domingo, abril 13, 2014

Shark, sillín con aleta



Shark, la evolución necesaria del sillín

El sillín es uno de los tres puntos de apoyo del ciclista en la bicicleta y, si va correctamente posicionado, soportará el 60% de su masa y tendrá la misión de ser el punto desde el que las piernas ejercerán su empuje para transmitir la fuerza a los pedales.

El ciclista se va a sujetar en el sillín apoyando sus dos isquiones, estabilizando así la cadera y permitiendo que ambas piernas realicen un trabajo igual de reparto de energía. Se logra así un baricentro perfecto, tanto en colocación del apoyo en izquierda y derecha como adelante y detrás.

El sillín es, por tanto, un elemento trascendental en el conjunto mecánico; pero también lo es en el elemento bio, ya que un mal apoyo generará problemas al ciclista: sobrecarga perineal, rodillas doloridas, piernas que trabajan más que otras,…. La industria de la bici ha resuelto las molestias que este mal apoyo genera de muy diversas formas: asientos más acolchados, más anchos, con canal antiprostático,…

Ninguna de estas soluciones dan respuesta satisfactoria al origen de los males: el ciclista se apoya mal por distintas causas: rotaciones de cadera, dismetrías, técnicas de pedaleo ineficientes,… Bien es cierto que un determinado sillín puede ser una solución para un determinado ciclista, pero simplemente por azar, no porque el asiento favorezca ese mejor apoyo ni aporte información al usuario sobre cómo sentarse correctamente.

Con la idea de ir al epicentro de los problemas y así poder corregirlos de raíz nace el sillín Shark. Ideado por la empresa biomecánica Custom4.us y desarrollado por la española Essax, el Shark es el avance tecnológico más importante de las últimas décadas en materia de sillines. Lo que hace reconocible y totalmente distinto a los demás es su aleta, que le otorga esa figura de escualo que le da su nombre.


¿Cómo se apoya un ciclista en el sillín?
Cuando nos sentamos tenemos dos puntos de apoyos básicos y uno secundario. Los básicos son los isquiones y el secundario el periné. Si uno de los dos fundamentales falla el secundario tiene que soportar más presión de la debida, produciéndose así esa sobrecarga tan conocida por los ciclistas que pasan muchas horas mal posicionados.

¿Para qué sirve la aleta?
Es la clave de este conjunto biomecánico. Su posicionamiento indica al ciclista cómo colocar sus isquiones para que estén perfectamente apoyados en el sillín. Interactúa con el usuario dándole información de cómo debe ir sentado. En los cientos de estudios biomecánicas reales realizados para el desarrollo de este producto, la evidencia nos decía que la inmensa mayoría de los ciclistas tenían la percepción sensorial de ir bien colocados en sus asientos cuando la realidad demostraba que estaban girados o solo apoyaban uno de los dos isquiones.

¿Y no molesta?
La aleta a simple vista parece un elemento agresivo que por fuerza nos tiene que hacer daño pedaleando. Pero no es así; si el sujeto va bien sentado la aleta es imperceptible. Es cuando la sentimos cuando sabemos que no vamos bien sentados, que nos hemos desplazado de nuestro punto de apoyo óptimo. Ese es su valor kinestésico

¿Está homologado?
Los prototipos del Shark están en manos de la comisión técnica de la UCI, que en breve otorgará su veredicto sobre su uso en competición. Lo que en principio estaba destinado a ser una solución terapéutica a las molestias de miles de ciclistas se ha convertido en un elemento que puede permitir un mayor rendimiento físico, y no porque haya un nuevo punto de apoyo en la bici, que no lo hay, sino porque al dar estabilidad a la cadera, la transmisión de fuerza a los pedales es mucho más eficiente logrando por tanto un mayor rendimiento.

Características técnicas del Shark
Anchura: 140 mm
Peso: 210 grs
Altura de aleta: 40 mm
Anchura de aleta: 40 mm
Largura de aleta: 100 mm
Foam: 3mm
Fuente de la noticia Custom4.Us

http://custom4.us/
http://www.essax.eu/shark-la-evolucion-necesaria-del-sillin/?lang=es

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