María Cristina Benito, bibliotecaria del Hospital Marina Baixa, pone en marcha el préstamo de libros a pacientes
Ferran Aviá / Elche.-
El Hospital Marina Baixa de
Villajoyosa prestará a todos los
pacientes ingresados, que así lo
deseen, un libro para hacer más
amena su estancia en el centro.
Este servicio aún se encuentra en
su fase inicial, es decir, en un
proceso de recopilación de
libros así como de catalogación y
etiquetaje de dichas obras, aunque
en breve todos aquellos
pacientes que ingresen en el hospital
podrán solicitar al personal
del centro cualquier libro del que
disponga la biblioteca. El servicio
que ofrecerá el hospital constará
de un catálogo y un breve
manual de uso.
Esta original idea surgió de la
bibliotecaria del hospital, María
Cristina Benito, una gallega que
llegó hace dos años a la
Comunidad Valenciana. Un
informe exhaustivo de María
Cristina Benito fue trasladado al
gerente del Departamento de
Salud de Villajoyosa, el doctor
Frank Leyn, y en cuestión de
unas dos semanas la bibliotecaria
ha obtenido una rápida y positiva
respuesta para llevar a cabo su
proyecto. La labor de la mujer
que encabeza la Comisión de
Biblioteca del hospital ha sido
ardua, puesto que necesitó documentarse
de otras acciones similares
realizadas en otros hospitales,
como en el caso del hospital
de La Fe en Valencia, pionero en
la Comunidad Valenciana.
“La televisión aburre, la gente
quiere leer”, resalta María
Cristina Benito, tras observar la
actitud de los ingresados ante la
pequeña pantalla y su programación
actual. Sobre todo si un alto
porcentaje de los pacientes están
“una media de 3 días ingresados
en el hospital”, reseña Amanda
Hernández, al cargo del gabinete
de comunicación del hospital
vilero. Además de mostrar todo
el apoyo necesario a la iniciativa
de María Cristina Benito,
Amanda Hernández considera
que el avance de este proyecto
supondrá “humanizar la asistencia
sanitaria”, y que al final
quien saldrá beneficiado será el paciente
El informe de la
bibliotecaria gallega
fue aprobado en dos
semanas por el
gerente Frank Leyn
Desde que el proyecto de préstamo
de libros fuera aprobado,
María Cristina Benito ha comenzado
con la labor de recopilación
de libros. Para servir de modelo a
otros futuros voluntarios la bibliotecaria
prestó 100 libros propios,
puesto que según dice “tras leer
un libro no se vuelve a repetir la
lectura. Para qué dejarlo en casa
cuando puede ser aprovechado por
otros”. Tras su aportación inicial,
en escasas semanas amigos, familiares
y personal del hospital
Marina Baixa donarían sus libros.
“La gente me ha sorprendido gratamente”,
revela María Cristina
Benito, la auxiliar administrativa
que está al frente de la biblioteca,
en la segunda planta del edificio
principal del centro.
Antecedentes y planes futuros
A pesar de lo novedoso que
parece el proyecto, en el siglo
XVIII ya se crearon las primeras
bibliotecas para pacientes con
dolencias mentales, mientras que
en el siglo XIX la lectura ya es
concebida como terapéutica y
recreativa en los centros estadounidenses.
La UNESCO, la organización
de la ONU destinada a la
educación, la ciencia y la cultura,
ya habla de algunas facultades de
la biblioteca: puede aliviar la soledad
y las minusvalías tanto físicas
como psíquicas.
En la actualidad, la biblioteca
del hospital, que hasta la fecha
únicamente poseía cerca de 600
revistas de contenido médico junto
con ensayos científicos, también
tiene repartidos entre sus estanterías
300 libros de distinta temática y
género. Hay una sección infantil
copada por cuentos de diferentes
autores, y la sección propia de un
público más adulto con novelas,
ensayos, géneros líricos e incluso
enciclopedias con todos los tomos;
tanto en lengua castellana como
valenciana. Todas estas obras
necesitan de un cuidado especial
diferente al resto de publicaciones
tratadas en otras bibliotecas, hay
que seguir unas pautas para que no
haya contagios. Los libros deben
permanecer 32 horas al aire libre
con luz natural, como medida para
prevenir la transmisión de enfermedades.
Uno de los recursos necesarios
para cumplir con el objetivo inicial
de satisfacer a todos los
pacientes es alcanzar una cifra de
8 libros por cabecera “con un
número de camas inferior a 300,
como es el caso de nuestro hospital”
apunta María Cristina Benito.
Por lo tanto, los 300 libros que
posee la biblioteca del centro son
escasos para cumplir con todos los
ingresados, sin embargo la bibliotecaria
sigue trabajando con la
misma intensidad e ilusión que el
primer día de este proyecto. El
número ideal de volúmenes de
obras en la biblioteca debe girar en
torno a los 2.400 ejemplares.
La mujer que promovió el proyecto
pretende ampliar su particular
colección al servicio de los
pacientes, a través de la demanda
de más aportaciones desinteresadas
al personal del centro, familiares
de los pacientes y a todo aquel
que así lo desee. María Cristina
Benito no se marca cifras y piensa
en el futuro a corto y largo plazo.
Ya avanza que dentro de poco, la
segunda planta en la que está ubicada
la biblioteca del Hospital
Marina Baixa, contará con un
mueble librero para nuevas obras
literarias.
Los libros deben
permanencer 32
horas al aire libre
con luz natural para
prevenir contagios
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