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domingo, enero 26, 2014
Open Australia, Wawrinka gana a Nadal (lesionado ) en 4 sets
CONQUISTA SU PRIMER GRAND SLAM TRAS GANAR EN CUATRO MANGAS A UN MERMADO NÚMERO UNO
Wawrinka se hace 'grande' ante un tocado Nadal
Es el jugador número 149 en la historia que consigue conquistar un Grand Slam
DAVID MENAYO 26/01/14 - 12:09.
Stanislas Wawrinka conquistó en Australia el primer Grand Slam de su carrera al derrotar a Rafael Nadal en la final. El suizo, al que no hay que quitar méritos tanto por su juego desplegado como por los rivales a los que ha ido doblegando en su camino hacia el título, se benefició de los problemas físicos que minaron las prestaciones del número uno del mundo.
La estadística está para romperla. Y si no que se lo digan a Stanislas Wawrinka. El suizo, que había perdido los 12 precedentes previos ante Rafa Nadal -y sin hacerle un solo set- y había sido derrotado en sus 15 duelos previos ante números uno, firmó con victoria la primera final de Grand Slam de su carrera al imponerse al español por un marcador de 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 del español tras dos horas y diez minutos de juego en un choque disputado en una abarrotada Rod Laver Arena.
Wawrinka saltó al tapete sin complejos y pronto se hizo con el timón del partido. Después de unos primeros juegos de tanteo en el fondo de pista, el suizo ganó terreno a sartenazo limpio. Jugando a la derecha de Nadal y buscando una y otra vez el contrapié del español, Stan firmó la primera ruptura del partido en un cuarto juego que levantó al público de sus asientos. Rafa se vio sobrepasado por un muro sólido, contundente y confiado. Wawrinka no cedió con su servicio y firmó el primer set a su favor tras salvar un 0-40 en el último juego. Era la primera manga que le ganaba al español en su carrera, una barrera superada que le iba a dar alas de cara al futuro más inmediato.
El pupilo de Magnus Larsson, ex de Robin Soderling entre otros -el único jugador que ha conseguido ganar a Nadal sobre la arcilla de Roland Garros-, comenzó el segundo acto con la misma superioridad que mostró en el arranque. Firmó un juego en blanco al resto digno de enseñar en las escuelas de tenis donde exhibió uno de los reveses más bonitos -y efectivos- del circuito. La montaña se empinaba para Nadal, el reto se complicaba sobremanera. En esa tesitura Rafa pidió la asistencia del fisioterapeuta y se marchó al vestuario para tratarse -problemas de espalda- mientras Wawrinka discutía con juez de silla, director del torneo y todo aquel que pululara por su silla. Nadal volvió a la pista entre una mezcolanza de aplausos y abucheos, pero su cara era muestra de que el problema era más grave de lo que se podía intuir en un primer momento. No corría a las pelotas largas, su capacidad de reacción disminuyó sobremanera e incluso sufría a la hora de sacar -primeros servicios a no más de 140 km/h-. Aguantó en pista más por orgullo que por físico, pero apenas pudo ser sombra de sí mismo antes de ceder el segundo parcial.
Resurrección y 'muerte' de Nadal
Cuando todo el mundo advertía la retirada del balear y lloraba en su 'entierro', Nadal resucitó de sus cenizas. A pesar de la adversidad creyó que todo era posible y lo demostró tomando ventaja en el tercer acto (3-0). Estaba minado, física y mentalmente, pero se mantuvo a duras penas sobre el tapete estirando el chicle. Como el peso mosca que se mide a un peso pesado en el cuadrilátero, tiró de muñeca para contrarrestar sartenazos. Su esfuerzo tuvo premio y se hizo con el set dilantando el partido un capítulo más.
Las dudas se trasladaron de la cabeza de Nadal a la de Wawrinka. El español, lento en sus movimientos, el suizo estático en su reacción. Un combate de boxeo disfrazado de partida de ajedrez. Stan movió fichas con el break en el sexto juego, Rafa firmó contrabreak en una jugada maestra del séptimo y el suizo volvió a ponerse en jaque con una nueva ruptura que le permitió sacar para ganar. Cerró el puño, miró a su gente y advirtió que Rafa gesticulaba en exceso al otro lado de la red. El de Lausana no falló y entró de manera merecida en el Olimpo de este deporte.
Wawrinka, la imagen de la alegría, se convierte así en el tenista número 149 en conseguir conquistar un Grand Slam. Nadal, que tendrá que recuperarse para afrontar en breve la gira sudamericana que le llevará a Buenos Aires y Río de Janeiro, se va de Australia con el sabor agridulce que le deja la derrota en la final pero la ventaja que aumenta en lo más alto de la clasificación mundial.
http://www.marca.com/2014/01/26/tenis/open_australia/1390734540.html
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