domingo, diciembre 25, 2016

Josè Manuel Lòpez Mùltiple-Ironmans con una misiòn



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El ‘recordman’ que usa el deporte como excusa para ayudar a los demás


José Manuel López tiene dos récords del mundo, pero asegura que para él lo importante es conseguir recursos para los proyectos solidarios en los que está involucrado


25 DE DICIEMBRE DE 2016  ALONSO GALLEGO ABAD - SPORTYOU

José Manuel López se define como “un misionero deportista y aventurero que une la fe con el deporte de forma solidaria”. Su filosofía, I’MPOSSIBLE365, consiste en superarse a sí mismo y aportar su granito de arena para ayudar a los más necesitados. Para ello, compagina su trabajo como integrador social en el Hospital Psiquiátrico de Palma de Mallorca con la realización de proyectos deportivos con finalidad humanitaria. A su espalda, kilómetros y kilómetros a pie, a nado o en bicicleta y dos récords del mundo: la realización de 30 triatlones distancia IRONMAN -3,8km de natación, 180km de ciclismo y 42,2km de carrera, con un límite de 17 horas- en 30 días consecutivos y la de 90 triatlones de esta misma distancia a lo largo de un año. ¿Y qué fue lo primero que hizo después de lograr estas dos hazañas? Ir a trabajar. “Muchos de los 90 triatlones distancia Ironman los hice entre horarios de trabajo por la noche, sin dormir, teniendo que esprintar para llegar a tiempo al trabajo. No busco títulos ni récords, sino conseguir recursos para los proyectos”, cuenta.

¿CÓMO SURGIÓ ESA VENA SOLIDARIA?

En su adolescencia llegó a competir en natación y balonmano, pero su vinculación con el deporte sufrió un parón cuando comenzó su vida laboral y familiar -se casó a los 21 años y tuvo dos hijos. En ese impás nación su pasión por ayudar a los demás en forma de visitas a prisión, trabajos de atención a la infancia y viajes como misionero a países como Cuba, Marruecos, El Salvador o Guatemala. En ese tiempo nació la figura del ‘payaso Yellow’, al que en un principio representaba para amenizar las entregas de premios en el club de tiempo libre al que asistía y en sus visitas hospitalarias y que creció hasta hacerse profesional: “Su principal misión es llevar el mensaje de amor y alegría por todos los lugares donde va”. El objetivo inicial del viaje que le llevó a Marruecos en el verano de 2008 era hacer de payaso en un festival y ayudar en la reconstrucción del hospital del pueblo, pero ahí decidió que iba a dedicar su vida a estos retos y proyectos: “Me quise involucrar y no solo ir a realizar esa acción, sino también llevar ayuda material. Se me ocurrió realizar un proyecto deportivo para cruzar el estrecho de Gibraltar nadando, pedalear 500 kilómetros por el interior del país y correr los últimos 84 kms por el desierto hasta llegar por mis medios desde España hasta Guercif, contando con ayudas de patrocinadores y personas anónimas que hacían pequeñas donaciones”. De esta forma, lograron recaudar fondos “para llevar alegrías a los niños durante una semana y reconstruir el hospital de la población”.



El proyecto en el que está involucrado ahora es ‘Uniendo esfuerzos’ por Potrero Carrillo -una aldea localizada en Guatemala- que consiste en la construcción de un colegio y en un programa de nutrición infantil y apadrinamiento de niños. Hace un año puso la primera piedra y ahora ya están levantados todos los pilares y paredes de las aulas y solo falta poner el techo con el objetivo de dar inicio a las clases en poco más de un mes. Actualmente está en Mallorca, trabajando en turnos de día o de noche con 14 pacientes a los que ayuda a integrarse en la sociedad y que residen en una vivienda a 60 kilómetros de su domicilio, algo que para él no supone ningún obstáculo: “Aprovecho para entrenar, realizando 120 kilómetros con la bicicleta cada día”. Además, sigue formándose como ortopedista y entrenador de triatlón y perfeccionando su inglés con el objetivo de “llegar a dar las charlas y conferencias en ese idioma algún día”. Pese a todas estas ocupaciones, asegura que le queda tiempo libre y ganas para disfrutar de él: “Hay que planificarse muy bien para poder disfrutar de la familia que tanto sufre los viajes y entrenamientos”. Eso sí, sin dejar de lado su pasión por el deporte y por ayudar a los demás: “Cuando vamos a la playa, yo madrugo y aprovecho para ir corriendo o en bicicleta y, tras pasar todo el día juntos, repetimos la jugada a la hora de volver. Cuando puedo, salgo a llevar ayuda por la noche y cada tres meses recogemos a unas 100 personas de la calle y pasamos una jornada en una casa de campo donde les arreglamos las uñas de los pies, se duchan, les cortamos el pelo, les damos ropa limpia y, sobre todo, les damos cariño y tratamos con dignidad”.

“El deporte es un medio para poder concienciar y hacer obra social”

José Manuel asegura que la acogida allá donde ha ido siempre ha sido muy buena: “Te encuentras con gente muy agradecida tan solo porque vayas a visitarles y te preocupes por ellos”. Además, cuenta que nunca ha vivido de cerca ningún episodio de inseguridad y recomienda a todo el mundo, especialmente a los jóvenes, “darse una vuelta por lo que llamamos tercer mundo y recuperar muchos de los valores que ha perdido nuestra sociedad”. De todas sus misiones, recuerda especialmente un momento vivido en Guatemala: “Cuando estábamos levantando las paredes de la escuela, un señor nos preguntó si podíamos regalarle unos cuantos ladrillos para construir la lápida de un bebé familiar suyo que había fallecido unas horas antes por consecuencia de la desnutrición”. Tras estas experiencias, tiene una cosa clara: “Es mucho más lo que recibes de la gente que lo que tú puedes darles. Es impresionante cómo personas con muy pocos recursos los ponen a tu disposición sin esperar nada a cambio”.

El pasado mes de octubre, vivió la prueba más complicada de su trayectoria. Fue un quíntuple Ironman contínuo -19 kilómetros nadando, 900 en bicicleta y 211 corriendo- en León, México. Se había preparado para hacerlo sin parar a dormir ni descansar en un tiempo estimado de 75 horas, pero una fiebre y una irritación del colon le hicieron pasar momentos realmente duros: “No podía ir acoplado en la bicicleta, tenía que ir completamente derecho y durante 800 kilómetros sufrí como nunca. En las cinco maratones, lo que tenía que ser poco más de tres días seguidos fueron más de cinco y también con mucho sufrimiento”. No obstante, terminó la prueba y justo al día siguiente viajó a Guatemala para continuar con la construcción de la escuela, donde le esperaba un tráiler lleno de sacos de cemento para descargar. En el horizonte, el Ultra Mallorca Man, una “prueba durísima de tres días” que disputará a finales de marzo, y dos o tres Ironman que también tiene previsto realizar. Mientras tanto, ya trabaja en “unos cuantos proyectos de gran envergadura”. I’MPOSSIBLE365 no para un solo día, porque para José Manuel, “el deporte es un medio para poder concienciar y hacer obra social”.

https://www.sportyou.es/noticias/impossible365-recordman-deporte-excusa-ayudar-demas-673695

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