realidad” que los datos de los organizadores o de la Guardia Urbana, que asumen densidades imposibles entre 6 y 12 personas/m2.
Per confirmar al cálcul, miri les il-lustracions: són del Professor Dr Keith Still, especialista en “crowd density”. Muestran una imagen en 3D del Wembley Olmpic Way con 2 personas/m2. Muy similar a lo que vimos en el performance de la Lista de Mas. Como él mismo apunta, la densidad “puede parecer mayor colocando una cámara en un ángulo más bajo”. Això també ho saben molt bé els de TV3 i els fotògrafs del Règim.
Meridiana, cas tancat. Que no l´enganyin.
Dolça i rigorosa Catalunya.
http://dolcacatalunya.com/2015/09/13/definitivo-the-spain-report-y-un-especialista-ingles-aclaran-cuantos-fueron-al-11s/
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Diada 2014: menos gente. El separatismo se estanca.
el 12 SEPTIEMBRE, 2014 •
La Generalitat lleva 3 años despilfarrando millones de euros para machacar a los catalanes por tierra (ANC, Òdium\Mòmium), mar (La Vanguardia, El Periódico, Ara, Avui…) y aire (TV3, CatRadio, Rac etc) para que acudamos a los shows separatistas. El nacionalismo está hipermovilizado.
El 11S de 2012 la Generalitat afirmó que 2 millones de personas habían salido a la calle en Barcelona. La Guardia Urbana bajó la cifra a 1,5 millones y la Delegación del Gobierno a 600.000. Días más tarde en La Vanguardia el director del Servei d´Estadística Aplicada de la UAB, Llorenç Badiella, calculó la asistencia “siendo generosos” entre 500.000 y 600.000.
En 2013 la función se volvió a repetir: ya explicamos cómo la Generalitat –Quico Homs- falseó los datos de los Mossos y difundió que 2 millones de personas habían acudido a la cadena nacionalista de Forcadell. Rahola llegó a hablar de 2,3 millones. Artur Mas no se cansó de repetirlo en los medios internacionales. Meses más tarde un catedrático de estadística de la UB con un equipo de 20 personas calculó la asistencia en 794.000. El estadístico separatista de Contrastant, Miquel Almirall, rebajó la cifra a 700.000. Menos del 10% de catalanes.
Este año, tras 3 años de matraca, en el paroxismo del calendario separatista y en el mítico 300 aniversario del 11S, la cifra que el ayuntamiento de Barcelona (dirigido por el nacionalista Trias) ha facilitado baja a 1,8 millones de personas. A diferencia de 2012 y 2013 nadie -ni la ANC- se atreve a hablar de 2 millones. Interior habla de 520.000 y tomando las proporciones de años anteriores es muy posible que estén en lo cierto. Muchos tramos, especialmente los finales, estaban despoblados. Sólo los carriles centrales de la Diagonal y Gran Vía estaban ocupados y varias lonas cubrían grandes espacios. Hace un año el ayuntamiento nacionalista dijo que en el tramo de Barcelona de la cadena separatista habían 500.000 personas. Veremos qué dicen los estadísticos, pero como referencia Miquel Almirall recordaba que “en Barcelona nunca ha habido una manifestación de 1 millón de personas“. Todo indica que, pese a la facilidad y la centralidad geográfica de Barcelona, mucha menos gente se ha apuntado este año a la performance separatista.
Los resultados electorales lo corroboran. El Total FRONT SEPARATISTA obtuvo en las elecciones autonómicas de 2012, 1.740.818 votos (CiU 1.116.259 + ERC 498.124 + CUP 126.435). Lejos de los 2 millones, suponiendo que hace dos años TODOS los votantes de CUP, ERC y CDC (siendo generosos) fueran separatistas. Si un 25% de los votantes de CiU son de Unió (tiene 13 diputados sobre los 50 de CiU), y de ellos el 30% (siendo otra vez generosos, Duran Lleida no estuvo ayer en la V) son secesionistas, entonces los votos separatistas de CiU serían 920.913 y el Total Front Separatista = 1.545.472. O sea, el 42% de los votos, el 28,5% del censo y el 20,4% de la población.
Un año y medio más tarde, en las europeas de mayo 2014, presentadas como el momento de demostrar la clara mayoría separatista, la suma de CiU y ERC alcanzó 1.143.000 votos. Es decir, el 45% de las papeletas, sólo el 21,5% del censo y el 15% de la población.
Lo conclusión es que, tras el humo de las manifestaciones, los votos reales separatistas no superan el 28,5% del censo. Las estadísticas de la Generalitat arrojan un optimista 35%. Y esto antes del Pujolgate y de Podemos (por cierto, a ERC y la CUP no les llega la camisa al cuerpo con los de Iglesias).
Recordemos que la Constitución fue votada afirmativamente por el 62% del censo catalán, a años luz del 28,5% separatista de las autonómicas de 2012. Y el Estatut de 2006 -con el apoyo de la entonces moderada y el entonces poderoso PSC, pero el rechazo oficial de ERC y la CUP– no llegó al 36%.
Estos son los números. Es lo que hay, lo que siempre ha habido, y no hay más. Incluso tras la deblacle de Pujol y el NO de la UE, hay menos. Pero ahora hacen mucho más ruido porque son el establishment y creen que és ara o mai.
Sr Rajoy, sr Sánchez, sra Díez, resto de representantes de todos en Madrid: aguanten. Cumplan con su deber. No es deixin impressionar. Són molts, però no pas tants. I això va a menys. Seguim havent-hi més catalans de seny.
http://dolcacatalunya.com/2014/09/12/diada-2014-menos-gente-el-separatismo-se-estanca/
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Esos lloricas de Público
13 de Septiembre de 2015 - 08:47:54 - Luis del Pino
Como ya saben ustedes, esta semana el CIS ha publicado su encuesta preelectoral para las autonómicas catalanas. Y las estimaciones del CIS han caído como una ducha de agua fría en las filas separatistas. Porque las conclusiones de la encuesta son demoledoras:
1) Por primera vez en treinta años, CIU y ERC no tendrán, entre las dos, mayoría de escaños en el parlamento catalán.
2) Para conformar una mayoría separatista, Artur Mas y Oriol Junqueras tendrían que apoyarse en una fuerza anticapitalista, anti-OTAN y anti-Unión Europea como son las CUP, lo que acercaría aun más a Cataluña a un escenario a la griega.
3) Aun con las CUP, esa mayoría separatista sería muy ajustada: según el CIS, la suma de Juntos por el Sí y las CUP pasaría, de los 74 escaños que tienen actualmente, a 68 o 69 diputados. La mayoría absoluta está en 68.
4) Quien sí sube son las fuerzas constitucionalistas (PP y Ciudadanos), que pasarían de sus 28 diputados actuales a entre 31 y 33.
Hoy, el diario Público, tan comprometido él con la causa separatista, publica un indignado artículo de análisis acusando al CIS de mentir y de rebajar a propósito en su encuesta las perspectivas electorales de los separatistas, hurtándoles unos cuantos escaños.
¿Es posible que el CIS esté mintiendo y cocinando su encuesta en contra de las huestes de Artur Mas? ¿Es posible que el CIS esté birlando en su sondeo tres o cuatro escaños a esos esforzados paladines de la secesión catalana, como dice el diario Público?
Para responder a esa pregunta, acudamos a los sondeos que el CIS ha publicado con ocasión de anteriores elecciones autonómicas catalanas.
En 2006, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos separatistas (CIU+ERC) 71-73 escaños. Luego sacaron, en realidad, 69.
En 2010, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos separatistas (CIU+ERC+SI) 74-75 escaños. Luego sacaron, en realidad, 76.
En 2012, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos separatistas (CIU+ERC+SI+CUP) 81-82 escaños. Luego sacaron, en realidad, 74.
Es decir, en dos de las tres ocasiones anteriores, el CIS se ha equivocado con los partidos separatistas, pero se ha equivocado al alza. Solo una vez se equivocó a la baja, y el error fue de solo un escaño.
Sin embargo, fijémonos ahora en los partidos netamente constitucionalistas:
En 2006, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos constitucionalistas (PP+Ciudadanos) 13-14 escaños. Luego sacaron, en realidad, 17.
En 2010, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos constitucionalistas (PP+Ciudadanos) 16-17 escaños. Luego sacaron, en realidad, 21.
En 2012, el CIS pronosticó para el conjunto de los partidos constitucionalistas (PP+Ciudadanos) 23-24 escaños. Luego sacaron, en realidad, 28.
Es decir, que con quien sí que se equivocan sistemáticamente a la baja los del CIS es con los constitucionalistas, a quienes siempre otorgan tres o cuatro escaños menos de los que luego sacan.
Así que, menos llorar con la encuesta de CIS, queridos compañeros de Público. Nosotros, los constitucionalistas, sí que tendríamos derecho a quejarnos del trato que tradicionalmente nos dispensa la cocina del Centro de Investigaciones Sociológicas. Vosotros los separatistas recibís, por el contrario, un trato exquisito.
Lloricas, que sois unos lloricas. :-)
http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/esos-lloricas-de-publico-13681/
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Un profesor universitario de Indonesia escribe una carta a un amigo separatista
el 12 SEPTIEMBRE, 2015 • ( 27 )
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No se asusten, se llama Jorge Mongay y, aunque vive lejos, es un català de seny.
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Es catalán pero no se mira el ombligo. Como tantos otros catalanes antes que él se ha puesto el mundo por montera y compagina su labor como profesor en el área de Economía y Empresa en la Universitas Pelita Harapan en Jakarta (Indonesia) y en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
A veces la distancia ayuda a ver las cosas claras, y desde luego Mongay, que sigue pasando varios meses al año en su Cataluña natal, lo tiene clarísimo. Su carta, publicada en Crónica Global, merece nuestra atención.
Allí encontramos estas perlas:
“El sistema de reparto de votos en Cataluña donde cada circunscripción cuenta diferente ayuda de forma clara al secesionismo, así que con algunas trampas legales y otras ilegales, el secesionismo se abre paso entre la democracia española miedosa de ejercer su papel.”
“Las recetas fáciles, como el “espanyaensroba” o “jo vull ser lliure”, así como de otras similares creadas por un regimiento de técnicos en marketing, son recetas de cuentos de hadas, fáciles de entender y en su mayoría de casos de una frivolidad absoluta. Están pensadas para que te actives y te lo creas, no para que lo razones, amigo”.
“La ilusión de un Estado catalán es una maravillosa dopamina para un cerebro mediocre, de razonamiento automático y salpicado por una de las más largas crisis económicas globales de los últimos 50 años.”
“Cuando pides “ser libre” a gritos o tener “derecho a decidir” y denuncias a un sistema democrático europeo, es importante recordarte que es ese mismo sistema el que te permite ejercer tales demandas. Tirándole piedras a la Constitución española demuestras tu ignorancia infantil en lo relativo a las palabras libertad y democracia. Esa misma democracia a la que le reprochas tu falta de libertad es la que te ha permitido quejarte, manifestarte, opinar sin ser perseguido.”
“Mírame a los ojos y dime convencido que realmente Cataluña es sustancialmente mejor que el resto de España. Que somos genéticamente diferentes y que hemos sido peor tratados que el resto, mírame a los ojos y por favor no bajes la vista.”
“Nunca como catalanes crearemos algo desde el miedo, desde el señalar a España como el centro de todos nuestros males, de airear las miserias españolas al resto del mundo, de ocultar las nuestras, de comprar medios de comunicación o de enorgullecernos de abuchear a un monarca“.
“Prosperaremos como catalanes cuando volvamos a nuestras raíces, a lo que siempre hemos sido: catalanes universales. Aquellos comerciantes insaciables, sin tiempo para la crítica hacia otros, con tiempo para crear y emprender. Sin reproches, sin servilismos políticos, sin subvenciones, sin excusas pero con ideas y proyectos. Los que no hablaban de otros sino que hablaban de sus experiencias, ideas y logros. Los que se movían, no los que pretendían estancarse. Los del océano, no los de la pecera. Los que se arriesgaban en Europa, América, Cuba o Filipinas a crear negocios y a aprender de otros.
Ellos se comunicaban en español, francés, inglés y cuantas lenguas fuesen posibles con tal de ganar una ‘pela’ más y no por eso dejaron jamás de contar cuentos a sus niños en catalán, ni de amar en catalán ni de pensar en catalán. Esa era su grandeza y su virtud. Esos catalanes dedicaron su vida al trabajo, la seriedad, la austeridad y al seny. Admirados y respetados por méritos propios allí donde iban. Ellos eran nuestra gente, su ADN tenía color de lo español, gusto de lo catalán, y tacto de lo universal.”
http://dolcacatalunya.com/2015/09/12/un-profesor-universitario-de-indonesia-escribe-una-carta-a-un-amigo-separatista/
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La faena de la prensa catalana
PEDRO J. RAMÍREZ12/09/2015ELECCIONES CATALANAS
Siempre hemos seguido a Felipe González por lo bien que se explica. Así cuando prometió un referéndum para sacar a España de la OTAN y lo celebró para mantenerla. O cuando lo de “no hay pruebas ni las habrá” -cadáveres en cal viva aparte-, pero que conste que “al Estado se le defiende también en las alcantarillas”.
No me extraña pues que siga siendo el gran referente intelectual del PAIDECLA -Partido de las Ideas Claras-, vulgo PSOE. A esa claridad de luminaria acaba de contribuir con sus centelleantes idas, venidas y revenidas sobre la actual encrucijada catalana. Ya sabemos que cuando escribió que la situación creada por Mas “es lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado” no se refería en absoluto a “que haya una intención fascistizante o conducente al fascismo hoy en Catalunya”, o sea a que se convoquen multitudinarias manifestaciones de adhesión al régimen, compartimentando a los ciudadanos provistos de cartulinas de distintos colores por demarcaciones, gremios e incluso preferencias sexuales. ¡Qué va! Se refería probablemente al súbito incremento de las ventas de las películas de Cinecittá, los textos de Marinetti y las canciones de Alfredo Clerici entre los barceloneses.
Y sobre todo ya sabemos que Glez, como le llamaba Umbral, está “absolutamente” a favor de que la Constitución reconozca “la identidad nacional de Cataluña” pero “absolutamente” en contra de que la Constitución reconozca a “Cataluña como nación”, lo que le ha hecho merecedor del aplauso sucesivo de toda la plana mayor del PAIDECLA. Nada nuevo bajo el PSOE.
Quien sí ha aportado diferencia a la polémica ha sido su brillante entrevistador Enric Juliana al presentar pruebas documentales de que si bien le preguntó por el reconocimiento de la “identidad nacional de Cataluña” y luego alteró la transcripción haciendo creer que le había preguntado por el reconocimiento de “Cataluña como nación”, la “oficina” del ex presidente -o sea su veterano jefe de prensa Joaquín Tagar- dio por bueno el “resumen” y añadió: “Nada que objetar”.
La clave está pues en el “resumen”. Había que resumir: “identidad nacional de Cataluña” tiene cuatro palabras y “Cataluña como nación” sólo tres. ¿Pero por qué no escribió Juliana “identidad catalana” que son dos palabras y nos habrían dejado a todos tan contentos? Pues porque esto del soberanismo de la puta y la Ramoneta es como quien juega a las siete y media obsesionado con no quedarse corto. Por eso Maciá proclamó en el 31 la “Republica Federada Catalana dentro de la República Española” y Companys en el 34 el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”. Uno y otro se pasaron de listos, sencillamente porque el contenedor en el que situaban su continente no existía.
Y no existía porque las Cortes, con rotunda mayoría de centro izquierda, asumieron la tesis del presidente de su Comisión Constitucional, el socialista Luis Jiménez de Asúa, y proclamaron que “La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones”. Asúa lo explicó en el debate de totalidad en términos que parece entender mejor Susana Díaz que Pedro Sánchez: “No hablamos de un Estado federal porque federar es reunir. Se han federado aquellos Estados que vivieron dispersos y quisieron reunirse en colectividad”. Asúa anhelaba con sentido visionario una “federación de Europa” y “precisamente eso -añadía- es lo que nos ha hecho pensar en el Estado integral y no en el Estado federal”. ¿Qué pasa, paisano Luena? ¿Es que en Ferraz nadie lee a sus clásicos?
A propósito de los años 30, siempre he tenido la sensación de que, más que en el de Pla, Juliana intenta mirarse en el espejo de William L. Shirer y busca sobresaltos troglodíticos, con ahínco digno de mejor suerte, en el Madrid cloroformizado por el Estafermo. Su triquiñuela para sacar a Glez de su apócope mental y hacerle decir un poco más de lo que dijo sería irrelevante fuera del circo de los sintagmas en el que trapecistas y payasos entretienen a los catalanes. Pero es definitoria en su cotidiana nimiedad del papel esencial asignado a la prensa por los impulsores del soberanismo como portavoz de una agenda política irredentista, atizador de un clima social de agravio y gota malaya de un insomnio colectivo permanente.
También me ha llamado la atención que este colega considere una práctica “habitual” enviar el texto de una entrevista al entrevistado para que pueda corregirla antes de su publicación. No digo que no haya veces en que esté justificado, o que yo mismo no lo haya hecho en casos concretos -de hecho el Código Ético de EL ESPAÑOL no lo excluye taxativamente como proponían algunos compañeros- pero de ahí a considerarlo poco menos que una fase del proceso editorial, hay un trecho. El trecho de la condescendencia al final del cual resulta que “la mejor entrevista a Pujol” fue, según Pujol, una en la que Pujol no sólo puso las respuestas de Pujol sino también las preguntas a Pujol. Adivinen quién y cómo la publicó.
Podrán leerlo mañana en la tercera entrega de la impactante serie de investigación de Jordi Pérez Colomé El libro negro del periodismo en Cataluña. Tras entrevistar a más de ochenta redactores, directores, editores y personajes de toda laya de la galaxia mediática, Pérez Colomé nos obliga a preguntarnos, de episodio sórdido en episodio sórdido, por qué “ante casos flagrantes de corrupción la prensa catalana no ha clamado; ante casos dudosos, no ha insistido; ante casos ignorados, no ha rebuscado”.
Es decir por qué desde los inicios del pujolismo toda la porquería que rodeaba a la Sagrada Familia gobernante, empezando por el escándalo de Banca Catalana, siguiendo con el 3% denunciado por Maragall hace ya diez años y desembocando en el “todos eran mis hijos” de la seudoconfesión del patriarca, fue sistemáticamente enterrada en la arena del oasis informativo catalán. Y por qué aun hoy tienen que ser periodistas “foráneos” como Esteban Urreiztieta y Daniel Montero quienes descubran en un medio nonato como EL ESPAÑOL que las comisiones de los Pujol eran del 5% y que su monto les permitió trenzar una trama transcontinental de evasión y blanqueo que unía Andorra con Delaware, Londres con Gabón y los proyectos de ferrocarriles en Turquía con los de las granjas de cerdos en Brasil.
Desde los inicios del pujolismo toda la porquería que rodeaba a la Sagrada Familia gobernante, empezando por el escándalo de Banca Catalana, siguiendo con el 3% denunciado por Maragall hace ya diez años y desembocando en el “todos eran mis hijos” de la seudoconfesión del patriarca, fue sistemáticamente enterrada en la arena del oasis informativo catalán
La respuesta es que durante estas cuatro décadas de democracia la casi totalidad de los medios catalanes han hecho suyas las tesis del llamado “nuevo orden informativo internacional”, impulsado en los 70 y 80 por el director general de la UNESCO, el senegalés Amadou Mahtar M’Bow, según el cual en los países del Tercer Mundo debía anteponerse el “proceso de construcción nacional” a los valores del “periodismo occidental”. O sea que la autocensura en sus modalidades más groseras o sutiles debía proteger el “Procés” porque lo que era bueno para los Pujol, sus aliados y amigos era bueno para Cataluña.
En otras ínsulas de la España autonómica han ocurrido fenómenos similares -los aupados por cada hecho diferencial siempre se abalanzaban sobre las cajas de ahorros y la prensa-, pero su alcance e intensidad han sido mucho menores. El caudal de dinero invertido por las instituciones controladas por los nacionalistas en el empeño de uniformar a la prensa no tiene precedente en el mundo democrático.
En la práctica en Cataluña no han existido sino medios públicos como TV3, medios concedidos como las emisoras de radio más furibundas y medios concertados como los periódicos cuya cuenta de resultados depende de millonarias subvenciones. En ese escenario no es de extrañar que la cómoda tentación de la servidumbre voluntaria, “la adherencia emocional a la causa catalana” según Pérez Colomé, haya tenido su complemento perfecto en “el temor a un poder total con un sinfín de maneras de imponerse”.
Claro que han existido y existen las excepciones individuales de quienes nadan contra corriente -y conste mi homenaje al equipo de El Mundo de Cataluña en su veinte aniversario-, pero en su conjunto el periodismo catalán, en lugar de ejercer de contrapoder y perro guardián de la democracia, ha sido cómplice activo de la manipulación nacionalista y, junto con el estamento docente, es el gran culpable de que entre mentiras mil veces repetidas y verdades mil veces ocultadas, hayamos llegado a la situación actual con media Cataluña enfrentada civilmente a la otra media. Si la prensa hubiera cumplido allí con su obligación, como algunos lo hicimos por ejemplo en Baleares, Convergencia habría quedado hace tiempo reducida a la misma condición de asociación para delinquir con que se recuerda ahora a Unió Mallorquina, sus líderes habrían merecido una suerte equivalente a la de Munar y compañía y el manantial del que brotaba el dinero con el que se ha narcotizado y envenenado a la sociedad catalana habría sido confiado a guardianes más honrados y leales.
Durante estas cuatro décadas de democracia la casi totalidad de los medios catalanes han hecho suyas las tesis del llamado “nuevo orden informativo internacional”, impulsado en los 70 y 80 por el director general de la UNESCO, el senegalés Amadou Mahtar M’Bow, según el cual en los países del Tercer Mundo debía anteponerse el “proceso de construcción nacional” a los valores del “periodismo occidental”
Por mucho que ahora traten de distanciarse de la purulenta figura que la Justicia y la qué-coño-es-la-UDEF están empezando a iluminar, todos los agrupados para decir “No” a la España constitucional mediante su orwelliano “juntos por el Sí”, e incluso los zapatófilos de la CUP, no son sino el producto del modelo totalizador y reduccionista, impulsado por Pujol desde la Generalitat, en paralelo al saqueo de Cataluña. Todo un ejemplo de ingeniería social a caballo entre el fanatismo público y la rapiña privada. De ahí que Javier Muñoz y yo hayamos querido hoy remedar la histórica portada del 2 de enero de 1902 con que se presentó en sociedad el ¡Cu-Cut!, primera revista satírica en catalán que alcanzó tiradas masivas.
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Su protagonista, el payés con barretina y pañuelo con lazada que daba nombre al semanario y que sin duda inspiró a los padres de Pujol cuando lo engendraron rellenando el molde, aparecía manejando un tórculo o prensa para estampar grabados, bajo un titular en catalán arcaico: “La feyna de la prempsa catalana”. ¿Y en qué consistía esa “feina”, esa tarea, ese trabajo? Pues, tal y como mostraba el dibujo, en aplastar y estrujar a una serie de individuos variopintos de forma que su sangre se vertiera en una palangana y de ella brotaran jubilosos espermatozoides con barretina, a modo de réplicas de su creador. Una parodia de la famosa cita de Tertuliano sobre los mártires y los primeros cristianos rubricaba la página: “Sanguis cacicarum, semen catalanistarum”.
En relación a esta exhumación hemerográfica vienen hoy a cuento dos precisiones diferenciales. La primera que el periodismo lligaire -vinculado a la Lliga Regionalista de Prat de la Riba y Cambó- que practicaba el ¡Cu-Cut! era entonces una meritoria actividad de riesgo y por eso en 1905 la redacción fue arrasada por un grupo de militares iracundos, ofendidos en su honor por una viñeta más bien inocua sobre las derrotas del 98. La segunda es que lo certero sería darle ahora la vuelta a la parodia para decir “Sanguis catalanistarum, semen cacicarum” porque en definitiva son los catalanes de a pie los que han sido estrujados y expoliados de una parte de su identidad y de sus dineros para inseminar y expandir el cacicazgo nacionalista.
Nada de eso hubiera sido posible sin la complicidad servil de sus tórculos mediáticos. Sin esa presión cotidiana sobre el cerebelo colectivo, el independentismo en una democracia integrada en la Unión Europea, en la era de la globalización, sólo sería motivo de risa o de lástima. Pero Pujol se puso manos a la obra porque sabía que querer no es poder, que, en palabras de Salvat Papasseit, divulgadas por el mejor Serrat, “tenir un propòsit no és fer feina”. El “propòsit” habitaba en él, faltaba la “feina”. Y esa “feina” es la faena que nos ha hecho a todos la prensa catalana.
http://www.elespanol.com/elecciones-catalanas/la-faena-de-la-prensa-catalana/
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