foto de archivo
Conbici
Hoy viene en el diario El Comercio la incomprensible muerte de un niño de 4 años en un paso de cebra con semáforo verde en el barrio de La Calzada.
Iba en su bici por la acera con la abuela y se adelantó un poco en el paso con prioridad. No es siquiera una gran avenida donde el tráfico habitualmente sea terrible, es una calle de barrio.
Pero la conductora sexagenaria iba demasiado rápido y distraida en un giro a la izquierda en ambar... olvidó que llevaba una máquina de matar y la prisa la hizo olvidar la responsabilidad que ejercía... ni siquiera vio al tierno infante... mientras la abuela gritaba con desgarro: "¡pareee...pare!".
Ahora hay una familia destrozada y una vida incomprensiblemente truncada. Un vacío imposible de llenar.
Urge diseñar la ciudad de otra forma, de manera que sean ciudades para la gente, donde los coches no puedan correr... Pero sobretodo urge concienciarse de que en ciudad el coche hay que usarlo poco y bien... con máxima precaución... pues una vez hecho el daño... no hay vuelta atrás.
Necesitamos campañas de sensibilización sobre las consecuencias del abuso de la velocidad en las urbes. Si prevenimos más... lamentaremos menos, pues no dudo que la conductora estará también hundida. Luchemos con fuerza y unidad contra la cultura del uso abusivo e inadecuado del coche.
Dice Tonucci que solo una ciudad segura para los niños y niñas será una ciudad segura para todos y todas... Queda mucho por andar entonces, visto lo sucedido.
Mis mayores condolencias con la familia. Como padre de una niña pequeña, se me heló el alma al leer la noticia.
Raffa (Asturies ConBici)
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