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POR MARÍA TERESA MORRESI / ESPECIAL
Amables, sustentables y con conciencia social, los modelos de bicis realizados en materiales no convencionales, como bambú, plástico y cartón, entre otros, se multiplican. La inspiración de sus creadores, técnicas de producción y ventajas.
28/08/12 - 16:51
El uso de la bicicleta se extiende, tanto que, en 2011, según datos de la cámara sectorial, la venta de unidades (1.867.000) superó la de autos usados (1.833.000). Un hábito saludable, que ahora circula por lugares antes impensados y que también da espacio al "diseño de autor".
De hecho, hoy se ofrecen modelos vanguardistas para los ciclistas urbanos que valoran una propuesta distinta en diseño, con algo personal, o bien en materiales no convencionales.
Más allá de las equipadas con motores eléctricos, están las de cañas naturales, otras fabricadas con partes de viejas unidades recicladas a pedido y gusto del usuario, o con restos de plásticos y hasta de cartón.
La imaginación al poder, toda una revolución en el mundo de las dos ruedas.
Por la flexibilidad
En plaza, por ejemplo, está la BambuBici, una bici de bambú, diseñada y fabricada artesanalmente por Nicolás Masuelli (31), en Rosario. Los modelos pueden verse en
http://www.facebook.com/bambubici.
“Comencé a construirlas en el garaje de casa como trabajo práctico de la carrera de Ingeniería Industrial y porque quería movilizarme con independencia, usando un vehículo ambientalmente amigable”, dice el joven, que cuenta con el apoyo del INTI, donde hicieron pruebas de resistencia. Para él,
pocas cosas tan gratificantes como fabricar elementos útiles con sus manos. Sus bicis son silenciosas, fuertes, seguras, elegantes, livianas y vistosas. Hay más de cien unidades dando vueltas por la Argentina y en otros países, y cada una es irrepetible: se hacen por encargo. Su costo depende del modelo, pero van de $ 1900 a $ 3900. Para él, el objetivo principal esa innovar con nuevos materiales.
“Una BambuBici atrae por su belleza, por la calidez natural del bambú, celebrada y apreciada por la mano artesana que le da forma y vida, y por la comodidad que se siente al andar. El bambú es flexible aunque resistente, absorbe el estrés y las vibraciones, otorgando un andar suave y confortable. Su peso es el del aluminio; su resistencia, como el acero, pero su mejor virtud es esa flexibilidad para amortiguar el andar. El brillo se logra con laca poliuretánica, que las protege del sol y la lluvia y garantiza su durabilidad”, dice Masuelli.
Agrega que el bambú llegó como una revolución para sustituir, en muchos casos, a los materiales actuales de construcción. Para las bicis, es favorable no sólo en lo estético: “La comodidad que se experimenta al pedalear no tiene vuelta atrás”, detalla su creador, listo para retomar después de seis años sus estudios en la Universidad.
La especie de bambú seleccionada para fabricarlas es la Phyllostachys Aurea, que crece en gran parte del país y cuyos mejores ejemplares provienen de las regiones más cálidas, como Misiones.
En 2008, Masuelli fue becado por el INTI para impulsar el desarrollo de estas técnicas constructivas de bicicletas y llevar adelante el anhelo de divulgar tecnologías con fines sociales, creando pequeños focos productivos que impulsen economías locales cercanas al bambú. Acota que existen muchas técnicas de trabajo para armar estos vehículos, con uniones en material compuesto que vinculan las cañas.
“En ese sentido, el querido 'Viejo' Néstor Fasola es un gran maestro y consejero, que me capacita en técnicas artesanales con una mezcla de amabilidad y pasión. Alas, fuselaje, herrajes internos y demás elementos se construyen con Néstor, con sus manos marcadas por la experiencia de tantos años creando lo que su mente le dictaba”.
Otras posibilidades
En la ciudad de Buenos Aires, también están las creaciones de Monochrome Recycled Bikes.
Con el diseñador industrial Natan Burta a la cabeza, esta firma plantea y realiza, desde 2010, el ensamblado de rodados nuevos utilizando cuadros y partes ya utilizadas que se reciclan. Así crean modelos con diseño propio, por ejemplo, con manubrio de acero inoxidable y asientos de cuero artesanales. El objetivo principal es armar un emprendimiento sustentables y ecológico a partir, por ejemplo, de bicicletas que se encontraban en antiguas bicicletarías de los barrios.
“La novedad -comenta Burta- es que el usuario puede traer su bici y la convertimos en una Monochrome, se lleva una unidad nueva con el espíritu de su bici anterior. Cada aspecto del proyecto tiene como misión transmitir y contar una historia. Una historia para educar y promover un consumo más responsable con el medio ambiente a través de la reutilización”.
En 2011, surge Rewind Bikes, la segunda marca, que comparte el mismo ADN que las bicis Monochrome, aunque con una vuelta de tuerca.
El diseño pasa exclusivamente por el usuario: elige el modelo, las combinaciones de colores y los accesorios (en la página hay un PDF con orientación de diseños y piezas para idear una unidad original y propia).
“Buscamos utilizar los valores perdidos de la industria, como la calidad material y el fino trabajo artesanal. Cada proceso utilizado y cada parte generada emplea mano de obra e industrias locales con la intención de incentivar la industria nacional”, dice Burta.
Lindas, elegantes, de varios colores, los precios por unidad van de $ 2500 en adelante.
El proyecto ha sido destacado en el concurso NAVES del IAE 2011. Las primeras piezas surgieron en un departamento de Olivos, provincia de Buenos Aires, donde armaban las unidades por partes en distintos talleres y realizaban a mano el ensamblado final: poner las ruedas, cambiar los manubrios, los asientos.
Monochrome tiene un local en Palermo (Nicaragua 5981), que en el futuro abrirá al público.
(http://www.monochrome.com.ar).
Con fines sociales Craig Calfee (diseñador de bicletas de alta gama para ciclistas, líder e innovador en fibra de carbono), con el proyecto Bamboosero Bikes ayuda en diferentes comunidades en vías de desarrollo a fabricar bicicletas de bambú que venden en el mundo.
La facilidad para obtener la materia prima, trabajarla y obtener modelos sostenibles es innegable, así como el aporte que efectúa con lo recaudado por las ventas a los integrantes de las comunidades.
Con el proyecto conectan a fabricantes de países en desarrollo con compradores globales. La central de Bamboosero está en California, Estados Unidos, con oficinas en Ghana y Uganda, África.
La compra de una bicicleta Bamboosero ayuda a las familias trabajadoras, lleva dinero a economías con problemas y crea la capacidad de producción local eficiente
(http://www.monochrome.com.ar).
De plástico
En el exterior, avanza la producción de modelos con plásticos reciclados.
El joven diseñador israelí Dror Peleg, por ejemplo, creó la bicicleta de plástico reciclado con miras a reducir el impacto ambiental de la industria de bicis que emplea metal.
Utiliza la tecnología del moldeado por inyección que, comparada con los procesos de fabricación de las tradicionales, es más rápido y económico, aparte de ser más sencilla la estructura que precisa para manufacturarlas, lo cual facilita el modelo de pequeñas fábricas.
La idea de Peleg es fomentar el sistema de bicicletas Frii, para que sea implementado en ciudades donde el gobierno local puede fabricar y producir las bicicletas a partir de residuos, en lugar de importarlos de otros lugares.
Por su parte, el artista plástico uruguayo Juan Carlos Calabrese Muzzi, que vive en Brasil, ideó la "bicicleta ecológica", también realizada con plástico reciclable, como botellas usadas y envases de champú. Según dice, andar en sus unidades es como "pasear flotando".
BV6, con cartón
El cartón atrapa a los diseñadores. La BV6, construida en ese material, aunque recubierta con otro impermeable, según su diseñador, Izhar Gafni, "anda ligero aunque soporta hasta 140 kilogramos de peso·. Para lograrlo, dice haber aplicado en su diseño técnicas de papiroflexia.
Mecánico autodidacta que trabaja en una cooperativa rural de la región israelí de Emek Jefer, trabajó en este modelo de bici durante cuatro años y en el camino ha creado diversos prototipos hasta llegar al actual. Se inspiró en una canoa de cartón que vio en California, y calcula que el costo de fabricación ronda los 8 euros.
http://www.clarin.com/buena-vida/vida-eco/Nuevo-mundo-ruedas_0_763723836.html
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Una vez rearreglado el pinchazo salimos el king2 y yo a hacer la ruta que querìamos hacer desde hace dìas pero no habìamos podido. Estuvimos una hora y 20 minutos . Pasamos por la casa abandonada enfrente del night club el palmeral, y paralelos a la carretera subimos hasta las trincheras de la guerra civil y bajamos hasta la presa. Luego seguimos por los campos de al lado de balsares , cruzamos la carretera , pasamos cerca del chalet de paco el albañil, " frasquito " y por la carretera asfaltada llegamos al corral de ovejas. Era cerca de las 8 y estaban llegando el rebaño, el perro y el pastor. Yo sujetè al king2 y el pastor controlò al perro y pasamos juntos sin estorbarnos.Para volver seguimos el camino del cementerio y llegamos a las 8 y 20 a casa.
Mañana hemos quedado a las 4 y media para montar con la flaca por ùltima vez èsta semana hasta la carrera del domingo.
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