viernes, julio 26, 2013

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4 PROTAGONISTAS
Sin límite de edad

by Cristina Díaz junio 5, 2013 at 12:31 am

Si terminar un Ironman es toda una proeza, cómo se define a aquel que lo hace con 80 primaveras sobre su espalda. El deporte no tiene edad. Nunca es tarde para empezar. La prueba, estos cincos nombre, cinco casos excepcionales en los que el universo bendijo con una genética un tanto especial. No es un mito. Existen. Cambian el bastón por las zapatillas de correr y el sonotone por un pulsómetro. Su edad y forma de vida los hace peculiares y, por qué no, envidiados. La cuestión es: el deportista nace o se hace.



Lyle Langlois: “La vida comienza a los 50”



“La vida comienza a los 50”. Lyle Langlois acuñó este lema en su aniversario de 1979, momento en el que decidió hacerse deportista y correr un maratón. Hoy, a los 83 años, puede presumir de haber participado en 50 maratones de 50 estados diferentes de Estados Unidos. Pero su gran gesta se concentra en los últimos diez años, realizando más de 100 pruebas de resistencia, entre ellas una treintena de triatlones de distancia olímpica y un Ironman.

Su última gran aventura tuvo lugar el día de su 80 cumpleaños, fecha que celebró ascendiendo una montaña de 3.500 metros en cuya cima le esperaban sus trece nietos con un desayuno.

Este profesor jubilado de Arizona no entrena sólo. A su lado está Kay Martin, su tercera esposa, de 89 años, con quien ha recorrido numerosos países en bicicleta, entre ellos Nueva Zelanda, Perú y Costa Rica: “Esto es como lo del huevo y la gallina ¿Hacemos deporte porque estamos sanos o estamos sanos porque hacemos deporte? No lo sé, pero funciona”.

Viudo después de 42 años de matrimonio, Langlois volvió a casarse en 1997 con una mujer vivaz que conoció durante un viaje en bicicleta a Phoenix. La vida de su segunda esposa terminó trágicamente en 2002 tras ser atropellada por una motocicleta mientras paseaba en bicicleta por Vietnam. A pesar del duro golpe, Langlois siguió corriendo y escalando montañas hasta que finalmente conoció a Kay Martin, con la que coincidía habitualmente durante sus entrenamientos. Ambos se apoyan en los retos que emprenden aunque Martin señala con sorna: “Él es bueno. Pero no conseguirá superarme”.


Lew Hollander: El hombre más longevo en finalizar un Ironman

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Lew Hollander corrió su primer Ironman en Hawaii en 1985, tenía 55 años. El pasado octubre, 27 años después, a sus 82 primaveras, el triatleta pisó la línea de meta del Campeonato Mundial de Kona por vigésimo segunda vez, convirtiéndose en el deportista de mayor edad en finalizar un Ironman en menos de 17 horas (16:45:52).

Su primer contacto con el mundo deportivo fue a través de la equitación. Junto a su esposa, una gran aficionada a la hípica, Hollander participó en numerosas pruebas e, incluso, llegó a escribir un libro sobre el cuidado de los caballos de carrera, Endurance Riding. From beginning to winning. Esta relación con los equinos le llevó a practicar Ride & Tie, una prueba deportiva en la que participan dos corredores y un caballo. Así fue como Hollander se calzó unas zapatillas por primera vez.

Su participación en este tipo de prueba le llevó, con el tiempo, a inscribirse en maratones y en otras pruebas de resistencia, hasta el punto que en 1984 recorrió cien millas (160,93 kilómetros) en 28 horas en el Western States Endurance Run, lo que le abrió las puertas al Ironman de Hawaii un año después: “Me sorprendió poder hacerlo y, además, que al día siguiente pudiera correr otra vez. El cuerpo humano es increíble”, reflexiona Hollander, que vive en Oregon. Aunque reconoce tener cierto miedo a que llegue su fin, el triatleta pasea con orgullo sus hitos: “Siempre he finalizado una prueba. Nunca me he retirado”.





Madonna Buder: La monja de hierro



“Uno nunca es mayor para comenzar a hacer cosas nuevas. Sólo hay que tener voluntad”. Clara, concisa y con un gran espíritu de superación. Madonna Buder (San Luis, 1930) una monja católica de Spokane, Washington, es la mujer de mayor edad que ha logrado completar un Iroman. La religiosa, que participó por primera vez en una carrera popular a los 50 años, suma 325 triatlones, 36 de ellos de larga distancia, además de numerosos huesos rotos que no le han frenado.

Su comunión deportiva y espiritual con el triatlón comenzó en 1978, cuando un sacerdote le instó a entrenar con el propósito de alcanzar el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. “Al principio me pareció ridículo correr sin ninguna razón, salir sin destino, pero me convenció”. En su autobiografía, The grace to race, Buder explica cómo sacó sus primeros pantalones cortos de una pila de ropa donada y se calzó unas deportivas de segunda mano. Tenía 48 años cuando dio sus primeras zancadas.

La religiosa sirve a Dios desde los 23 años y en sus carreras recauda fondos para organizaciones sin ánimo de lucro. No obstante, su actitud no ha estado exenta de críticas por parte de su comunidad. Pero ella no tiene dudas: “Si el Señor te da un don, estás obligado a utilizarlo”.



Hiromu Inada (Japón): Ironman a los 79




La primera vez que el japonés Inada se presentó a un Ironman tenía nada más y nada menos que 77 años, sin embargo no consiguió finalizar esta prueba tan dura en menos de 17 horas hasta dos años más tarde, en 2011, en el Ironman de Jeju, en Corea. Las 15 horas que señalaba el cronómetro de la meta le dieron el pasaporte para el Mundial de Kona. Al no tener competencia en su categoría, su único objetivo era terminar. “Nos vemos en octubre en la isla grande”, anunció al finalizar la prueba asiática. Pero su sueño no pudo cumplirse: un ataque de hipotermia durante la natación le obligó a retirarse. “Me recogió un barco y sentí que mi carrera llegaba a su fin. No lograría convertirme en un Ironman de nuevo. Y allí mismo juré volver al año siguiente, en 2012”.

Y allí estuvo, con sus 80 años, hace apenas seis meses, donde se clasificó el primero de su categoría con una marca de 15:38:25, a una hora de diferencia con el segundo clasificado, Lyle Roberts.

Su relación personal con el triatlón fue bastante tardía. No se calzó un mallot hasta los 69. Con un entrenamiento bastante férreo de 40 horas semanales, Hiromu Inada dará aún mucho que hablar. Su carrera como Ironman acaba de despegar.



Lyle Roberts (EEUU): El sufrimiento como inspiración



Un régimen de entrenamiento disciplinado es la razón por la que, durante 30 años, el octogenario Lyle Roberts ha podido competir en pruebas de larga distancia como Lake Placid o Hawai. Él entrena entre 14 y 20 horas a la semana, que incluyen 200 kilómetros en bicicleta, de cinco a siete de natación y 30 corriendo. Pero su éxito no se reduce sólo a su condición física: “La mitad de mi entrenamiento es el fortalecimiento de la mente. Hay momentos en el que tu cuerpo dice basta. Pero cuando cruzas la línea de meta te olvidas de todo ese dolor”.

Su viaje comenzó una tarde en el sofá. Corría el año 1982 y, en la pantalla del televisor de su casa en Burlington (Iowa), una joven llamada Julie Moss agonizaba en el Campeonato Mundial de Iroman de Hawaii. “Vi esa carrera donde Julie Moss tuvo que arrastrarse por el suelo para llegar a la meta. Fue una de los cosas más memorables que he visto”. “Ver a Moss en la televisión me inspiró y me dije a mi mismo: yo quiero hacerlo”.



Roberts quería estar bien preparado y se entrenó duro durante cerca de 10 años hasta que se sintió listo para hacer un Ironman. Fue en 1992, con 61 años cuando realizó su primer triatlón de larga distancia, y en 1994 ganó el Iowa Series en 1994, que consta de siete triatlones en todo el estado.

El pasado mes de octubre, Lyle Roberts, a sus 81 años, pisó la línea de meta del campeonato de Kona (Hawaii) por decimocuarta vez. En esta ocasión su objetivo no era acabar, sino ganar su categoría de edad: “Esta va a ser mi última vez. Es demasiado para mí, esto requiere demasiado entrenamiento. Yo no voy a vivir mucho más tiempo, así que tengo que hacer otras cosas”, confesaba el deportista antes de enfrentarse a la gran prueba.

Terminó, sí, pero el segundo de su categoría. El japonés Hiromu Inada le sacó una hora de ventaja. La pregunta esta en el aire ¿Volverá Roberts a intentar su proeza en 2013 o realmente este ha sido su fin?

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