«Si hace falta pagamos la ambulancia, pero salvadla», imploró la familia
El Gobierno vasco admite el error y la familia adelanta que denunciará la negligencia
Muere una niña de varicela en el enclave burgalés de Treviño. ATLAS
IKER RIOJA ANDUEZALa Puebla de Arganzón (Treviño)
Actualizado: 19/03/2014 09:20 horas
Anne Ganuza no sobrevivió a un shock séptico por estreptococos derivado de una simple varicela. El servicio vasco de salud ha abierto una investigación para aclarar la muerte de esta niña de tres años, que falleció el lunes después de que una ambulancia de Vitoria se negara a recogerla en su domicilio de La Puebla de Arganzón, un pueblo de 500 habitantes ubicado a sólo 20 kilómetros de la capital vasca, pero que pertenece al condado de Treviño, una isla de Burgos en pleno corazón de la provincia de Álava.
«Si hace falta la pagamos, pero salvadle la vida», imploró la familia, según cuenta la abuela de la niña, rota por el dolor. Pero el 112 insistió en que la ambulancia tenía que llegar desde la provincia de Burgos, en concreto desde Miranda de Ebro. La Sanidad vasca se expone ahora a una demanda por negligencia, ya que la familia ha manifestado su deseo de emprender acciones legales.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», opina el alcalde del pueblo
Anne Ganuza enfermó el jueves de la pasada semana. Su madre la llevó al centro de salud del pueblo, donde le recomendaron reposo. Sin embargo, su estado de salud empeoró ostensiblemente. No tenía apetito, apenas podía caminar y padecía fiebres altas. El domingo por la tarde decidieron llevarla a Urgencias en Vitoria, donde se encuentra el «hospital de referencia» para los vecinos de los dos municipios de Treviño. La familia se queja amargamente de que, a primera hora de la noche, los médicos del Universitario le dieran el alta cuando, a la vista de lo ocurrido, su estado de salud era muy grave. Fuentes médicas indican que no se la ingresó porque no tenía fiebre en ese momento. Sus granos ya estaban en fase de costra y no tenía síntomas de la infección por estreptocos.
Apenas unas horas después, a las seis de la mañana, la madre de Anne Ganuza ya estaba llamando al 112. La pequeña sufría convulsiones y lo que en un inicio era una simple varicela propia de los críos de su edad se había complicado. Sufrió un shock séptico provocado por un estreptococo, un cuadro clínico con alta mortalidad. Desde Emergencias del País Vasco -Treviño comparte el prefijo telefónico con Álava y sus llamadas al 112 entran en Vitoria- le informaron de que no era posible el envío de una ambulancia medicalizada, como demandaban. El personal del 112 se ofreció a indicar a la madre qué pasos tenía que seguir para atender a su pequeña, pero insistió en que el vehículo lo tenía que enviar la Sanidad de Castilla y León, autonomía a la que pertenecen.
Niña semiiconsciente
A partir de ahí, todo se desarrolló de manera precipitada. El padre de la niña, que trabajaba en la Mercedes-Benz de Vitoria, volvió a Treviño para trasladar con su propio coche a Anne Ganuza al hospital. Entró a la niña en brazos en Urgencias ya semiinconsciente y el personal sanitario trató de reanimarla durante unos 45 minutos. No tuvieron éxito, ya que esas infecciones por estreptocos tienen un efecto fulgurante. Mientras la niña ya se encontraba en el hospital una médico de guardia de la Junta de Castilla y León se había desplazado desde el centro de salud de Treviño hasta La Puebla de Arganzón pero, según informó el Gobierno regional, cuando llegó al domicilio de Anne Ganuza ya no había nadie.
Portavoces de Osakidetza explicaron así lo ocurrido: «Necesitamos tener todos los datos para hacer una valoración definitiva. Pero hay un protocolo [para que las urgencias en Treviño se atiendan desde el País Vasco]. Lo normal habría sido que la ambulancia fuera. Pasan muchas cosas allí y nunca hay ningún problemas». Estas mismas fuentes confirman que el camino «más rápido» para acceder al enclave es desde Vitoria. «Todo está muy medido. Desde Miranda de Ebro habría tardado más, seguro. Lo que está claro es que la ambulancia no se mandó», informan desde el Gobierno vasco, cuyo consejero de Salud, Jon Darpón, estuvo en contacto con la familia durante la jornada de ayer.
La Junta de Castilla y León, por su parte, envió un comunicado lamentando lo ocurrido e informando que sus servicios de Emergencias sólo tuvieron conocimiento de los hechos a las 7.04 horas, es decir, alrededor de una hora después de la llamada de la madre al 112. Fue la médico de La Puebla de Arganzón la que informó de los hechos después de que telefoneara a la casa familiar de la niña y no hallara a los padres.
La Puebla de Arganzón quedó en «estado de shock» -la expresión es de una amiga de la familia- al conocer la noticia. El sol de la incipiente primavera del lunes se tornó ayer en un cielo plúmbeo que, a ratos, lloró a la niña mientras a media tarde se celebraba el funeral en la abarrotada iglesia del pueblo.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», protestaba el alcalde de La Puebla de Arganzón, Roberto Ortiz de Urbina, que precisamente lleva varios meses abanderando la incorporación de Treviño al País Vasco para ganar en «eficiencia» para los vecinos.
En la ikastola de la localidad -donde unos 50 críos de hasta 6 años estudian en euskara- una esquela recordaba a Anne Ganuza. La Sanidad castellanoleonesa reunió ayer de urgencia a los padres de los compañeros de la fallecida «para transmitirles por escrito las recomendaciones que han de seguir» con el ánimo de evitar nuevas complicaciones con el brote de varicela del colegio.
Les pidieron «observación durante 30 días» ante la posible aparición de síntomas febriles y pusieron a los pequeños -y a los profesores- bajo tratamiento antibiótico durante diez días. También se les vacunará en algunos casos. Otro niño del centro está ingresado por la misma enfermedad en Vitoria y la hermana de Anne Ganuza, de un año, también ha sido inmunizada por precaución.
El Gobierno vasco, a través de su portavoz Josu Erkoreka, anunció ayer la apertura de una investigación interna que aclare las circunstancias que rodean el fallecimiento de la niña Anne Ganuza.
Treviño, 'tierra de nadie'
En Treviño hay una cierta sensación de que están «en tierra de nadie». Los vecinos, reunidos en la Iglesia para el funeral de la pequeña Anne Ganuza, comentaban ayer por la tarde que «algo gordo» tenía que pasar para que los problemas del día a día en el enclave quedaran al descubierto. No pocos recuerdan el caso de una mujer que vio cómo su casa casi se calcinaba porque no estaba claro si tenían que acudir a La Puebla de Arganzón los Bomberos de Burgos o los de Álava. La incorporación de Treviño al País Vasco está en estos momentos sobre la mesa del Congreso de los Diputados a instancias del Parlamento autonómico y de los alcaldes del condado, aunque con la oposición firme de la Diputación de Burgos y de Castilla y León. La comarca es, formalmente, un pedazo de Burgos, pero ejerce de ciudad dormitorio para Vitoria y que cuenta hasta con una 'ikastola' que enseña a los pequeños en euskara. Hasta los guardias civiles destinados en la zona son de la Comandancia de Álava.
http://www.elmundo.es/espana/2014/03/19/5329467bca4741e71c8b456d.html
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Sanidad – No es la mejor del mundo
miércoles, 19 de marzo de 2014
El fallecimiento de la niña vecina del enclave burgalés de Treviño ha vuelto a reivindicar que la sanidad universal que entre regiones de nuestro país no funciona y se convierta en una burla cuando el buen hacer de los médicos y personal sanitario tropieza con toda clase de normas distintas y contradictorias para el enfermo que se ve obligado a utilizar la burocracia y egoísmo de los 17 sistemas sanitarios que ahora que ahora mismo padecemos, empeñados en competir entre ellos.
Según cuenta el padre llamó al hospital Txagorritxu de Vitoria a 20 kms. del hospital donde había sido tratada anteriormente, y se le había negado a causa de que Treviño no pertenece a la comunidad vasca y desde allí habría instado a la familia de la a pedir una ambulancia a Miranda de Ebro a mucha más distancia y después de mucho insistir, tuvo que ser finalmente el propio progenitor quien optó por salir él mismo de Vitoria, donde trabajaba, y llevar a la pequeña en su coche hasta el hospital de Txagorritxu, donde murió por una complicación derivada de la varicela que padecía.
Lo ocurrido en el Condado de Treviño se hubiese podido evitar con unos protocolos claros de actuación o, simplemente, con una actitud distinta en algunas personas concretas, pero lo que está claro es que algo falla en un sistema en el que son posibles estos errores de tan trágicas consecuencias.
Muy irresponsables han sido las palabras del diputado del PNV, Emilio Olabarría. Tras no reconocer no tener "ni idea de lo ocurrido" no dudó en justificar lo ocurrido por las reclamaciones políticas del PNV. "La voluntad de los ciudadanos de Treviño es integrarse en Álava, en Euskadi. Desde luego, si esto se hubiese producido, si se hubiese respetado la voluntad del pueblo de Treviño, seguramente episodios de esta naturaleza se hubiesen podido evitar, o prevenir con más eficiencia".
Pero dejando aparte unas palabras carentes de sensibilidad que encajan dentro de las habituales pretensiones del nacionalismo vasco situaciones así se producen todos los días en todos y cada uno de los lugares del país, donde en centros de salud y hospitales donde se da preferencia a la atención de cualquier extranjero aunque acuda sin ninguna documentación antes que aquel de la comunidad vecina que acude con la identificación correspondiente de su comunidad, se le olvidó comunicar su viaje. En estos casos todo son trabas administrativas.
En este caso fue la discusión de la “competencia” del servicio de ambulancia medicalizada que era necesaria para intentar salvar la vida a una niña donde el tiempo ha sido la causa primordial de este fallecimiento. Pero esta es solo la punta del iceberg de un sistema disparatado que funciona solo gracias a la responsabilidad al sentido común de los profesionales que en muchas ocasiones se ven obligados a saltarse las normas impuestas desde la comunidad autónoma respectiva.
Todo el mundo tiene en su retina casos con toda seguridad no tan graves como lo que ha ocurrido con esta desdichada niña, pero no menos molestos para los usuarios de la sanidad pública gracias a las distintos sistemas informáticos que impiden poder retirar un simple medicamento recetado desde otra comunidad. Cuando estoy de viaje fuera de mi comunidad, me toca pagar la totalidad de los medicamentos que tengo asignados como crónico ya que la Comunidad Valenciana no me los puede dar por anticipado gracias a sus respectivos programas informáticos y los contradictorios planes de austeridad.
La intervención de la Defensora del Paciente Carmen Flores en diversos medios de comunicación no ha hecho más que abundar, y creo yo, exagerar en la descoordinación sanitaria entre comunidades, relatando casos gravísimos entre diversos servicios de las Comunidades Autónomas que puede generar una alarma entre los pacientes que tampoco puede ser buena.
El PP en su programa electoral estuvo haciendo campaña sobre la Tarjeta Sanitaria Única para todo el territorio nacional. Hasta ahora y han pasado más de dos años, estamos esperando que Ana Mato como ministra de Sanidad dedicada en cuerpo y alma a una política de recortes que ha recaído especialmente el usuario, que careciendo apenas de competencias, salvo la coordinación entre diversos servicios, anuncie su implantación y mientras seguimos aguantando toda clase de inventos de cada consejero/a de sanidad autonómica que plantea su solución particular mientras el paciente no tiene más remedio que aguantar a todos estos burócratas de la sanidad. Para eso y ahorrar los enormes costes de material sanitario comprado de manera aleatoria desde diversos puntos nos dice que ante toda esta suma de incompetencias, sería mejor retirar total o parcialmente las competencias sanitarias de las CCAA.
http://xcarrio.blogspot.com.es/2014/03/sanidad-no-es-la-mejor-del-mundo.html
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