martes, diciembre 28, 2010

alonso pasa hambre


Alonso, ayer, en una carrera solidaria en Oviedo

Deportes / FÓRMULA 1
La dieta monacal de Alonso
Pretende llegar a su peso más liviano como piloto de F-1 (65 kilos) para aligerar el Ferrari de 2011
JOSÉ CARLOS J. CARABIAS / MADRID
Día 27/12/2010
EFE
La incipiente barba que ayer mostró Fernando Alonso en una carrera solidaria por el casco antiguo de Oviedo le servirá en breve para atenuar el efecto estético de su última decisión: adelgazar tres kilos. La pelambrera facial esconderá el síntoma tan característico de los atletas de elite. Pómulos exageradamente marcados, carrillos hundidos sobre las caras laterales del maxilar, escaso porcentaje de grasa en todo el cráneo, ojos saltones... El piloto ha emprendido una campaña contra sí mismo. Rebajar su peso hasta los 65 kilos, su menor índice corporal desde que ingresó en la Fórmula 1 hace nueve años.
La dieta de Alonso no tiene que ver con motivos de coquetería masculina. No le servirán los consejos populares sobre moda que disimulan los michelines: ropa ajustada, evitar las prendas con hombreras, líneas verticales, escotes en V, bolsillos vacíos... Su plan se ajusta al Ferrari de 2011, el coche con el que se quiere volver a ser campeón del mundo.
La nueva temporada de Fórmula 1 ha devuelto el dichoso y sobrevalorado Kers a la parrilla. El sistema que se instala en los bólidos y recupera la energía que se desperdicia en las frenadas. El Kers la almacena en un dispositivo y luego se puede utilizar en las aceleraciones.
Pero este artefacto de conciencia verde pesa entre 35 y 40 kilos. Y todos los coches deben cumplir una reglamentación específica respecto al peso: 605 kilos en 2008, 620 en 2010 y 640 en 2011. Los ingenieros necesitan ganar esos kilos del Kers para jugar con la configuración del bólido los fines de semana. Quitar lastre de aquí y de allá. El piloto es una pieza más en ese puzzle.
Alonso ya ensayó con la báscula en 2008. Se presentó pletórico en la bella Portimao, con su Renault con Kers incorporado y él pimpante con sus 67 kilos. Fue la vez que más cerca estuvo del objetivo 2011: los 65 kilos que ayuden a los ingenieros de Ferrari. Nunca exhibió líneas tan finas. Ahora el plan es más radical: una dieta monacal, al estilo de los clérigos de la Edad Media. Predominio de la comida de los pobres (fruta, verdura, hortalizas) sobre la de los ricos (la carne).
Siempre con la bicicleta
Cumplirá a rajatabla el refrán, sarna con gusto no pica. Su fisioterapeuta personal, dedicación exclusiva, el italiano Fabrizio Borra, le ha diseñado un plan de bicicleta a ultranza. Sesiones de 140 kilómetros, puertos y descensos, horas y horas sobre la Ferrari rojinegra diseñada especial para él por la escudería de Fórmula 1. Alonso es un enamorado compulsivo del ciclismo. De la práctica (ejerce de cicloturista casi a diario) y del deporte profesional (tiene en mente crear un equipo de ciclismo y en 2008 quiso montarlo fichando a Contador).
De complexión fuerte (mide 1,71 y pesa 68 kilos) y de apetito escaso, Alonso intensifica sus entrenamientos por las carreteras de Asturias en busca de la cifra mágica (65). Ha entrado así en el círculo habitual de sus colegas de profesión. Sebastián Buemi casi se queda anémico el año pasado al intentar pasar de 63 a 59 kilos. La misma obsesión que alcanza a Hamilton (67), Vettel (66) o Massa (59). «Una carga extra de diez kilos puede suponer 0,4 décimas por vuelta», resume Buemi.


http://www.abc.es/20101227/deportes-automovilismo/formula-20101227.html

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