dìa 25 Juan ha superado el ecuador de la expedición, y ahora la meta queda a menos de 600 KM. Juan nos contaba apenas hace unos minutos: "la verdadera expedición comienza ahora. No voy a decir que hasta este momento haya sido un aperitivo, pero con toda seguridad era la parte de la expedición más "cómoda". Ahora el tema se empieza a poner serio porque me queda por superar el mayor desnivel y el frío empieza a ser severo".
https://www.facebook.com/juanmenendezgranados?fref=ts
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AVENTURA AL POLO NORTE EN BICICLETA
Un hombre sin miedo
El asturiano Menéndez Granados pedalea estos días por ser el primero en llegar al Polo Sur en bici
JAVIER ALONSO-IÑARRA - Sábado, 28 de Diciembre de 2013 - Actualizado a las 06:04h BILBAO
LAS primeras noticias de Juan Menéndez Granados me llegaron a la Sociedad Geográfica Española a principios de Febrero en 2008. De esto ya hace casi seis años. Para entonces había recorrido en bicicleta, solo, el Camino de Santiago, la Transpirenaica, la vuelta a Escocia, el Gran Atlas en Marruecos, el desierto de Atacama, la cordillera de los Andes, parte de la Amazonía y los montes Urales. Un currículo de impresión para un chaval de 24 años.
Nuestro primer contacto sucedió cuando él estaba saliendo de Helsinki en dirección al Cabo Norte. Dos meses y 2.300 km. pedaleando en solitario, con temperaturas que podían llegar a los -30ºC. Inicialmente me pareció que un desafío como este, rozando los límites de la inconsciencia, más que contenido de difusión geográfica, tenía las características de un desafío personal, de un récord. Seguí su viaje con cierto escepticismo a través de la información que enviaba y de las frecuentes entrevistas que tuvo por parte de medios de comunicación finlandeses. Y lo logró. No sé cuanto sufrió, porque nunca habla de ello, y si lo hace es a regañadientes, para cambiar pronto de tema. No le importa en absoluto.
Unos meses después, cuando ya era verano en el hemisferio sur, se atrevió a cruzar Australia de este a oeste. Por el centro, un desierto de arena blanda donde la vida se reduce a moscas e insectos, serpientes venenosas y vegetación austera. Y un pozo de agua cada varios cientos de kilómetros. Juan llevaba un remolque en la bicicleta, y una carga limitada a 60 Kg. De ellos, la mayoría agua, pues pasaba semanas viviendo de su reserva, que disminuía de forma alarmante cada vez que tenía que echar pie a tierra en aquel extraordinario calor. Y pie a tierra hubo de echar, pues una gran parte de su camino resultó ser arena que hacía imposible avanzar montado en la bicicleta. Cuatro meses de calor infernal y el triunfo de su llegada a Sidney, tras 5.000 km. Durante este viaje seguimos día a día la angustia y la soledad, perdido en el desierto, y con él vivimos la naturaleza inhóspita y magnífica de una zona poco conocida de nuestro planeta.
No había transcurrido un mes de su vuelta, delgado, la cara mostrando signos de fatiga continuada, sol constante y picaduras de insectos, cuando Juan planteó la posibilidad de hacer un viaje en contraste con este. En aquellos momentos estábamos tratando de convencer a una gran empresa energética asturiana de usar su perfil como prototipo de hombre joven ejemplar, que con disciplina y esfuerzo sale adelante en la vida. Así que del calor, al frío, y esta vez sería la Carretera de Hielo, en el norte de Canadá, construida sobre marismas heladas, única alternativa para que el tráfico rodado acceda a parajes aislados o explotaciones mineras y petrolíferas situadas en la tundra. En algo más de dos semanas, Juan hizo los 1.000 km de hielo, durmiendo a los lados de la carretera, con la ocasional compañía de un alce o la vertiginosa estela de un enorme camión de los que aparecen en algunos documentales de televisión.
TRABAJO EN NORUEGA A pesar del encomiable ejemplo de este hombre, nadie, en un país entrando en crisis, parecía dispuesto a ofrecer un soporte económico a cambio de utilizar su imagen. En una, supongo dura, decisión, probó una vez más su valentía al afrontar la situación de cara. A principios de verano marchó a Noruega y se empleó en uno de los puestos de pescado del puerto de Bergen, y por la noche, en un restaurante. Tras cuatro meses de mucho trabajo y poco sueño, volvió dispuesto para una nueva prueba. Esta vez, cruzar a lo largo el lago Baikal helado. 650 km. sobre una superficie con frecuencia cubierta de nieve, resistiendo cualquier tentación de acercarse a una orilla en busca de calor o comida. Como siempre, en autosuficiencia. Una vez más, los que le seguimos, descubrimos el día a día del ciclista, la desolación y el frío en su precario avance sobre la sima mas profunda cubierta de agua en la tierra. Su libro, escrito a la vuelta, de excelentes fotografías y en dos idiomas, es para mí un recuerdo muy emotivo de aquel seguimiento por baliza sobre Google Earth y, en ocasiones, una corta conversación por teléfono satelital, cuando muchos días parecía que no iba a ser posible seguir adelante por el viento o la nieve acumulada.
A su vuelta de Asia, planeó varios mas-difícil-todavía que lo hubieran llevado por las arenas del Sahara (del que se le pudo disuadir) y a lo alto del monte Kilimanjaro (en donde, inexplicablemente, ya preparado a pie de monte y con un equipo de televisión, le cancelaron los permisos por parte del gobierno). Por si fuera poco, la primera travesía de Groenlandia que inició el año pasado, hubo de abortarla cuando el equipo de filmación, y el guía al que el gobierno le obligaba tener de acompañante, fallaron en la subida inicial a la meseta y sus medios mecánicos no fueron capaces de salvar lo que él y su bicicleta podían con facilidad.
Fueron unos momentos muy duros. Su propia vida, su futuro, dependiendo de llamar la atención a quien quiera patrocinar un esfuerzo así. Volvió a Bergen a trabajar, y no permitió que estos fracasos tomaran una pizca de su entusiasmo. Dos turnos de trabajo y ahora, además, entrenamiento, arrastrando una rueda de automóvil tumbada, o dos, por carreteras secas o heladas, para fortalecer sus piernas. Día tras día, hasta el punto de dormir pocas horas. Acabado el verano, una gran oportunidad: cruzar Groenlandia con un grupo de conocidos especialistas noruegos. Un esfuerzo enorme pero rentable: adquirió no solo amigos que le apoyan desde el país que mejor conoce el ambiente polar, sino el consejo y las técnicas más expertas. Y recobró la confianza en sí mismo, si es que en algún momento le faltó.
HIPOTECADO POR UN SUEÑO Juan está ahora en Antártida. Ha obtenido material de varios patrocinadores, pero el grueso de su gasto lo paga él mismo tras hipotecarse, supongo que incluso haciendo participar a su familia. Quiere ser el primero en llegar al Polo Sur en bicicleta. Son 1.200 km. en los que no solo el camino irregular, sino los impredecibles vientos lo han de retrasar, poner a prueba una vez más, incluso agotar los exiguos víveres que puede arrastrar en la pulka o trineo que lleva enganchado a la bicicleta. Y por si fuera poco, un competidor: un americano que salió poco antes que él, que pretende también ser el primero, y al que Juan adelantó hace unos días.
Su viaje desde España lo llevó a Punta Arenas en Chile donde coincidió con Daniel Burton, que le ofreció hacer el viaje juntos, pero Juan tiene claro que quiere hacer este recorrido en su forma más pura posible: solo, sin asistencia, llevando todo su equipaje. Esta forma de viajar le hace esclavo de varias limitaciones y la mayor tiene que ver con el tiempo empleado. Lleva 85 kg. de provisiones que no caben en alforjas, lo que le obliga a arrastrar una pulka. Con ella no es fácil empujar la bici en la nieve, por lo que cuando esta es profunda, como ha sido hasta ahora, debe subirla en la pulka y arrastrarlo todo caminando sobre los esquíes. Su bicicleta es una Surly de acero con neumáticos de 12 cm. de ancho.
Juan comenzó su viaje el 7 de diciembre. Los primeros días tuvo un avance penoso, pero las condiciones van mejorando en general. De todas maneras, ya ha sido necesario racionar su comida. Delante tiene poco más de un tercio de la distancia total a recorrer, y parte de este camino, en la zona de las montañas Thiel, va a demandar un esfuerzo suplementario.
http://www.deia.com/2013/12/28/deportes/otros-deportes/un-hombre-sin-miedo#Comentarios
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Dan Blog
December 28 -- Ultra Weight Weenie
South 85 degrees 04.979 West 080 degrees 46.905 Elevation 4,434 16.5 miles
In some ways, you could look at this expedition as a three part journey. The first part was the climb up from the coast of Hercules inlet. It was the steepest part and hopefully the softest snow, and very difficult. The second would be from near Patriot Hills to Thiels mountain, which is what I have just completed. It was still very hard, but they have driven machines from Patriot Hills to here so there has been a packed trail to follow. This should have been the best biking conditions of the journey. The third and final section starts now. From here on, there is no more packed route and there is a lot of climbing. Hopefully, the snow is harder now than it was during the first section. But other than that it will be a lot like the first section. The weight of the sleds killed me on those first days. Trying to pull all that weight up those slopes was just too much. If the next section goes as bad as the first I will never make it. So here is the plan: I'm going ultra weight weenie. I'm going to get rid of my brakes, my big chain ring, water bottle cages, racks and panniers. I will tape over the bolt holes for the cages and the racks so I don't get snow and extra weight in the bike and I'm getting rid of the bolts. There is a lot of gear I brought that I just don't need. I brought a bunch of charging wires and electronic stuff that I'm not taking the rest of the way. I think there is more weight in the gear I will drop than what I'm picking up in my resupply so I should be the lightest I've been up to this point. By going as light as possible I think I can still get the 16 miles per day and complete the expedition.
Posted by Daniel Burton at 10:27
December 27 -- Don't Spill the Beans
South 84 degrees 49.000 West 080 degrees 35.750 16.8 nautical miles 9 hours 4,390 ft.
I started the day tired and not wanting to ride. I recorded some video but just didn't have the strength to work like I should. It was cloudy and low contrast, making it hard to see. So while the snow conditions were great, I just wasn't doing well and I had my worst crash so far. When I started, I had a bunch of honey stinger waffles and sport beans. There were heavy so I ate them as fast as I could. I ran out of waffles yesterday. If you don't seal your zip top sandwich bags, you will spill your beans. They ended up being a gooey mess in the bottom of my pannier, but I had eaten the rest of them, so I gathered the sticky, gross beans and put them in a bag. The rest of the day, I ate a handful of beans every mile. That might sound like a lot, but I was biking at 2-3 knots. After I started doing that, my energy returned and I finished out the day getting my target minimum of 16 miles. Tomorrow should be a short day as I will reach 85 degrees after about 12 miles. I will then take a rest day on Sunday, and get ready for the last half.
December 26, 2013 -- And Then It Went Downhill
South 84 degrees 33.423 minutes West 080 degrees 25.032 minutes 18.8 miles
There is an elevation profile of the route in the dinner tent at base camp. It shows that at some point there is a good downhill. I was starting to wonder if I had already hit it and it just wasn't as big as I expected. But shortly after starting this morning I hit the downhill. It was great to get a break from all the climbing. Of course, I now have to climb it again, but it was a nice relief. Adding the last night and early morning miles in, I was thinking I might get a 30 mile day in. Then I saw the first person that I have seen in what seems like forever--or at least an arm. The arctic truck was headed back from its trip to the pole. They waved as they flew past. After the truck went by a [fog] moved in and I lost the ability to see anything. The easiest way to navigate was to follow the new path from the truck, but it had pulverized all the snow, making for bad biking conditions. Also, there was a bit of wind and it got really cold. I started adding layers to my body and hands but I just couldn't keep my fingers warm. I'm not going to let frostbite end my expedition, and I had all the miles I needed to get. So I ended early and failed to get the last five miles that I needed to get thirty. Oh well, twenty-five on the records worked and I had now traveled over 300 miles, which is the record for the most miles traveled by bike in Antarctica. It also means I can reach the halfway point on Saturday.
HALF WAY!!!! But Wi-Fi Batteries not charged
Sorry about not having posts the past few days. Daniel called from his satellite phone and said that it has been cloudy and his wi-fi connection equipment has not been able to get charged.
He said that he saw the arctic truck driving out on the ice. He arrived at 84.33.423 on Thursday the 26th, 84.49.000, traveling 16 miles on Friday the 27th. He called a few minutes ago to say that he has now passed 85 degrees, or the halfway point. His cache is still five miles away. He is hoping to charge batteries on Sunday so that he can resume his posts.
Thank you to all who are being so helpful and supportive. This wouldn't be possible without you.
http://epicsouthpole.blogspot.com.es/
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World's first cycle to the South Pole achieved
By Ben Coxworth December 27, 2013
Shortly before Christmas, we heard about 35 year-old British adventurer Maria Leijerstam's planned attempt to ride to the South Pole on a recumbent fat-tired tricycle. On December 27th at 1am GMT, she achieved that goal, becoming the first person to ever successfully cycle from the edge of the Antarctic continent to the Pole.
ICE used its Sprint trike as the basis for the extreme build, including standard component...ICE upgraded the design from a US$3,000 stock trike to a ~$33,000 extreme polar-cycle Maria's route took her approximately 400 miles (644 km) long, stretching from the edge of ...
Leijerstam used a modified version of the commercially-available Sprint trike, made by recumbent tricycle manufacturer Inspired Cycle Engineering (ICE). She chose to go with a recumbent trike because it would allow her to maintain stability in the often very-high winds. This allowed her to concentrate simply on moving forward, instead of having to waste time and effort keeping her balance.
The strategy paid off, as she not only made it, but also beat two other cyclists who had set out for the Pole on two-wheelers, days before her Dec. 17th start date. Her victory wasn't just due to the fact that she could move faster, but also because the stability of her trike allowed her to take a different route that was shorter but technically more challenging.
That "shorter" route was nonetheless approximately 400 miles (644 km) long, stretching from the edge of the Ross Ice Shelf, up over Leverett Glacier, and onward to the South Pole.
Source: Inspired Cycle Engineering
http://www.icetrikes.co/community/ice-blog
http://www.gizmag.com/south-pole-fat-trike/30245/
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